Goles en propia puerta

David Rodríguez 

Los partidos de ida de los cuartos de final de la Champions de fútbol nos han deparado una cantidad anormal de goles en propia meta. El martes pasado, el Sevilla anotó dos veces en su marco frente al Bayern de Múnich. Un día después, el Barcelona se vio recompensado con dos generosos tantos de la Roma. Obsérvese bien la curiosa metáfora político-futbolera: la ciudad española que ha albergado la convención del PP regala dos goles a la ciudad alemana que ha centrado la ira de Jiménez Losantos. Mientras tanto, un club catalán se ve favorecido y obtiene una buena renta en su eliminatoria. Un precedente claro de lo que sucedería unos días más tarde.

Como todos sabemos, un gol en propia puerta no se debe tanto a las virtudes del atacante, sino más bien a los defectos de la defensa. Lo vimos hace unos meses cuando los independentistas catalanes proclamaron una república virtual y se estrellaron de cabeza contra un muro de cemento armado. Un error de cálculo de graves consecuencias, pues el entramado político y judicial del estado español no ha dudado en aprovechar la ocasión para golpear al enemigo. Sin embargo, lejos de celebrar el fallo estratégico de Puigdemont de manera sosegada e inteligente, el orgullo patrio del bando hispánico se ha pasado de frenada y ha procedido a un ensañamiento sin precedentes, en un ataque demasiado alegre que ha dejado muy desguarnecida el área defensiva.

Efectivamente, el juez Llarena se ha lanzado de manera desbocada hacia el marco rival, a través de toda una serie de decisiones que trataban de aniquilar al adversario herido, sin percatarse de que en el partido también podían llegar a intervenir actores internacionales, ajenos al fervor nacionalista de la piel de toro. De este modo, un tribunal alemán ha dejado en libertad al máximo dirigente de las hordas independentistas y ha descartado el delito de rebelión, elemento crucial en la estrategia ofensiva del Tribunal Supremo. Hemos visto memes de Puigdemont con la pose de chilena de Cristiano Ronaldo en Turín, pero yo lo veo más como un gol en propia meta del señor Llarena, que además ya había sido advertido de los riesgos de su alocada estrategia por buena parte de la crítica más sustentada en elementos racionales.

Más allá de ironías, el tema es muy serio. Se acusa de rebelión a una serie de personas que llevan en prisión preventiva desde hace meses, y el máximo dirigente de la misma no puede ser extraditado por dicho motivo, por lo que el agravio comparativo es mayúsculo. Del mismo modo que Puigdemont sobrevaloró un hipotético apoyo internacional a los hechos derivados del primero de octubre, el gobierno español ha cometido idéntico error, dando por sentado que Alemania no dudaría en apoyar su relato. A esto hay que sumar las decisiones de la justicia escocesa y belga, así como las advertencias de Naciones Unidos sobre los derechos políticos de Jordi Sánchez. Demasiados jarros de agua fría para seguir sosteniendo un discurso basado exclusivamente en la radicalidad y en la venganza.

Los acontecimientos que estamos viviendo durante los últimos meses nos demuestran día a día que el problema de la relación entre Catalunya y España sólo puede resolverse mediante el diálogo político. Los graves hechos que se van sucediendo no hacen sino dar la razón a aquellos que llevamos tiempo proclamando “ni DUI, ni 155”. Ambas estrategias nos están conduciendo a una confrontación estéril, a un callejón sin salida repleto de situaciones que nos colocan en el ridículo nacional e internacional. Y, lo que es más grave, a la vulneración de derechos fundamentales de personas que se hallan encarceladas por motivos estrictamente políticos. Si la dinámica de la DUI es equivocada, la reacción de la caverna española es sin duda mucho peor. Es imprescindible dejar de enarbolar tantas banderas y encontrar una solución razonable al conflicto, lejos de la represión y del esperpento con los que se nos está castigando en estos momentos.

4 comentarios en “Goles en propia puerta

  1. Estoy convencido de que el articulista no conoce al juez Llarena y es improbable que distinga por unas imágenes los estados de ánimo de los jueces cuando de entrada los divide entre aquellos que se desbocan , como los jumentos españoles y aquellos que retienen el arranque de caballo percherón germano, inmutables , sabios, matemáticos y calvinistas.

    El derecho, la soberanìa y la capacidad de presión forman parte de las relaciones internacionales y en esas estamos , no en una lucha que dirime el orgulloso discernimiento de unos jueces, porque si asì fuera, serìa intolerable que nuestro futuro como europeos residiera en la voluntad de unos muy pocos.

    Es claro que la redacción de salvaguardas para delitos que amenazan la seguridad del estado dada su excepcionalidad requiere una claridad y esfuerzo muy superior a la languidez desiderativa y abandono a la intencionalidad difusa perseguida por los conspiradores que presentan en la actualidad y que impiden una sanción rotunda.

    Puigdemont no es libre y tiene retenido su pasaporte; y , sobre todo no es libre en España , porque hoy por hoy , la frontera es el umbral de su prision.

    La tendencia “ ni – ni ” que defiende el articulista generalmente termina con doble ración de uno de los términos ; en nuestro caso más 155.

    No es la caverna española la que dirige el antiproceso como pretenden las almas de cántaro sino un poder judicial que interpreta y aplica la legalidad de manera homologada a la de sus pares del resto de Europa, algo que hasta Iceta llega a comprender, mal que le pese.

    Y el problema no es entre Catalunya y el resto de España sino entre catalanes.

    LBNL ha dado muestras en este foro de conocer muy bien las interioridades de la CE y las reservas técnicas sobre determinados dossiers , reservas que tienen un aliado formidable en la incapacidad de quienes dirigen la política exterior de nuestro país.

    La solución de este conflicto ya la tenemos y es muy generosa : Constitución y Estatuto.

  2. Yo soy muy partidario del diálogo.
    Me parece una barbaridad que unos decidan unilateralmente expulsando al resto. Dialoguemos. Como diría el poeta, mis «dimensiones del terreno» son claras : a) respeto al orden constitucional y b) que TODOS los españoles tengamos la última palabra.
    Cuando quieran.

  3. «Y, lo que es más grave, a la vulneración de derechos fundamentales de personas que se hallan encarceladas por motivos estrictamente políticos. »
    Motivos políticos:
    El expresidente de la Generalitat Artur More & More condenado a dos años de inhabilitación por desobedecer al Tribunal Constitucional y celebrar la consulta sobre la independencia del 9 de noviembre de 2014.
    Por motivos políticos….pues vale.
    El Gobierno de PuigDevil acusado de rebelión,sedición,malversación,desobediencia al Tribunal Constitucional y vulneracion del estatuto de autonomia.
    Delitos políticos….pues Si…son delitos políticos bajo el amparo de una mayoría parlamentaria que según ellos les da patente de corso.
    Están en la cárcel y en busca y captura por delitos políticos ,es verdad,una verdad como un templo al fin y al cabo todos los delitos que cometen los políticos ,son delitos políticos porque atentan contra las leyes que emanan de la Constitución, otra cosa es que nos quieran convencer de que no han cometido ningún delito…..y si ellos quieren ser gobernados por PuigDevil…por que nos preocupamos por un máster inexistente de la presidenta Cifuentes?..Ejem.

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