LBNL
Ya saben que esta próxima madrugada, probablemente, el Partido Republicano tomará el control del Congreso y quizás también del Senado norteamericano. Siendo uno de izquierdas, que Biden y su administración vayan a tener muchos problemas para llevar a cabo su programa, es una mala noticia. Pero lo es mucho más todavía que gran parte del GOP siga abducido por el psicópata de Trump y le dé cancha a toda la conspiranoia MAGA que es básicamente una rebelión, cada vez más violenta, contra todo lo que sea sospechoso de progresismo.
Hace menos de una semana volvió también al poder Netanyahu en Israel y, de nuevo, que un manipulador egocéntrico sin escrúpulos gobierne es siempre una pésima noticia pero que lo haga de la mano de aliados abiertamente racistas y defensores de la violencia cuando les conviene (recuerden el asesinato de Rabin por un extremista judío) es una amenaza contra la base misma del sistema democrático. Como lo habría sido la reelección de Bolsonaro en Brasil, que ojalá se limite a alentar a sus huestes a que sigan reclamando al ejército que dé un golpe de Estado.
¡Hasta Vox resulta racional y aceptable en comparación con los mencionados! O Meloni en Italia… Son muy de derechas y populistas y por supuesto apelan a los miedos a lo diferente y abogan por la vuelta al pasado, que siempre fue mejor que esta modernidad tan fluida, volátil y por ende confusa. Pero al menos respetan las reglas del juego. No tanto como nos gustaría – ahí están los boicots de Vox a la prensa de izquierdas – ni seguramente lo hagan por convicción, pero su centro de gravedad es democrático, al menos de acción y por el momento.
No lo es en el caso del trumpismo, o en el de Netanyahu, o el de Orban en Hungría, que no se cansa de azuzar contra la nueva Unión Soviética – la Unión Europea – y el dominio progresista judío. El supuesto plan de reemplazo de la mayoría blanca por hordas de color y principalmente musulmanas es una verdad prácticamente incontestable entre sus seguidores por más que nadie haya aportado jamás ninguna muestra racional de que la izquierda “caviar” propugne reemplazar el cristianismo por la Sharia. Por no hablar de la supuesta ideología de género de la que uno se convierte en cómplice en cuanto no jura en arameo – lengua bíblica – que hay que combatir activamente la homosexualidad y que un aborto es peor que dejar morir a la embarazada cuya salud corre peligro o dejar que una mujer violada tenga que cargar con el producto de su trauma, o separarse de él, como si fuera tan sencillo.
Lo terrible es que parecería que cuánto más disparatan, mejor les va electoralmente. No es así pero a veces lo parece con esto de los movimientos pendulares de la Historia. Y así la película “Don´t look up” pasa de comedia a drama porque la derecha “normal” se contamina y cae en absurdos como la campaña del PP este verano tratando de convertir el uso de la corbata en la defensa de que todo siga “como toda la vida”.
Los conflictos, las diferencias ideológicas, deberían centrarse en el eterno dilema entre el libre mercado y la intervención pública, el grado de redistribución de la fiscalidad, la ecuación libertad-seguridad y, por supuesto, los derechos, con la derecha más inclinada a los civiles y la izquierda a los sociales. Pero, por supuesto, con absoluto respeto a la ley, que es la expresión máxima de la democracia, y los usos democráticos, que la siguen de cerca. Las protestas pacíficas y las huelgas, están reguladas y su uso es legítimo cuando el sistema no da respuestas. Pero el tomarse la justicia por su mano y las campañas desinformativas desorganizadas no caben en democracia.
La más que probable victoria del trumpismo y el riesgo de que tras dos años de parálisis en EE.UU. vuelva el gran psicópata a la Presidencia, no es un mero accidente. Como tampoco lo es la vuelta de Netanyahu con mucho peores aliados que antes. Pero lejos de lamentarnos por la maldad y el autoritarismo de estos sujetos, lo que deberíamos hacer con urgencia es corregir el tiro porque muy mal lo tenemos que estar haciendo para que tanta gente opte por soluciones que evidentemente no lo son y base sus juicios políticos en las emociones más bajas y primitivas que creíamos desterradas.
Pues viendo a Ayuso destapando la caja de Pandora,no me extrañaría que Feijóo se vuelva loco viendo que Ayuso se presenta como candidata republicana a la presidencia de los EEUU..
Dicen que aguanta la cosa en los EEUU, pero como tienen esos sistemas electorales y de recuento tardarán.
De Israel…. Al final de lo que hay Netanyahu es el moderado.