Efecto Streisand y en Moto(s)

Carlos Hidalgo

Como los periodistas somos expertos en repetir obviedades, explicaré lo que es el “Efecto Streisand”. En 2003 un fotógrafo llamado Kenneth Aldeman hizo un reportaje sobre la subida del nivel del mar, fotografiando a varias casas que estaban en primera línea de playa en Malibú (California) y colgándolas a continuación. Con tan mala suerte que fotografío una que pertenecía a la cantante y actriz Barbra Streisand. Esta, alegando una invasión intolerable de su privacidad, denunció a Aldeman y exigió 50 millones de dólares, así como la retirada y el borrado de todas las fotos.

Una vez que corrió la noticia, la foto, que se había descargado menos de 30 veces en meses y no había tenido ninguna repercusión, pasó a descargarse más de 40.000 vewces al día y a extenderse por todo Internet como la pólvora. Desde entonces, se conoce como “Efecto Streisand” a todo intento de censura que rebota espectacularmente, haciendo que aquello que se quería ocultar se difunda más todavía.

El otro día el Ministerio de Igualdad sacó una campaña en la que reprochaba algunas de las actitudes machistas cotidianas que todavía hoy sufren las mujeres. El anuncio pone algunas que resultan muy familiares y, como era de esperar, hay gente que se ha dado por aludida.

Tal ha sido el caso del presentador y humorista Pablo Motos. Motos dedicó diez carísimos minutos de televisión a justificarse y a denunciar lo que entendía como un ataque del Ministerio dirigido particularmente contra él, poniendo imágenes de archivo de su programa que, en principio, desmentirían las acusaciones de machismo.

Las redes, que ni olvidan, ni perdonan, empezaron a recopilar por su cuenta todas las ocasiones en las que Motos ha hecho sentir incómodas a las invitadas, las he hecho observaciones sexuales, les ha robado besos e incluso las ha tocado sin su consentimiento. Públicamente y en antena. Hasta hay declaraciones de algunas de ellas explicando lo vergonzosa y lo embarazosa que fue su experiencia en el programa.

La productora de Pablo Motos reaccionó denunciando esos contenidos como violaciones de sus derechos de autor, para así hacerlos desaparecer. Pero, como no podía ser de otra manera, se ha producido el Efecto Streisand y ahora es más fácil ver al presentador babeando a las invitadas que actuando como él mismo presume de hacer. Y lo que es peor, más invitadas del programa dan su testimonio acerca de lo mal que les hizo sentir su paso por “El Hormiguero” y como, además, tienen a personas encargadas de llamar para convencer o amenazar a quienes se hayan quejado públicamente de la actitud del presentador.

Todo esto le pasa a Motos por no pararse a pensar un poco. Yo estoy convencido de que él no cree ser un machista, de que cree en la igualdad de derechos y de que hace lo posible por ser un tipo decente. Pero es que no es él quien ha de juzgar eso, sino las personas que se han sentido mal por esas actitudes suyas. Y tal vez no estaría mal reconocer que en todas las ocasiones en las que él creía ser bromista, seductor o ingenioso, lo que estaba haciendo en realidad era ser un baboso. Y no pasa nada. Es algo que nos ha pasado a todos en alguna ocasión, sobre todo cuando nos venimos muy arriba. Es mucho mejor pasar mucha vergüenza, reconocer un error y aprender de él, que empeñarse en vender una versión de ti mismo que hasta tu propio programa desmiente.

Pero esto no trata solo de Pablo Motos, que bastante mal lo está pasando. A veces, la gente cree que el camino a la virtud está en señalar con escándalo los defectos de los demás y no, Motos no es el único machista de España. Se trata de no tener esas actitudes y de evolucionar a una manera más decente de tratar a las personas, sean estas hombres o mujeres.

2 comentarios en “Efecto Streisand y en Moto(s)

  1. Permítame hacer un comentario a «lo Orestes»:
    Pablo Motos está «streisado».
    Lo que más me chirría del asunto es la defensa de «la verdad de Motos» de los tertulianos del Hormiguero.
    Pero bueno,siempre hay gente que quiere poner una línea muy fina entre el machismo y su percepción del machismo y por regla general son los que se pasan tres pueblos de la línea divisoria que ellos mismos han puesto.
    Quizás es que lo que pretenden es que para juzgarlos hay que ver el grado de cara de baboso.

    El pasado viernes la abogada de la víctima de ‘La Manada’, Teresa Hermida, cuando se encontraba trabajando en uno de los casos relacionados con su defendida en los juzgados de Cartagena, en Murcia.

    Allí, un hombre se le acercó.
    profiriendo todo tipo de insultos contra su defendida y mostrando fotografías de la víctima incluidas en el sumario, a pesar de que este es secreto. La Guardia Civil incluso tuvo que intervenir, ya que este individuo mantuvo su actitud de acoso hacia la letrada dentro de los juzgados y también fuera del edificio.

    Pues ya ven ,no hay línea divisoria que valga en el machismo.

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