El efecto rebaño y el tigre

Sicilia

Se denomina “efecto rebaño” a aquel que se produce al ir una teoría concitando a su alrededor todo el apoyo de la mayoría de las opiniones en torno a un tema cualquiera. 

Puede producirse en cualquier disciplina, pero el campo de las ciencias sociales, siempre más resbaladizo a la hora de presentar resultados exactos, con total certidumbre y unívocamente determinados, está especialmente abonado para presenciar diferentes manifestaciones de este fenómeno.

 Una de las más inocuas es la que se produce en las previsiones  económicas. Todos los vaticinios hechos por los grandes servicios de estudios acerca de la evolución económica internacional, acaban pareciéndose muchísimo. Esto dota de las mismas ventajas a los economistas que a los rumiantes de la sabana africana. Si acertamos, acertamos todos y vivimos felices, pero si nos equivocamos, nos equivocamos todos y el ciudadano –o depredador- no puede distinguir entre nosotros a la hora de señalar con el dedo –o devorar- a los más torpes.

Hay otras manifestaciones de este efecto rebaño más dañinas. Una de ellas fue la convicción cuasi universal de que se había acabado prácticamente con las crisis y los ciclos (si bien aquí hubo algún disidente, pero muchos menos de los que ahora se postulan), cuya veracidad lleva comprobando el mundo casi dos años ya. También las hay más típicas de un territorio, “la vivienda nunca baja”, pongamos por caso.

Hay, en suma, “efectos” rebaño internacionales, locales, duraderos, pasajeros, chirriantes  o de apariencia más sólida. Lo importante para que se produzca un buen efecto rebaño es que haya una situación determinada sobre la que, en realidad, nadie tenga clarísimo cómo actuar.

En España vivimos una situación muy favorable a la formación de rebaños. Estamos en un importante debate acerca de las causas últimas de la crisis económica y, sobre todo, acerca de los remedios a utilizar. Dentro de todo lo sensato y lo menos sensato que se ha pronunciado, me gustaría hoy centrar la atención en una vertiente de análisis de la situación que podría bautizarse como “Sadismo Autoinfligido”, o “España, ese país de mierda” (con perdón).

La técnica principal de esta escuela de análisis consiste básicamente en ir cogiendo países e indicadores económicos para, como si ellos fuesen un primo repelente y España un estudiante díscolo, ir comparando, generalmente hasta concluir que somos inviables, o ir proponiendo soluciones rayanas en el absurdo.

Compararse con casos de éxito no es criticable si se hace con la debida tranquilidad y distanciamiento analítico. De ahí podemos obtener inspiración. Lo erróneo desde el punto de vista de la obtención de conclusiones sensatas es, como siempre, hacerse trampas. En este caso la trama consiste en prestar sólo atención a los datos que refuercen nuestros argumentos, descartando aquellos que no lo hagan. Lo característico de la vertiente “Sádica Autoinfligida” es que llega a forzar los argumentos para llegar a la conclusión práctica de que España es incompatible con el desarrollo económico.

Uno de los ejemplos de cómo trabajan los argumentos expuestos en el penúltimo párrafo es el siguiente: “España es una castaña de país y tiene tanto paro porque no tenemos industria, como Alemania”.

Vaya por delante que tener un sector industrial potente está muy bien. Vaya por delante, también, que los sectores industriales potentes están donde están por razones históricas de mucho peso, es decir, no es una decisión discrecional de ninguna sociedad el decir, “hagamos un sector industrial potente en el bien X”, ni tampoco una culpa como la de Caín, que se arrastre desde la noche de los tiempos el no tenerlo. Y, como tercer plato anticipado, vaya por delante que los sectores industriales pierden peso en la práctica totalidad de los países desarrollados desde hace casi 15 años, sin que haya habido una caída del imperio romano por ello.

Advertido esto, sea: “España es una castaña de país, y sobre todo, tiene tanto paro porque no tiene la industria de: Alemania”, ese admirable país que, como a un repelente primo modélico nos sacan a relucir de vez en cuando.

Pues es verdad. El peso de la industria en la economía española es del 17% del PIB. El peso de la industria en la economía alemana es del 25,6%.

Hecha entonces una regla de tres, para tener la tasa de paro de Alemania, basta con impulsar la industria más de siete puntos. Porque está claro que lo que tiene que hacer un país serio y tal es tener industria.

O no, porque hay un país que ya en el año 2004 tenía un 16% de peso industrial y la evolución desde entonces, a tenor de otros datos observados, seguro que no ha podido ser a mejor. ¿Se trata de Irak? ¿Somalia? ¿Algún meritorio emergente norteafricano o sud asiático? ¿Islandia? No, se trata de Estados Unidos, repelente primo modélico por antonomasia. Pero no para aquí la cosa, Francia, con su potente sector nuclear, también tiene menos peso industrial que España (13,8%), mientras que el Reino Unido apenas nos supera en 0,6 décimas de punto. Vaya, parece que hay países de éxito con igual o menor peso industrial. A la vez, si miramos la clasificación hacia arriba vemos que las repúblicas Checa y Eslovaca, seguidas por Rumanía, son los países con más peso industrial del continente. O sea, que la relación “peso industrial = país fetén” no está ni mucho menos determinada, o no al menos como la idea de que España es un país inviable.

Otro argumento igualmente citado es “España, una castaña de país por el poco peso de su sector exportador”,  a veces seguido por las coletillas “somos un país de bares”, “sólo exportamos naranjas”.

De nuevo, vaya por delante que tener un sector exportador potente es bueno, pero que los países suelen exportar aquello que hacen mejor, sin que nadie parezca arrepentirse por ello.

Y, de nuevo, datos interesantes. Intimidante la capacidad exportadora de Alemania, que equivale a un 47% de su PIB sumando bienes y servicios. La española sólo llega al26,4%. España tiene por debajo a Francia, Grecia, y de nuevo Estados Unidos (¡!) y Japón (¿?), con menos del 20% en ambos casos. Italia y el Reino Unido apenas se distinguen en un par de puntos de España, superándola en este caso.

En cuanto a los líderes de la tabla, no merece la pena examinarlos como caso de éxito, ya que son países que por su pequeño tamaño experimentan procesos locales muy particulares. Por ejemplo, Luxemburgo tiene un sector exterior equivalente a un 138% de su PIB. Bélgica un 85%, Irlanda un 83% (por cierto, chupándose una crisis muy similar a la española en este momento).

De nuevo, una vez más, el nivel de las exportaciones nacionales no nos hace un país inviable. Fundamentalmente porque el crecimiento de una economía se debe a factores internos y externos, y en un país grande, como es España, con sus más de 45 millones de habitantes, la capacidad de generar crecimiento internamente es muy importante. En resumen, que si la cosa “se anima” dentro, se nota enseguida.

En cuanto a las extensiones folclóricas cabe decir dos cosas. Primero, que los tres grupos más importantes de exportaciones españolas son automóviles, con un 21%, productos agrícolas con un 6%, y otra maquinaria industrial con un 4% (el resto se lo reparten otras rúbricas). Por supuesto, se puede enmendar a la totalidad, decir que cuántos automóviles vendemos (qué bien / qué mal), o que cuántos productos agrícolas, qué país atrasado. Para la reflexión: las decisiones sobre el futuro de Figueruelas no se toman ni en Madrid ni en Zaragoza, las de los olivos cítricos, frutas y vino, no se toman en Detroit.

Por último y para finalizar: “España se encamina a una depresión porque llevamos ocho meses seguidos con inflación negativa y eso es deflación”.

Vaya por delante que estar mucho tiempo con tasas de IPC negativas es muy malo para la economía, se transfiere a las expectativas de los agentes y la cosa se para, todo el mundo espera a que comprar algo sea más barato, hasta que llega el parón y la debacle.

Es un hecho incontrovertible que el petróleo ha estado mucho más barato en la primera mitad de este año, hasta agosto, que en la segunda. Eso, por sí solo, explica las tasas de crecimiento negativas de la inflación. Es también un hecho incontrovertible que el IPC nacional reacciona con más fuerza a estos impulsos que el extranjero. Por último, desde la entrada en el euro, España ha mantenido un diferencial de inflación positivo con la eurozona que, se argumenta, nos ha restado competitividad, reiteradamente se ha dicho que debíamos bajar precios y salarios si queremos recuperarla.

La deflación, si se prolonga otro año, sería mala malísima posiblemente. Lo que no es limpio es que, de nuevo, España sea un país inviable porque tiene tasas de inflación positivas, y que cuando no las tiene, sea inviable porque las tiene negativas. Este tipo de argumentaciones, que no se reducen solo al terreno de la inflación, recuerdan, por cierto, un poco a Lola Flores y su archiconocido “tú lo que quieres es que me coma el tigre”.

Lo más curioso de todo esto es que se ha convertido, junto con una inconcreta necesidad de “austeridad”, o de las conocidas “reformas”,  en una cantinela, a mi juicio injustificada e insuficientemente detallada. Cosa que es precisamente lo menos necesario para dar con soluciones o vías de acción inteligentes ante la coyuntura que nos ocupa. La repetición de mantras dicen que hace que el cerebro genere ondas alfa, similares a las del sueño, o sea que amodorra, como la cálida pertenencia al rebaño. Ojo que no les coma el tigre.

59 comentarios en “El efecto rebaño y el tigre

  1. Me sumo a las felicitaciones para Sicilia y Antesala por sus artículos, ya que no todos los días podemos leer razonamientos como éstos en los medios de comunicación.
    Quisiera sólo añadir un breve comentario respecto a las exportaciones españolas, algo ya se ha comentado pero que me gustaría remarcar. En mi modesta opinión, lo importante no es tanto cuánto exportamos, sino qué exportamos. Es cierto los datos dicen que Japón exporta menos, pero lo cierto es que vende mucha más tecnología que nosotros. Uno de los factores que están posibilitando la salida de la crisis de Japón, que ha superado las predicciones de todos los expertos, es precisamente su reforma tecnológica y su apuesta por la innovación. Allí utilizan la denominada «ingeniería inversa», que consiste en integrar el enfoque tecnológico con el económico social.
    Aquí en España se están haciendo cosas y tenemos a grandes empresas que están triunfando en todo el mundo, también en tecnología, pero se trata de empresas grandes y donde hay que llegar es a las pymes. Industria lo está haciendo bien, pero todavía queda un largo camino por recorrer.
    ¿Soluciones? Estoy con Antesala en que se trata más de un tema de educación y cultura de innovación. Es posible que suene a tópico, pero a estas alturas, en España los empresarios y los ciudadanos que tienen de cambiar el modelo económico (porque pueden invertir), todavía están acostumbrados al ladrillo, a ganar dinero en cuatro días sin esfuerzo y me temo que esto será así mientras toda la sociedad española no se dé cuenta de que tiene que cambiar, entera, empezando por los medios de comunicación, pero también los profesores, toda la comunidad educativa y los empresarios.
    Creo que todos deberíamos tomar nota, especialmente los creadores de opinión que son quienes tienen el poder de levantar la economía española para volver a situarla en la «Champions League», aunque eso nos lleve algunos años, incluso décadas, como le ha pasado a Japón.

  2. Nuestra ligera deflación es la misma de toda la zona euro. La fuerte caida del $ respecto al € hace que el precio del petróleo en euros se mantenga estable, mientras que en dólares está creciendo. Por tanto, nuestra ligera deflación no es por causas internas -caida de la demanda- y, por tanto es bienvenida y permite que el BCE mantenga el tipo de interés muy bajo. Desgraciadamente, la caida del $ también repercute en nuestras exportaciones y concretamente en nuestros ingresos por turismo, con lo que no podemos evitar ser el segundo país con mayor deficit de balanza por cuenta corriente.

    Una de las causas de nuestra reducida productividad es la cantidad de dias festivos que tenemos y que, además, no se trasladan al lunes o viernes más cercano. En todas partes del mundo ya se sabe que el lunes, monday, monday…. , es un dia de baja productividad. Pues en España todavía má,s ya que un dia de trabajo después de uno festivo en medio de la semana es como si fuera lunes. El único sector que se beneficia de esto es el sector hostelero y restaurador que se encuentra alrededor de nuestras grandes ciudades.

  3. Muchas gracias a todos por los comentarios, ha sido un día animadísimo.

    El nivel de las intervenciones se mide por sus contenidos, y la falta de él, también.

    Voy a echarle un vistazo al «Economía para torpes», libro francamente útil, por cierto y escrito en un lenguaje asequible que no dudo en recomendar.

    Basta y sobra para desnudar a más de uno.

  4. Al hilo de lo que comenta Magallanes 53…ejem…les digo:

    Fomentar la buena vida como lo hace España ,deberia ser mas productivo si nos lo tomaramos en serio.
    El problema de los lunes despues de los domingos o festivos deberia ser resuelto con fomentando el dia libre de trabajo u obligacion festiva.
    Es decir,deberiamos trabajar de martes a viernes,dejar los sabados sabadetes para los polvetes y los domingos para Bodas,bautizos y cumpleaños.
    Los lunes al sol…practicando tai chi en la calle o en la casa con los colegas ,con la Wii.

    Viviriamos con menos productividad pero ¡¡Seriamos la envidia de todo el mundo!!…ya lo somos por la siesta y la tortilla de patatas.

    No queremos escuchar mas el estribillo ese dichos de The Boomtown Rats:

    Tell me why
    I don’t like Mondays…
    I want to shoot
    Ooooooh
    The whole day down

    ¡¡¡Que se lo metan por donde les quepa!!!…Spain, vale mas que mil palabras…JAJAJA…que nervios.

  5. Sicilia 54 .
    Desde que era un mozalbete y empezaron a llegar a mis manos los primeros «10 Minutos» con sus estupendos reportajes de bellas artistas en sus casa mostrandonos sus cuartos de baño y duchas vaporosas ,recreandose en sus dormitorios libidinosamente o en sus jardines con piscina y amaca ,de las que se extraian la mejor fotografia para el poster central desplegable.
    Descubri a Forges.
    Mi predileccion por Forges me marco para toda la vida.
    (Ya sabes entre p… y p… ,unas risas).

    ¡¡Que grande el Forges!!

    Ay Fernando lo que te has perdido,colega…..jeje.

  6. ¡Caramba, caramba!, qué interesante ha estado hoy el blog gracias al pertinente e interesante artículo de Sicilia: El efecto rebaño y el tigre. ¡Qué sugerente! para describir el ambiente rancio-insoportable de los medios enestepaís cuando se ponen a «analizar» lo-que-se-hace-tan-mal permanentemente y lo-que-se-debería-de hacer pero NUNCA se hace. Ya sea hablando de la inflación, la deflación, la crisis, la recesión, la susodicha reforma estructural, el Alakrana (y eso que ya están todos cenando en su casa). Pero ¿qué querrán? ¡Qué aburrimiento! Sicilia ha demostrado hoy que se puede incar el diente a esos arduos temas con creatividad y siendo muy ameno: de hecho se llega al final casi como en un thriller, teniendo que adivinar qué o quien es el malo de la película porque no está claro ni al final. Yo le dóy un 10 porque además en toda su perorata no alude ni una sola vez a la frase favorita de Franzino y Estefanía: el tan traído y llevado :»con la que está cayendo». O sea, que se puede hablar de estas cosas sin borreguismo alguno y sin acudir a «lo terriblemente mal que lo está haciendo este gobierno» etc., etc., etc.. gracias Sicilia: son muy necesarios tus argumentos.
    Fernando, cálmese y no se enoje usted con Sicilia que parece un chico muy despierto y trabajador y los necesitamos así.
    Coincido, pues, plenamente con Cicuta (6) cuando enumera las razones que verdaderamente nos hacen tan excepcionales en el entorno europeo (descontando a Italia, por supuesto,).
    Muy agudo Pratxanda (3) de acusica, como le tilda Amistad (quien hoy tamien me ha parecido que escribía para 10).
    A Sarah: gracias muchas por haber leído mi reflexión sobre Suráfrica del domingo. Sí, puede que yo hubiera hecho lo mismo.
    Boas noites

  7. 54

    Sin lugar a dudas que el libro «economía para torpes» es un libro francamente útil, como usted reconoce, y hace bien en recomendarlo. No se si basta y sobra para desnudar a más de uno, pero para darle una pátina económica con la que vestirse y hablar sobre el tigre, no me cabe duda.
    Espero que Don PMQNQ no se enfade con usted por su consejo, entendiendo que es muestra de falta de elegancia.

  8. Yo no me enfado por su falta de elegancia, simplemente se la señalo. Y no se debe al consejo, sino al tono con que lo hace: un tono absolutamente desprovisto no solo de elegancia, sino de «fair paly». Acusa usted de ignorancia en Economía a una persona que sabe mucho de eso. La acusación demuestra ignorancia por su parte, además de la señalada falta de elegancia.

    Pero yo enfadarme, no. En absoluto. Los enfados hay que reservarlos para temas importantes.

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