Lobisón
En Dominación (Dominion, 2012), el escritor británico C.J. Sansom presenta un mundo alternativo, en los primeros años cincuenta, en el que el nuevo primer ministro tras el desastre de Noruega y la dimisión de Chamberlain, en mayo de 1940, no fue Churchill sino lord Halifax, y su gobierno aceptó la oferta de paz de Hitler tras Dunkerque. La política y la sociedad británica se han fascistizado, Halifax ha dimitido y ha sido sustituido por Max Beaverbrook, el Rupert Murdoch de la época, a cuyos diarios acusó Baldwin de tener ‘poder sin responsabilidad, el privilegio de las rameras a lo largo de la historia’. Tras unas elecciones fraudulentas Churchill ha pasado a la clandestinidad a la cabeza de la Resistencia.
Estados Unidos no está en guerra con la Alemania nazi, pero en toda Europa existe una resistencia contra el Reich, a su vez empantanado en una guerra inacabable contra la Unión Soviética, pese a haber logrado tomar Moscú —y ahorcado a Stalin—, pues la guerrilla y el invierno se alían para impedir un triunfo definitivo de la Wehrmacht. La sangría ha minado la moral de los oficiales, y la mala salud de Hitler —que en nuestro mundo parece haber tenido los primeros síntomas de un Parkinson agresivo en el último año de la guerra—abre la posibilidad de un enfrentamiento entre el ejército, de un lado, y el partido nazi y las SS de otro.
La novela se puede leer muy bien como novela de acción y tiene un final razonablemente feliz. Uno de sus intereses mayores es la descripción de la vida diaria en este mundo alternativo, que recoge muchas de las penurias que sufrió la población británica en el nuestro, incluyendo la gran niebla de 1952. Pero es especialmente sugestivo un epílogo histórico en el que el autor justifica sus hipótesis especulativas sobre lo que habría sucedido si Gran Bretaña no hubiera rechazado la oferta de paz de Hitler, y sobre el papel que habrían tenido las figuras políticas de la época si la hubiera aceptado. (La atribución a Enoch Powell del papel de ministro para la India en el gobierno pronazi de Beaverbrook suscitó cierta polémica, mientras que nadie parece haberse ofendido por ver a Oswald Mosley, cabeza de los fascistas británicos antes de la guerra, como ministro del Interior.)
Lo que más puede llamar la atención del lector, sin embargo, es la arremetida contra el nacionalismo escocés actual, inicialmente dentro del contexto de una crítica general del papel ambiguo de los nacionalismos europeos frente al III Reich. Para Sansom, hijo de una escocesa y de un inglés que se conocieron y se casaron durante la guerra, el retorno del nacionalismo y la figura de Alex Salmond, el líder del SNP, representan un desastre y un peligro grave para Europa. Por cierto, el autor dedica el libro a sus padres, admiradores conservadores de Churchill, y aunque él es laborista traza un cuadro matizado y bastante positivo del líder británico. Debió de ser una familia interesante.
Me parece a mí que el papel de los nacionalismos europeos -los de las pequeñas naciones (balcánicos, corsos, bretones, flamencos, etc..)-, fue poco ambiguo. Por eso cuando muchos de sus líderes fueron fusilados cuando las democracias se impusieron al nazi-fascismo y decayó su peso político, pues eran «apestados» tras el fracaso hitleriano (los vascos quedaron a flote porque Franco hizo ímposible su ambiguedad -que también la tuvieron-, y por el peso del Vaticano). Los nacionalismos europeos necesitaron mucho tiempo para resurgir de sus merecidas cenizas.
De las diversas hipótesis de historia contrafactual sobre las que suele especularse, la que al parecer propone el libro que comenta Lobison ha sido la más trillada. El hecho de que durante un tiempo -tras la debacle francesa y antes de la entrada de los americanos en la guerra-, sólo Inglaterra resistiera al avance alemán, ha hecho volar la imaginación sobre lo diferente que hubiera sido el curso de la historia si los ataques de la Luftwafe hubieran acabado con la moral de resistencia de los ingleses o si los simpatizantes de los nazis se hubieran impuesto a los demócratas. O si, simplemente, los apaciguadores y realistas hubieran convencido a sus conciudadanos de que era mejor negociar con la bestia parda que enfrentarse a ella. Vamos, si les hubieran convencido de que Churchill y compañía no eran más que «sembradores de vientos» que presagiaban tempestades devastadoras, por utilizar la terminología del artículo de ayer.
En ese papel de resistencia en solitario ha habido no poca mitificación -sobre todo, tras la victoria aliada final-, pues realmente Hitler nunca tuvo planes serios de invadir Inglaterra, la RAF y la Armada británica fueron siempre muy superiores a sus contrincantes nazis e Inglaterra nunca estuvo realmente sola pues tenía detrás a los países de la Commonwealth. Pese a todo, fue una suerte que fuera Churchill y no Halifax quien alcanzara el liderazgo.
Lei la novela que Lobisón comenta hoy, y me pareció buena. Tiene a partes iguales novela de espias y novela contrfactual como dice luego Barañain.
No es la única ucronía que hay sobre un hipotético desenlace diferente de la segunda guerra mundial. Patria, de Richard Harris es otra de este género, con un ritmo quizás mas vivo.
Dicen algunas fuentes que la intención de Hitler respecto al imperio británico fue siempre llegar a un acuerdo de paz más que enfrascarse en una guerra. En esta tesis encuadran algunos el vuelo de Rudolph Hess, lugarteniente de Hitler que fue capturado al lanzarse en paracaídas precisamente sobre Escocia. Según alguno este viaje llevaba una oferta de paz secreta que no fue aceptada por el gobierno británico. A saber. El hecho es que Alemania se vio empujada a una intensificación de las acciones bélicas contra intereses británicos por el desastre del ejercito italiano, si no, es posible que la campaña de bombardeos previa a la invasión de la Unión Sovietica si estuviese mas orientada a amedrentar que a vencer militarmente.
Por si alguien le interesa el tema. recomiendo el libro
http://www.uniliber.com/ficha.php?id=2955788
Historia virtual : ¿que hubiera pasado si…? de nial Ferguson. Está hecho por historiadoes y todos los capítulos son «contrafctuales» de estos.
En el primer capítulo se analiza la posible no entrada de UK en la I guerra Mundial. Alemania gana, crea un espcio económico europeo donde manda,,,, hahaha y el fascismo surge en Francia, la gran derrotada en 1918