Juanjo Cáceres
Llegamos a la última semana de campaña electoral de forma muy parecida a cuando en una carrera de 10.000 m hay un corredor destacado que está girando ya por la última curva y los que vienen por detrás suyo no dan signos de poderlo alcanzar. Pese a que el primer perseguidor también corre solo y distanciado del resto, lo vemos recorrer la pista completamente desfondado. Dos corredores más se disputan la medalla de bronce, pero a estas alturas de carrera es una lucha cada vez más irrelevante para el público asistente, dada la ventaja del primer clasificado. También hay que reconocer que no es que haya demasiada gente fascinada por esta exhibición atlética, con una parte del país disfrutando de las vacaciones, otra de segundas y terceras residencias y el resto pensando en acabar de preparar sus asuetos o en irse a la playa el fin de semana.
El momento más decisivo y determinante de la política española se disputa en las fechas menos indicadas para ello. Unas fechas en que el sol nos acompaña hasta las 10 de la noche y en las que la gente está más pendiente de sobrevivir al calor que al espíritu de Feijóo. Si las elecciones se hubieran convocado a finales de noviembre, los días acabarían a las 6 de la tarde, la gente estaría imbuida de un espíritu otoñal, habría habido tres meses de precampaña y campaña, en los que habría sido posible poner sobre la mesa muchas más cosas de los problemas de los gobiernos PP-Vox. Se podría también…
… pero no se pudo. Los nervios por la masacre electoral del 28 de mayo. Las tensiones acumuladas en el seno del gobierno de coalición. La guerra a muerte entre Sumar y Podemos. Todo eso y mucho más estaba lastrando desde hace más de un año las posibilidades de oponer resistencia, pero sobre todo ha hecho imposible centrar los esfuerzos en lo único que era verdaderamente importante y que era lo más difícil de lograr: activar votantes que contrarrestasen el ascenso del centro-derecha. Pero lo que Ignacio Sanchez-Cuenca denomina “necesidad de espabilar” no es algo que quepa ya esperar del votante: era algo que había que reclamar a los partidos, especialmente cuando uno forma parte de una de las dos estructuras que aspiran a dar continuidad a la coalición y tampoco ha logrado hacer que se enmienden los numerosos errores cometidos.
Decíamos que falta una semana de campaña. El denostado Feijóo compareció en el momento más importante, el debate del lunes 10, como una apisonadora. Pedro Sánchez pasó de intentar avasallarlo a verse avasallado por la oleada de datos falaces. ¿Y Yolanda Díaz? Pues Yolanda simplemente no ha venido a esta campaña. La única propuesta que ha sonado con un altavoz razonablemente fuerte es la de la herencia universal, y posiblemente no para bien. Un año y pico de proyecto de escucha, de gira de conciertos por las principales capitales, de llenar aforos con partidos afines, sindicatos afines, alguna gente interesada y alguna gente curiosa, de resguardarse de la luz pública y también de polémicas partidistas, para culminarlo todo con el golpe al corazón de Podemos mediante el mítico veto a Irene Montero y con poner en el núcleo de la comunicación de campaña al tremendamente anodino Ernest Urtasun… ¿para qué? Pues para no hacerle ni un rasguño a su paisano Feijóo y facilitarle por incomparecencia la fabulosa pista de aterrizaje de la que dispone el Partido Popular para el próximo 23 de julio.
Hemos llegado a la última vuelta. Estamos en el último round. Todo apunta que todo ese capital institucional que se ha venido acumulando desde la moción de censura de 2018 se va a ir al garete entre el verano, la desmovilización, el agotamiento y la frivolidad. La ola reaccionaria, dicen unos…: el placer, dicen otros… Paparruchas. La ciudadela está a punto de caer porque no se ha sabido defender, ni siquiera cuando la ola azul y verde estaba ya inundando las estancias inferiores. Ni siquiera se ha sabido buscar un escenario de batalla favorable, como estos días la falta de tensión electoral y la ausencia notable de elementos de campaña en las calles demuestran ampliamente.
Justo antes de emprender la última recta, las encuestas especulan con una horquilla de entre 172 y 183 escaños para el bloque derechista, señalando la mayoría que conseguirán aunar más de 176 escaños. Pero incluso puede ser que esas predicciones se estén quedando cortas, como ocurrió el pasado 28 de mayo, ya que se dan condiciones para que en los días que quedan el Partido Popular acabe acumulando muchos más escaños de los que ahora se indican. Aquí puede ser clave quién vaya a ir a votar. Pese a los vistosos números de las peticiones de voto por correo, es importante que los árboles no impidan ver el bosque: por mucho que las solicitudes se hayan incrementado en un 95%, lo que supone algo más de un millón de votos más por correo, en noviembre de 2019 votaron 24,5 millones de personas (el 66,23%). Cualquier bajada de la participación superior al 5% absorberá cómodamente esa diferencia en el voto por correo y no es en absoluto descartable que la misma alcance un retroceso del 10%. Ahora bien, si las cifras de participación consiguen mantenerse al menos al nivel de las municipales (63%), puede que una cosa compense a la otra. Mi sensación, no obstante, es que toda esa subida de voto por correo es de gente responsable que sabe que no va a estar, pero posiblemente haya mucha más gente que ya sabe que no va a estar y que no piensa hacer nada para asegurarse de que vota. Es aquello que llamamos desafección.
En todo caso, las variaciones en la participación no son lo más importante, sino si las fechas y el clima político tendrán una incidencia sobre el tipo de votante que irá y el que no irá. Recuérdese además que las diferencias de participación en las pasadas municipales fueron tremendas entre territorios. Sin ir más lejos, en Cataluña, donde se quedó en un 55% y en algunas de sus grandes zonas urbana, en un raspadísimo 50%. Lo que sí que creo es que será precisamente en Catalunya donde más contrastados serán los resultados con el resto de España, con un PSC que sale muy fuerte de las municipales y que me da la sensación que va a concentrar mucho voto a costa precisamente de la sucursal catalana del socio de gobierno.
En menos de una semana ya sabremos cómo ha acabado la cosa, pero se intuye dolor y lágrimas. Aun así, nada se puede dar por seguro hasta que es seguro. Las elecciones siempre dejan un margen para las sorpresas, aunque el ambiente sea el que es. Y cuando ya sabes que el contexto es desfavorable, asumir riesgos con las fechas y los debates, solo te puede poner al borde del KO.
Pero no anticipemos más y miremos ese último round. Ahí van unos ánimos: ¡Ali, Bumaye!
No sé cómo va a quedar la participación – ni tampoco a quién beneficia que vote mucha gente o que vote menos – ni cuál va a ser el resultado, obviamente. Pero a mí me da que PP+VOX no va a sumar mayoría, ni siquiera con CC y algún otro descolgado. Y que por tanto Nuñez F no conseguirá ser investido Presidente ni por mayoría simple. Y seguramente tampoco Pedro Sánchez, por abstención de Junts y otros. Y por tanto que en octubre o por ahí, tengamos repetición de elecciones. Y mientras tanto seguiremos teniendo un gobierno de progreso y VOX y PP seguirán dando argumentos a paladas en Ayuntamientos y CC.AA. para no votarles.
Disculpen el comentario pero estoy desayunando con este vídeo sobre Zapatero en el mitin de ayer en San Sebastián, seguramente después de consumir algún alucinógeno ( peyote , LSD , o algo parecido )
Me parece que en estas elecciones pueden desaparecer dos dirigentes socialistas por el precio de uno .
https://youtube.com/watch?v=Jp7JvktqDTE&feature=sharea
Yo tampoco sé lo que va a pasar, `pero la encuesta mental que yo me hago es intuir cuantos votantes disconformes con el llamado Sanchismo, es decir un gobierno apoyado en Podemos, PNV, ERC, y Bildu, y que con sus votos dieron una holgada mayoría al PP el pasado 28 de Mayo, estén ahora decididos a votar a un nuevo gobierno que vuelva a ser repetición del anterior. No parece lógico que al final sean perdedores los alcaldes y presidentes autonómicos, incluso disconformes con el gobierno, para, arrepentidos por como votaron antes, el votante cambie su voto para propiciar de nuevo lo que, con tanta crudeza a tenor de los resultados, manifestaron el pasado 28 de mayo.
Son unas generales muy atípicas. La fecha, la dificultad en el buen funcionamiento del voto por correo que puede motivar un abstencionismo indeseado, la ausencia en la campaña de los barones y otrora destacados dirigentes del PSOE, el desenlace del cara a cara Feijó Sánchez, etc. etec. no permiten considerar que vaya a darse un vuelco importante a lo ya experimentado el pasado 28 de Mayo.
Aunque todo es posible, lo único seguro son las alianzas que se generarán a posteriori, y que ya se saben cuales son. Que cada cual escoja la suya.
No sé si la estrategia de intentar comparar las falsedades en algunas manifestaciones de Feijó con los innumerables «cambios de opinión» del presidente van a tener mucho éxito. Ahora todo el gobierno está en ello repitiendo la matraca de lo mentiroso e inútil que es Feijó. También se anuncia una bomba que va a rematar al aspirante. No se …….. igual hay más Pegasus sueltos por ahí.
Mr Mulligan,No se altere con la lucidez extrema de Ziluminatius,un Salvador de La Madre Tierra y de las madres que nos parieron a todos.
Quizás si usted,se comiera un honguito alucinógeno ,podría darse cuenta que la vida no es estar todo el día pensando «las maneras de ver muerto políticamente dos líderes fundamentales en la democracia del PSOE.
Desgraciadamente los que están desaparecidos de la campaña por las elecciones son Alfonso Guerra y Felipe González ,se han convertido en un cero a la derecha.
Ya les digo que si González se atreviera a defender a Pedro Sánchez de las insidias populares,no tardaría «la carcundia político y mediática» en sacarle el GAL,Barrionuevo y no tardarían en comprarle con los independentistas cuando entraron en la cárcel,con su apoyo en la puerta de cárcel cuando entró Barrionuevo.
¿Será por eso que F.Gonzalez está desaparecido?..No lo sé,pero algo me dice que si los del PP de Feijoo
No han dudado en sacar a ETA a pasear,No tardarían ni un segundo en sacar el GAL como hizo Aznar para ganarle.
¡¡Viva Ziluminatius!!
Fernando,estate tranquilo el móvil de Feijóo no está hakeado por Pegasus.
Ningún espía pierde el tiempo con las mentiras que le pone Miguel Ángel Rodríguez para que las diga en sus entrevistas y cara a cara .
Son públicas y notorias.
Lo máximo que pueden encontrar será algún recibo de comprar de cremas para su jeta.
….JAJAJA…que nervios.
Los del PP de Feijóo están tan convencidos que los votos por correo son de los suyos ,que está diciendo que los cerca de 400 mil votos que no han podido ser entregados por no estar en sus domicilios,harán que pierdan su mayoría absoluta.
En fin…¡¡ uy que miedo !!
….JAJAJA…que nervios.
Por cierto,me pregunto lo que debe pensar LBNL sobre lo que piensan los populares de los votos por Correos ,cuando nos dijo el otro día que ya había votado por correo al PSOE…
¿Los jefes de Correos intentan anular su voto?…jeje.
¿Hay «fontaneros» , a las órdenes de La Moncloa en Correos,abriendo los sobres de los votos por correo,para descartar los votos del PP de Feijóo y que no lleguen a las urnas,para dar valor a las encuestas de Tezanos?.
Por favor no caigan en mis redes con esta pregunta saducea.
…JAJAJA…que nervios.
Lo más curioso de la campaña de Feijóo es su intento de acabar con los escaños de VOX en beneficio propio,cuando gracias a ellos ha logrado gobernar en comunidades y ayuntamientos de toda España.
Mucho me temo que Abascal ,no aceptará que se la chupen sin mariconadas..
Aquí los únicos que chupan son los que se comen un helado como refrescante durante las horas que tienen que pasar en la cola para poder votar por correos.
No he visto a ningún vendedor de helados ambulante en la puerta de Correos.
Ahora sí , paso a comentar el artículo que nos trae Juanjo Cáceres .
Su descripción es veraz , especialmente en lo que se refiere a Sumar y la inutilidad del llamado de Sánchez Cuenca por la desafección militante.
Una mujer como Yolanda que no ha explicado por qué ha censurado a Irene Montero y dispone de un liderazgo inestable ( no es una pensadora , carece de una organización jerarquizada y capaz de mantener la disciplina interna ) obtendrá probablemente unos resultados mediocres a los que seguirán una previsible contestación .
Que Feijoo haya comenzado a no cuidar el rigor de los datos , a imitar el desparpajo del maestro Sánchez ha sido un punto de alarma que no debe repetirse .
Tampoco la fea costumbre de los periodistas de provocar debates por persona interpuesta con líderes que no están presentes.
Cambiar lo peor del Sanchismo sin utilizar sus métodos. Los debates en sus organizaciones , caso de poseer alguna .
No puedo compartir la fe en los milagros : los resultados de Mayo y las elecciones precedentes indican una voluntad de cambio , de abandonar a su suerte a los partidos independentistas , de cortar su financiación , de impedir sus embajadas con trasferencias de fondos públicos , y terminar de una vez con la labilidad del Tribunal Constitucional como si se tratase de una tercera cámara .
Hay muchas reformas que hacer , eso es seguro . Un mundo alejado de la arbitrariedad.
En fin , esperemos que termine de una vez el modelo Frankenstein y el PSOE recobre la sensatez. Ya han caído Cs, Podemos , IU , UPyD, ; ahora toca Sumar y Vox.
Rezuma sensatez y sabiduría Fernando con su análisis y sería lógico que fuera así. Pero puede ser que no. Hay otras lógicas. Me fascina eso del golpe inesperado que tumbará a Feijoo. Ojalá.