Jelloun
La noticia del encuentro preparatorio mantenido por representantes del gobierno y de ETA dÃas atrás nos ha sorprendido cuando los medios de comunicación seguÃan haciéndose eco de pronósticos oscuros, más o menos interesados, sobre la continuidad del alto el fuego y la viabilidad del proceso de paz. El proceso está en sus “fases preliminaresâ€?, ha dicho el Ministro Rubalcaba, dando verosimilitud a la noticia, aunque no haya querido confirmar ni desmentir lo publicado por diarios vascos.
Esta noticia –sin duda, LA noticia-, además de ser positiva en sà misma, pone en entredicho o al menos coge con el paso cambiado a muchos que apostaban por todo lo contrario. El anuncio del encuentro de Zapatero con Rajoy se estaba interpretando en muchos ambientes como antesala del reconocimiento del fracaso de las expectativas suscitadas con el proceso de paz. Los mas listillos del lugar intuÃan que ante la certeza del próximo reinicio de la actividad terrorista el gobierno querrÃa empezar a prepararse el terreno, buscando blindarse ante el previsible castigo que, por supuesto, tendrÃa merecido por haber hecho alumbrar tantas expectativas en la ciudadanÃa, eso en el mejor de los casos o, en el peor, por haberse rendido ante una ETA que ahora le dejarÃa en evidencia. De ahà que el sector mas aguerrido lleve un par de dÃas abroncando desde la COPE a Mariano Rajoy por prestarse a ese juego acudiendo a la cita con Zapatero.
Pero para el fanático todo es susceptible de ser interpretado de forma tal que no contradiga su pronóstico. Como “la realidad no debe estropear una buena noticiaâ€?, algunos son capaces de reconvertir la noticia más adversa para sus apuestas a fin de salir en cualquier caso airosos. Hace unas horas un portavoz de la plataforma Basta Ya aseguraba que lo sabido hoy venÃa a confirmar su pronóstico sobre la ruina del “llamadoâ€? proceso de paz. ETA y el Gobierno habrÃan convenido pactar una especie de prórroga engañosa sabiendo que no habÃa ya nada que rascar. El Gobierno sólo buscarÃa ganar tiempo. Qué beneficio sacarÃa de ello ETA es un misterio que el citado portavoz no ha tenido a bien desvelarnos. El caso es que si ETA hubiera declarado el fin de la tregua ¡él tenÃa razón! y si, en vez de eso, se constata que el proceso sigue vivo, como debe tratarse de algo amañado, ¡él también ahora tiene razón!
Ciertamente, algunos datos de los últimos meses abonaban el escepticismo, por no decir el pesimismo, sobre la marcha de un proceso que, en realidad, no acababa de arrancar. La reanudación de la kale borroka, el episodio del robo de armas, la actitud desconcertantemente chulesca de algunos notorios etarras en los Juzgados y las últimas declaraciones de los portavoces de Batasuna, daban pie a pensar que algo habÃa fallado en los cálculos. Quizá, aventuraban algunos, en el interior de ese mundo los “durosâ€? ganaban la batalla segando la hierba bajo los pies de quienes tenÃan voluntad negociadora. Por cierto, a los enemigos del proceso de paz, esa hipótesis les servÃa igualmente para descalificar la iniciativa de Zapatero. Que la parálisis que vivÃa el proceso no sólo no confirme su denuncia de la supuesta rendición de Zapatero ante ETA sino que más bien refleje la impaciencia de ese mundo ante la firmeza o intransigencia mostrada por el Gobierno ante sus pretensiones, no impide a los profetas del desastre moderar o matizar su crÃtica inclemente.
Junto a esos datos preocupantes habÃa indicios –quizá menos aparatosos pero acaso más reveladores-, de que la vuelta al terrorismo no parecÃa estar en la agenda del mundo abertzale. Ciertas declaraciones de Otegi, la reactivación de algunas iniciativas sociales de apoyo a la paz y el diálogo inverosÃmiles en un escenario de “rearmeâ€?, la forma relativamente prudente con que Gara estaba dando cuenta a sus feligreses de cómo estaban las cosas, si bien no eran suficientes para augurar la continuidad del alto el fuego y el avance del proceso de paz al menos no presagiaban una ruptura del mismo tal como advertÃan -¿o deseaban?-, los agoreros.
Pruebas del nerviosismo que se habÃa instalado incluso entre los defensores del proceso las hemos tenido en los últimos dÃas en esos nerviosos llamamientos a que el gobierno “moviera fichaâ€?, a que tomara alguna iniciativa concreta que estimulara la confianza de la otra parte. AsÃ, se ha vuelto a oÃr hablar de acercamiento de presos o, incluso, de derogación de la Ley de Partidos para posibilitar la vuelta a la polÃtica de Batasuna. Y lo hemos oÃdo de voces muy diversas, algunas muy dignas de ser escuchadas con atención. En este ambiente, la invocación por parte de Zapateo a la perseverancia y a no dar pasos en falso ha sido oportuna. Sin duda, el gobierno tiene muy presente la experiencia de la gestión de la tregua anterior por el gobierno de Aznar y considera que no es momento de titubear o mostrar flaqueza ante un oponente que puede estar “jugando de farolâ€?.La evidencia de que el proceso de paz está vivo, no nos puede llevar, obviamente, a entusiasmo alguno sobre el futuro del mismo. Parece claro que Batasuna sigue firme en su decisión de “no pasar por el aroâ€? en cuanto a su legalización en los términos exigidos hasta ahora por el Gobierno y hay mas que indicios de que preparan una presentación a las elecciones municipales y al Parlamento de Navarra en torno a candidaturas de electores –estrategia ya ensayada con anterioridad-, o a las siglas del EHAK/PCTV. Ello, aparte de imposibilitar la mesa de partidos, añadirá tensión sobre ese proceso electoral y dará munición para la campaña que el PP lanzará sobre el Gobierno y la FiscalÃa para que se impida esa estrategia. Si por convicción propia o por presión irresistible el Gobierno impide ese plan B de la izquierda abertzale -que se habrÃa jugado todo su futuro institucional a esa única carta-, parece claro que quedarÃa poco margen de juego para la buena marcha del proceso. Entonces, tal vez, sà que cabrÃa ser pesimistas.
Pero demos tiempo al tiempo, y ahora vivamos este momento esperanzador. “Eppur si muoveâ€? (“sin embargo se mueveâ€?) es lo que dicen que dijo Galileo, tras salvar el pellejo ante la inquisición y reafirmándose por lo bajo en que era la Tierra la que se movÃa alrededor del Sol y no al revés. Frente a presagios apocalÃpticos y agoreros de los nuevos inquisidores, constatamos hoy que el proceso de paz no está muerto, que “sin embargo se mueveâ€?. No es poco.