Kalendas 2019

Julio Embid

Cuenta la leyenda que en el año 153 antes de Cristo, el Senado de la República de Roma (SPQR), cabreado por la derrota del ejército del cónsul Quinto Fulvio Numilior frente a una confederación de tribus celtíberas encabezadas por el caudillo Caro de Segeda, decidió adelantar las elecciones. En realidad lo que hizo fue adelantar el nombramiento de cónsules, escogidos anualmente al comienzo de la primavera cada 15 de marzo, al 1 de enero, adelantando completamente el curso de la historia. Así, al adelantar dos meses el calendario, los meses con nombre de 7 (septiembre), 8 (octubre), 9 (noviembre) y 10 (diciembre) pasaban a ser respectivamente el 9º, el 10º, el 11º y el 12º del nuevo año político consular.

Tiene su lógica que el año empiece con el renacimiento de la naturaleza, cuando surgen las flores y cuando comienza a hacer buen tiempo; sin embargo hoy el año empieza en mitad del invierno porque interesaba políticamente, porque así las legiones del nuevo cónsul se embarcaron antes en el puerto de Ostia, y llegaron al valle del Jalón, en Hispania, dos meses antes de lo previsto, antes de que la ciudad celtíbera de Segeda, terminase sus nuevas murallas. La intervención de SPQR puso entonces menos trabas que las que nos marcan las intervenciones de las CCAA para que cumplamos con el techo de gasto. Así, una decisión política, marcada por las guerras celtíberas hizo que ayer celebrásemos el nuevo año.

En la tierra de aquellos celtíberos de pelo cano, sobrepeso y ojos oscuros (así me los imagino yo, que para algo son mis ancestros), desde ayer vivimos una prórroga presupuestaria para el año 2019. Los cuatro partidos de izquierdas fueron incapaces a finales del 18 de ponerse de acuerdo como ya hicieron en 2015, 2016 y 2017, básicamente porque en una de sus casas, la morada, había primarias y los más duros acusaban a los duros de ser demasiado blandos con los de la casa colorada. Y total, que cuando terminaron de repartir la herencia como buenos hermanos (a cuchillo como en las mejores familias), ya sólo quedaban dos meses parlamentarios para acabar la legislatura y ya lo que no podía ser, además es imposible. La prórroga presupuestaria, que no es deseable, tampoco es una de las diez plagas de Egipto, y mientras maestros y médicos sigan cobrando sus jornales, el sistema es difícil que se derrumbe. De hecho, es una muestra de normalidad propia de sistemas democráticos representativos multipartidistas, dónde para aprobar cualquier norma, es necesario buscar mayorías cediendo parte de tus postulados iniciales. Si tienes 3 votos y necesitas 5, algo le tienes que dar a otros 2 para que te apoyen. Y aunque parezca mentira, si el PSOE no puede pactar con Podemos y los independentistas, el PP no puede pactar con CS y Vox, y las izquierdas no pueden pactar con las derechas, esto resulta ingobernable. Aparte de ganar las elecciones, hay que gobernar, porque la política no es como la Liga, donde gana el que más puntos tiene

Por eso, para el año 2019, dadas las nuevas mayorías que se puedan conformar tras el nuevo calendario electoral, les pido a los políticos de izquierdas, que reserven algo de vergüenza y se abstengan de hablar de “pactos entre perdedores” (acuerdos entre partidos), “oscuros acuerdos en despachos oscuros” (negociaciones) o “reparto de sillones”(designación de cargos ejecutivos) porque es lo lógico en democracias multipartidistas. A Casado no le pido nada, porque ya se sabe que, el que tiene vergüenza ni come ni almuerza y ha demostrado en numerosas ocasiones que su fin justifica cualquier medio.

¿Y qué fue de los celtíberos segedanos? Pues que les pillaron con las manos en la masa y cuando llegó el ejército romano huyeron en tromba hacia occidente a refugiarse en la ciudad de Numancia. Su defensa es otra historia para otro día. El calendario nos propiciará nuevos momentos. Para todos vosotros, feliz año 2019.

 

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