Barañain
He comentado días atrás cómo para una parte sustancial de nuestros políticos y de los medios de comunicación calificar de “mortífero” al islamismo radical sería una muestra de radicalismo xenófobo, de discurso de “extrema derecha”, de islamofobia (concepto convenientemente parido por la teocracia iraní)…¡hasta de fascismo! Los que sí saben que el islamismo radical es un ideología mortífera son otros. Este sábado, el Congreso Mundial Judío (WJC), con sede en Nueva York, llamaba a los ciudadanos franceses a salir a las calle en señal de protesta por los ataques terroristas en su país, y señalaba que lo ocurrido en la tienda judía de París ponía en peligro la vida de esa comunidad. El presidente del Congreso Mundial Judío, Ronald Lauder, esperaba una reacción de repulsa ciudadana e institucional similar a la que generó el atentado a la redacción de la publicación satírica Charlie Hebdo. «Igual que hace dos días mucha gente decía ‘Je suis Charlie’ en sus redes sociales, esperemos que la gente ahora diga ‘Je suis Juif de France’ (yo soy judío de Francia) o algo similar», decía Lauder.
“¿Quién gritará en Francia `Yo soy judío´?” se preguntaba Sefy Hendler en un artículo en Haaretz: “El miércoles por la noche, después de la masacre en las oficinas de la revista satírica Charlie Hebdo, decenas de miles de franceses salieron a las calles. Ellos cantaron «La Marsellesa» en voz alta y agitaron sus lápices hacia el cielo. Por un momento parecía como si las 12 víctimas de la ola de asesinatos cometidos por Cherif y Said Kouachi hubieran despertado a Francia de su profundo sueño. No había solamente personas con raíces cristianas entre las víctimas, sino también judías por nacimiento, como el dibujante Georges Wolinski, y musulmanes como Ahmed Merabet, el policía que fue asesinado a sangre fría mientras yacía tumbado en la acera. La República fue tocada por esta variedad de víctimas, orgullosa como está de permanecer ciega a la fe religiosa y al origen étnico. El dolor era profundo y auténtico, y unido al de todo un país que cree en una justicia a la manera de Francia, basada en la «libertad, igualdad y fraternidad». El viernes por la tarde…Francia no salió a la calle. Miles de velas no ardían delante de los huérfanos del supermercado kosher Hyper Cacher. Tal vez fue el shock, tal vez el miedo, tal vez un número infinito de otras razones. Pero después de los asesinatos de Yoav Hattab, Philippe Braham, Yohan Cohen y François-Michel Saada, Francia se quedó en casa”.
Para el Congreso Mundial Judío «la vida judía en Francia no tendrá futuro si esta amenaza letal de los terroristas islámicos no es afrontada de manera rápida y efectiva» y ratificaba que multitud de franceses judíos están yéndose de Francia por el auge del antisemitismo. Con cerca de 600.000 miembros, la comunidad judía de Francia es la más grande de toda Europa y la tercera del mundo, sólo por detrás de las de Israel y Estados Unidos, cada una con más de seis millones de miembros.
El ataque al supermercado kosher se suma a otros múltiples atentados cuya relevancia ha sido generalmente despreciada -”incidentes menores”- por quienes no querían oir hablar del antisemitismo rampante, de nuevo, en Europa. El Congreso Mundial Judío ha recordado otros ataques a la comunidad judía en Europa, como el sucedido en un colegio judío de Toulouse (Francia) en 2012 y el del Museo Judío de Bruselas en 2014, en los que «un lugar judío es deliberadamente elegido para generar pánico y para matar a gente inocente». Sólo en Francia y en los últimos años, por no remonatrnos muy atrás, el antisemitismo había dejado su tarjeta de visita en múltiples ocasiones en otras tantas escuelas judías (una siniestra predilección por la infancia) en Marsella, en París (en la escuela del judía del distrito XVIII de París, donde se lanzó ácido clorhídrico), en Gagni(Seine-Saint-Denis), donde la escuela quedó devastado por el fuego, en Crèteil, etc. y se había atacado autobuses escolares de colegiales judíos y sinagogas y cementerios judíos, etc. y, por supuesto, en innumerables ocasiones se registraban ataques en la calle a judíos que en muchos lugares del país hace tiempo ya que no se atreven a mostrar símbolos que puedan revelar su condición ni osan entrar en barriadas, pueblos o ciudades donde el islamismo campa a sus anchas. Ya entonces, sin embargo, lo que parecía preocupar a las autoridades era la “islamofobia”.
Desde los crímenes de Toulouse el número de miembros de la comunidad hebrea que ha abandonado Francia y emigrado a Israel ha crecido considerablemente (más de 10.000 sólo en 2014). Y a partir de ahora lo hará aun en mucha mayor medida. Y es que son los judíos, una vez más, los que están siendo obligados a huir de Europa. No los musulmanes, ni los cristianos, ni los ateos, … los judíos. Sólo que ahora -desde hace unos cuantos años- el fenómeno va de la mano del nuevo antisemitismo cuyos abrevaderos fundamentales en Europa no están tanto en la extrema derecha sino en el islamismo y en la izquierda (y ójala hubiera podido escribir que sólo en una parte mínima de la extrema izquierda), aunque reconocer esa evidencia cueste tanto a la socialdemocracia y a otras izquierdas y a gente como la que imparte doctrina en Le Monde o Liberation (o en El País, The Guardian, etc.).
Fue efectivamente impactante el ataque a una escuela judía en Toulouse (19 de marzo 2012) en que se asesinó a cuatro personas, tres niños entre ellas, y una herida grave. Pero fue también impactante -para los judíos- por la respuesta política que se observó. Ya he evocado aquí la vergüenza de lo ocurrido tras esos crímenes, con aquella gran manifestación de repulsa que la izquierda francesa (entonces en la oposición, en plena campaña electoral) empezó a preparar en París con la eficacia y apoyo mediático que le son característicos…y desconvocó de inmediato en cuanto se conoció que la autoría no era de ningún nazi, como el noruego Breivick, sino de un islamista. (“La gran foto de la magna expresión nacional de repulsa al crimen abominable ya no era posible. Y no porque el crimen hubiera cambiado. Sino porque lo había hecho la identidad del criminal”). La izquierda no quería enfrentarse al monstruo que crecía bajo su mirada condescendiente.
Ya en la época de Mitterrand se había impuesto el discurso tramposo de que se trataba de un supuesto enfrentamiento entre comunidades, musulmanes y judíos, que era mero reflejo del conflicto de Oriente Medio el cual, fastidiosamente, repercutía sobre la armoniosa unidad nacional francesa. ¿Antisemitismo? Eso jamás, era algo superado. Ahora, bajo el impacto emocional de estos tres días terribles de París, el primer ministro Manuel Valls ha reconocido que el antisemitismo al que pueda achacarse un origen ultraderechista es poco relevante y que es con el islamismo con el que Francia tiene un gran problema. Se le ha olvidado mencionar (no ha tenido valor para reconocerlo) el otro vector poderoso de este nuevo antisemitismo, un vector que nace en la izquierda.
La situación no es diferente en el resto de Europa (de la Europa donde aún quedan comunidades judías significativas). En vísperas de la pasada navidad el director de la BBC confesaba -en entrevista concedida a un famoso programa de televisión de Israel-, que el aumento del antisemitismo le había hecho reflexionar sobre el futuro de los judíos en el Reino Unido: «Ustedes ya están viendo el creciente número de ataques. Han visto los asesinatos en Francia, los asesinatos en Bélgica. Esto se ha convertido en la oscura realidad (…) Después de haber vivido toda mi vida en el Reino Unido, nunca había sentido el antisemitismo como en la Europa de hoy». Un poco antes, el pasado mes de noviembre, era el líder de la oposición laborista británica, Ed Miliband, quien denunciaba el aumento del antisemitismo en Gran Bretaña y pedía «un enfoque de tolerancia cero para el antisemitismo en el Reino Unido». Miliband, hijo de refugiados del Holocausto, elogió la tradición de tolerancia de Gran Bretaña, pero advirtió de que «la reciente ola de incidentes debería servir como una advertencia para todos los que pensaban que el flagelo del antisemitismo había sido derrotado y que la idea de que las familias judías tengan miedo de vivir en Gran Bretaña era algo impensable». Estas almas de cántaro reconocían así lo que ellos mismos, o las entidades de las que son responsables -un medio tan importante como la BBC y el partido fundamental de la izquierda en ese país respectivamente-, se habían empeñado en negar, contra toda evidencia. Y a cuya existencia y crecimiento tanto han contribuido.
El primer ministro francés Manuel Valls dijo que «Si 100.000 judíos franceses abandonan Francia, ya no será Francia«. En otras palabras, instó a los judíos franceses a quedarse. Valls, por supuesto, estaba cumpliendo con su deber, preocupándose por los intereses de la República francesa y por sus ciudadanos, cristianos, musulmanes y judíos. Pero sea o no sincero el sentimiento de Valls -y creo que en su caso lo es -, y sea o no esperable una reconducción de la actitud mantenida hasta ahora -y no creo que lo sea-, nada permite ser optimista. Y desde luego para los judíos de Francia ya es demasiado tarde. Sin duda alguna, una parte muy sustancial de los judíos se irá de Francia -lo está haciendo ya-, unos a Israel y otros a Canadá o los Estados Unidos (ni al mas masoquista se le ocurriría ir a recalar en alguno otro país europeo); más musulmanes serán absorbidos por el extremismo, en el más terrible de los casos, o en la apatía de cara al extremismo, en el peor de los casos; y más y más población francesa de «origen» será empujada a los brazos del Frente Nacional de Marine Le Pen.
Y eso es una muy mala noticia para los europeos en su conjunto. Porque como ha recordado Nathan Sharansky, «esta tragedia particular es un recordatorio muy trágico y poderoso para Europa de que el tiempo se acaba para ella, no solamente para los judíos de Europa (…) los europeos no judíos deberían tomar nota y actuar antes de que sea demasiado tarde» (…) «Si Francia y otros países occidentales no luchan con rapidez y decisión para restaurar la civilización de estas naciones liberales, Europa estará en problemas. En ese caso, el éxodo de los judíos, como muchas veces en el pasado, es el primer presagio, una advertencia hacia aquello a lo que se dirigen«.
Gracias por el artículo. Sesudo. Profundo. Lo digo de verdad pese a que no estoy de acuerdo con algunas de las premisas y, espero, tener razón.
La comunidad judía de Francia no se va a ir a Israel por el último ataque. No en números significativos y menos aún en comparación a los que ya estaban pensando en irse. Afortunadamente. Para los judíos franceses, que no deberían tener por qué huir, como para Europa, cuyo pasado antisemita debería ser vacuna suficiente para impedir que se reproduzcan situaciones análogas.
Discrepo sobre la mayor presión que sienten los judíos franceses. Es cierto que la arabización de la sociedad francesa – que no la islamización – ha incrementado el sentimiento anti-israelí y que por analogía entre lo israelí y lo judío, estos últimos son objeto de ataques cuando no de discriminaciones varias. Pero la raiz del antisemitismo – racial, por llamarle algo – sigue siendo cristiana.
Los musulmanes no odian a los judíos, al contrario. Sus profetas están incluídos en el Corán, como los cristianos, y son un pueblo respetado por monoteista. Son los árabes los que detestan a los judíos, en realidad no tanto sino a los israelíes, que les han derrotado en cada batalla y les han ido quitando tierras, a ellos directamente o a sus hermanos, supuestos.
Se juntan dos problemas. El primero, el antisemitismo de raiz cristiana, más o menos subyacente, me parece el más grave, tanto por connotaciones racistas como por los millones de muertos causados, no sólo con el Holocausto sino durante las décadas anteriores. (NB: es acojonante pero en Polonia en 1948, después de que los pérfidos invasores alemanes exterminaran a más de dos millones de judíos, hubo un pogromo puramente local contra los judíos).
Ni siquiera los peores islamistas tipo Da´esh o Al Qaeda odían a los judíos. Odian a Israel, que hace poco por privarles de excusas. Es lamentable que semejantes tipejos identifiquen a los judíos en general con Israel y por tanto, cuando se sienten acorralados, arremetan contra un supermercado judío antes que contra uno «normal». Pero eso no es antisemitismo. Antisemitismo de verdad es quien agrede – físicamente o de palabra – a quien por lo que sea se identifica como judío. Antisemitismo es desdeñar lo mucho aportado por el mundo judío a nuestra cultura y civilización y quedarse con las peores imágenes de la represión israelí contra los palestinos.
Una de las cosas que más me ha deprimido en los últimos días fue la lectura de la prensa israelí el lunes. Fueron varios los columnistas que despreciaron la imponente manifestación de París. Asumo que en consonancia con Barañaín – me gustaría equivocarme – abundaban en la blandura de Europa, su inconsciencia sobre el verdadero peligro y su querencia por los gestos antes que por las actuaciones serias – de rompe y rasga contra el islamismo – que son las únicas que podrían mitigar el peligro.
En paralelo, varios líderes israelíes de derechas recomendaron a la comunidad judía francesa partir hacia Israel para encontrar la seguridad perdida. Dejando de lado la defectuosa seguridad que encontrarían en Israel, sólo en parte pero también en parte por las políticas seguidas por Israel desde hace décadas, lo cierto es que la inmensa mayoría de los judíos europeos se sienten mucho más europeos que israelíes.
Je suis juif. Por supuesto. Por el secuestro del supermercado y ante cualquier agresión contra los judíos, en Europa o fuera de ella. Je suis juif, Charlie y el policía árabe ejecutado a sangre fría (NB: cómo hace Willy Toledo para escoger los peores momentos posibles para mandar tweets, como en el que sentenció que la ejecución era un montaje y que el verdadero terrorismo es el de la OTAN?).
Pero lo que ha pasado en Francia no es un asunto judío. El atentado contra los judíos es anécdota. El tema era defender la peor versión de la interpretación islamista de las enseñanzas del Corán. Y vengarse por la intervención francesa en Mali e Iraq.
Lo harían mañana en Guadalajara si tuvieran oportunidad. Pero no hay suficientes locos allí, ni tienen contactos allí que les proporcionen armas ni les hemos proporcionado excusas últimamente, en este orden los tres factores.
Los muertos de París quizás hayan muerto en vano. Me atrevo a pronosticar que no será así. Por un lado, el rearme intelectual e ideológico contra los enemigos de los valores republicanos, no es desdeñable, incluido contra aquellos que consideran que el Islam es intrínsecamente perverso. De otro, los ataques han sido un acicate importante para que Europea acelere las medidas que ya estaba planteándose para combatir el terrorismo yihadista. Ojalá.
El artículo de Barañain de hoy recurre sistemáticamente al victimismo simplón y a las grandes frases: “la vida judía en Francia no tendrá futuro si esta amenaza letal de los terroristas islámicos no es afrontada de manera rápida y efectiva», «Y es que son los judíos, una vez más, los que están siendo obligados a huir de Europa», «el fenómeno va de la mano del nuevo antisemitismo cuyos abrevaderos fundamentales en Europa no están tanto en la extrema derecha sino en el islamismo y en la izquierda», «La situación no es diferente en el resto de Europa (de la Europa donde aún quedan comunidades judías significativas)».
Hay que recordarle a Barañain que en Europa hay todo tipo de ataques y que los ataques a los judíos son una pequeñísima parte de los ataques que en Europa se contabilizan. Antes habría que hablar de ataques a las mujeres, a los homosexuales, a los que piensan diferente, etc. Los judíos gozan de los mismos derechos que el resto de ciudadanos europeos. Si hay minorías fanáticas en Europa que atacan puntualmente determinadas tiendas judías, es algo, afortunadamente, residual.
Yo compartí buena parte de las reflexiones de Barañain del fin de semana cuando escribió, entre otras cosas, que los atentados y el asalto a la tienda judía sí que tenían algo que ver con la religión musulmana. Por tanto, hay que aumentar los esfuerzos en desmantelar ese integrismo islámico que tanto daño nos hace. Y, además, aumentar la colaboración con las mezquitas, imames, etc para aislar a estos fanáticos terroristas de forma más eficaz. Además, comparto con Barañain esa reflexión en la que decía que «el discurso (por desgracia dominante en las últimas décadas) ha ido añadiendo xxxx-fobia a muchas situaciones, para expresar lo que simplemente es disconformidad», y de ahí que se escuche con la mayor naturalidad términos como “islamofobia”, cuando lo que uno expresa es simplemente rechazo a dogmas y normas islámicas (podrían ser también cristianas o judías) que coartan las libertades de los ciudadanos.
Estando básicamente de acuerdo en esas y otras reflexiones de Barañain, me resulta llamativo el tinte victimista del artículo de hoy.
Debo recordar a Barañain que los grandes atentados perpetrados por el fanatismo de corte islamista en Europa (Madrid, Londres y los 2 de Moscú) causaron víctimas que no eran, precisamente, judías. Sólo los atentados de Estambul en 2003, cuyos objetivos fueron 2 sinagogas, el banco HSBC y el consulado británico, causaron algunas víctimas judías.
Por tanto, los afectados somos todos. Apelar al antisemitismo europeo es, bajo mi punto de vista, de una simplonería que tumba. El integrismo islámico y sus diferentes grupos terroristas afincados en Europa son una amenaza para todos, no para los judíos en particular. Y lo demuestran las cifras de víctimas, los ataques a inmuebles, etc.
Esperado y documentado artículo de Barañain tras la matanza de Paris y, como siempre en este tema, interesante e inteligente réplica de LBNL. Si el inventario que hace Barañain en su artículo es el reflejo de la realidad no cabe duda que Francia ( y Europa ) tiene un problema. Lo peor no es sentirse amenazado sino sentirse desprotegido. Algunos vascos sabemos algo de eso. Me sorprendió Netanyahu en París ( a cuya manifestación fue, según dicen, en contra de la opinión de Hollande) cuando dijo que Israel tenía los brazos abiertos para acoger a los judios de Francia. Una declaración que no ayudaba mucho a tranquilizar el ambiente pero que seguramente reflejaba el estado de ánimo de una comunidad.
Desconocedor de la intensidad del problema judio en Francia que nos describe Barañain, y no digo que no sea así, estoy hoy más en la línea de LBNL . Deliberadamente no pocos de quienes hemos criticado las actuaciones de los gobiernos de Israel en Palestina hemos sido tachados de antisemitas. Esa forma de anular cualquier debate. Curiosamente estos días tampoco han faltado acusaciones de islamofobia a quienes hemos condenado la reacción hipócrita de una buena parte del mundo islámico.
Claro que todo puede empeorar si la respuesta en Francia es el Frente Nacional, que reúne en su historia lo peor de cada casa: antisemitismo e islamofobia.
Un crimen desdibujado (Joan B Culla i Clarà)
http://elpais.com/elpais/2015/01/13/opinion/1421163695_572807.html
Malos tiempos para el laicismo.
Marie Le Pen exige cierre de fronteras…..me pregunto , si es para que no entren terroristas o para que no salgan…..y me da que ,sobre el cabecero de su cama ,no tiene un cristo crucificado ,mas bien creo que tiene una esvastica ,aunque siendo como es la veo mas teniendo «un pie noire» colgado del espejo retrovisor de su coche.
James Cameron fomenta el uso clandestino del Waassaapp ,como las fiestas rave de los 90’s…no consiguieron pillarme….ejem.
Erdogan exige a Occidente medidas contra la islamofobia y considera que la portada del Charlie es una provocacion….bueno ,ya saben de que pie cojea…“Lo peor es el miedo. Todo el mundo tiene miedo en Turquía”, se lamentaba hace poco en una entrevista el premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk. “La libertad de expresión ha caído a su nivel más bajo”, denunciaba el autor de El museo de la inocencia, para describir el clima de amenaza a las libertades civiles que reina en su país en medio del acoso a la oposición y a los medios de comunicación críticos, plasmado en redadas policiales y órdenes judiciales de detención. Ante las quejas de la Unión Europea por la deriva autoritaria del Gobierno del islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en sus siglas en turco), el presidente Recep Tayyip Erdogan ha replicado con un portazo: “Lo mismo nos da que nos acepten o no. No nos preocupa lo que piensen en la UE. Que se ocupen de sus propios asuntos. No tienen ningún derecho a darnos lecciones de democracia”.
En sus más de diez años en el poder, el islamista ha aprobado paquetes de «medidas democratizadoras» que han alejado al país euroasiático del laicismo de Ataturk
En fin,en España tambien cuecen habas:
«Pues nosotros decimos que es el momento de que este pueblo dé jaque mate a la Guardia Civil, es el momento de que se vayan de Euskal Herria». Con estas palabras el presidente de Sortu y parlamentario de EH Bildu, Hasier Arraiz, ha respondido a la operación desarrollada por la Guardia Civil y que se ha saldado con la detención de 16 personas, la mayoría de ellas abogados, del entorno de ETA. Arraiz ha hecho un juego de palabras con el nombre de la operación, Mate, continuación de una anterior, llamada Jaque. La Guardia Civil acusa a los arrestados hoy de posible fraude, blanqueo de dinero y delitos contra la Hacienda Pública..
No cabe duda,Arraiz no es Charlie
La flamante secretaria general de Podemos Sevilla, Begoña Gutiérrez, especula sobre un posible referéndum ciudadano para decidir la continuidad de la Semana Santa….
Hasta Charlie Hebdo ha puesto el grito en el cielo…¡Sacre Bleu!
En fin,esto en el planeta del que vengo,no sucede,es impensable.
Jamas hemos creido que las religiones sean fruto del conocimiento,son fruto de la ignorancia intelectual y cientifica.
En Civitalek ,alla en Ganimedes somos mas de Charlie River.
https://www.youtube.com/watch?v=9hK_G5EdmAk
Ante mi doy fe.
AC/DC
firmado :
….JAJAJA….buaaabuaaabuaaaa.iiiiiiiiiiii…..JAJAJA….que nervios
El líder de al-Qaida en Yemen se atribuye la matanza de París.
A propósito de Charlie-Hebdo http://www.le-livre.fr/livre-ROD0070502.html
A veces las hemerotecas juegan malas pasadas…
Para Sánchez Cuenca es un problema interno de Europa.
http://www.infolibre.es/noticias/opinion/2015/01/12/el_ataque_contra_charlie_hebdo_con_algo_distancia_historica_26547_1023.html
Segun el cristal de las gafas con que lo mires
¿Quien es la chica de las tetas?¿Marie le Pen?..no ,mas bien creo que es Brigite Bardot
Yo veo una imagen idealizada de «la liberte francesa»,veo una critica a Brigite Bardot….aunque Cuando Bardot compara a Marine Le Pen con Juana de Arco, la cosa puede hacer reír. Cuando la misma Bardot se obstina en «explicar» esa opinión, tratando a negros y moros con menos piedad que a las focas, los toros o los burros apaleados, las ideas de la señora toman ribetes esperpénticos, que no siempre son achacables a la vejez y si a las ideas magistrales de la familia Le Pen.
Vamos,digo yo….que aun cegado por el humo que ciega mis OjOs , veo lo que no ve latinmunich…..JAJAJA…..que nervios.
Gracias Polonio por traernos el articulo de Sanchez-Cuenca.
» Europa se enfrenta a un problema interno»,
Si,….pero..¿.quien soluciona el problema de los niños,convertidos en asesinos despiadados o las niñas que convierten en bombas humanas para el avance siniestro del yihadismo?
porque es alli ,en su tierra, donde tienen la daga en el cuello
No se puede escribir desde el Sinaí sin estar afectado por el mal de altura, y menos si se escribe sobre la Republique con citas de fuentes que en si mismas jamás superan la objetividad de los diarios europeos de referencia que cita y mucho menos el contraste y debate entre todos ellos. Las razones por las que una parte sustancial del voto obrero en Francia se haya fugado al FN están hoy sociológicamente bien establecidas y ni siquiera como anécdota obedece a un antisemitismo
residual. No , yo no soy judío, pero no tengo inconveniente en llevar una estrella amarilla si son agredidos y recogerme en sus sinagogas para compartir su dolor cuando son atacados, como la inmensa mayoría de los franceses, como la inmensa mayoría de los europeos. Exigir una similar y simultánea reacción emocional ante dos hechos conectados
pero distintos, no es honesto intelectualmente. Tampoco el abracadabrante párrafo final del artículo , una profecía de mal gusto, mas propia de la última provocacion de Houllebecq , ofreciendo un nuevo Éxodo ( … « ya es demasiado tarde » etc ), un crecimiento del FN y un mantenimiento del statu quo de la comunidad árabe en Francia, el país mas culto del mundo. Yo pienso justamente lo contrario. Francia tiene la comunidad judía más numerosa de Europa por un fuerte arraigo de protección a los perseguidos y su laicismo insobornable. La escuela pública , las reformas administrativas y económicas , la acción positiva hacia los núcleos marginados por un claro marcaje ètnico y , también , claro está , la represión del terrorismo y el aumento de las medidas de seguridad en concertación con sus socios europeos , serán las mejores y probables respuestas al desafío del oscurantismo religioso, que nada odia mas en este mundo que la libertad de
expresión , sobre todo la que proviene de la ilustración. La visión de los profetas postdiluvianos no ayuda a la causa principal de la República aunque solo sea porque aquellos no existirían sin esta.
PD.
Puestos a jugar al tremendismo hoy he leído como varios diarios ultra ortodoxos de Israel censuran a las mujeres que participaron en la gran
manifestación de París por el método moscovita
de sencillamente hacerles desaparecer ( Merkel, Hidalgo, ).
Mejor la prensa occidental de referencia. Aunque , es verdad que se trata de majaderías de minorías con un peso e influencia muy superior a su número y que no ayudan en nada , pero es que en nada a mejorar la situación.
Es muy lamentable que se hayan juntado dos crimenes terroristas, el de Charlie hebdo y el del supermercado con 4 judios muertos. Obviamente los franceses han salido a la calle en masa por el primero, aunque muchos de ellos no estuvieran de acuerdo con las caricaturas de Charlie y otros no lo leyeran casi nunca o nunca. Era un atentado contra los principios básicos de la República. Ello ha hecho pensar que el asesinato de judios franceses no tiene relevancia. Falso. Muy bueno el post de LBNL del que destaco lo siguiente: «Es lamentable que semejantes tipejos identifiquen a los judíos en general con Israel y por tanto, cuando se sienten acorralados, arremetan contra un supermercado judío antes que contra uno “normal”. Pero eso no es antisemitismo. Antisemitismo de verdad es quien agrede – físicamente o de palabra – a quien por lo que sea se identifica como judío. Antisemitismo es desdeñar lo mucho aportado por el mundo judío a nuestra cultura y civilización y quedarse con las peores imágenes de la represión israelí contra los palestinos.»
Otro artículo, en este caso traducido:
“¿Por qué la palabra «judío» se pronuncia tan raramente en Francia, incluso después de la masacre en la tienda kosher? “ (Robert Zaretsky ).
“Muchos observadores, tanto franceses como del exterior, han elogiado la manifestación del domingo en París como un hito histórico. Más de un millón de ciudadanos, junto con docenas de líderes mundiales, se unieron como un signo de resistencia a los actos de terrorismo de la semana pasada, y como un indicador de la persistencia de los ideales democráticos. El evento contó con toda la parafernalia de un acontecimiento icónico. Sin embargo, estos acontecimientos icónicos pueden resultar ser sólo eso, iconos temporales, mientras que un evento verdaderamente histórico tuvo lugar unos días antes en la periferia de la ciudad. Fue allí, en un mercado kosher cercano a la Porte de Vincennes, donde unos judíos franceses fueron secuestrados y asesinados porque eran judíos.
Cuando el gobierno francés se enteró del ataque terrorista a la tienda judía, su respuesta fue fuerte y directa. El presidente François Hollande condenó este «acto atroz de antisemitismo», mientras que el primer ministro Manuel Valls no fue menos lúcido. Apareciendo ante la tienda poco después de que la policía acabara con el cerco con la muerte de Amedy Coulibaly y la de cuatro de sus rehenes, Valls declaró: «Todos somos judíos franceses». Luego repitió una afirmación que ya había hecho antes: «Francia sin judíos ya no sería Francia».
Sin embargo, si echamos una mirada al tratamiento de los medios de comunicación franceses de este suceso nos deja la impresión de que lo que ocurrió fue una masacre antisemita sin judíos. La palabra que la prensa francesa eligió para las víctimas fue «rehén», mientras que su identidad judía fue mencionada sólo en muy raras ocasiones. Hubo un intercambio de opiniones muy revelador en el diario Libération entre Daniel Cohn-Bendit y Annette Levy Willard. El primero obtuvo su fama durante la rebelión estudiantil de 1968, cuando el franco-alemán Cohn-Bendit se convirtió en uno de los líderes más respetados y populares de la izquierda europea, mientras que Levy-Willard ha labrado una larga e impresionante carrera como periodista y directora de documentales. Ah, y aunque ambos tienen origen judío, ninguno de ellos se ha considerado a sí mismo como tal.
Hasta esos momentos, eso era así. Mientras escuchaba la noticia del asedio a la tienda judía, Cohn-Bendit confesó: «Mi reacción inmediata, ahora mismo, no es la que tengo habitualmente. Ahora es decir !Yo soy judío!, y debido a que estas personas han sido asesinadas simplemente porque eran judías». Aunque reconocía el horror que había tenido lugar en las oficinas de Charlie Hebdo, y el imperativo de luchar por la libertad de pensamiento y de expresión, Cohn-Bendit lo distinguía del horror en el supermercado. «Tengo el sentimiento que hemos ido hacia atrás setenta años», dijo Levy-Willard. «Cuando la única razón de que alguien te puede matar es porque eres judío, una barbarie incalificable ha regresado».
Si esta ola de barbarie es indescriptible, también parece serlo la palabra «judío», al menos en lo que respecta a la identificación de las cuatro víctimas de Coulibaly. Como señaló Levy-Willard, «todo el mundo dice que los dibujantes de Charlie Hebdo fueron asesinados porque eran caricaturistas, y que los policías lo fueron porque eran policías. ¿Pero que dice todo el mundo, sin embargo, sobre esas personas del Hyper Cacher que tuvieron la mala suerte de sincronizar su presencia en la tienda, para echar un vistazo a sus productos, con la irrupción de Coulibaly en la tienda? Nadie se atreve a decir que Coulibaly mató a cuatro judíos».
Tampoco muchas estaciones de noticias de radio o de TV, o de los diarios, se atrevieron a decirlo. Después de que la policía mató a Coulibaly y liberó a los clientes escondidos dentro de la tienda, el titular de Le Monde le preguntaba: «¿Quiénes eran los rehenes muertos en la Porte de Vincennes?». Del mismo modo, el titular de Le Figaro introdujo a los lectores a los «rehenes heroicos que se escondieron a sí mismos». Pero los clientes judíos del Hyper Cacher no eran más rehenes que las víctimas en la oficina de Charlie Hebdo eran peritos de seguros. Estos últimos fueron asesinados, por supuesto, porque eran caricaturistas, mientras que los primeros fueron ejecutados porque eran judíos. Como observaba Pascal Riché, co-fundador del diario on-line Rue89, uno toma de rehenes tiene como objetivo presionar al Estado o a un individuo para que acepte ciertas demandas. Sin embargo, la única demanda de Coulibaly fue morir como un mártir de la fe islámica, y el asesinato de judíos era su camino más rápido.
Si esto hubiera sido un caso horrible, pero aislado, de violencia antisemita, los eufemismos podrían no significar demasiado. Sin embargo, esos eufemismos adquieren una resonancia aleccionadora en el contexto de la historia reciente, la cual se extiende desde la matanza de Mohammed Merah en una escuela judía en Toulouse a la matanza de Mehdi Nemmouche en el Museo Judío de Bruselas. No menos preocupante, tal como observó Cohn-Bendit, ha sido la diferencia en las respuestas públicas. Mientras cientos de miles de manifestantes del domingo blandían sus carteles con el lema «Je suis Charlie», ¿cuántos carteles con el tema «Je suis juif» aparecieron en las manifestaciones mucho más pequeñas después de Toulouse?
Hubo, por supuesto, un puñado de esos carteles en la manifestación del domingo. ¿Pero es posible que ahora no signifique nada más que «Yo era francés»? Eric Leser, ex periodista de Le Monde, se preguntaba hace unos días si los judíos todavía tienen futuro en Francia. Aunque no ofreció una respuesta directa, Leser hacía notar que esta pregunta habría sonado absurda incluso hace unos años. Ya no, sin embargo, en un mundo donde «el único error de los judíos franceses es existir (como judíos)». A esto, pronto podríamos necesitar agregar un segundo error, a saber, la convicción de que los judíos franceses tienen que ser ante todo franceses, y solamente después judíos.”
http://forward.com/articles/212611/why-jew-is-rarely-spoken-word-in-france-even-aft/
Amén.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/01/12/actualidad/1421076119_689163.html
1 ) Francia y otros países occidentales no tienen que restaurar nada y menos la civilización de naciónes liberales. Son frases desafortunadas seguramente producto del nerviosismo.
2 ) Por el hecho de que se ataquen a judios ( y no judíos ) en su suelo
Francia no es antisemita. El estado les proteje una y mil veces.
3) En los asesinatos de la tienda kocher faltan aún datos relevantes.
Me parece curioso que LBNL diga que no está de acuerdo “con algunas de las premisas” de mi artículo. Hubiera sido más clarificador que señalara con qué cosa –si es que hay alguna- estaba de acuerdo.
Es evidente que la discrepancia es absoluta cuando se señala que:
“(…) Es lamentable que semejantes tipejos identifiquen a los judíos en general con Israel y por tanto, cuando se sienten acorralados, arremetan contra un supermercado judío antes que contra uno “normal”. Pero eso no es antisemitismo (…)”.
“(…) Pero la raíz del antisemitismo – racial, por llamarle algo – sigue siendo cristiana”.
“(…) Pero lo que ha pasado en Francia no es un asunto judío. El atentado contra los judíos es anécdota. El tema era defender la peor versión de la interpretación islamista de las enseñanzas del Corán. Y vengarse por la intervención francesa en Mali e Iraq (…)”
Estos tres puntos reflejan una visión – en mi opinión profundamente errada – que no dudo que es compartida por una parte sustancial del progresismo europeo. Ese es el problema. Aunque ya es un avance –mínimo y demasiado tardío- que gentes como las que en el artículo he denominado “almas de cántaro” empiecen a reconocer que el antisemitismo está extraordinariamente presente en la Europa de hoy. Un gran avance porque sistemáticamente habían venido negando ese dato crucial.
Coincido con Polonio en que “lo peor no es sentirse amenazado sino sentirse desprotegido”, y creo que esa percepción de desprotección de los judíos franceses (y europeos en general) es muy real y está justificada por una dilatada y consistente actitud de los poderes públicos en general y de las izquierdas en particular desde hace varias décadas.
Latinmunich sin embargo, aparte de ver solo “victimismo simplón y grandes frases” (¿cuáles, todas? ¿las declaraciones de Valls también? ¿Las de Ed Miliband también?) me recuerda que “ en Europa hay todo tipo de ataques y que los ataques a los judíos son una pequeñísima parte de los ataques que en Europa se contabilizan. Antes habría que hablar de ataques a las mujeres, a los homosexuales, a los que piensan diferente, etc” y que ”si hay minorías fanáticas en Europa que atacan puntualmente determinadas tiendas judías, es algo, afortunadamente, residual”. Espero que no se tome a mal que –en coherencia con lo que yo he descrito- solo pueda desearle que Santa Lucía le conserve la vista. Por cierto, no conozco mujeres, homosexuales o librepensadores que se estén planteando marcharse de su país europeo por esa condición suya.
A Andrew Mulligan le diría que creo que el monte Sinaí no tiene altitud suficiente como para provocar mal de altura. Y bien parece que sea él el afectado por algún decaimiento pasajero pues no consigo entender cómo puede haber entendido él de mi artículo que las razones por las que una parte sustancial del voto obrero en Francia se haya fugado al FN tengan que ver con el antisemitismo. Puedo decir muchas tonterías al cabo del día, pero en esa al menos no me reconozco. En cuanto a esa solidaridad con los judíos cuando son atacados que él aprecia “en la inmensa mayoría de los franceses, como la inmensa mayoría de los europeos” pues, lo dicho, le reitero lo que he deseado a Latinmunich. Podríamos hacer un repaso país por país, pero bastaría con recordar pasar ciertos incidentes ocurridos aquí, en España, donde apenas hay judíos para darse cuenta de lo optimista de tal percepción. Aunque algo de verdad hay en la idea de que muchos europeos sólo aprecian de verdad al judío cuando lo ven como víctima: pero eso es otra cosa, no?.
En fin, creo (y los hechos acaecidos, y lo que veo, escucho y leo estos días me reafirman en mi convicción) que la izquierda europea democrática es incapaz de reconocer los perfiles reales –el rostro auténtico- de eso que llaman nuevo antisemitismo. Como señaló, no hace mucho, quien posiblemente sea el mayor experto del mundo en historia del antisemitismo, para la izquierda “el antisemitismo no existe a menos que se puede ubicar y alojar en el umbral de la extrema derecha”. (Probablemente, la izquierda es incapaz de reconocerse en ese antisemitismo porque hacerlo requeriría reconocer otros muchos errores en su trayectoria de las últimas décadas. Incluso algunos que arrastra desde sus partidas de nacimiento. Se podría hablar mucho de cómo la izquierda francesa -y europea- ha llegado a tal grado de insensibilidad e involución pero francamente me temo que ese es ya un debate para el que también se nos ha hecho tarde).
No me había dado cuenta de la omisión que se hizo del carácter judío de los cuatro asesinados en el supermercado kosher y es lamentable, sobre todo en contraste con la relación exhaustiva de la raza y religión de dos de los policías. Pero tampoco se hizo demasiado énfasis en la religión del héroe que escondió a unos cuantos rehenes en el mismo supermercado, un musulmán de Mali.
No obstante me produce extrañeza la insistencia de Barañain en achacarle las culpas de antisemitismo a la izquierda, sin hacer mención a la derecha. ¿Es por no esperar nada de esta última? Desde luego aquella ha pecado en muchas ocasiones, no solamente en esta, de una ingenuidad infantil, pero normalmente creo que la mayor parte del antisemitismo ha sido fruto de la derecha. Hitler, digo yo, era de derechas por mucho que fuese nacionalSOCIALISTA.
Como dice Savater en el artículo al que nos ha dirigido Polonio, Chalie Hebdo se reía no solo de los que todos sabemos que son malos, sino de nosotros mismos. Aceptarlo en ocasiones es duro.
Para descongestionar: no se preocupen que Pablo Iglesias no llegará a Presidente del Gobierno porque habla un inglés bastante decente.
http://www.huffingtonpost.es/2015/01/13/video-pablo-iglesias-ingles_n_6463268.html?utm_hp_ref=mostpopular
Barañain, no creo que nuestra discrepancia sea absoluta pero Usted verá. Yo tengo muy claro que el antisemitismo es un problema grave y persistente en Europa. Entre los cristianos de Europa, que en general siguen mandando en los gobiernos, empresas, medios de comunicación, etc. Y tengo muy claro que es un problema particularmente intolerable incluso si el número de ataques, o su gravedad, es escaso o menor, cuando lo es, que a veces no es precisamente el caso. Es particularmente intolerable por la tragedia del Holocausto – para los judíos por descontado pero sobre todo por lo que implica de gran fracaso para Europa, para la Ilustración – y por los muchos siglos que llevamos trajinando con la tentación de acabar con los judíos que no se convirtieron a la fe verdadera y con sus persistencia ponen en duda la «verdaderidad» de nuestro cristianismo. Porque eso es el antisemitismo.
Lo otro, el antisemitismo moderno, lo de ir contra lo judío en reacción a la política israelí, es ignorante, errado e intolerable cuando pasa de la raya, que lo hace muchas veces y no sólo cuando hay un ataque físico: discriminaciones, boycots, etc.
Donde ya no coincido y creo humíldemente que Usted yerra, es en que las políticas israelíes se critiquen porque son hechas por judíos, porque Israel es judío. Eso es cuando menos parcialmente falso y en gran parte victimista. Muchos hay que juzgan a Israel con mayor severidad que a otros, sin duda, pero no necesariamente por ser antisemitas. Para empezar, la repercusión de lo que pasa en Tierra Santa o en Oriente Medio (por el petróleo) es mucho mayor y es lógico que la gente se escandalice con los millones de refugiados palestinos o los centenares de muertos mucho más que con los millones de refugiados colombianos o afganos y las decenas de miles de muertos allí y en otros lares. Lógico porque lo conocen más al cubrir ese conflicto un desproporcionado número de periodistas. Otros muchos exigimos más a Israel que a Sri Lanka o Gabón precisamente porque Israel se reclama parte de Occidente, una democracia liberal, que respeta los Derechos Humanos que tanto contribuyó la tradición judía a desarrollar.
Discrepemos lo que queramos pero a mí no se me acusa de antisemitismo (no digo que lo haya hecho) y se va uno de rositas, porque tengo trienios en el bando contrario.
En cuanto a España, se junta el antisemitismo rancio católico, el anti israelismo justificado y no y sobre todo predomina la más absoluta ignorancia sobre lo judío, que lleva a equiparar judío e israelí sin miramientos. En España casi nadie odia a los judíos pero se desconoce de lo judío casi todo y se dicen y hacen muchas tonterias, incluidas las banalizaciones del Holocausto que en otros lares son intencionadas pero en España son producto de la ignorancia supina. Me remito a cuando Esperanza, pro israelí de pro y amiga de los judíos, dijo que la detención de aquellos dos militantes del PP que habían agredido a Bono ponía a la policía española a la altura de la Gestapo. Si un político alemán o francés dice eso, se lo cargan en 5 minutos. Por imbecil entre otras cosas. Aquí no, pero no por antisemitismo.
Malos tiempos para el laicismo,cuando tienes que defender las religiones y etnias politicas,para que no dejen de pensar que eres tolerante.
Empiezo a pensar que la tolerancia de las religiones es un insulto a la inteligencia.
Lamento que Barañain interprete lo del mal de altura como emborrona miento del juicio y no como metáfora de un enfoque excesivamente parcial , trufado de citas de las agencias de la prensa de Israel y sin aportar estadísticas comparativas de valor indudable. Esas frases del tipo : « sin duda alguna, una parte muy sustancial de los judíos se irà de
Francia » créame que irritan. ¿ Cuántos ? ¿ Se incluirá la emigración económica ? Veamos , por ejemplo otra opinión , la del el Rabino superior de Francia que conoce mejor que usted a la comunidad francesa judia y , seguramente mejor que el grosero Netanyahu que impuso su presencia a Holland , su anfitrión , para obtener réditos electorales :
“Contribuimos a construir este país, y seguiremos construyéndolo. Soñamos y pensamos en francés. Necesitamos palabras de esperanza. Quiero decirle a los judíos en Francia que también aquí se puede vivir
en felicidad”
Ni almas de cántaro ni ruegos a Santa Lucía.
apostato
apostatas
apostata
apostatamos
apostatáis
apostatan
vos apostatás…JAJAJA….que nervios.