La injerencia de la “durocracia” rusa

LBNL

Somos la leche en-este-país. Hace un par de meses ni dios estaba al tanto de la manipulación política rusa y de golpe y porrazo a la Ministra de Defensa le parece mínimamente creíble que Puigdemont pueda ser un agente secreto ruso. Al menos no respondió al supuesto Ministro de Defensa letón con el no categórico con el que negó que su propio asistente pudiera serlo. En su defensa, el filtro de las llamadas al Gobierno de España no parece ser muy eficaz (baste citar el gol que le metieron a Rajoy con la falsa llamada de Puigdemont) pero también el clima creado en las últimas semanas, bajo el cual todo lo relativo a Cataluña parece tener relación con Rusia. Ni tanto ni tan calvo. En ciberseguridad lo más difícil es identificar la autoria (attribution). Ahora bien, sin llegar al punto de establecer un vínculo cierto con el Kremlin, Occidente, incluyendo a la OTAN, la UE, a EE.UU. y a los principales países europeos, lleva al menos un par de años tomando conciencia de la muy activa manipulación política rusa. Y preparándose para hacerle frente. Lo cual no quiere decir que todo lo malo que acontece sea ideado en el Kremlin.

Quizás la líder que ha hablado con más claridad de las interferencias anti-democráticas rusas últimamente sea la Primer Ministra británica Theresa May. Pero la información, apabullante, está al alcance de cualquiera.

En marzo, el New Yorker expuso muy a las claras como la firma de big data Cambridge Analytica fue determinante para que Trump fuera elegido Presidente. El muy ultra y mega billonario Robert Mercer impulsó el éxito empresarial de Patrick Caddell, el genio detrás de Cambridge Analytica. La hija de Mercer, Rebekha, impulsó el proyecto de desinformación informativa, valga la noción, de Breitbart News. Cambridge Analytica le pidió ayuda en su momento a Julian Assange para utilizar los emails hackeados a Hillary Clinton. Rebekha fue la principal patrocinadora de Robert Flynn como Consejero de Seguridad Nacional, puesto del que tuvo que dimitir por sus oscuros vínculos con Rusia. Pese a atreverse a despedir al Director del FBI James Comey por resistirse a sus presiones para que pusiera coto a la investigación sobre sus lazos con Rusia, Trump tuvo que soportar que el sustituto interino de Comey nombrara un fiscal especial, a su vez ex Director del FBI e íntimo de Comey, para proseguir la investigación. El Fiscal Especial Robert Mueller ha tomado medidas legales contra el ex jefe de campaña de Trump (Manfort) y un ex asesor (Papadopoulos, que se ha declarado culpable de mentir). Otros de su entorno están también en la mira, como Carter Page. Además, está investigando el polémico informe del ex agente del MI6 británico (equivalente al CNI) Christoper Steele, según el cual Trump podría estaría siendo chantajeado por parte del Kremlin. Es decir, la colusión entre Rusia y la presidencia de Trump es evidente. Todo esto lo cuenta mucho mejor que yo el ex corresponsal de The Guardian en Moscú Luke Harding en su libro «Conspiración» que se publica en España esta semana.

Como no he leído el libro todavía no se si también cubre la también muy evidenciada influencia sustancial que tuvo Cambridge Analytica durante la campaña del Brexit. Huelga recordar que Nigel Farage, otrora líder del UKIP, fue el primer político europeo recibido por Trump tras ser elegido Presidente, tras lo cual se emitieron tweets desde su entorno deseando que otros países abandonaran la Unión Europea. La injerencia rusa en las campañas electorales holandesa, francesa y alemana están también más que documentada. A diferencia de los casos anteriores, en los últimos tres las opciones electorales extremistas apoyadas por las maniobras manipulativas oscuras no triunfaron, aunque estuvieron cerca.

No era de extrañar, por tanto, que la manipulación informativa rusa se centrara en Cataluña cuando Puigdemont y sus adláteres dieron la impresión, sobre todo allende nuestras fronteras, de que podían poner en marcha la desintegración de un Estado Miembro de la Unión Europea. El derecho a la auto determinación le trae por supuesto sin cuidado al Kremlin, que lo mismo lo invoca para defender a los pro rusos del este de Ucrania que lo denuncia cuando se trata de defender los intereses de Serbia frente a Kosovo. Se trata exlusivamente de explotar cualquier punto potencialmente débil de la Unión Europea, cada vez más sola en la defensa de la democracia liberal y en la oposición al nuevo modelo de “durocracia” tan bien ejemplificado por Putin, Erdogan en Turquía, o Trump si consiguiera librarse de los solidos “checks and balances” norteamericanos, que ojalá no sea el caso.

Afortunadamente los servicios de inteligencia y la libertad de prensa han conseguido alertar a tiempo de la ofensiva que amenazaba con subvertir los cimientos democráticos. Una cosa es que poderes extranjeros tomen la decisión de lanzar una ofensiva masiva de desinformación y otra bien distinta que consigan su propósito. Si Hillary Clinton no hubiera sido tan mala candidata y David Cameron no hubiera sido tan estúpido, Trump no sería Presidente y Reino Unido no estaría en vía de salida de la Unión Europea (por cierto, creeré que dejará de ser miembro de la UE en el mismo momento de su salida, no antes). Es decir, la desinformación juega un papel relevante, muy relevante si se ejecuta con el poderío de medios económicos y materiales que se despliega desde Rusia y cuenta con aliados locales a los que no duelen prendas en pactar con el diablo. Por cierto, que lamentable servicio están prestando a Cataluña quienes se están mostrando dispuestos a aceptar el abrazo del oso. Con alguna cota inmejorable.

Pero Europa no es China y manda el electorado, que no es inmune a la desinformación pero atiende más a la realidad. El resultado del 21-D no lo van a determinar las interferencias externas por mucho que se esfuercen. La ciudadanía catalana es bastante más sofisticada de lo que presumen quienes propagan bulos a través de Assange o directamente, como demuestran las declaraciones del jefe del servicio exterior de inteligencia ruso. Ayer mismo una encuesta reflejaba que pese a que, como la lógica indica, los resultados no variarán fundamentalmente respecto a los de 2015, casi la mitad de la ciudadanía catalana cree que incluso en el caso de que los a priori independentistas revaliden la mayoría absoluta, Cataluña volverá a la normalidad institucional. Es obviamente lo mejor que nos puede pasar a todos, incluidos a todos aquellos que han gastado ingentes recursos en manipular inutilmente. Y a Cospedal, por supuesto. Se imaginan, por cierto, el tremendo ridículo que habríamos hecho si los rusos no hubieran destapado “la broma” antes de que Rajoy se entrevistara con el Primer Ministro letón? No quiero ni pensarlo.

9 comentarios en “La injerencia de la “durocracia” rusa

  1. Bueno, queda claro que la injerencia a través de los medios sociales es ya el nucleo central de la guerra fria. Ya no es solo utilizada dentro de cada pais para que un partido intente desprestijiar al partido contrario, sino que es patrimonio de gobiernos extranjeros que quieran debilitar a un determinado gobierno. Escribe LBNL: «Se trata exlusivamente de explotar cualquier punto potencialmente débil de la Unión Europea, cada vez más sola en la defensa de la democracia liberal y en la oposición al nuevo modelo de “durocracia” tan bien ejemplificado por Putin, Erdogan en Turquía, o Trump si consiguiera librarse de los solidos “checks and balances” norteamericanos, que ojalá no sea el caso. Se olvida de mencionar a Xi Limping de China. Está muy bien el término Durocracia para conceptualizar aquellos paises donde se presume de democracia, pero en realidad hay un gobierno que restrinje fuertemente la libertad de expresión y , por el contrario, eleva al máximo el culto a la personalidad del presidente elevandole a la categoría de lider o caudillo indiscutible. Las minorias que se atreven a desafiar la censura intensa de los medios de comunicación, acaban viendo en la carcel a sus pensadores y periodistas o, como ocurre en Rusia, asesinados por oscuros chechenos. El populismo que no soporta la representación parlamentaria tradicional, paradójicamente favorece que la representación del pueblo sea detentada por un lider encumbrado por los medios y que no tiene el menor pudor de considerarse la encarnación del pueblo.

  2. Creo recordar que Noruega decidió contar los votos a mano en sus últimas elecciones. Poca broma con este tema.
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    Siempre agradeceré a Calleja su valentía al tratar muchos temas. Su postura ante ETA ahí está. También ahora con el conflicto de Cataluña. El artículo que cuelga PMQNQ refleja muy bien que determinados lenguajes no son inocentes. Es una manipulación que el independentismo maneja muy bien. Hay un columnismo progre que entiende que con criticar al PP es suficiente. Utiliza esa crítica como el comodín del público para no criticar al independentismo a Podemos o a la misma izquierda. Calleja sabe conjugar la crítica sin esconderse en ningún caso.
    El,otro día leía un artículo en un medio digital que se autocalifica de izquierda. El tema era Podemos. Ante las críticas de algunos comentaristas a ese artículo su autor comenzaba aclarando que había criticado muchas más veces antes al PP o al PSOE. Tremendo.
    Gracias, Calleja.

  3. Soy muy escéptico respecto a los mecanismos reales que operan hasta su destino final en este tipo de informaciones. El diablo está en el detalle y sin minusvalorar las intenciones ( todas malas ) de Putin o Assange , nunca se explica cómo trabaja la conspiración.
    Estoy de acuerdo con el articulista en que la verdadera fortaleza de nuestras democracias reside en una ciudadanìa participativa y creo que los episodios un tanto chuscos por error en los filtros , son insignificantes.
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    Por cierto , el artículo de Calleja se parece mucho a este otro anterior en un mes de Arias Maldonado, que a mi juicio es mejor:
    http://www.revistadelibros.com/blogs/torre-de-marfil/cataluna-el-asalto-al-lenguaje

  4. Bellísima respuesta de Iceta en una entrevista de EL CORREO :
    « Evidente . Hay dos posiciones que no compartimos : el independentismo y el inmovilismo. Queremos pactar con quien se mueva entre esos dos extremos y particularmente con QUIEN ME VAYA A HACER PRESIDENTE.

  5. Mulligan, el País relata muy bien hoy lo que explica el centro de excelencia de la OTAN para Comunicaciones estratégicas sobre como funcionan los bots y demás replicantes

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