¿Habrá recuperación?

Lobisón

No sólo el gobierno insiste en que ya ha comenzado la recuperación, sino que algunos organismos y empresas parecen creer que es así. No hay demasiado triunfalismo, sin embargo, por tres razones evidentes. La primera es que el personal no está para bromas y alharacas. La segunda es que lo que se pronostica es una recuperación rastrera, que apenas tendría efecto inicialmente en el empleo. La tercera es que aún podemos llevarnos serios disgustos, por ejemplo si la auditoría del BCE a los bancos españoles fuera negativa.

Sin embargo, pese a las lógicas cautelas y al aún más lógico escepticismo, podría ser que hubiéramos tocado fondo y que comenzara una lenta recuperación. El gobierno, como es natural, la recibiría como agua de mayo, confiando en que así se frenara o revirtiera la caída en su apoyo social y en intención de voto, que si no fuera por la desastrosa falta actual de credibilidad de la oposición socialista auguraría al PP en 2015 una derrota comparable a la sufrida en 2011 por el PSOE.

Sin embargo, las cosas pueden ser más complicadas. Una de las razones de que no haya habido mayor movilización social contra los recortes y el asalto masivo a los derechos sociales podría ser una convicción casi universal de que las cosas están tan mal que no hay margen para hacer políticas más civilizadas. Pero una tímida recuperación económica podría invertir las expectativas y hacer más verosímiles las movilizaciones y las demandas sociales.

Un inteligente economista (originalmente alemán), Albert O. Hirschman, esbozó un curioso esquema que podríamos llamar ‘efecto túnel’. Si se produce un espantoso atasco en un túnel, la primera reacción de los conductores es tocar el claxon y blasfemar de viva voz, pero una vez que se extiende la convicción de que nadie puede moverse, se extiende también una resignada apatía, y la gente se dedica a lo que puede, incluyendo establecer relaciones con otros conductores (¿alguien recuerda ‘La autopista del Sur’, de Cortázar?).

Ahora bien, si de pronto, aunque sea lentamente, los coches de un carril comienzan a moverse, desaparece la resignación y reaparece la agresividad: los otros conductores tratan de invadir ese carril y de nuevo tocan el claxon y blasfeman. Esa podría ser la consecuencia inesperada de una lenta y gradual reactivación: que al cambiar las expectativas renazcan las reivindicaciones y las movilizaciones.

Probablemente todo dependería de la visibilidad de la recuperación, si ésta llega. La metáfora sólo da juego si se puede identificar un carril que vuelve a moverse, y ni siquiera las previsiones más optimistas auguran mucho movimiento. Pero bueno, aun así sería bueno ver lo que pasa si la economía sale de su interminable caída y algo vuelve a moverse.

2 comentarios en “¿Habrá recuperación?

  1. Habrá que ver como sentará a los sufridos automovilistas atrapados en el túnel el «merkelazo por toda la escuadra» (así definió lo ocurrido en las elecciones alemanas el novelista Fernando Aramburu). Y cómo sienta a los repartidores del ticket en los accesos al túnel, más allá de las entusiastas muestras de satisfacción al felicitar a la ganadora. ¿Seguirá pronosticando Montoro que España está a punto de volver a asombrar al mundo?

  2. Hace 3 o 4 meses, Alemania dijo que no a la unión bancaria. La misma, apoyada por los paises recortados sin crecimiento, solo se llevaría a cabo con todos los grandes bancos de la zona euro que serían supervisados directamente por el BCE. Mucho mas rotundo fue el no a cualquier intento de unión fiscal y, sobre todo a la emisión por la Comisón de eurobonos. Merkel es muy pragmática y, además, no le pega nada traicionar a su electorado, de modo que si durante la campaña se hartó en los mítines de decir que «No vamos a permitir que haya eurobonos», pues ahí no hay nada que hacer.
    Ahora bien, el partido liberal con el que formaba coalición era también un furioso defensor contra toda europeización de bancos y deudas fiscales. Incluso estaba en contra de la ayuda fiscal a la antigua Alemanía del Este.
    Pero el partido liberal ha quedado borrado del mapa, ahora Merkel tiene mas libertad para aceptar algún tipo de europeización bancaria y fiscal. Si se alía con los socialdemócratas, supongo, aunque con los dedos cruzados, que aumentarían las posibilidades de europeización.
    Merkel, además, con su amplia popularidad puede convencer a su electorado, aunque poquito a poco, de que la europeización también le conviene a Alemanía. Asi pues, hay que esperar, quizas un año. a que la pragmática Merkel intente inclinar la balanza hacia el otro lado. Se comenta que la famosa frase de Cragui con la que explicitó que la principal función del BCE era salvar al euro, había conseguido el visto bueno de Merkel previamente. Ojalá esté en lo cierto.

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