Estado de incertidumbre

Carlos Hidalgo

 ¿Cómo lleváis el estado de alarma? Estas semanas de encierro son algo inédito. Trato de hacer comparaciones mentales. Hasta comparaciones bélicas, como hace tanta gente estos días. Pero en la guerra puedes salir entre bombardeos. Y si sobrevives a una batalla puedes estar con tus compañeros hasta la siguiente.

Me debato entre el optimismo y el pesimismo de lo que veremos al salir del limbo impuesto por el coronavirus-19. Por un lado, puede que esto nos ayude a relacionarnos mejor al salir, a valorar más a nuestras relaciones personales y a hacernos una idea de que, cuando las cosas van realmente mal, importan más el personal sanitario que los futbolistas y las personas que limpian las calles y los edificios que los ñoños cantantes de Operación Triunfo.

Puede que este encierro forzado nos ayude a ver a nuestras familias, a nuestras parejas y a nuestros hijos con mejores ojos. También puede que estén siendo un verdadero infierno para quienes tengan la desgracia de verse forzados a convivir con personas abusivas y crueles.

Igual que se está contagiando el virus también se contagia el paro. Esta semana sigue la sucesión de ertes y despidos. Los cierres parciales, las suspensiones del sueldo y los servicios de empleo están igual de saturados que los hospitales.

Mientras que los enfermos se acumulan en pabellones y hospitales de emergencia, las personas en paro están en sus casas, viendo como sus fuentes de ingresos se congelan mientras que los crueles programas de cobro de los bancos, con sus préstamos, hipotecas y cuotas de tarjetas de crédito siguen llegando puntualmente.

El mundo se ha parado, pero no del todo y no para todos. En la crisis de 2008 se dijo que era el momento de reinventar el capitalismo, pero lo que se hizo fue aplicar sus fórmulas más crueles, en una versión sofisticada de todo lo que se hizo mal en 1929, hasta que se inventó el Estado de Bienestar tal y como lo conocimos.

¿Pasará lo mismo esta vez? Ni idea. Ni siquiera estamos en la misma situación. Pero ya sabemos que el mercado no regula los virus. Que al mercado se le da muy mal proveernos de salud y demasiado bien expulsarnos de nuestros trabajos.

El mercado no regula nuestras familias, pero las puede destrozar. Lo mismo pasa con nuestras vidas, que están sometidas a muchas fuerzas pero hay una a la que veneramos como a un dios cruel, cuando llevamos años de ver que es igual de ciega, sorda y de carente de voluntad.

5 comentarios en “Estado de incertidumbre

  1. Lo del negativo «no concluyente» como resultado del test realizado a la Vicepresidenta Calvo me recuerda al tratamiento de la idemnizaciónde Bárcenas como «en diferido «.
    Creo que ha habido precipitación al trasmitir que Moncloa ha ordenado la «desinfección» de las dependencias de la vicepresidenta, cuando lo más seguro es que no habrá sido otra cosa más que un simple «control antipolutivo y de gérmenes patógenos»

  2. Al pan pan y al vino «resultado de la fermentación de la uva y proceso de decantación envejecimiento y filtrado»
    Las cosas claras, como deben ser.

  3. Al estado de incertidumbre que nos trae el articulista añadimos ahora el resultado del test de la Vice.

  4. Eso le pasa por ir a la privada. Si hubiese ido a la pública ya tendría el coronavirus detectado.

  5. En fin, la cosa es seria y no debo frivolizar por ello. Pero si asusta que la vicepresidenta primera pueda dejar paso al vicepresidente segundo, como se puede pensar que se teme y se trata de evitar, que busquen otro camino que no el de tomarnos por tontos.

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