Senyor_J
Islandia es una pequeña isla situada en un lugar lo bastante alejado del continente europeo como para que su colonización se produjera en época tardía. Los vikingos dieron con ella en el siglo IX, de forma accidental, y no tardaron mucho en iniciar una lenta pero exitosa colonización de la misma. El pueblo vikingo ha adquirido fama de rudo, violento y poco civilizado pero en Islandia fueron capaces de desarrollar instituciones de gran eficacia para prevenir los conflictos armados.
Nos referimos con ello ni más ni menos que al Althing, una asamblea a la que todos los hombres libres tenían derecho de acudir y hablar, si bien el poder se concentraba en buena medida un círculo restringido de godar, en los que recaía la capacidad de legislar y arbitrar litigios. A pesar de ello, las decisiones debían gozar de cierto consenso, ya que los seguidores de un godar podían trasladar su lealtad a otro si no estaban satisfechos con el mismo. Los godar elegían asimismo un Legislador con un mandato de tres años, cuya principal función era recitar las leyes islandesas desde la Roca de la Ley hasta que estas fueron puestas por escrito a principios del siglo XII.
Dado que la violencia vikinga no es meramente legendaria, habremos de destacar que algo antes del año 1000 se coronó como rey de Noruega Olaf Tryggvason, quien se había convertido al cristianismo y, como tantos otros, deseaba extender la palabra divina más a la brava que mediante la predicación. La violencia con la que se extendía por aquel entonces la palabra de Dios y el gusto de los predicadores por la coerción propició que en Islandia empezaran a producirse numerosas conversiones. Es en ese contexto que Olaf envió a Islandia a Stefnir Thorgilsson, un misionero que inició sus acciones predicadoras haciendo destruir los templos paganos de la isla. Pero el Althing estaba ahí y, como respuesta, ordenó perseguir a cualquiera que blasfemara contra los antiguos dioses. Fracasado Stefnir, fue el turno de Thangbrand, un alemán que se dedicó a predicar y a matar a quienes hablaban contra él, pero su éxito no fue mayor y fracasó igualmente en su tentativa.
La ineficacia de las acciones misioneras llevó a Olaf a iniciar un cambio de enfoque y es así como optó por cerrar los puertos noruegos a los islandeses, que para una isla como la Islandia de entonces era como aplicar el bloqueo estadounidense a Cuba multiplicado por diez. Para acabarlo de rematar, apresó a todo islandés que anduviese por Noruega y amenazó con matarlos o mutilarlo a su cautivos si Islandia no asumía el Cristianismo. Los nervios del momento propiciaron que los islandeses se dividiesen en un bando cristiano y otro anticristiano, dando pasos los primeros para montar un sistema paralelo de Althing y poniendo a la isla al borde de la guerra civil. La tensión era enorme y la sangre vikinga reclamaba ir a la batalla, ¿se librarían los vikingos islandeses de una buena escabechina?
Por suerte tenían el Athing y el celebrado el año 1000 llegó a la conclusión que el pleito debía solventarse mediante un arbitraje, finalidad para la cual eligieron al Legislador Thorgeir Thorkelsson, pagano y amigo de los cristianos también. Dicen que Thorgeir, tras pasar un día y una noche en el suelo, sumido en sus pensamientos y cubierto bajo una capa, anunció que todo el pueblo debía volverse cristiano, admitiéndose la devoción privada a los dioses paganos pero aboliéndose la práctica pública.
Fieles a su compromiso, las dos partes aceptaron el resultado del arbitraje, a pesar de que los paganos eran mayoría. Thorgeir dio buen ejemplo de ello y desmontó su propio santuario. Al cabo de poco tiempo aplicaron en Noruega el regicidio al rey Olaf, pero tampoco los islandeses dieron marcha atrás en su decisión y unos años más tardes, la devoción pagana se prohibió a todos los niveles. Es así como los islandeses resolvieron su pleito sin derramar una gota de sangre y sin incurrir en una trágica guerra, así como lo más importante: que Olaf no aprovechase la circunstancia para intervenir a favor de la parte cristiana y conseguir con ello la soberanía sobre la isla.
El ejemplo de la Islandia vikinga nos recuerda la importancia de no extraer imágenes simplificadas del otro, pues incluso en este pueblo nórdico disponían de instituciones de gran eficacia para solucionar sus conflictos y gestionar incluso unos problemas religiosos que a otras civilizaciones les acarrearían siglos de luchas sangrientas. La fortaleza institucional es clave para la supervivencia de un colectivo frente a las amenazas exteriores, siempre que la misma disponga de mecanismos que garanticen la cohesión. Sin instituciones, nos derrumbamos con facilidad ante el enemigo, por lo que quizás no sea demasiada buena idea maltratarlas.
La fuerza evocadora de la imagen de un hombre saliendo de una cabaña de troncos después de haber dormido necesariamente mal debajo de una capa , insuficiente a todas luces para esos fríos extremos , me hace pensar en un posible diálogo :
Hombre de la Capa Helada :
– ¿ Qué queréis ser de mayores ?
Coro :
– ¡ Paganos ! ¡ Paganos !
Hombre de la Capa Helada :
– Pues no, a la fuerza ahorcan. A partir de ahora seréis cristianos pero podréis adorar a la naturaleza en vuestros hogares sin dar la brasa.
Coro :
– ¡ Que justa y sabia decisión !
Luego, en señal de sumisión, se formò un Círculo inmenso entre todos los asistentes alrededor del hombre sabio y naciò la saga de Podemos que gobernò la Isla hasta la llegada de la Peste Negra que hizo de Islandia uno de los paises más pobres de Europa.
Gracias por su comentario, senyor_Arthur, pero aun habiendo metáfora, esta no intentaba evocar a Podemos 🙂
Bravo pueblo el vikingo, que desde Groenlandia fue capaz de dar el salto al continente americano, pero su falta de medios les impidio apreciar las posibilidades del mismo, a pesar de que establecerían una relación de varios siglos con los inuits del Ártico.
¿Una oportunidad perdida por falta de visión? he aquí otra metáfora…
Hombre de la Barretina Helada :
– ¿ Qué queréis ser de mayores ?
Coro :
– ¡ Españoles ! ¡ Españoles!
Hombre de la Barretina Helada :
– Pues no, con referendum unilateral. A partir de ahora seréis catalanes pero podréis cantar sevillanas en vuestros hogares sin dar la brasa.
Coro :
– ¡ Que justa y sabia decisión !
Mas tarde en la intimidad -.
El Hombre de la Barretina Helada
ante el espejo.
Me casé con un enano, salerito, pa jartarme de reir
Ole ahí ese tío que va ahí, por ahí
Pa jartarme de reir
Me casé con un enano, salerito
Ole salerito y ole
Me casé con un enano, salerito
Pa jartarme de reir…JAJAJA…quins nervis.
Divertido el personaje ante el espejo.
De vez en cuando , no está mal.
Saludos a todos.