Julio Embid
Esta semana pude terminar la trilogía de ciencia ficción de la Luna de Ian MacDonald compuesta por las novelas: “Luna Nueva”, “Luna de Lobos” y “Luna Ascendente” y la verdad es que están francamente bien. Al nivel de la Trilogía de Marte que escribió Kim Stanley Robinson a comienzos de los 90 del siglo pasado. Del argumento hablaré poco, estamos en el comienzo del siglo XXII en una Luna colonizada por grandes empresas dirigidas por cinco grandes familias enfrentadas entre sí que viven en ciudades subterráneas unidas por trenes magnéticos. No destriparé la trama porque invito al lector a conocerlas. Sin embargo sí querría hablarles de tres aspectos elaborados en esta trilogía futurista: la economía, las relaciones personales y el derecho.
En este futuro todos los ciudadanos contarán con unas lentillas implantadas que permitirán acceder a la red de datos y saber el estado de nuestras cuentas, ingresos y gastos. En la Luna colonial son cuatro los elementos fundamentales para poder vivir: aire, agua, carbono y datos. El primero porque el aire está privatizado y es escaso en las pequeñas ciudades subterráneas donde debe ser renovado y reciclado constantemente. Los personajes suelen respirar más despacio e intentar no hacer grandes esfuerzos si no se tienen suficientes reservas de aire. Con el agua lo mismo, es un bien privado y hay que pagar por ello. La autoridad lunar luchará contra los pobres ladrones de agua de los barrios más humildes. En el carbono se incluyen la comida y las impresiones de productos. En el futuro no habrá tiendas sino impresoras y cada cual podrá imprimirse la ropa que va a llevar ese día y “desimprimir” aquella ropa que ha quedado vieja, sucia o pasada de moda. En un momento donde una ciudad es atacada por invasores, los ciudadanos se imprimirán cuchillos y hachas para defenderse de los atacantes. Y el último y no por ello menos importante de los elementos, son los datos, bien sea para informarse, para comunicarse o para entretenerse, la gente tendrá que trabajar para tener gigas con los conectarse a la red. Desde luego, llegará un día es que el derecho a tener datos, se recogerá en los textos legales y constitucionales.
En materia personal los matrimonios serán puros contratos con cláusulas. Y temporales, por cinco años renovables otros cinco. Y las relaciones personales no distinguirán entre heterosexualidad, bisexualidad u homosexualidad porque a nadie le importará con quien tienes relaciones sexuales mientras sean consentidas. El conservadurismo y la derecha política no tendrán inconveniente alguno en esa materia ya que todo el mundo considera a la religión como una superstición inútil. Un nuevo fenómeno llamado la autosexualidad surgirá entre aquellos que tengan más problemas de empatía con los demás. No se refiere el autor a la masturbación. Si la tecnología te permite cumplir tus fantasías, ¿por qué vas a perder tiempo cortejando a otra persona?. Ah y los vientres de alquiler serán más comunes que hoy. Los ricos pagarán a los pobres para que sufran los nueve meses de embarazo. El tiempo cuesta los cuatro elementos y los ricos no tendrán problemas morales para pagar a otros por tener sus hijos. Hoy desde la izquierda nos oponemos a la mal llamada gestación subrogada por esto mismo. Por la desigualdad económica. Pero, ¿y si la tecnología permitiese incubar un feto humano dentro de una maquina? ¿Pensaríamos lo mismo?
Por último el gran cambio estará en materia legal ya que el capitalismo extremo llevará a una desregulación extrema en materia de leyes. Se acabará con los sistemas de apelación y tribunales superiores. Decisión tomada, decisión aceptada. Y se trabajará mucho más con un sistema de mediación y de indemnizaciones mucho más que con sistemas penales coercitivos o rehabilitadores. Si un hombre mata a otro, debe indemnizar económicamente a su familia por los daños y el dolor ocasionados, él personalmente o su empresa, o morir. No tiene sentido tener prisiones porque no hay espacio suficiente para que puedan vivir cómodamente los libres. Y si los contendientes no son capaces de ponerse de acuerdo en un pleito, la mejor forma de solucionarlo es mediante un combate a muerte televisado desde los juzgados. Eso sí, los ricos pueden contratar a un abogado defensor, que les defienda en combate y asunto zanjado. Ojalá no lleguemos nunca a un día donde veamos esto y se quede únicamente en una ficción literaria.
Y vosotros ¿cómo esperáis que sea el próximo siglo?
Pues anda que si el futuro es así… Pero no creo. Ni en la luna ni en la Tierra. Lo que tengo claro es que la mayor parte de la población no trabajará: lo harán las máquinas. Mi duda es si las máquinas lo harán gratis, a cuenta del Estado o lo que le suceda, y la riqueza se reparta equitativamente o, si por el contrario, lo harán por cuenta de unos gigantes tecnológicos que acumularán la riqueza que perderemos casi todos los demás, condenados a una semi pobreza permanente.
Ejem…uno qué viene de Civitalek ,allá en Ganimedes y teniendo como referencia al Capitán Tan que contaba sus viajes con la siguiente frase: «En mis viajes por todo lo largo y ancho de este mundo»…agradezco el artículo de hoy ,más que nada porque veo ultimamente que muchos no ven más allá del dedo que señala la Luna .
Ayer ya me adelante a Julio Embid dando mi visión sobre los habitantes
de La Luna.. .y esribia:
…..
Pero dejemos al dedo que haga su trabajo,hablemos de La Luna.
Los marcianos son verdes porque viven en el planeta rojo…si fueran rojos no se verían.
Los lunáticos son azules ,dependiendo de lo mosqueaos que esten varian en intensidad de mas claro a mas oscuro,pero según en qué zonas de La Luna hay pequeñas reservas de lunaticos anaranjados,que si enferman se vuelven azul cobalto .
En ciertas crateres se instalan lunáticos amarillos dedicados exclusivamente a atacar enfáticamente al gobierno de Pedro Sánchez,suelen conocerse por sus purulentos granos azulados y sus biliosas secreciones cutaneas.
De vez en cuando,bueno quiero decir…muy a menudo,cada dos por tres …mejor dicho cada tres por tres…Mr Mulligan cojea carrerilla y se va pa La Luna.
No es que sea lunático..no…es un marciano que quería ser rojo pero no lo consiguió.
Uy…se me olvidaba la pregunta moraleja:
¿Quién manda en La Luna?.
……
Como pueden apreciar,mi visión es más realista que la de Ian MacDonald y más cercana a la de Philip K.Dick en
«Los clanes de la luna Alfana»….ejem..jeje.
Aquí os dejo la reseña del editor ,para animaros a leerla..
En la Tierra, los casos de trastornos mentales aumentan exponencialmente; desbordados, los centros psiquiátricos sólo encuentran una solución: exiliar a los enfermos a una luna habitable que orbita el remoto planeta Alfa III. Sin embargo, durante dos décadas se interrumpe el contacto entre los terrícolas y los desequilibrados, quienes acaban organizándose en una sociedad donde cada clan se corresponde con una patología y un rol. Así, los psicóticos son la clase gobernante; los esquizofrénicos, los artistas y líderes religiosos; los maniaco-depresivos, los filósofos…
Este orden se quiebra cuando en el planeta azul recobran el interés por los lunáticos y envían una nave para restablecer el contacto. Allí viaja el agente de la CIA Chuck Ritterford y su esposa Mary, a la que éste decide asesinar por control remoto. Para ello, contará con la ayuda de una serie de estrafalarios personajes…
Sólo Philip K. Dick podría haber trenzado una historia de amor invertida con las contingencias de una comunidad de enfermos mentales. Toda una exploración de la psique humana donde se dinamita la frontera entre la locura y la cordura, Los clanes del la luna Alfana es una de las novelas más corrosivamente divertidas de este celebrado autor.
……
Y otro día hablaremos de La Luna de Valencia….jeje
Ante mi doy fe.
AC/DC
firmado….JAJAJA…que nervios.
Hay unos equívocos de primer orden en casi toda novela de anticipación : la magnitud de las distancias para sobrevivir en el espacio exterior; el perfeccionamiento de las máquinas y los límites de la explotación capitalista ; la intuición magnífica e inquietante del accidentalismo de la vida y más específicamente , de la autoconciencia de la vida humana ; la incapacidad de la mente para descifrar el misterio entre descubrimiento e invención ; el vértigo que produce la robótica extrema al prolongar líneas de conexiones cibernéticas capaces de alumbrar un « ser » autónomo en su desarrollo e igualmente impredecible.
O , ya puestos , la convivencia de cualesquiera de estos fenómenos con la abigarrada manera de pensar de lo que definimos como naturaleza humana , incapaz de sospechar que las naciones mejor pertrechadas para el pensamiento abstracto y científico sometieran a sus congéneres al intento de la prueba brutal y nihilista de su destrucción masiva en aras de un ideal pagano y totalitario.
Las distopías en presencia concluyen casi siempre en el sacrificio de la libertad , única cualidad humana capaz de rectificar el rumbo que nos lleva por los senderos oscuros de la tragedia.
Siento que nuestro destino es inseparable de la tierra , al igual que esos amantes abrazados y cubiertos por las cenizas del Vesubio , polvo serán , no diodos ni torpes neuro transmisores fosilizados , más polvo enamorado como quería nuestro querido poeta.
Que buen titulo y que sugestiva la columna.
Una de las nociones que me dejaron mas impronta de un profesor de historia es que el siglo XIX no acabó en 1900, pero si en 1914, con la I GM. Un poco igual, pasa con el XX, no acabó en 2000, pero puede que acabara en 2010, o 2020, con las nacionalizaciones light de la banca y el sostén de los estados masivo al sector privado.
En mi opinión el que retrata la novela es un escenario que saldría prolongando la tendencia de como funcionaban las cosas en el XX.
Creo que en el XXI va a haber un cambio de rumbo, los estados se van a rearmar y van a ganar alguna batalla importante a las empresas por esa preeminencia en «a ver, pero aquí quien manda?». ESta es mi aportación principal, y de ahi se deriva todo. No es poco ¿eh? vamos a ver rupturas de empresas, medidas fuertes en el entorno competitivo, y posiblemente establecimiento de mínimos mundiales no solo en impuestos, sino quizás en otras cosas como protección social o servicios públicos o así, que a nostros a lo mejor nos parecen nada, pero que en otros paises pueden suponer mucho. Creo que habrá un masiva intervención regulatoria en el campo de los datos, y se impondrá una tasa sobre su uso al sector privado, porque tiene toda la lógica (creo que también habra algo similar desde lo financiero.)
Tambien creo que vamos a comer mucha comida criada en contenedores y que por el medio vamos a vivir regulaciones draconianas en materia medioambiental.
Si son ustedes aficionados al podcast, les recomiendo «Historia ficción» especializado en ucronías. Especialmente hay una serie sobre una Tercera Guerra Mundial y el mundo subsiguiente que es monumental