La marea del cambio

Carlos Hidalgo

Errejón se hartó de haber sido relegado a un segundo plano y de que Ramón Espinar le hiciera una o dos humillaciones a diario. Así que a espaldas de los que un día fueron sus compañeros y amigos pactó alejarse del centro de poder de Podemos y situarse en la orilla de Manuela Carmena, a la que Iglesias no se atreve a tocar directamente.Mientras que Pablo Iglesias es el favorito de lo que queda de las bases de Podemos, Errejón es el favorito de sus simpatizantes del mundo exterior. Las poses intelectuales de Iglesias son acogidas con buena educación por parte de la élite intelectual progresista, que sin embargo se entusiasma con Errejón, al que les cuesta menos invitar a sus mesas.

Íñigo se ha llevado a la mayoría de opinadores e intelectuales seducidos por Podemos, mientras que Pablo se ha ganado a las tropas, a los que les da igual votar por un chalet, siempre que les lideren en la batalla.

Ahora queda comprobar si todo ese ejército de plumas y birretes se traducirá en votos. O si el aparato de Podemos mantendrá sus dominios en las urnas, merced a las masas disciplinadas.

La “marea del cambio” con la que Podemos pretendía arrasar a los demás se ha convertido en una resaca que está llevando a su buque contra los escollos. Y todo lo que se mostró propicio al cambio que propugnaban, curiosamente, está cambiando para ellos.

Me produce un perverso regocijo ver a tanto periodista de cámara de Podemos debatirse ahora entre los dos bandos. Sobre todo porque perdieron el respeto a la verdad en su momento, volcados ciegamente en una causa en la legitimamente creían, pero consintiendo a su vez abusos a otros periodistas, declaraciones increíbles y entrevistas obsequiosas. Y es que aquí también hay clases: los periodistas asisten con menos frecuencia a las cenas en grandes casas del centro de Madrid.

No tengo ni idea de la manera en la que todo esto puede traducirse en escaños de la Asamblea de Madrid. Aunque mi experiencia apoyando a Eduardo Madina en su día me enseñó que puedes ganar en los medios y perder en las urnas, lo de Errejón es diferente. pero sí que percibo cierta burbuja, alimentada por la academia y las columnas, en torno a Errejón. Al igual que también percibo una abierta hostilidad hacia la “traición” del que fuera número dos de Podemos.

Otra cosa es a quién pondrá Podemos como candidato si, por lo que afirman, se presentan por su cuenta. ¿Van a poner de nuevo a Ramón Espinar? ¿Al ex-JEMAD Julio Rodríguez? El primero es francamente antipático y se ha labrado a pulso fama de no ser muy espabilado. El segundo es una máquina de perder votos y no gana ni siendo el primero de la lista.

Y francamente, después del escándalo de Cifuentes, después de la enésima demostración del nido de podredumbre en el que se ha convertido el PP madrileño, después de la hipocresía de Ciudadanos y sus intenciones de volver a apoyarse hipócritamente en la ultraderecha, me temo que todas las genialidades y el onanismo político de Podemos desemboquen en cuatro años más de la derecha más disfuncional y crecientemente chalada.

Pudiendo hacer presidente a Ángel Gabilondo.

Son unos genios.

5 comentarios en “La marea del cambio

  1. Buenos días, estoy muy de acuerdo con el análisis de Carlos Hidalgo. Es muy lamentable, en mi opinión, la miopía de Podemos enfrentándose a Errejón. Las consecuencias para Madrid, como señala el articulista, pueden ser desastrosas para la izquierda.
    Hoy es 24 de enero y tal día como hoy, en 1977, se producía la matanza de Atocha. Mi homenaje desde aquí a aquel grupo de laboralistas que trabajaron incansablemente por defender los derechos de los trabajadores, organizados eficazmente de forma asamblearia y dándonos ejemplo a todos con su trabajo y lucha diaria. Carmena fue parte de aquel grupo y aún sigue ahí, trabajando incansablemente por los valores de una izquierda democrática.

  2. Con todos los respetos a la historia de la minoría española antifranquista a la que pertenecí desde mis dieciocho años en la U P V , debo decir algo verdadero : todos hemos cambiado, y está bien que así haya sido. Para todos.
    Carmena no tiene ningún plus de origen para establecer políticas ; la validez de sus opiniones lo serán desde su realidad actual.
    Como en el mercado de valores , las rentabilidades pasadas no implican resultados actuales.
    El capital político es algo moldeable por quien observa desde una posición privilegiada ; los tiempos se aceleran y los jóvenes se comen literalmente sus palabras.
    Respecto a Carmena ha demostrado que tiene opinión ( le gustaba Stalin en su época, que le vamos a hacer ) y ejerce su autoridad.
    A mí me parece una alcaldesa pésima , autoritaria , autoreferente e incapaz de consensuar con otros grupos. Lo peor para la capital de España.

  3. Me encanta el párrafo siguiente de C. Hidalgo: «Las poses intelectuales de Iglesias son acogidas con buena educación por parte de la élite intelectual progresista, que sin embargo se entusiasma con Errejón, al que les cuesta menos invitar a sus mesas.» en efecto, los medios de vez en cuando han dado la noticia de Errejón cenando con personas conocidas de la izquierda progresista, mientras que de Iglesias no recuerdo leer algo semejante. Será quizas por el encantro personal de Errejón, por su menor utilización de los términos izquierdosos muy gastados como fascista o por su menor chulería al contestar a sus contrarios. Nos hemos reido mucho de su cara de niño y el ha aguantado pacientemente. Hay una cosa clara, Iglesias ha incidido mucho en retratarse como hijo de Guerra Civil, mientras que Errejón resulta mas libre del pasado y abierto a nuevos planteamientos. Ahí hay una diferencia con Carmena, que a pesar de haber sido abogada laboralista comunista y como señala malevolamente Mulligan admiradora de Stalin, tiene un discurso alejado de la vieja lucha de clases. Aunque Mulligan señala que ya no es lo que fue en el pasado, yo creo que, por el contrario, ella está dando una talla extraordinaria en el presente.
    La pesima opinión de Mulligan con la que termina su post sobre Carmena, me parece fuera de lugar, palabras insultantes que no demuestran nada.

  4. Al contrario, yo diria que demuestran perfectamente lo que cada uno es y tiene dentro.

Deja una respuesta