Grecia a comienzos de febrero

Lobisón

Tras no haber logrado en tres votaciones parlamentarias hacer elegir a su candidato, Stavros Dimas, como nuevo presidente de Grecia, el primer ministro conservador Andonis Samarás ha anunciado la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones para el 25 de enero. Eso significa que a comienzos de febrero habrá un nuevo gobierno o bien el país estará pendiente de las negociaciones para formarlo.

Las encuestas dan ventaja a Syriza, el precedente griego de Podemos, sobre el partido de Samarás, Nueva Democracia, mientras que a su actual socio, el Pasok, se le presenta al borde de la extinción a causa del desgaste sufrido por su participación en el gobierno que ha gestionado la crisis y la austeridad. Como era previsible, ese desgaste ha sido mucho mayor para un partido de centroizquierda que para su socio conservador, lo que explica el gran nerviosismo que provoca en el PSOE cualquier mención de una posible coalición futura con el PP.

Ahora bien, falta saber qué sucederá efectivamente en Grecia dentro de un mes. El miedo a las consecuencias de un posible gobierno de Syriza, espontáneo y fomentado, puede hacer que Nueva Democracia se recupere, por lo que no podemos saber si habrá un ganador claro en febrero, ni si estará en condiciones de formar gobierno. Por tanto cabe esperar que se abra un período de incertidumbre, más o menos largo, que provocará inevitablemente turbulencias en los mercados. Conviene comprender que a la gente que presta dinero le pone de los nervios la posibilidad de no recuperarlo.

Syriza ha ido moderando sus posturas, pero si llega al gobierno se encontrará ya con una tormenta financiera. En esta situación puede optar por tratar de calmarla, emitiendo señales tranquilizadoras para los mercados y defraudando las expectativas de sus votantes, o por huir hacia adelante tomando algunas de las medidas que éstos esperan. Pero a menos que se produzca un giro milagroso en la política europea y que Juncker logre que se prime el interés político por encima de la contabilidad financiera, lo probable es que la tormenta se agrave y pueda hacer inevitable la salida de Grecia del euro.

Muchos economistas —por ejemplo José Carlos Díez el 6 de enero de este año que ahora termina— consideran que ‘Grecia debería abandonar el euro cuanto antes, devaluar, reestructurar su deuda y reinventar su modelo económico, político y social’. Puede que esa sea la única salida de la situación actual, pero a falta de petróleo y de soja cabe temer que el camino a recorrer por los griegos sería bastante duro.

Y luego estamos los demás: Grecia puede desencadenar una nueva crisis del euro, con una escalada de las primas de riesgo y fuertes caídas de la inversión, lo que daría al traste con la tan cacareada recuperación. ¿Qué haría Rajoy y qué haría Podemos? ¿Abandonaría Pablo Iglesias algunas de sus propuestas o las radicalizaría? ¿Cómo afectaría esto a sus electores? Va a ser un año muy interesante.

2 comentarios en “Grecia a comienzos de febrero

  1. No, no creo que pueda ocurrir una nueva crisis del euro. Los paises emergentes, a los que los inversores llevaron sus fondos buscando tipos de interés mas altos, están de capa caida. Los precios de las materias primas han disminuido fuertísimamente y estos paises pueden incumplir su deuda externa igual o mucho más que los paises europeos. Bastó con que la Reserva Federal anunciara que iba a finalizar su qunatitative easing y, por tanto, que los tipos de interés de EEUU podrían volver a subir, para que se produjera una huida de fondos de los paises emergentes a EEUU, Inglaterra y Alemanía y las primas de riesgo de los paises de la eurozona cayesen dramáticamente. Lo que está claro es que los inversores internacionales distinguen muy bien entre Grecia y el resto de los paises mediterraneos. Grecia tiene una estructura económica decimonónica y las medidas de austeridad han fracasado estrepitosamente. Frente a ello, Francia, Italia y España son paises normalitos, además de ser segunda, tercera y cuarta potencias de la eurozona. Alemania, la CE , el BCE y el FMI no estarían dispuestos a una crisis del euro. Si Syrisa se pone chulo tratando de renegociar la deuda externa demasiado a favor de Grecia, es muy posible que los anteriores centros de poder se nieguen y dejen caer a Grecia fuera de la eurozona. Incluso vendría bien para que los «syrizas» de otros paises mediterraneos se vuelvan más prudentitos en sus cantos de sirena. En esa situación,es muy posible que Syriza, si es que gana las elecciones del 25 de enero, busque su apoyo en China. Esta última puede interesarle financiar a Grecia y tener una puerta abierta al mercado europeo.

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