Carlos Hidalgo
A Facebook, la empresa detrás de la red social, se le han acumulado los problemas. En el día de ayer se despertaron con la noticia de que la que fuera una de sus trabajadoras en sus agresivas campañas de lavado de imagen, Frances Haugen, ha confesado en televisión estar detrás de varias de las filtraciones de documentos internos de la compañía, que denunciaban varios casos graves que Facebook conocía y que deliberadamente ignoraba. Como que Instagram causa problemas psicológicos a jóvenes adolescente y que Facebook no hizo nada por corregirlo porque le daba más beneficios así. O que mentían repetidamente a los reguladores. O que conocían que se gestaba un asalto al Capitolio para subvertir las elecciones y no hicieron nada.
Haugen ha confesado todo esto en directo en horario de máxima audiencia en EEUU, ha dado sus documentos al Wall Street Journal y se ha acogido a la inmunidad que se ofrece a los confidentes para testificar ante la fiscalía, los reguladores y el Congreso de los Estados Unidos.
Y antes de que Facebook pudiera reaccionar, en lo que se cree que era una maniobra de rutina para incorporar whatsapp e Instagram a sus servidores, ha cometido un fallo técnico que se puede resumir en que se han borrado a sí mismos de Internet.
Dentro y fuera. El borrado ha sido tal, que ni siquiera se puede acceder al correo electrónico, a la herramienta de mensajería interna y, para colmo, tampoco al sistema de seguridad que permite abrir las puertas con las tarjetas magnéticas.
Los técnicos trabajan a toda prisa pero el batacazo es tal, que algunas páginas que comprueban el estado de los dominios, las direcciones de internet, llegaron a mostrar Facebook.com como “disponible”.
Así pasó todo el día de ayer y no sé si el de hoy. Mientras tanto, Facebook Inc. Ha caído más de 6.000 millones de dólares en bolsa y sigue bajando.
Facebook, con todo su enorme poder y su capacidad de influencia para bien y para mal, ya llevaba un tiempo declinando. En occidente apenas crecía y fuera de occidente lo hacía a base de regalar conexiones a Internet a cambio de que éstas pasaran obligatoriamente por Facebook. Y en Facebook bromeaban diciendo: “¿Sabes cuál será el siguiente país en crisis? ¡El país donde estemos ampliando el negocio!”. Lo cual viene a confirmar, en parte el espíritu de cinismo que denunciaba Haugen.
Además, tanto sus competidores como la Unión Europea, con mayores demandas de protección de datos, estaban obligando a Facebook a repensar su modelo de publicidad, basado en extraer hasta el más mínimo dato de sus usuarios. Dentro y fuera de Facebook, pues la red de Zuckerberg también te seguía los pasos por el resto de Internet. Sus cookies te rastreaban toda la actividad en redes. Más de las whatsapp, más de las de Instagram.
Sin embargo, tras las masacres de los Rohynga en Myanmar (organizadas mediante Facebook), tras la desinformación del Brexit, tras la manipulación de elecciones africanas, tras el caso de Cambridge Analytica, tras Trump… era demasiado para ser ignorado.
Es verdad que otras redes tienen mucha responsabilidad del mal ambiente político, como Twitter, o que otras ejercen un monopolio sobre la publicidad, como Google, o que algunas otras también exprimen a los desarrolladores que quieren vender a través de ellas, como Apple. Pero Facebook reunía todo eso a la vez. Y pretendía combatirlo usando enormes cantidades de dinero en lobbies, campañas de publicidad, abogados y encubrimientos, en lugar de en contratar equipos que solucionaran algunos de los problemas más graves.
Pero Facebook siempre ha preferido encubrir sus problemas y huir hacia adelante en lugar de tratar de repensarse con un modelo más sostenible.
Y un día, de repente. Les ha estallado todo a la vez. ¿Se recuperarán? En parte depende de si ahora podéis usar whatsapp mientras leéis esto.
Buena pieza.
Ojala hubierasmos empezado hace 50 años a tomar medidas contra los efectos externos que generaba la actividad industrial, quizas hace 20 a actuar contra los que dejaba la globalización. En este caso solo , grosso modo, una decada despues de la segunda oleada tecnológica, se están empezando a manifestar sus efectos negativos yq eu hay necesidad de organizar, regular intervenir.
Vamos, como siempre.
A ver si se lleva a término.
Gran cagada haber dejado que FB comprara instagram y whatsapp. Como dice, Laertes, lo de siempre…