Elecciones primarias: ¿allí­ sí­, aquí­ no?

 Barañain

La expectación despertada por la celebración de las elecciones primarias en los EEUU contrasta con el desinterés con que se asiste en nuestro paí­s al proceso de designación de los candidatos por parte de cada formación polí­tica. No me refiero, claro está, a los nombres en sí­ mismos, sino al modo en que tales personas son designadas.

El inesperado desenlace de la pugna entre Gallardón y Aguirre por hacerse con la pole posicional  en la carrera sucesoria en el PP, pugna que ha girado en torno a la  inclusión  en las listas electorales, si por un lado se presta a obvias interpretaciones polí­ticas sobre la evolución ideológica en la derecha española, por otro evidencia el nulo carácter democrático de la decisión sobre composición de las listas. Decisión digital del lí­der máximo sin que haya constancia de participación o debate alguno en los órganos decisorios colegiados de esa formación polí­tica. Sin embargo, no es probable que sea esa la perspectiva desde la que se enjuicie la decisión adoptada por Rajoy.


El caso es que mientras la descripción pormenorizada del proceso de las  primarias americanas  ocupa montañas de páginas en los periódicos y los minutos más golosos de los noticiarios televisivos, de puertas adentro y a menos de dos meses de unas elecciones que se preven reñidas en nuestro paí­s,  no parece generar interés alguno la formación de las listas de candidatos (salvo cuando se intuye, en ciertas controversias puntuales,  el trasfondo de alguna crisis). Mientras se nos hacen casi familiares el procedimiento  de los caucuses, las estrategias  que siguen los candidatos a la nominación en su carrera hacia la Casa Blanca, las opciones de unos y otros, etcétera,  apenas serí­amos capaces  de explicarnos (ni siquiera los más cafeteros, que diría Calleja),  el proceso a través del cual una persona pasa a encabezar una lista electoral española. Si hablando de lo que ocurre allí­, se comenta  -y en general elogiosamente-,  lo que ese proceso tiene de incentivo a la participación electoral,  nadie  parece cuestionar la ausencia de tal participación ciudadana alguna en la elección de nuestros propios candidatos. 

Este contraste me parece llamativo por dos motivos. En primer lugar, porque no parece que andemos sobrados de entusiasmo ciudadano por la política en general  y por  la participación electoral en particular, lo que tal vez podría explicar la falta de imaginación y el tedioso burocratismo con que aquí se resuelve el expediente de la conformación de las candidaturas. Es más, si alguna preocupación es recurrente entre nosotros es la que tiene que ver con la desmovilización de los electores, la famosa y temida abstención. Parece lógico suponer que algo tenga ello que ver con la distancia con que una buena parte de  la ciudadanía vive el “proceso político” y no digamos ya el quehacer y la vida interna de los partidos políticos. Y si eso es así,  ¿no contribuye la designación burocrática y vertical de los cabezas de lista –esos que pondrán rostro a las siglas -, a esa indiferencia ciudadana?

El segundo dato que hace llamativo el contraste al que me he referido es que, además, las elecciones primarias no son un elemento exótico para nosotros. Ya han sido experimentadas en nuestro país. Las planteó el PSOE hace ahora una década: recuérdese, era 1998, el gobierno de Aznar se consolidaba y el partido socialista, con crisis de liderazgo tras la retirada de Felipe,  se enfrentaba a la evidencia de que tras el espejismo de su “derrota dulce” de un par de años antes  podía verse abocado a una larga travesía del desierto si no daba con las claves que hicieran posible la renovación de su oferta  haciéndolo nuevamente atractivo para la ciudadanía.

En ese contexto, el entonces secretario general socialista Joaquín Almunia propuso llevar a cabo elecciones primarias en su partido, presentando  la novedosa iniciativa como una “oxigenación de la vida política” dentro de la organización, que abría un nuevo espacio de participación a los afiliados. Se anticipaba, además,  que esta medida sería el preludio de una “apertura del partido al electorado”  en la que incluso los simpatizantes del partido podrían llegar a elegir a los candidatos.En realidad, en el PSOE las cabezas de cartel de sus candidaturas sí podían ser elegidas directamente por los afiliados, pero sólo en municipios pequeños donde hay una única Agrupación local socialista. (En el PP y otros, por ejemplo, entre la base y los candidatos se interpone en todos los casos el filtro de un Comité Electoral, que es  quien a propuesta del Presidente del PP de la circunscripción determina los candidatos, casi siempre encabezados por aquél Presidente). La innovación que Almunia introdujo en el PSOE fue extender el sistema de relación directa entre la militancia y sus candidatos electorales mediante votaciones universales, sin intermediarios, también a los ámbitos de las grandes ciudades, las regiones y a nivel nacional. 

Pero si fue Almunia, con esa decisión sin precedentes en España, quién tuvo el mérito de hacer posibles las elecciones primarias, fue Josep Borrell quien las hizo creíbles. Al postularse como candidato dispuesto a todo y no sólo a prestarse como coartada de un cambio meramente cosmético, dio credibilidad a una iniciativa que permitía la participación directa y decisoria de los afiliados en una decisión tan trascendental. Frente a la inercia y los temores encarnados en el aparato del partido, el candidato alternativo al de  la dirección socialista se impuso al capitalizar en mayor grado la ilusión y movilización generadas entre buena parte de las bases socialistas.

Aunque el éxito inicial de la iniciativa fue indudable –hasta el punto de que llegó a verse como   inevitable a corto plazo su contagio a las demás organizaciones políticas que no podrían seguir soportando la comparación entre el método participativo y su “dedazo”-,  pronto empezó a flaquear. No precisamente a nivel nacional, donde el proceso, en términos generales, se desarrolló positivamente. Fue el propio Almunia quien definió la experiencia vivida como “fiesta democrática”. Los problemas surgieron allí   donde siempre había  habido primarias: las localidades donde las bases socialistas ya venían eligiendo sus candidatos en sus Asambleas locales. En estos casos, la confrontación de candidatos se utilizó para medir las fuerzas de los sectores enfrentados y así exigir los derrotados una presencia en el resto de las listas electorales equivalente al resultado cosechado por su candidato a encabezarla.

Desatadas así las hostilidades en el interior de algunas organizaciones del PSOE, el proceso se empezó a ver como una amenaza de desgaste para el partido. Primero fueron las dudas sobre si la competición en el interior fortalecía o debilitaba la imagen del partido a la hora de la competición en el exterior, la que de verdad importa, ante un electorado  proclive a castigar a los partidos con imagen de división interna. Luego, se vendió la inconveniencia de someter a los candidatos que ya gobernaban las  instituciones a una confrontación entre los suyos que podía abrir innecesariamente flancos propicios al ataque de sus opositores.

Hubo, por supuesto, más elecciones  primarias, como las que llevaron –de nuevo, inopinadamente-,  a  un poco conocido Zapatero a la Secretaría General del PSOE. Pero la advertencia sobre los riesgos e incertidumbres que encerraban las elecciones primarias había sido fructífera. Los aparatos del partido volvieron a recuperar el control de la situación.  El 36º Congreso Federal del PSOE al tiempo que, formalmente, consagró en sus estatutos el método de las primarias en las capitales de provincias y municipios de más de 50.000 habitantes, estableció la posibilidad de suspenderlo si así lo decide  el Comité Federal de Listas “cuando las circunstancias políticas lo aconsejen o el interés general del partido lo exija”. Apareció “el interés general”, se acabó la fiesta. Y así, cuando llegaron las últimas elecciones municipales, en el ecuador de la legislatura ahora concluida, la prensa se hizo eco, con la mayor naturalidad,  de que el sistema de elecciones primarias  pasaba a mejor vida en el PSOE.

Por supuesto, he simplificado mucho  lo ocurrido. Soy consciente de que el método de las primarias ha contado también con objeciones razonables que nada tienen que ver con  intereses de “aparato”. Objeciones relativas, en unos casos, a disfunciones intrínsecas del modelo y, en otros, a las características propias del sistema político español. Respecto  a las primeras, se ha destacado especialmente el riesgo de que la competencia interna haga cristalizar divisiones internas, pero aun siendo eso cierto es evidente que las primarias sólo permiten visualizar una conflictividad que ya exista previamente, no son su causante. Otras críticas como la ambigüedad de las ofertas competidoras – de la que abusarían los candidatos para no granjearse enemistades entre los afiliados-, la levedad ideológica de los debates, la primacía de criterios no estrictamente programáticos sino territoriales, clientelares, etc.. no suponen sin embargo una ventaja comparativa de los métodos tradicionales de selección de candidatos. Tales defectos existen con o sin primarias.

Más difíciles de desmontar son las objeciones  que cuestionan la adaptación de las elecciones primarias a un sistema político como el nuestro, construido a partir de otros supuestos. Si, en general, en sistemas parlamentarios como los europeos es sustancialmente distinto el papel de los partidos políticos respecto al de los americanos, en el caso específico español hay particularidades propias del modelo político  asumido en la transición y consagrado en la Constitución. Un modelo que se diseñó  para evitar recaer en la fragmentación política y la inestabilidad electoral que caracterizaron a la Segunda República. Circunscripciones pequeñas, barrera mínima de votos, listas cerradas, moción de censura “constructiva”, etc.. son algunos de los elementos que han hecho posible la consolidación de élites políticas duraderas y los hiperliderazgos personalizados. Poco que ver, ciertamente, con un sistema como el americano en el que cualquier cargo electo es, por definición, muy independiente  de los restantes cargos, por citar sólo una de sus sustanciales diferencias.

Entendiendo las diferencias entre uno y otro sistema político y la subsiguiente dificultad de importar un procedimiento que funcionando allá chirría aquí con las  estructuras y la cultura política predominantes, creo que en España se ha dejado languidecer prematuramente –por no decir morir-, una experiencia que tenía más recorrido por delante. En base a unos cálculos centrados en el corto plazo se destacaron en exceso  los riesgos e incertidumbres de las elecciones primarias,  perdiéndose de vista lo que ese sistema supone de oportunidad – parcial, contradictoria e insuficiente, pero cierta -, para promover la participación de los ciudadanos y con ello la “calidad” de nuestra democracia. En cualquier caso, la oportunidad que nos brinda el asistir como observadores al espectáculo de las primarias “made in USA” es un buen pretexto para repensar la cuestión y,  ójala, reabrir un debate que quizá no debió haberse zanjado tan pronto.

39 comentarios en “Elecciones primarias: ¿allí­ sí­, aquí­ no?

  1. Perdona Barañain, mañana leo tu artículo con el que seguramente estaré bastante de acuerdo. Pero no quiero dejar de comentar el post 94 de ayer de Fernando que me parece una perfecta demostración de que la fe del carbonero existe, o era del arriero? o era que carboneros somos y en el camino nos encontraremos? Me refiero a que era ininteligible más allá del voluntarismo a ultranza.
    Pretender que quitar de la lista al político de tu partido más valorado tanto en su circunscripción como a escala nacional no te resta votos es…. no se, simplemente es. Que el PP podría ganar incluso así? Por poder… pero que así lo tiene más difícil es evidente. Ahora que me parece bien que alguien concluya que el efecto más probable es que aumentará la abstención del voto indeciso de izquierdas… para gustos colores.

    En cambio, totalmente de acuerdo con Devagar 102 ayer. Yo tampoco me olvido de las cuasi acusaciones de pucherazo de Ruiz Guatecón en el 93. Con Arenas de partenaire, también lo recuerdo, otro centrista de tomo y lomo.

    Por último, 100.000 visitas son muchas, sobre todo teniendo en cuenta que no son clicks (no sé muy bien cuál es el criterio pero es bastante más restrictivo). Enhorabuena a quién montara ésto!

    PD: Hala Madrí!

  2. Parece que hay cierta resaca en el blog después de los excesos de ayer. Interesantísimo artículo de Barañain. En su momento, fui un firme partidario de las primarias, pero luego me he ido desengañando y hoy, la verdad, creo que es bueno el sistema dictatorial que impera en los partidos.

    Me explico. Las primarias tienen una relación dudosa con la participación. En Estados Unidos hay primarias y la participación es muy inferior a la europea. En España hubo primarias en el PSOE en la legislatura 1996-2000 y en las elecciones de 2000 hubo una abstención histórica entre los votantes del PSOE.

    Además, las primarias hacen aflorar divisiones internas y, en contra de lo que argumenta Barañain, no sólo reflejan esas divisiones, sino que además las incentivan, pues se da oportunidades para que rivales dentro del partido midan su poder en términos de apoyo de la militancia.

    Hay un problema añadido, que a mi juicio es el más importante: si los candidatos que compiten obtienen los recursos para la campaña fuera del partido, el partido se deshace y se hace rehén de intereses particularistas. Es lo que sucede en EEUU, donde los partidos tienen poca entidad en relación a los candidatos. Si los candidatos, por el contrario, usan los recursos del propio partido, entonces no es una verdadera competición, sino que ésta viene dirigida por las estrcturas centrales de la organización.

    Por último: yo prefiero partidos fuertes, cohesionados, que respondan claramente ante los ciudadanos, que partidos internamente democráticos que presentan un mensaje incoherente o polifónico. No me importa que por dentro los partidos sean organizaciones muy jerárquicas si así se consigue que cumplan su mandato mejor ante la ciudadanía.

  3. Hoy no hay resaca, hay resacón…

    Fenomenal el artículo de Barañain. Felicidades.
    Quería responder a Don Cicuta, que parece bastante partidario de las votaciones a la búlgara (es broma). Ayer tuve una tarde complicada, y hoy estoy un poco espesa, así que perdóneme si mis argumentos no están tan finamente hildos como los suyos, Don Cicuta.
    No creo que los partidos internamente cohesionados sean siempre la mejor solución. Con la disculpa de la cohesión y de la disciplina, suele pasar que el poder interno del partido es copado por unos pocos, y muchas veces por mucho tiempo, impidiendo, en muchos casos la oxigenación, la aparición de caras nuevas e ideas nuevas. Sé de agrupaciones socialistas que se han anquilosado por ese sistema y que tienen unos resultados electorales desastrosos.
    Puede darse el perverso efecto de que unos pocos se hacen con el poder, se reparten lo poco que hay, y como aunque se esté en la oposición, se vive muy bien, sobre todo a nivel local, buena gana de luchar por el triunfo. Reparto los puestos entre mis amiguetes, y a vivir, que eso de gobernar es muy cansado.
    Al mismo tiempo, se desincentiva todo lo que suene a debate, a intercambio de ideas, a participación. La militancia de base se desanima y se va a su casa a dedicarse a cosas mejores: el trabajo, la familia, el senderismo o coleccionar sellos.
    Siempre hay temor al debate, a la confrontación de ideas. Se considera como algo necesariamente negativo y no siempre es así. Muchos desean participar en su partido desinteresadamente, para aportar sus conocimientos. Y de todos modos, ¿quién decide que el poder sea de determinadas personas? ¿Cómo garantizamos que esas personas son las más adecuadas?
    Tal vez haya que buscar un sistema que permita un necesario equilibrio entre la necesaria cohesión de un partido y la participación y el intercambio de ideas. Puede que las primarias socialistas no funcionaran como se esperaba, pero en lugar de arrinconar la idea, sería bueno analizar qué falló e intentar algo distinto.

  4. De acuerdo con la intervención de Marta y en desacuerdo con alguna apreciación de Cicuta aunque en su caso, es difícil la aproximación porque me parece que parte de supuestos distintos. Ya ha manifestado alguna otra vez su predilección por partidos con imagen homogénea aunque sacrifiquen la democracia interna. No es ese mi punto de partida. Y habrá que volver sobre ello.

    Sobre el sistema de primarias, yo creo que algunas de las críticas que se le han hecho no cabe imputarlas tanto al modelo en sí mismo como a las condiciones en que se aplica el modelo. A su insuficiente desarrollo. Me explico: Con un proceso de primarias estabilizado, con continuidad en el tiempo y difundido en todas las organizaciones competidoras –como en EEUU-, tras un mínimo rodaje no serían tan evidentes esas disfunciones. Es obvio que, por ejemplo, la supuesta desventaja relativa que para un partido supone mostrar ante el rival sus contradicciones internas se minimizan o diluyen si el proceso es común a todos los partidos.

    El “descontrol”, la agitación con que se vive un proceso de competición interna con el riesgo de que proliferen y se impongan criterios poco maduros, posturas demagógicas, “ilusionantes” pero a la postre poco sólidas…se asocia a situaciones de excepción donde tienden a participar sectores mas radicalizados o simplemente motivados dando un sesgo al liderazgo resultante que luego puede ser el menos adecuado para competir ante el cuerpo electoral en su conjunto. (Ya he comentado antes aquí, creo, que fenómenos como la irrupción estelar de Obama en las primarias de los demócratas USA o la fulgurante campaña interna de Segolene Royal en el PS francés -o, incluso, el triunfo de Borrell en las primeras primarias españolas-, pueden tener en común que se auparan sobre las expectativas ilusionantes, sobredimensionadas en un contexto de crisis de sus organizaciones, largamente apartadas del poder o despojadas del mismo tras un largo periodo de gobierno e hiperliderazgo).

    La consolidación del sistema de primarias, su continuidad y sistematización de la metodología, como algo ordinario, no excepcional, crearía un marco menos propicio para aventurerismos y a la larga las ventajas que tiene la implicación de más gente en las decisiones contarresta creo los inconvenientes de los posibles excesos o “alegrías” en su utilización en un momento dado.

    Creo que es cuestionable el ejemplo de falta de correlación que pone Cicuta entre primarias y participación. E, insisto, que para analizar o evaluar el sistema habría hecho falta darle una mínima continuidad.

    Pero, en fin, no es cosa de que yo discuta conmigo mismo. Ya veo que estais de “resaca”.

  5. A mí las resacas siempre me gustaron…

    Lo que publica hoy El País es interesante: parece que Aguirre lanzó su órdago porque con Gallardón en el Congreso, en caso de que pierda las elecciones Rajoy, la sucesión estaría decantada y ella (o sus acólitos dentro del partido) no tendrían ninguna oportunidad. Y es que, como dije ayer, pensar en un lídel del PP que no esté en el Congreso me parece absurdo.

    Así que, sin Espe ni Gallardón… ¿quién podría ser?

    PD. Mimo Titos, supongo que las visitas son DIARIAS, es decir, que se cuenta la primera vez que uno entra, aunque a lo largo del día luego entre 200…

  6. Gracias por el interesante artículo, barañaín. No creo en la bondad de las primarias siempre y en todos los casos. Por ejemplo, no sabemos de primarias en USA para elegir a los candidatos de cada partido al Congreso o al Senado, puestos más sometidos a los dos partidos que el presidencial.
    Otro ejemplo, no hay primarias en Reino Unido donde los candidatos compiten en circunscripciones individuales.
    Su estoy de acuedó, en cambio, con la premisa central, los candidatos en España se designan opacamente, de espaldas a la opinión pública, y eso no es bueno, o es manifiestamente mejorable.
    El PSOE tiene un procedimiento de democracia interna bastante bueno sobre el papel: cualquier militante puede postularse para cualquier cargo. El problema es más de hábitos que de estatutos porque la «cultura» del partido frena la competencia interna: el que se atreva a desafiar la línea de la dirección, si no gana, pasa inmediatamente a ser sector crítico. Y todos los que le apoyan, por lo que se lo piensan mucho antes de hacerlo. Sólo lo hacen cuando la situación es insostenible, lo que de hecho ya les convierte en sector crítico. La figura de las corrientes internas también existe, pero sólo hay una, bastante irrelevante, porque las «familias» o camarillas han preferido no usarla, para evitar ser catalogados de «críticos», para poder hacer valer su peso y «pillar cacho» dada la filosofía imperante de llegar a un acuerdo «integrador» antes que solucionarlo con una votación.
    Por ello creo que las primarias entre militantes no arreglan nada y por ello creo que lo que su podría ser útil sería la designación de candidatos a puestos institucionales se hiciera siempre, por defecto, por votación abierta también a los simpatizantes. Ya es así pero sólo cuando hay más de un candidato y sólo para militantes, lo cual no sirve para nada. Como tampoco ha servido más que para fijar pesos relativos en el reciente proceso de primarias en IU.

  7. Pensando un poco más en el affaire gallardón ahora veo que seguramente mariano decidió en función de su propio interés personal. Dejando fuera del Congreso a ambos y considerando que acebes y zaplana no tienen opciones, no hay nadie que pueda disputarle el liderato cuando pierda. Mejor todavía para el PSOE, que siga Rajoy por mucho tiempo!

  8. Saludos a todos y tras ofrecer mis excusas al articulista por no detenerme a analizar su escrito de hoy, quiero compartir con ustedes esta entrevista que encontré leyendo la prensa española.

    A las preguntas del público en un evento del grupo La Información, que edita el Diario de Navarra, el periodista de Onda Cero, Carlos Herrera, se refiere en los siguientes términos al también periodista José María Calleja:

    ¿Cómo es posible que tenga como tertuliano a José María Calleja?

    Yo sé que José Mari en algunos ambientes no despierta pasiones. Yo le defiendo porque su trayectoria al servicio de la gente que lo ha pasado mal, aquí sin ir más lejos, ha sido incuestionable. En momentos en que nadie estaba con las víctimas, o estábamos cuatro si me lo permiten, uno de los que estaba era Calleja. Calleja hace ahora una interpretación de la realidad que posiblemente se ha alejado de aquellos grupos con los que él se ha solidarizado siempre. Es una interpretación legítima, con la que podemos estar o no de acuerdo, pero responde también a un sector de la población que piensa como él. Y en programas que se tienen por plurales hay que atender a diversas sensibilidades. Hombre, yo no voy a tener a un tío de Herri Batasuna, ni siquiera de el PNV, porque hay cosas hasta donde yo llego y más allá no llego, porque no tengo ganas. Yo llego hasta donde llega la lealtad, fundamentalmente la lealtad entre PSOE y PP, y determinados partidos de España que a mí me interesan mucho. Calleja puede que tenga un problema de pasión en las formas, y que deba saber conducirla. No les digo que no, y en eso estamos.

    Y ésto lo digo yo: con amigos así para que enemigos..»problema de pasión en las formas..» Con que irresponsable facilidad, se etiquetan en los medios españoles a aquellos considerados «buenos y malos», «los que merecen respeto y los que no».. Es sencillamente perverso, dónde está la independencia, la imparcialidad, la objetividad a la que estamos obligados los comunicadores ? Que entre el diablo y escoja !!!

    Les dejo el link para que «disfruten» las palabras del señor Herrera.

    Besos

  9. De la entrevista que nos señala Erika me impresionan varias cosas.

    Me impresiona que al público navarro asistente al evento una de las cosas que más le preocupe (a juzgar por la importancia que ocupa la pregunta en la entrevista a Herrera) sea la presencia de Calleja en las terulias de Herrera. Se ve que a esta gente le preocupan los problemas serios.

    Me impresiona también que, de la cantidad de tertulianos sectarios e impresentables que participan en dicha tertulia, que son muchos, se vayan a fijar precisamente en José María Calleja, que ni es sectario ni mucho menos impresentable.

    Y me impresiona, desde luego, el tono de superioridad despectiva que utiliza Herrera al referirse a Calleja. ¿Alguien ve los debates de CNN+ presentados por José María Calleja y, además, oye las tertulias de Onda Cero dirigidas por Carlos Herrera? Pues si no lo hacen, háganlo, comparen y luego opinen. Ni color.

  10. 1 Mimo Titos

    No se si será un problema de fe, o de lo poco que personalmente me afecta, a parte de la antipatía/simpatía que pueda tener por las distintas opciónes, el que gane uno u otro partido y con que diferencia de votos y/o escaños. El caso es que sigo opinando lo mismo que vengo haciendo desde hace algún tiempo y es que ganará el PSOE por poco margen.
    El que no vaya Galladón en la lista por Madrid, cosa normal para quien tiene otras funciones de tanta, o más, altura y dedicación, me parece que va a influir, cuando llegue el día de las elecciones, menos de lo que hoy, en pleno fragor de la noticia, aparentemente se considera pueda hacerlo.
    Posiblemente estaré equivocado y toda la legislatura se reduzca finalmente a la decisión de Rajoy de no incluir a Gallardón en la lista por Madrid, pero lo dudo.

  11. La tercera pregunta de la entrevista a Carlos Herrera que nos cuelga Erika es acojonante:

    «3 ¿Cómo es posible que tenga como tertuliano a José María Calleja?».

    Hombre, no es lo mismo «tener un tertuliano como…» que «tener como tertuliano a…» pero la mala intención de la pregunta es la misma. Como si Calleja fuera un apestado o un impresentable. De Calleja podrán decirse muchas cosas, pero, los que las digan, vamos a ver si pasan la prueba del nueve de la democracia, algo imposible en algunos que todavía se niegan a condenar el franquismo y que suelen ser los principales detractores de Calleja. En segundo lugar, están los recién llegados al club de las víctimas del terrorismo o al club de los defensores de las víctimas, y, la verdad, uno se encuentra con algunos que, cuando Calleja se la jugaba (la vida o su carrera profesional), no estaban localizables o estaban en otras historias o histerias. La respuesta de Carlos Herrera es más alucinante que la pregunta todavía. Parece que tras soltar esa parrafada de chorradas se ha encendido un puro y se ha quedado tan ancho. «Calleja hace ahora una interpretación de la realidad que posiblemente se ha alejado de aquellos grupos con los que él se ha solidarizado siempre». Que yo sepa, Calleja siempre ha dicho lo mismo e insisto, lo ha dicho desde cuando nadie lo decía. Así que Herrera ¡ a la cola ! Que cuando Calleja hablaba de víctimas tú estabas en otros asuntos, cobrando, por supuesto.

  12. Suscribo los comentarios de todos los amigos y amigas de DC sobre las palabras de Carlos Perrera (comisario político) en relación a su contertulio Jose Mari Calleja. Comparto el estupor con el que Erika nos trae el enlace de Diario de Navarra. Y así lo he hecho constar en el foro de dicho medio, aunque no sé porque misteriosa razón no sale. Sea como fuere, lo dicho: cada cual tiene una trayectoria que le acredita. Véase la de Perrera, y compárese con la Jose Mari. Me quedo con el segundo. Las gracietas, el narcisismo y el sectarismo del primero me hastían.

  13. Al final entró mi post en Diario de Navarra y observo con júbilo que el estupor por los palabros proferidos por el narciso bello de Onda Cero es compartido por algunos lectores más. Es ansí: cada uno tiene su trayectoria y por ella queda retratado.

  14. No tengo mucho más que añadir a los comentarios que habeis hecho a las increíbles declaraciones de Herrera a la no menos increíble, y sobre todo, muy malévola pregunta que le hicieron y que nos ha traído Erika. Comparto todo lo que habeis dicho.
    Tan sólo quiero constatar un triste hecho, y es la manía que le han cogido muchos a Calleja. Da la impresión de que quieren demonizarle y no entiendo muy bien por qué. Muchos le hacen el vacío y no son capaces de reconocer su admirable trayectoria. Una pena.

  15. Dos notas sobre la actividad upedea, para no cambiar mis hábitos:

    Ay pena, penita, pena, pena, ……..pena de mi Gallardón ….En 20minutos.es: Rosa Díez no llamará a Ruiz-Gallardón para que se incorpore a UPD. No si acaso va a abrirle de par en par las puertas a un tipo que viene derrotado de sus aspiraciones sucesorias en el PP. ¿Cuanto tardaría en tratar de descabalgarla a ella?.

    Otra: curioso titular de un diario andaluz, que dice «Rosa Díez nombra a José Antonio Muriel candidato por Huelva ….». ¿Rosa Díez «nombra»?. Pero, ¿y la regeneraçao democrática que predican?. Juas.

    Despídome con este recuerdo musical para Ruiz-Gallardón, que no se diga que hay resquemor y que no nos apenamos por sus pesares:

    http://es.youtube.com/watch?v=iDaD2E_OrV0

  16. Buenas….

    Yo hoy, voy a passssar del temita Gallardon, ya está trillado, hoy sólo hablo del artículo.

    Me gusta mucho,Barañain, siempre me destoco ante algo bien trabajado, muy bien hecho.

    ¿Primarias sí o no?

    Si la cosa es «si» o «no», primarias sí, vaya esto por delante, pero creo que de lo que lo que subyace a todo esto es otra cuestión: la desconfianza hacia «lo político».

    Estamos tratando, tanto el articulista como los intervinientes, a la celebración de primarias para designar candidatos como si fuese la solución para que la ciudadanía se enganche y participe, contra el supuesto factor desilusionante que sería tener partidos muy «seriotes» y marcadamente organización (D Cicuta «style»).

    Bien, yo digo que las primarias pueden suponer un incentivo, pero que ni son el único, ni el mas potente, y que incluso un partido digamos «cerrado» puede generar un caudal de ilusión mas sólido que un partido que meramente tenga a la participación universal como elemento distintivo (a lo yankie).

    Lo que, a mi modo de ver, hace falta es una actividad interesante de de dentro a fuera de la organización. Los partidos políticos, se supone, son organizaciones con la capacidad suficiente de transmitir a sus conciudadanos una visión del mundo en que vivimos, cuales son su problemas o desafíos y el menú de soluciones a adoptar para afrontarlos. Aunque sea una manera muy rudimentaria de definirlo, así se distinguen unas ideologías de las otras.

    Echo de menos tremendamente un poco más de análisis de donde estamos y adonde vamos. Encuentro a faltar análisis lúcidos y conclusiones sugestivas, un poco de «corpus de doctrina» suavecito eh???, hablando en plata.

    Un partido político no puede convertirse únicamente en un mero receptáculo de las tendencias imperantes en la sociedad donde se desenvuelve. Más temprano que tarde, esta deriva le lleva a convertirse en un pelele demagógico sin capacidad alguna para otra cosa que intentar prestar oídos a aquellos que gritan mas fuerte, tengan o no razón.

    El que se dedica a vivir de coger viento con las velas, acaba no sabiendo si va o si viene.

    Muchas veces creo que estamos tan abducidos por las pequeñeces del dia a dia que hacemos grandes temas de debate de cosas que , en realidad tienen como mucho un valor simbólico, pero que en la mayor parte de los casos son meramente accesorias.

    Creo que antes que todo lo demás, mejor servicio haría el Partido Socialista a la sociedad, si inervase de nuevo su organización tan ampliamente extendida, si por las agrupaciones se empezaran a suscitar debates serios, si se empezasen a dar seminarios, charlas coloquio de esto y de aquello etc.., En resumen si se volviese un poco a pisar la calle y a contarle cosas a la gente. Esto si constituiría una labor de apertura, de transparencia y de ilusión, y no el poder elegir entre dos caras mas o menos conocidas.

    Problemas complejos requieren soluciones complejas, y esfuerzo, siempre un poco de esfuerzo.

    Hala

  17. 12. PMQNQ.- Estoy de acuerdo en que Calleja es un periodista brillante pero me gustaria saber en qué estaba pensando cuando le dijo a Isabel San Sebastian, en un debate televisivo (creo que era el de 59 segundos) que el PP nada tenia que ver con el franquismo.

  18. Germán Escribano:

    «me gustaria saber en qué estaba pensando cuando le dijo a Isabel San Sebastian, en un debate televisivo (creo que era el de 59 segundos) que el PP nada tenia que ver con el franquismo.»

    Yo vi aquel debate y, por supuesto, no puedo recordar las palabras de Calleja, ni las de San Sebastián, con exactitud. Pero ten la seguridad de que no le dijo nada parecido a que «el PP nada tenía que ver con el franquismo». No le dijo eso ni nada que tuviera la menor relación ni pudiera interpretarse como eso.

    Al contrario, respondió a la serie de ataques que esta señora le había hecho ese día y en todas las ocasiones en las que se encontraban, achacándole a Calleja que es un chaquetero, porque ahora defiende lo contrario de lo que defendía antes. No sé si exactamente con estas palabras. Calleja le respondió llamándola golpista o ultra o algo en ese sentido. Nada que ver con lo que tú dices.

  19. 20 ECONCON

    Bastante de acuerdo con tu comentario. El sistema de las elecciones primarias sólo es uno -y no el más importante- de los elementos que a mi juicio contribuirían a la democratización de los partidos polítiocs y a la dignificación de su actividad entre la ciudadanía.

    Si me he referido a ese aspecto concreto es por el desfase entre la atención que se presta a dicho mecanismo cuando se lleva a la práctcia en EEUU y el desinterés con que aquí se observa la desiganción de candidatos. Y más tras el espectáculo de la lista del PP para Madrid.

    Me produce espanto leer con qué naturalidad los miembros dirigentes o lideres de opinión de ese partido se refieren a «la decisión quer sólo compete a Mariano». El locuaz Zaplana, recordando sus primeros pasos políticos en la democracia hasta se ha permitido recordar que era normal, en las primeras elecciones que muchos candidatos se enterasen de que lo eran cuando ya estaba hecha la lista correspondiente. Hablaba de AP, claro. Y decía no entender el revuelo. Normal en su caso.

    Pero ¿tiene algo que ver ese espectáculo de sumisón abyecta al ejercicio del «dedo» por parte de un líder, con la democracia? Es eso el carácter y funcionamiento democráticos a los que se refiere la Constitución española cuando define el papel de los partidos políticos.

    La exigencia del ejercicio de la democracia interna en los partidos siempre ha causado desazón y problemas en sus estructuras. Que son oligárquicas, sin excepción. Es una contradicción curiosa que estructuras esenciales en la arquitectura del sistema democrático carezcan de verdadera vida democrática en su interior. Y siguen sin darse por aludidos sus dirigentes. Lo de la democracia interna y la participación real de sus miembros en las decisiones que se adoptan (digo real, no me refiero a asistir como comparsas a las puestas en escena de la organziación) , sólo se invoca para destacar las carencias….de los demás.

    He leido estos días, un largo y sesudo análisis sobre klas limitaciones y problemas del sistema de primarias, aen torno al caso español. Es de hace unos años. Su autor, crítico con el sistema, empezaba resumiendo así la experiencia:

    «La celebración de elecciones primarias en el seno del PSOE para la elección de candidato a la Presidencia del Gobierno ha constituido un extraordinario éxito publicitario, hasta convertirse en un activo político espléndido en manos de sus protagonistas. Todas las encuestas muestran a una mayoría sólida de los ciudadanos españoles satisfechos de su convocatoria. Buena parte de los medios de comunicación ha realizado un balance positivo de la iniciativa del PSOE. Y, colmando la aspiración de todo buen estratega, las primarias socialistas han logrado colocar al resto de la élite política a la defensiva, insegura entre adoptar o rechazar este mecanismo de selección en sus respectivas organizaciones.

    Las razones son simples. Las elecciones primarias se han entendido como el mecanismo más apropiado para avanzar en la democratización de la vida pública y hacer más tranparente la toma de decisiones colectivas en España. Al romper con la disciplina férrea que los partidos imponen a sus militantes, las elecciones primarias fomentarían la introducción de ideas nuevas en el foro público, alentarían el debate político, y asegurarían una mayor igualdad
    entre diferentes ciudadanos.

    Asimismo, al quebrar las prácticas oligárquicas que atenazan a todas las organizaciones políticas, las primarias permitirían desterrar toda suerte de corruptelas que se atribuyen al sistema de selección interna imperante hasta hoy en día. …, la democratización del proceso de selección de las élites políticas contribuiría a galvanizar a la opinión pública y a fortalecer su identificación con y su participación en las instituciones democráticas. Finalmente, las elecciones primarias constituyen un mecanismo valioso para resolver el proceso de recambio de las élites políticas,…».

    ¡Ojo! Este es el resumen del balance de la fugaz experiencia hecho por un crítico (Carles Boix, en Claves de Razón Práctica). Francamente, me parece que de pocas iniciativas políticas podría hacerse semjante balance. ¿No es asombroso que se abandonara tan pronto la idea?

  20. Tema «primarias»: yo viví dos procesos de primarias en mi partido, el PSOE. El que enfrentó a Borrell y a Almunia, y el que en mi Agrupación enfrentó a tres precandidatos a la nominación. La experiencia, en ambos casos, fue positiva a mi parecer, y dinamizó mucho la vida interna de la Agrupación. También es cierto que en ambos casos, seguramente debido a la novedad del sistema, propio de la dinámica política estadounidense pero poco experimentado en la vida interna de los partidos europeos, desgraciadamente articulados muchas veces «a la búlgara», dependientes demasiado del aparato. sirvió como elemento del argumentario de los adversarios políticos. Podeis recordar el latiguillo de la «bicefalia» que comenzó a utilizar el PP a raiz de la victoria de Borrell para tratar de inspirar una imagen de división interna.

    Estoy de acuerdo en líneas generales con las tesis expuestas aquí: creo que el mecanismo de las primarias encaja a la perfección con el mandato constitucional del art. 6, que exige el funcionamiento democrático de los partidos, y es un elemento dinamizador de la vida de las organizaciones. Por supuesto, valoro la acotación de Econcon. Debe complementarse con otras actividades complementarias para que ayude a esa dinamización.

  21. 22. PMQNQ.- Sin duda hablamos de debates distintos. Fueron casi textuales las palabras que yo le escuché a Calleja. El resto de tu comentario no recuerdo haberlo escuchado en ese debate pero es posible que formara parte del mismo y yo no lo recuerde por ausencia mia sobrevenida o por falta de interés en el recordatorio dada la habitualidad con que se producen tarascadas de ese tenor entre ambos periodistas.

  22. Gracias Erika por traer aquí la entrevista con Herrera, lo que ha propiciado el aluvión de comentarios en esa web defendiendo a Calleja frente al impresentable, por el tono, que hizo la pregunta y frente al ambiguo Herrera al «defenderle».

    Primarias. Antes se me olvidó apuntar que hay sitios donde las primaras hacen mucho más mal que bien, como por ejemplo Israel. Creo que al final pesa mucho la tradición local, la cultura del sitio, la cultura cívica por más señas. Es decir, el mejor sistema teórico puede no resultar allá donde la sociedad que lo recibe no esté preparada para él, o si no recoje las necesarias adaptaciones a los usos locales. La calidad de nuestra democracia es baja porque la calidad de nuestros representantes también lo es pero también porque representa bastante fielmente la baja calidad cívica del electorado. Como es, por otra parte, natural en una democracia jóven que sale de 40 años de dictadura, atraso y subdesarrollo.
    Una opción es imponer por ley las primarias para cargos públicos. Otra opción que conseguiría resultados igualmente eficaces en términos de adhesión popular al sistema, serían las listas abiertas, probablemente con menor coste en términos de debilitamiento de las estructuras partidarias y enfrentamiento entre los candidatos. El aparato seguiría mandando en la designación de los candidatos pero el pueblo tendría derecho de veto sobre los puramente apparatchiks designados.

  23. PRIMARIAS (varios)
    Gracias Barañain por abrir este debate, y a los que lo han seguido.
    Creo que la premisas básicas son estas, con perdón por el tonillo de doctrina. Las primarias americanas son el complemento necesario a la división de poderes (entre presidente y poder legislativo), la limitación de mandatos, y la independencia personal de los políticos, derivada institucionalmente, en buena medida, del impacto en la legislación del representante individual (especialmente en comisiones) y, en parte por eso mismo, sustentada por el apoyo de intereses especiales. Son una singularidad, como lo es su sistema de gobierno. (También es una característica importante que en USA hay muchas zonas de hegemonía monopartidista, donde la única competición verdadera son las primarias, que sí se dan, por cierto, para elegir representantes).

    Haciendo un poco de demagogia, las primarias son también el complemento a la lógica del mercado, en el que los intereses económicos prefieren menos barreras para diversificar su cartera. Eso no quiere decir que los republicanos no sean claramente el partido del dinero, pero sí que entre los demócratas haya de todo (y, tal vez por eso, que los pobres no votan).

    También son el sistema favorito de los muy bien organizados fanáticos religiosos, como lo son en general de todo el que tenga fácil organizarse, es decir, no la mujer u hombre comunes.

    En España la iniciativa legislativa la llevan los ministros, y quién es ministro lo decide el presidente del gobierno. La tarea fundamental del legislativo es elegir presidente y respaldar las iniciativas del gobierno. De esta forma se consigue, por vía jerárquica, el “secreto eficiente” que se atribuye al sistema británico, la fusión de poderes legislativo y ejecutivo. Al coste de tener un panda de incompetentes y maleducado/as como parlamentario/as, pero con muchas ventajas.
    Se puede preferir una u otra cosa, pero es difícil encontrar una vía media.

    A diferencia de lo que sucede en USA, cuando Gallardón se postula no lo hace para contribuir al proceso legislativo, lo que podría justificar una primaria. Sólo se le ocurre decir que “le hace ilusión”. Lógico, qué va a decir. Lo bueno y lo malo de nuestro sistema político es que, en general, se hace lo que decida el partido y los ciudadanos lo saben.

    Como Don Cicuta, creo que la perspectiva de liderazgos permanentemente discutidos desde dentro, en nuestro sistema político, podría llevar a distorsiones serias de la capacidad de los partidos para representar intereses generales o, al menos, mayoritarios en la opinión pública.

    Otra cosa es que algunos partidos europeos orgaincen elecciones directas internas, llamadas primarias, para salir del paso de alguna crisis de liderazgo. Ese fue el caso de las elecciones internas ganadas por Blair y Borrell, con muy distinto resultado final. Como las “primarias” las organiza el partido y los candidatos no acceden a recursos externos, como también señala Don Cicuta, si no gana el que tiene que ganar, pasa lo que pasa. Es el precio de que el dinero tenga que elegir partido, pero más difícilmente candidatos. Algunas personas creemos que es un bien el que tenga dificultades para diversificar su cartera.

    Es cierto que cuando vemos a Pepe Blanco, nos preguntamos de dónde ha salido, y lo de Zapatero, sinceramente, mirando su pasado, es un milagro. Obama tiene veinte años de “trabajo en la comunidad” en Chicago, Edwards dirige un centro de investigación contra la pobreza en una de las primeras universidades del país, Clinton, bueno, es Clinton. Al menos esta vez, es difícil no desear quedarse con el que salga último, o última.

    Si alguien tiene una idea para mejorar la calidad de los representantes sin reproducir todavía más las desigualdades sociales y económicas en la política, por favor, que lo explique que yo creo que le aguarda justa fama.

  24. Supongo que le habría encantado hacerlo en cualquiera de las grandes cadenas. No le habrán invitado, o ya no sería posible cambiar la programación. Empieza por donde puede …… digo yo.
    Ha dicho que va a currar y dos días después de conocer su inclusión en las listas inicia su campaña.
    Gracias por avisarlo, trataré de conectar y ver de que va la entrevista.

  25. El artículo de Barañain entra en un tema clave para poder considerar el grado de democracia real que hay en un pais que es el de la democracia interna de los partidos. Me ha impresionado que ademas de Barañain, muchos otros participantes han analizado seriamente el tema. El Blog de hoy parece mas un número de «Claves de la Razón Práctica». El método norteamericano tiene un ingrediente, destacado por D.Cicuta que lo hace no exportable. Allí los contrincantes llevan su financiación propia, muchas veces de su propia fortuna( o de empresas familiares). Aqui los contrincantes cuentan con los medios que les da el partido y poco mas.

  26. Hombre, Fernando, achacar que la primera entrevista de Pizarro sea en Libertad Digital a que las demás cadenas no se lo habrán ofrecido o tendrán cubierta la programación, suena un poco a bobada.
    Alguna coincidencia ideológica habrá con la cadena, no?

  27. ¿Que tiene que hacer entonces? ¿Esperar sentado hasta que vaya recibiendo solicitudes de entrevista, según unos parámetros de cadenas definidos y que agrade a la oposición? Eso si que me parecería una bobada.
    Tengo la completa seguridad que entre una gran audiencia plural, o una menor, en sintonía ideología, un político en campaña siempre buscará lo primero. Lo segundo lo tiene seguro.

  28. TAREK: «Las primarias americanas son el complemento necesario a la división de poderes (entre presidente y poder legislativo), la limitación de mandatos, y la independencia personal de los políticos..»

    Estoy de acuerdo. Por ello, como apunta MAGALLANES, el sistema americano de primarias -con sus características-, no es aplicable aquí. Entre otras cosas porque al financiarse externamente al partido en cuyo seno compiten, la organización se desdibuja y eso que puede ser soportado por el sistema americano, sería poco compatible con un sistema político como el nuetsro.

    Pero el elemento central que caracteriza al sistema, esto es, el debate interno y la elección directa por los afiliados -y por los simpatizantes, en su caso-, de sus candidatos, sí es aplicable, adaptandolo a nuestras circunstancias.

    De hecho, el asunto de los recursos para la campaña de las primarias aquí se resolvió, de modo que fuera el partido el que distribuyera -con neutralidad- los medios para quie el mensaje de cada candidato llegara con igualdad de oportunidades a los afiliados. El partido sigue así conservando su función y no se pone en riesgo.

    En realidad, el mayor incentivo para la pérdida de sentido de un partido es cuando los afiliados no cuentan ni siquiera para la toma de decisiones: eso es lo que vacía a los partidos de afiliados y lo que está ocurriendo en nuestro país. Por eso no entiendo que se contraponga la medida que da protagonismo al afiliado -y por tanto, es objetivamente un estímulo para la participación política-, a la opción por «partidos fuertes y cohesionados». Apenas existe tal cosa en España.

    A mí me parece que lo que tendría que promoverse -entre otras medidas-, es la afiliación masiva a los partidos y eso -sólo es posible si ello conlleva un papel decisorio real para los afiliados. Lo de las primarias iba por ahí.

  29. Me acaba de pasar una cosa curiosísima
    Acabo de entrar en la página web de upyd para ver a quien presentan como candidato en mi ciudad.
    Presentan a un tal Antonio Cascón Sardiña.
    Yo que soy un tío absolutamente politizado y conozco gran parte del mamoneo político de mi ciudad no sé quien es. Pero es que además he entrado en San Google y no sale nada de el!!!

    Pero si en el google sale hasta mi perro!!!!
    En fin, así les va…..

  30. ¡Dios mio! He creado un monstruo…jeje.

    Aqui os dejo un escrito de Ovi Uan Que No Ve…es decir «El Hijo de Amistad Civica»….el real..el de carne y hueso.
    Si aquel que pedia que le quitaran la subvención para buñuelos y orelletes que les dan todos los años a los jubilados por el Ayuntamiento de santa eulialia del rio…para darselo a los niños necesitados…¿?…0’7

    Mas republicano que el Padre y que el Espiritu Santo.

    Esta es su visión de «La Realidad Socialista» de un pueblecito rodeado por el Mediterraneo:

    Erase una vez… En la Federación Socialista Pitiusa se abrió la veda para presentarse en unas «primarias» a ser el candidato del PSOE Pitiuso a concurrir en la lista electoral por les Illes Balears en puestos de salida (el número 3).

    El hasta hace unos dias diputado, José Ramón Mateos, se presentaba a la reelección, puesto que solo llevaba una legislatura como diputado y desde hacia 2 años ya había pillado el truquillo a esto de ser diputado, tras 2 años de aprendizaje con maestros como: el señor Rubalcaba o Alfonso Guerra (ambos grandes oradores) Pero una nube se avecinaba…

    El delegado insular del Estado, Jose Manuel Bar con una imagen más que quemada por el tema de las autopistas de Ibiza/Eivissa (a él le acusaban desde la plataforma antiautopista de enviar a la guardia civil que se encargaba de retirar a los manifestantes de los terrenos propiedad de sus legitimos dueños y aporrearles) Bueno pues esta «persona» decide presentarse contra todo pronóstico a ocupar el lugar de diputado, pese a su mala imagen entre la Izquierda de Ibiza.

    El partido, actualmente dirigido por una gestora desde hace más de un año, decide dar su apoyo no público pero si interno al señor de «las porras» pero, como en la mayoria de sitios se hacen votaciones en todas las asambleas de las 6 agrupacione locales, en las que el resultado es el siguiente:

    Jose Manuel Bar: 83 votos

    Jose Ramón Mateos: 84 votos

    Pero a su vez las Juventudes Socialistas también hacen asamblea (algunos de sus integrantes también son miembros del PSOE)

    Y el resultado es el siguiente:

    Bar: 13 13+83= 96

    Mateos: 9 9+84= 93

    Pero no acaba así la cosa; el día antes del Comité electoral, que es el que aprueva realmente quien debe representar a las Pitiusas, se convoca la sectorial de educación (a la cual pertenece bar) y la de turismo y estas también votan, pero curiosamente la sectorial de medio ambiente (a esta pertenece Mateos) y la de sanidad no son conovocadas, ni se les informa de que pueden hacerlo (que no pueden), sacando Bar la totalidad de los votos en las 2 primeras sectoriales.

    Una cosa curiosa es que la secretaria general de JJSS ha votado en su agrupación local, en las jjss y en la sectorial de educación.

    Aun así, la gestora propone a Bar como candidato a candidato por 20 votos a favor y 17 en blanco, puesto que no se puede votar en contra.

    …………………………………..

    Este barbilampiño promete…JAJAJA…que nervios.

  31. A. Tarek, chapeau!
    Cómo se llama el perro de P Franco?
    Lo que cuenta AC/DC sobre esas primarias viene a confirmar lo que yo decía antes sobre la necesidad de que la base esté a la altura de los modelos teóricos ideales para que éstos funcionen.

  32. Lo que cuenta AC/DC ,¡no!

    Lo que cuenta Ovi Uan Que No Ve «el hijo de Amistad Civica»

  33. Lo del Sr. Cascón Sardiña es muy bueno, Pablo. Me recuerda aquella broma radiofónica de hace unos años, cuando se presentaba un tal Delgado de Jesús a la Presidencia de la Junta de Andalucía por el extinto CDS. Un reportero salía a la calle y preguntaba a la gente «Â¿conoce usted al candidato Delgado de Jesús?». Todos contestaban NO. Así, diez o quince encuestados. El decimosexto, contesta, entre sollozos, «sí, soy yo».

    Con el señor que se presenta por tu ciudad se podía hacer las misma broma.

    Por cierto, Pablo, aquí en Andalucia se presentan gentes como Juanita Lasry, durante años y años concejala y diputada autonómica; José Antonio Muriel, durante años Delegado del Gobierno de la Junta en Huelva; o Armando Flores, cargazo de la RTVA durante años. Ahora, desposeidos de sus cargos, abandonan el PSOE y se meten, a la desesperada, en la UPD. Luego viene nuestro común amigo y habla de «pesebres» ……

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