Carlos Hidalgo
Dentro de las manifestaciones diarias que se producen ante las sedes del PSOE, vemos a manifestantes próximos a Vox exhibiendo banderas de España con el escudo recortado, algo que me intrigó bastante. Según los testimonios de ellos mismos, lucen de esa guisa la insignia nacional porque de esa manera quieren manifestar su rechazo al “Régimen del 78”, expresión que odio, pero que parece que ha llegado para quedarse desde que la usaran tan alegremente los adanistas de Podemos.
Investigando un poco más, parece que se inspiraron en las protestas de algunos países que estuvieron bajo la órbita de la Unión Soviética, en los que se recortaba el escudo comunista de las enseñas nacionales, lo cual me ha sumido en bastante estupefacción al aplicarse en nuestro caso, pues el escudo llamado “constitucional” (aunque la Constitución no da ninguna instrucción de qué escudo debe aparecer en la bandera) es el mismo que se lleva usando casi desde los tiempos de Isabel II, con mínimas variaciones. Hasta en el breve reinado de Amadeo de Saboya el escudo se mantuvo intacto, sustituyendo a las flores de lis de los Borbones por la cruz de la Casa de Saboya. Y en la Primera República el escudo se mantuvo, pero sin coronas y en la Segunda también, pero sustituyendo a la corona real por una corona encastillada, representando a la soberanía del pueblo.
El actual escudo de la bandera es el mismo que podía lucirse en tiempos de Alfonso XIII, representando a Castilla, León, Navarra, Aragón, Granada, con sus columnas de Hércules y sus tres flores de lis borbónicas. Y por alguna razón eso parece molestar a los manifestantes.
Uno de ellos decía que él no se sentía cómodo con ese escudo, denominándolo “el escudo del PP” y se quejaba de que el PP no se sentía cómodo con el que él lucía, que era el del águila de San Juan, símbolo del nacional-catolicismo en el régimen de Franco. Y parece que ser que recortar el escudo, dejando solo a las franjas rojigualdas combina a la protesta contra el régimen constitucional y es a la vez una manera de crear “consenso” con los manifestantes que se pudieran sentir incómodos con enseñas que aluden a tiempos anteriores a la actual democracia.
Si antes me quejaba, como me he quejado siempre del adanismo de Podemos, no puedo dejar de señalar el adanismo de los actuales manifestantes, que a la vez dicen reivindicar a la Constitución, pero muestran enseñas que aluden a tiempos incompatibles con ella y que exigen cosas que son claramente inconstitucionales, como la convocatoria de elecciones, puesto que un Gobierno en funciones tiene prohibido por la Constitución convocar elecciones generales. E incluso un Gobierno recién investido tiene prohibido hacer lo mismo hasta que no haya cumplido un año de mandato.
Y del mismo modo que me preocupaba ese adanismo de Podemos, puesto que lo veía alejado de la realidad e incompatible con el normal funcionamiento de las instituciones, también me preocupa el adanismo de quienes corean lemas como “la Constitución destruye a la nación”. Y del mismo modo que me irritaban y enfadaban las declaraciones de Pablo Iglesias Turrión insinuando que España no es hoy en día una verdadera democracia, me irritan las declaraciones de los manifestantes (y de Isabel Díaz Ayuso) declarando que España no es una democracia en estos momentos simplemente porque no les gusta el resultado que las urnas ofrecieron este verano.
Sé que es demasiado pedir que el PP corte de raíz determinados comportamientos y declaraciones, porque piensan que pueden sacar ventaja de ello. Pero el ambiente que se está creando solo supone un desgaste mayor de las instituciones y es resultado, además, de omisiones deliberadas y de declaraciones engañosas a la opinión pública, que bastante tiene con lidiar con los bulos y las intoxicaciones que les llegan a diario por redes sociales y el whatsapp.
Para declaración engañosa de tamaño XXL la exposición de motivos de la ley de amnistía que acabó de terminar de leer y que entiendo es compartida por el PSOE .
« En una sociedad democrática avanzada, el libre ejercicio de los derechos políticos no debería tener como respuesta la vía de la justicia penal. La libertad de expresión, de reunión y manifestación, de participación política mediante el voto para la elección de representantes o para la expresión directa de una decisión, constituyen mecanismos básicos y esenciales que garantizan la salud democrática de una sociedad. Se trata de derechos y libertades fundamentales que no solo garantizan la expresión de la voluntad de los ciudadanos individualmente y en su conjunto, sino que además se configuran como las herramientas básicas con las que canalizar democráticamente el disenso y la resolución de los conflictos políticos.
Y ello es relevante por cuanto el histórico conflicto político entre Catalunya y el Estado español se agudizó precisamente tras el fracaso de la propuesta de un nuevo pacto estatutario, enésimo intento de hallar un encaje de las aspiraciones de autogobierno catalanas por parte de los actores políticos, sociales, económicos y culturales de Catalunya. En efecto, la reforma estatutaria aprobada por el Parlament de Catalunya, por las Cortes Generales y refrendada por la ciudadanía catalana en 2006 topó con el recurso a la vía jurisdiccional. »
Los derechos políticos deben entenderse como derechos positivos y cuando son aspiraciones , no. Es decir , la respuesta de la vía de la justicia penal fue la que debía ser y si no ¿ qué?
Las aspiraciones son entre otras cosas , eso , aspiraciones ,y en aquella ocasión votaron solo a favor 1 de cada tres electores .
La atolondrada gestión de Zapatero y el maximalismo del PSC hicieron el resto.
Ser víctima de tus propios actos te da derecho a la jeremiada y a una cierta piedad epidérmica siempre que desistas de engorilarte .
Las consideraciones desiderativas que argumentan como verdades objetivas no permiten por sí mismas , a pesar de la mejor nobleza de propósitos que describen los redactores , su admisión necesaria como legítimas .
No se menciona en ningún lugar el verdadero y único motivo por el cual se propone una amnistía, a pesar de ser público y notorio .
Tampoco los cambios en los estatutos del PSOE que anteriormente ejercían de filtros moderadores para proteger la nación española de ciudadanos libres e iguales .
En fin , comienza la digestión de la boa constrictor hasta su llegada al detalle envenenado de las últimas páginas prolijas en las que hasta la estatua de Colón resulta beneficiada por la amnistía.
La Constitución es consenso , por definición .
Y todas sus previsiones y cautelas están orientadas hacia ese fin . Es impensable apoyarse en la Constitución para lograr objetivos contra la mitad de la sociedad .
VoX pedirá la suspensión cautelar de la sesión de investidura de Pedro Sánchez.
Dicen que pondrán denuncia ,por graves delitos, contra el presidente Sánchez ante el Tribunal Supremo
¡¡Sacre bleu!!
…JAJAJA…que nervios.
Ya está confirmada la sesión de investidura de Pedro Sánchez.
El próximo miércoles y jueves las fuerzas parlamentarias que apoyan esta investidura le aplicarán el 179 al PP y a Vox ..ejem…jeje.
Qué escandalera… Lo de quitar el escudo de la bandera nacional lo recuerdo sobre todo de la revolución contra Ceacescu. Tan ridículo aquí y ahora…
Respondiendo a Mulligan, la respuesta penal contra el Procés fue absolutamente desmedida. Encarcelar a representantes democráticos no violentos es, necesariamente, un resultado a evitar, aunque las leyes lo permitan. Denunciar por rebeldía cuando no ha habido violencia y el TS lo tumba, demuestra que la respuesta fue excesiva. Y sentenciar por sedición también se habría podido evitar. Y nos habría ido mejor a todos. Pero no, hay una pulsión cainita que nos lleva a cosas que desde fuera resultan sorprendentes y de ahí que varios hayan encontrado formas de ignorar el derecho de la UE para no entregar a Puigdemont. Lo cual no le hace ni santo, ni martir, ni gobernante responsable, ni santo de mi devoción, pero es algo que conviene arreglar. Y superar. Si no está de acuerdo, pues muy bien, pero somos más los que sí lo estamos, y no va a ser ni el fin del mundo, ni de la democracia, ni del Estado de Derecho ni ninguna otra «tremendad».