El triángulo de las Bermudas

Senyor_J

La actualidad política española se encuentra triangulada por tres fenómenos dependientes entre ellos que la afectan y la trastocan. Sera por eso que las naves y barcos que la han sobrevolado o surcado últimamente han desaparecido sin dejar rastro, pasando a otros mundos que no son el nuestro.Uno de los vértices del triángulo es la negociación de presupuestos. Poco se ha hablado en este espacio del acuerdo alcanzado entre PSOE y PODEMOS sobre los mismos, quizás porque lo que se desprende de aquel no encaja demasiado con el relato dominante que históricamente se ha generado en DC sobre Pedro o sobre los podemitas. El caso es que dicho acuerdo contempla medidas tan dignas como mantener el poder adquisitivo de las pensiones de acuerdo con el IPC, implementar mecanismos de control ante la especulación de los alquileres, subir el Salario Mínimo Interprofesional hasta los 900 euros en 2019, recuperar el subsidio por desempleo para mayores de 52 años, reformar por fin el sistema de cotización de los trabajadores autónomos, elevar el gasto en I+D, equiparar los permisos de maternidad y paternidad, etc. No en vano dicho acuerdo ha sido descrito como el punto y final de la etapa de austeridad iniciada por Jose Luis Rodríguez Zapatero en 2011 mediante la reforma del artículo 135 de la Constitución y el primer paso para recomponer los platos rotos durante siete años de recortes, austeridad y partidopopularismo.

Que estos presupuestos salgan adelante es crucial para la sociedad española y para evidenciar que existe alternativa de gobierno al populismo de derechas que encarnan Casado, Rivera y Abascal y que amenaza con extender por España las lacras que tales perfiles políticos desparraman por otros países. No obstante, los frágiles equilibrios sobre los que reposa el Congreso obligan a hacer maravillas y a obtener el apoyo de los tres principales partidos nacionalistas del Estado: PNV, ERC y PDECat. Con cada uno de ellos la situación es diferente. Los primeros presentan las mismas pocas dificultades de siempre para un pacto mientras se les responda satisfactoriamente a la pregunta «¿Qué hay de lo mío?». ERC está obligando a un cierto protocolo que incluye la visita de Pablo Iglesias a la prisión de Lledoners y que se pongan sobre la mesa indicios creíbles de que la Justicia será clemente con los políticos presos. Por su parte, el PDECat sigue atrapado en sus contradicciones y en su aleatoriedad táctica, donde nunca se sabe cuándo hacen un órdago, cuándo una escenificación y cuándo bajan la cabeza. Sin el factor moderador de Marta Pascal, la incidencia del hombre de Waterloo puede ser determinante, ese hombre que cuando todo el mundo pensaba que convocaba elecciones, acabó proclamando una independencia low cost y fugándose al extranjero, mientras Junqueras lo miraba primero confundido desde su asiento y después deprimido desde su celda. Todo queda así en manos de la incertidumbre y de las pulsiones del ámbito más ciclotímico de la política española.

El otro vértice es naturalmente el Parlament de Catalunya. Ha transcurrido ya casi un año desde la aplicación del 155 y la región nororiental de la Península ya no tiene la capacidad de poner en crisis galopante al Estado español, pero no por ello ha dejado de existir el Processisme, ni el Parlament ha dejado de estar regido por sus impulsos. Los sainetes no cesan ni por un instante, el último con la cuestión de los votos delegado. Tampoco es posible disponer de un Parlament operativo, capaz de afrontar todas sus obligaciones legislativas y de control del gobierno, y ya no digamos de un Govern capaz de obrar con normalidad institucional y de ejercer con un mínimo de responsabilidad sus funciones. Precisamente esa cuestión de los votos delegados ha hecho caer la frágil mayoría de que disponía ahí el soberanismo y ahora se abre el juego hacia nuevos operadores, en este caso los Comunes y Podem, las franquicias catalanas de Podemos, que no están desaprovechando la oportunidad para ofrecer un pacto global sobre los presupuesto españoles, catalanes y barceloneses, estos últimos muy trascendentales para que Ada Colau afronte con mejores garantías de éxito las próximas municipales. Pero como los gestos del Parlament los carga el diablo, casi sin darse cuenta el Grupo Parlamentario de Catalunya En Comú Podem se vio firmando la resolución reprobatoria contra el rey, que para colmo echó al traste la puesta en escena del acuerdo presupuestario del Congreso. Así las cosas, solo los más optimistas podrían esperar que vayan a cambiar muchas cosas por esas latitudes.

El tercer vértice del triángulo se llama botón nuclear. Pedro Sánchez tiene uno que se llama convocar elecciones generales. Carles Puigdemont, a través de su virrey, Quim Torra, tiene otro que se llama convocar elecciones catalanas. Susana Díaz ya hizo uso del suyo en Andalucía para aprovechar el aire que le pueda dar la presidencia de Pedro mientras esta se mantenga en pie, anteponiendo unos comicios importantes a las próximas autonómicas y municipales que se celebrarán en el mes de mayo de 2019. Es un botón al que todo el mundo le tiene pánico, incluso las personas al mando, puesto que, una vez utilizado, puede acabar siendo un arma de destrucción propia o ajena. Donde más impacto puede ocasionar es en Cataluña, donde un audaz Puigdemont podría plantear activarlo antes de las municipales, con el fin de intentar darle un barniz soberanista al ciclo electoral de 2019 para que disminuya la sangría de ayuntamientos que corren serio peligro de escapar de las manos de la tuneada Convergencia. A ese fin obedecía la estrategia de forzar las listas unitarias de Junts, que ERC ha sabido capear, con el brillante colofón de convertir al preso Junqueras en cabeza de lista para las elecciones europeas y devolverlo a la arena de la política con cuestiones como toda la simbología que acompaña la visita de Pablo a Lledoners o el ir alimentando a la prensa con informaciones de que está en todo y sobre todo lo que sucede en ERC. La creciente bifurcación de los caminos que recorren las tres patas parlamentarias del soberanismo, el agotamiento emocional que evidencia un mundo soberanista en su conjunto, que frente a Rajoy vivía mucho mejor, así como el cambio de tono del Gobierno español, su actitud dialogante y las señales de que los presos pueden encontrar alguna vía de escape judicial en los próximos meses, están ayudando a enfriar algo una situación, que solo los sectores más ultramontanos del soberanismo querrían invertir forzando elecciones a diestro y siniestro.

Pero es justamente en esa interacción entre lo catalán y lo hispano donde Pedro podría encontrar motivos para apretar su botón. Si los presupuestos nos prosperan, si no es posible poner en marcha las medidas claves que se prevén en ellos y situar así al electorado en el marco de «O nos votas y mira lo que hacemos, o ellos vuelven», el tiempo empezará a jugar en su contra y el avance electoral estará servido, generando una contienda caliente que se presentará como una lucha entre los que proponen y los que ponen palos en las ruedas. Y si de esa jugada sale vencedor el eje del mal (Casado, Rivera, Abascal), la política española no puede más que enturbiarse de manera irreversible.

4 comentarios en “El triángulo de las Bermudas

  1. Yo le oí una vez en un discurso a un ministro de economía: «es muy dificil hacer predicciones, especialmente si se trata del futuro». Luego me enteré de que la frase era de Niles Bohr, que viene perfectamente al caso con las menciones a botones nucleares.
    Los PGE están muy pintones, cierto. Con mucha maldad -uno tiene ratos así- diria yo que alguno al verlos se ha dado cuenta de que,aunque él pensaba que si, de izquierda, o de social, le queda poco o nada dentro. Pero no tienen facil salir, aprox hacen falta 20 escaños adicionales, complicado, mas plausible. Yo hay dias que me levanto con que esto es una estrategia de comunicación, un mensaje, y hay otros en los que pienso que van a por ello. Como la locura colectiva se a apoderado de todo lo que hay a la derecha del PSOE, embarcada en plena dinámica de «¿a que no hay huevos a..?» todo el campo de acción política se ha quedado para Pedro Sanchez que con solo decir «Buenos dias, ¿que tal?» parece Konrad Adenauer en comparación (habiendo, como hay movidas y moviditas). Me parece también que Iglesias ha aprovechado para actualizarse (habiendo movidas y movidtas tb por ese lado) y ofrece ultimamente unos perfiles de politico razonable. Esto , hablando en plata, casi parece joder más que cuando era un broncas, pero el rechazo es que es una de los emociones humanas mas difíciles de variar, cuando alguien te ha tocado las narices, ya es dificil que te las destoque. Humanos somos.

    A quien tengo muy perdida la pista es a Colau, els comun etc. En un tiempo parecian representar mucho a ese «70% de catalanes que no quieren independizarse pero si quieren el derecho a decidir» y hacian como de alternativa sensata, como de puente, tal y cual pascual. Ahora no sé su posición, no los tengo tan ubicados. Son muchos? Tienen peso? están organizados o con la retirada de Domenech pasa algo?.
    Yo reconozco que desde el referendum ya no esta sobre la mesa, ha desaparecido toda mi referencia , o toda mi impresion de como se ordenaban las fuerzas políticas catalanas, hacia las veces de norte magnético, o de punto de fuga hacia el que converger. Ahora no se (posiblemente antes tampoco sabía, pero me parecía que sí). ERC parece tener un cierto grado de cohesión y rumbo mayor que los demas, porque PdCat y CUP…bueno pues eso.
    En resumen, yo me mojo (`pero sin jugarme mucho)
    Los PGE van a salir
    PSanchez agota ciclo
    En las municipales o Colau o Carmena pierden la alcaldia (eso, de propina)
    En Cat se aburren un dia de todo esto e intentan, con el previsible éxito, poner el reloj en 1993. PdCat se redisuleve y se crea una nueva Convergencia o similar.

  2. Ya que Laertes está mojado ( algo normal tratándose del triángulo de las Bermudas ) y el Senyor_J ha transformado Cataluña en la regiòn nororiental de la Península – eso sì, de imprecisos límites – , aprovecho los últimos datos del CIS que otorgan al PSOE un 31, 6 % de los sufragios ( el director es miembro de la ejecutiva lo que compromete seriamente los resultados ) , para lanzar mi cuarto a espadas : si tiene razòn el CIS se verá un reflejo en Andalucìa , y de confirmarse un buen resultado , Sánchez convocará elecciones, los PGE no saldrán por la enemistad entre PdCat y ERC ( según parece Junqueras anda diciendo que Puigdemont está loco ) , nuevamente Podemos quedará colgado de la brocha y el toqueteo de los botones dará lugar a más elecciones. De propina Ada y Carmena serán desplazadas ; en Barcelona , por el huracán Valls ; en Madrid , por algo más prosaíco , el tráfico.
    Es la leyenda del triángulo , a la que te descuidas , desapareces.

  3. Me parece oportuno matizar que, percibo yo, ya le gustaria a Ciudadnos, partido al que se le conocen grandes éxitos en sondeos pero nada mas, quedarse colgado de la brocha estilo Podemos. Estos algo de cachito han pillado aquí y allá.
    Tb puede ser que no, que en realidad lo de uno sea ser ese cuñado todólogo al que solo se le conocen ínfulas, Es mucho mas cómodo.

    En Valls no había caído, sí, creo que puede ser un candidato potente.
    En Madrid, es que a Madrid una de las cosas que mas le gusta es votar alcaldes de derechas, y lo de Carmena fue un desliz.

    Yo puestos a equivocarme en una , prefiero equivocarme en Madrid, que es donde vivo.

  4. Yo me apunto a lo de Laertes:
    En resumen, yo me mojo (`pero sin jugarme mucho)
    Los PGE van a salir
    PSanchez agota ciclo
    En las municipales o Colau o Carmena pierden la alcaldia (eso, de propina)
    En Cat se aburren un dia de todo esto e intentan, con el previsible éxito, poner el reloj en 1993. PdCat se redisuleve y se crea una nueva Convergencia o similar.

    Y añado: ojalá sea Colau la que pierde y se quede Carmena.

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