Depre confusa

LBNL

Supongo que es normal sentirse aturdido pero es un gran fastidio. Comparado con los 900 muertos de hace muy poco, los casi menos de 300 de estos días son una gran noticia pero siguen siendo muchísimos. Comparado con uno de los regímenes de confinamiento más severos del mundo, el anuncio de que vamos a empezar a desescalar es una gran noticia. Pero no hay ninguna garantía de que no vayamos a tener que dar marcha atrás. Las noticias desde Bruselas son muy positivas – ayudas multimillonarias para financiar el seguro de desempleo, la liquidez de las empresas, al turismo… – pero solo van a paliar parcialmente la magnitud del desastre económico que la pandemia ha ocasionado. Y va y se muere el bueno de Michael Robinson, que para muchos era casi como de la familia. Ya podía haber escogido otro momento el pobre para evitar darnos la puntilla cuando apenas estamos superando la muerte de Calleja. Saldremos de esta, seguro, pero magullados seriamente. Es evidente. Aunque quizás no tanto, quién lo sabe… Este es uno de los aspectos más complejos de la situación: nadie tiene ni pajolera idea de cómo será el futuro, ni siquiera a corto plazo. Lo cual, al menos para mí, es una fuente importante de ansiedad. Prefiero tener al menos una idea fiable de a lo que me voy a tener que enfrentar. Y leo, veo, hablo y chateo sin cesar y me recojo todavía más confuso que antes.

¿Cómo se explica que en Guayaquil haya muertos por las calles y en Quito no? ¿Por qué algunas personas jóvenes y sanas enferman en pocos días y mueren sin remisión? ¿Cómo es posible que el Gobierno de un país grande y potente como es España, cuya sanidad ha conseguido evitar el colapso pese a los recortes de los últimos años y que puede presumir de una UME increíblemente encomiable, no haya sido capaz de conseguir en más de un mes proveerse de millones de mascarillas, respiradores que parecían faltar y tests fiables? ¿Por qué hay países como Bielorrusia, donde ni siquiera han suspendido los partidos de fútbol, en los que la pandemia no tiene apenas incidencia y otros en los que los centenares de muertos siguen apilándose pese al confinamiento? ¿Si como dicen algunos la pandemia empezó en China antes de diciembre y saltó a Europa ya en febrero, cómo se explica que no hubiera ingresos sustanciales en hospitales en Italia y España hasta mediados de marzo?

¿Cómo es posible que en Estados Unidos Trump siga estando muy cerca de Biden en las encuestas pese a haber recomendado beber lejía? ¿Servirá esta crisis para blindar la inversión – que no gasto – en sanidad pública o volveremos rápidamente a escuchar voces alabando la mejor gestión de la privada? ¿Cuánto durará el consenso sobre las bondades de Papá Estado y el intervencionismo económico antes de que vuelva a campar el discurso neoliberalista sobre la infalibilidad de la mano invisible del mercado?

¿Las altas temperaturas del verano debilitarán al virus como al de la gripe o no? Porque si fuera así ¿cómo se explica que en África el virus se esté expandiendo? ¿Volverá el virus recurrentemente cada temporada invernal o será flor de 2020? ¿Será alguna de las vacunas que se investigan eficaz para el resto de la vida como la de la viruela o un mero fortalecimiento como la de la gripe común? ¿Los que ya han pasado la enfermedad están verdaderamente inmunizados? ¿Y por cuánto tiempo?

Y sobre todo ¿por qué tanta gente se anima a opinar sobre supuestas certezas cuando es evidente que todavía nadie sabe nada a ciencia cierta?

Centrándonos en nuestro país, es obvio que el Gobierno podía haber reaccionado antes y mejor. La perfección no existe, claro. Y figurar año tras año entre los tres países más visitados del mundo (EE.UU., Francia y España, seguidos de Italia) tiene una incidencia clara en el impacto de la pandemia. Pero aunque el confinamiento fuera prematuro antes de que se desatara la crisis, la comunicación oficial debería haber sido muchísimo más cauta. ¿Erró la OMS? Seguramente. ¿Erraron muchos científicos internacionales en su pronóstico? Sin duda. Pero como poco el caos que se estaba propagando en Italia obligaba a haber sido mucho más cautos en los mensajes a la sociedad. Ahora bien, repasen un momento qué pensaban ustedes en aquellos días antes de aplaudir con las orejas. Porque yo me atrevo a hacer esta crítica porque el 4 de marzo, concretamente, en una reunión internacional en Zagreb, capital de Croacia que no tenía ningún infectado conocido en aquellas fechas, llevaba un bote de desinfectante en el bolsillo, negaba con la cabeza cuando me ofrecían la mano para saludar y abría la puerta de los baños públicos con la manga del traje.

Lo cual, por desdramatizar, me pone al nivel de Iker Jimenez, el de Quinto Milenio, que por aquellas fechas, y desde antes, ya bramaba por las ondas que se aproximaba el Apocalipsis. La única diferencia es que él ya lo había hecho en ocasiones anteriores y a mí ni se me pasó por la cabeza hacer uso del gel ni cuando la gripe A, ni cuando el SARS, ni cuando el MERS.

No pretendo ponerme de ejemplo. Al contrario, solo pretendo demostrar que no había que ser un genio para saber que lo que se venía encima era, al menos potencialmente, peligrosísimo. Y el Gobierno debía haber al menos advertido de que podía ser así. Pero ¿qué partido político u organización civil española lo reclamaba en aquellos días? Los ciudadanos de a pie tienen todo el derecho a quejarse porque es el Gobierno el que debe informarles y protegerles pero la oposición tiene el deber de exigir al Gobierno que haga lo que tiene que hacer no a posteriori sino cuando se está a tiempo de evitar el daño. Y no lo hizo. Ni un solo representante político o social reclamó al menos proveerse de material protectivo como parece que se aconsejaba desde Bruselas. Ni uno solo pidió la suspensión de los partidos de futbol – ni siquiera los internacionales con equipos italianos. Ni uno solo alzó su voz contra las insensatas manifestaciones del 8-M que tanto juego han dado después.

El Gobierno tiene el deber de proteger y no lo cumplió suficientemente. La oposición tampoco. Lo cual no exculpa al Gobierno, pero tampoco a la oposición que denuncia sin descanso la incompetencia e ineficacia del Gobierno. O su falta de auto crítica – lamentable – sin ver la viga en el propio.

De ahí la depre confusa del título. Mucho sufrimiento alrededor, muchos sacrificios, mucha incertidumbre y mucha desazón. Y pocos motivos para la ilusión mientras mueren compañeros de fatigas y amigos y otros sufren, en solitario, ahogos y pavor sometidos a ventiladores en cuidados intensivos. Y entretanto, los portugueses, esos de los que nos reímos diciento que ellos son todos bajitos y ellas todas bigotudas, enfrentan el temporal unidos. Ni me ponen las banderas ni me inflamo con los himnos pero a sentimiento e identidad españoles dificilmente me supera nadie. Pero que pena que sigamos siendo un país de trincheras.

4 comentarios en “Depre confusa

  1. No quiero ser sarcástico ,ni cruel ,pero cuando la derecha ,la medio derecha,los ultraderechas e independentistas varios, ponen los muertos sobre la mesa política para atacar políticamente al gobierno ,se corre el riesgo de que salgan los terroristas de ETA y los que siempre han justificado sus actos ,a decirnos que lo suyo no fue para tanto .
    Dicho esto,estos días he visto muchos comentarios riéndose del término (ocurrencia para muchos):
    Nueva Normalidad.
    Pues que me digan todos ellos como le vamos a llamar a lo que nos depara el futuro de esta pandemia.
    Venga…ánimo..que digan el término que tenemos que generalizar,.a ver si muestran tanta inteligencia estos nuevos licenciados de la RAE.,que salen a la palestra.
    Acertar es dicficil,Criticar es muy fácil,dobre todo cuando el que critics tiene la mente en blanco,porque no tiene nada que aportar.Esos que critican lo que oye y ven pero no tienen argumentos sólidos para aportar nada nuevo.
    A veces la crítica se convierte en envidia cochina…jeje.
    Dejemos la tontería de los nuevos términos para que los youtubers tengan folowers y gastadicters.
    Ante mi no veo na.
    AC/DC.

  2. Se agradece el análisis y la crítica diaria de Miguel Sebastián. Copio el tuit que ha escrito y que es resumen de su intervención en el programa de Ferreras. Coincido totalmente.

    En los últimos 5 días sólo Madrid ha tenido más casos que toda Grecia en toda la pandemia, 2,6k.
    En los últimos 10 días, más que todo Australia 6,7k
    En los últimos 15 días, más que todo S.Corea en toda la pandemia 10,7k
    ¿De verdad estamos en Madrid listos para la fase 0?

  3. A fecha de hoy , la suma de fallecidos ( Covid +) sólo en Euskadi ( 2 MM ) triplica a la suma de los fallecidos en Corea del Sur, Australia y Grecia ( 88 MM ) por la misma causa.
    La pregunta es ¿ agrupar los resultados así tiene algún significado que nos permita sacar conclusiones de cómo circula el virus hoy ?
    Yo no lo sé , pero estoy casi seguro de que en la próxima pandemia en cuanto vea a un chino estornudar por la televisión compraré un billete abierto a Sidney.

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