El último artículo del Senyor_J

Senyor_J

I. PREFACIO

Desde hace algunos días, el Senyor_J ya no está entre nosotros digitalmente. Su personalidad se ha esfumado en ese universo en línea repleto de identidades plurales, dejando tras de sí una vasta obra formada por los artículos que pueblan estas páginas. Y a los que nos ha correspondido la labor de administrar sus últimas palabras, nos toca hoy traer, a modo póstumo, el último texto que leerán de él. Es un escrito más, sin otra particularidad que la de ser el último. En él saborearemos de nuevo, aunque brevemente, esa retórica ambigua con trasfondo paródico que casi siempre le ha caracterizado a lo largo de estos años, y cuando finalice ese escrito, que además está inacabado, no habrá más lecturas, ni más palabras, tan solo un silencio que otros deberán llenar.Conozcamos sin más demora cuáles fueron las últimas palabras del Senyor_J.

II. EL TEXTO (sin nombre conocido)

Cuando este viernes Pedro Sánchez anunció la convocatoria de elecciones generales para el 28 de abril, asistimos a un momento verdaderamente único: por un instante Pedro Sánchez se transformó en el personaje descrito por Alfonso Guerra hacía unos 39 años y 2 días para referirse a Adolfo Suárez: «Un tahúr del Misisipi con el chaleco floreado». Un tahúr no es, ni más ni menos, que aquel que apuesta por ganar dinero sirviéndose de su habilidad o recurriendo al engaño y las trampas. Nada podía servir de mejor descripción de Sánchez, un tipo que no sabes si cree que está engañando a todo el mundo o si solo se engaña a sí mismo, aunque a veces le acompañe la suerte.

Sánchez el temerario se ha lanzado al ruedo electoral un mes antes de las elecciones para combatir la amenaza electoral de ese trío de las Azores formado por PP, Ciudadanos y Vox, pero sin garantía alguna de disponer del apoyo electoral suficiente como para formar un gobierno alternativo a esa composición. Hace unos meses Pablo Iglesias describió muy gráficamente que toda decisión de Sánchez de convocar elecciones resultaba del todo irracional, porque o bien iba a dejar las cosas como están, o bien iba a abrir el paso a un cambio de signo en el Gobierno de España. Pero esos razonamientos no perturban a la reencarnación española del jugador de Dostoievski, un tipo que se siente más capacitado que los demás para doblegar a la fortuna, como si hubiera nacido con una dosis extra de chiripa y que ha creído ver llegar su oportunidad para convertirse en superpresidente.

Para obtener su dosis de adrenalina, este espíritu de Maverick se ha servido de dos palancas esenciales. Por un lado, la falacia presupuestaria. Por el otro, el no diálogo con el Gobierno de Cataluña. De lo primero, dice la leyenda que es imposible que un Gobierno sobreviva sin aprobar presupuestos, que tal cosa fuerza necesariamente a convocar elecciones, sobre todo si el Gobierno controla un porcentaje reducido de los escaños del Congreso. El carácter legendario de semejante delirio se sustenta en el olvido de lo que han sido muchos años de Gobierno de Mariano Rajoy (un resistir a cualquier precio que se ha hecho eterno con el de Santa Pola al frente) y también en la omisión de que el presupuesto del ejercicio anterior admite el ajuste de partidas para lograr los fines propuestos en el nuevo, con los límites que impone la dificultad de alterar los ingresos previstos.

Pasando a lo segundo, nadie duda de las íntimas conexiones entre la convocatoria de Colón y la cancelación de relaciones con los grupos independentistas en un contexto de presentación de enmiendas a la totalidad a los Presupuestos Generales del Estado por parte de los dos partidos de turno, PDECat y ERC. La verdad es que entre eso y la insistencia en situar como parte de la entente el derecho a la autodeterminación lo habían puesto muy complicado, en plena celebración del juicio a los líderes del Procés, pero si recordamos que lo de prorrogar presupuestos era una opción perfectamente plausible, todo suena menos dramático. El proceso de diálogo se encontraba en fases muy preliminares y no podía generar un desenlace positivo con el juicio en carne viva, pero sí que parecía oportuno darle tiempo, dejar que madurase y quizás que fructificase al ritmo que fuera posible. Hubiera sido mucho mejor eso que poner a la sociedad en la tensión de una refriega electoral que puede generar escenarios temibles y puede movilizar a sectores del electorado que sería mucho mejor que siguiesen dormidos.

Así las cosas, solo queda confiar en la suerte de Sánchez el Vehemente y que del recuento del 26 de mayo salgan unos resultados que firmase cómodamente su colega del CIS en esas encuestas que publica con nuevas y sorprendentes metodologías de estimación de resultados. Tal vez así nos libremos del fatídico destino de quedar sometidos a los designios de la CEDA del siglo XXI. Pero que ello suceda dependerá también de que la suerte acompañe al resto de partidos del lado izquierdo del hemiciclo, en particular a Podemos, un partido que…

III. ADDENDA

«Que» es la última palabra del último texto que hemos encontrado en el ordenador del Senyor_J los albaceas de su digital voluntad. Una exégesis de textos anteriores, no obstante, nos permite predecir que el texto se hubiera completado con un par de párrafos dedicados a Podemos y una valoración del peso que en el nuevo hemiciclo tendrán los partidos independentistas, así como de los números necesarios para cuadrar mayorías estables. O tal vez se habría referido a los riesgos de que Podemos se vuelva a ver en la tesitura de apoyar un acuerdo PSOE-Ciudadanos o facilitar la convocatoria de unas nuevas elecciones, tal y como sucedió tres años atrás. O bien a cualquier otra cosa: las frases del Senyor_J siempre tendieron a avanzar por caminos inescrutables. Unas palabras, en cualquier caso, no escritas, que ahora son aire, como la brisa que acaricia nuestro rostro a esta hora de la mañana y nos acompaña en una última relectura con la que ponemos fin a nuestra labor.

6 comentarios en “El último artículo del Senyor_J

  1. Ya van siendo muchos los que desaparecen: A verlas venir, Barañaín, Guridi…. y ahora al senyor_J….
    Yo también creo que sus ausencia será notada. Que se le echará de menos, para entendernos.

  2. Una pena perder un colaborador muy valioso para DC. Sus valoraciones de los distintos temas que se han tratado siempre han sido meditadas, no extremistas y tratando de matizar los artículos y posts de otros. Supongo que entra en una nueva etapa de su vida en que sus obligaciones u ocupaciones no le permiten dedicar tiempo a leer y opinar lo que este peculiar blog ofrece. Quien sabe si veremos en un futuro escritos suyos con su verdadero nombre y adivinemos por sus argumentos que se parece mucho a Senyor_J . Agradezco mucho su larga colaboración que ha enriquecido este blog.

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