Carlos Montbau
En este artículo me apetece agradecer la laboriosidad profesional de Albert Om y Jordi Évole, dos personas vinculadas a los medios de comunicación, ya que llevan años trabajando con una mirada larga y con notable curiosidad por aquello que desconocen o que les ha sido ajeno en su vida cotidiana y/o infancia.Albert Om ha trabajado en canales de comunicación de proyección catalana y quizá solo sea conocido en el ámbito español como el periodista que realizó la entrevista a Pepe Rubianes donde éste se despachó a gusto pronunciando palabras poco edificantes sobre los españoles que se situaban más hacia la derecha con el recorrido judicial que tuvieron sus palabras.
Albert Om trabajó en un programa llamado “El convidat” adaptado en toda España por el histriónico Bertin Osborne años después. A diferencia de éste último, Albert mantuvo un perfil más secundario en el programa asumiendo que el protagonista no era él sino el entrevistado. En lo que es un reflejo de su carrera me interesa destacar el pasaje de un programa donde el invitado era el badalonés Jorge Javier Vázquez (min. 45 aprox). Mientras este último pertenece a la Catalunya del área metropolitana, Albert Om procede de la zona de Osona, Catalunya interior. Interesantes reflexiones destila la entrevista sobre la lejanía y la indiferencia entre una realidad y la otra dentro del mismo espacio geopolítica incluyendo en las respuestas dosis de clase social, no siempre bien expresadas y enmarcadas. Cuando visioné esta entrevista hace ya unos años pensé en el dúo musical “El Último de la fila” cuyos dos miembros también forman parte de esta Catalunya de orígenes diversos. El cantante de familia de Albacete y el guitarrista de la zona de Vic. Esa convivencia dio como resultado muy buenas canciones sobre todo en los cuatro primeros discos. Luego la cosa decayó.
Otro destelló de cintura, elegancia y amplitud de miras ha estado presente en el programa de radio “Islàndia” que dirige este periodista y que se emitió hace unos días donde se invitaron a varios hijos e hijas de la Guardia Civil que vivieron su infancia en una casa cuartel en Catalunya. El programa quería saber cómo habían llevado los sucesos de estos últimos meses y el tipo de relación que mantenían con sus padres, familiares y amigos. Fue valiente este programa ya que alejaba de la posible cosificación a guardias civiles y familiares. Importante aspecto éste cuando desde los sectores más inmovilistas de ambos bloques ya se lleva tiempo trabajando para ver el otro bloque como una caricatura. Años atrás Albert Om había dirigido un documental sobre el atentado de ETA en el cuartel de la Guardia Civil donde entre otros aspectos se preguntaba por el exceso de silencio después del atentado de una parte importante de los ciudadanos de Vic.
Algunos otros ejemplos encontraríamos de este periodista donde ha buscando ensanchar los muros de los bloques existentes ahora mismo en Catalunya.
Jordi Évole también ha decidido surfear la complejidad catalana apostando por la defensa del territorio en su oposición frontal a Eurovegas la cual podía destruir literalmente sus espacios físicos de infancia. Esta defensa y pasearse con políticos catalanes por media España le han valido burlas tanto en Catalunya como en España.
Hay que reconocerles a ambos periodistas una carrera arriesgada en cuanto a contenidos y formatos en sus programas pero sobretodo me interesa reconocerles el trabajo realizado por presentarnos una Catalunya poliédrica, dar voz a personas y territorios que no suelen estar presentes en el espacio mediático sino es para hablarnos de esas zonas o personas como sinónimo de desgracias y desatinos. Y lo han hecho a mi parecer desde la honestidad de lo que son pero sin olvidar que los otros no son como ellos y eso no les invalida a los otros a ser también agentes importantes en el panorama social y político actual. Poco son estos ejemplos en comparación a todas las sinvergüencerías que están sucediéndose en el espacio mediático catalán y sobretodo español en estos últimos años, pero hay que agradecerles a ambos periodistas su insistencia en trabajar desde lugares incómodos y terrenos poco sólidos.
A Albert Om no lo conozco, pero a Evole me llama la atención como algunos liberales-a-la-espeñola que conozco no lo pueden ni ver. Entiendase que alguien no te guste mucho, o nada, y otra es no poderlo ni ver. debo decir que me llama la atención la virulencia del rechazo.
Evole a veces se pasa un poco de tendencioso, por ejemplo con lo de Europa y el paso de inmigrantes por el Mediterraneo donde basicamente ha metido la gamba. A mí, con todo, me parece que en el balance aporta muchas mas cosas positivas que negativas. Tendriamos una mejor prensa en general con más Evoles y menos Indas (o menos Antonio Caño, pero esa es otra)
En realidad no existe el profesional perfecto y menos en una actividad que por definición debe de ser plural.
Évole , lo novedoso de Évole , es que revoluciona el formato de la entrevista documento , y eso es un mérito de él y su equipo.
Muy bien construido , dista mucho del país de procesiones , castañeras , belenes y mantillas, por no hablar de los espantosos planos de ministros cantando el himno de la legión. Hasta aquí , muy bien.
Lo malo es cuando habla con Otegi , o Evo Morales y llega la inconsistencia del soufflé , como le llegò a Iñaki Gabilondo , omnicomprensivo intérprete de un mundo revolucionado.
¿ Qué razón tenían esas figuras autoritarias y controladoras de su imagen para conceder una entrevista al pequeño D’ Artagnan ?
Alquilar su vehículo de veracidad por unas horas y hacer propaganda de su figura.
La Sexta en ebullición.
Denle al link de Albert Om y los hijos (adultos) de la Guardia civil. En el mismo programa ha mostrado varias veces interés por las víctimas del terrorismo, tanto Vic, como Hipercor…