La nueva normalidad política

Juanjo Cáceres

La pandemia de la Covid-19 ha transformado sustancialmente el terreno de juego de la política, tanto en los contenidos, porque ha modificado profundamente la agenda política mundial, como en las formas, porque conviven tanto aproximaciones mucho más colaborativas entre partidos como dinámicas de alta tensión política en un ambiente de graves acusaciones cruzadas.

Esas dinámicas de tensión se están visibilizando mucho más que las colaborativas y el impacto que ello pueda estar teniendo sobre la percepción de la ciudadanía no deja de ser preocupante. Más cuando se trata de una ciudadanía traumatizada por los efectos de la pandemia y del confinamiento, así como inquieta por el futuro de sus puestos de trabajo y de la economía en general, lo que sin duda tiene consecuencias sobre sus condiciones materiales y sobre su estado psicológico.

Hay una forma quizás saludable de afrontar esta nueva normalidad, que es el trabajar priorizando el consenso alrededor de medidas que protejan a los sectores más desfavorecidos, levanten un muro sanitario de contención de nuevas pandemias garantizando una mejora de la asistencia médica pública y formulen una estrategia de reactivación económica que no se olvide de poner el foco en el empleo y la protección social. Desde de este punto de vista, es positivo que existan espacios para el acuerdo entre fuerzas políticas que no imaginábamos juntas unos meses antes, como podrían ser PSOE, UP y Ciudadanos. También lo es el consenso alrededor de las medidas transitorias de protección implementadas durante el Estado de Alarma o el amplio consenso con el que se ha aprobado el Ingreso Mínimo Vital.

Si estos y otros parecidos fueran los hechos políticos sobre los que se pone el foco, creo estaríamos ante la oportunidad de que la clase política y los partidos salieran reforzados tras unos años de deterioro innegable de su imagen pública. Pero los desencuentros siguen ganando espacio, fruto de unas dinámicas que en este momento son especialmente poco útiles e incluso contraproducentes. Por poner algunos ejemplos, ayer se difundía el desacuerdo entre los partidos de gobierno hacia el impuesto a grandes fortunas, unos días atrás la propuesta de una comisión de investigación en el Congreso sobre los GAL era fruto de no pocas tensiones mediáticas entre partidos diversos y hace unas semanas era lo de si derogar o re-reformar la reforma laboral.

Pero mucho peor es la dinámica que está promoviendo la extrema derecha, que va mucho más allá de lo aceptable en un juego medianamente democrático y que logra con ello arrastrar no pocas veces a posiciones similares a un partido del calibre del PP. En esta semana que el próximo domingo tiene lugar el Día Internacional del Orgullo LGTBI, cabe recordar a modo de ejemplo los ataques de Vox contra la campaña LGTBI de Correos, signo inequívoco de lo que esta fuerza política pretende y que a duras penas disimula: una involución en multitud de derechos civiles y sociales, que pese al rechazo generalizado que suscita por lo arraigadas que ciertas convicciones están ya en nuestra sociedad, puede abrirse camino en contexto de crisis económica y polarización social.

El temor a que desde las fuerzas de más a la derecha se hiciera un acoso y derribo contra el Gobierno ha estado ahí desde el pasado mes de noviembre, pero desde entonces se ha añadido una novedad en forma de pandemia mundial que ha alterado las condiciones y las reglas del juego político. La adaptación a esa nueva normalidad está siendo difícil, porque las dinámicas que hasta hace poco constituían la normalidad tienen ahora efectos y consecuencias distintas.

La mejor pista de todo ello es ese cambio en la agenda política que se señalaba al principio. En la nueva normalidad política la emergencia climática ya no es ninguna emergencia, cuando tocas la partitura procesista la música suena distinto y son los damnificados de esta crisis y también de otras preexistentes los que acaban haciendo oír su voz. De ahí que las protestas por la muerte de George Floyd que se han realizado en España, hayan acabado poniendo el foco, no solo en el racismo que aún pervive en nuestro país, sino en la situación de legal de personas inmigradas y/o refugiadas.

La realidad está cambiando pero mucho más lo está haciendo la percepción de lo real.

3 comentarios en “La nueva normalidad política

  1. Por una parte he escuchado esta mañana a Salvador Illa, ministro de sanidad, yo diría que nos lee.
    De «las protestas por la muerte de George Floyd que se han realizado en España, hayan acabado poniendo el foco, no solo en el racismo que aún pervive en nuestro país, sino en la situación de legal de personas inmigradas y/o refugiadas.», ojalá fuera así sobre el foco en inmigrantes y refugiadas. Y en EEUU una crítica también a su imperialismo y colonialismo actual.

  2. Buenos días Juanjo Cáceres,caballeros callejeros,cabelleras al viento sin coletas y a lo loco pero con mascarilla y guardando las distancias de seguridad y cazadores de bulos varios:
    Gracias por el artículo.
    Quisiera hacer hincapié en que no he visto ,oído ,ni leído ,El papel que han desempeñado la sanidad privada durante esta pandemia,cual ha sido su eficacia y si sus sistema de atención se ha visto desbordado en algún momento.
    Más que nada por la reiterada equiparación que hace la derecha de estas sociedades privadas que son subvencionadas y promovidas por la derecha en los ámbitos que gobiernan,dándoles la relevancia de servicio público.
    No se si algunos de los que participan en DC me puede ilustrar en este sentido..
    Espero que Mr Mulligan no considere esta duda informativa que tengo como un ataque socioconunista al libre mercado y a las sociedades privadas que buscan beneficios económicos con su labor sanitaria .
    Mi pregunta es:
    ¿Cómo han gestionado, o gestionan, esta pandemia la sanidad privada?.
    En la gestión política de esta pandemia por el gobierno,las comunidades y los partidos políticos si tuviera que puntuar de 0 a 10 ,ya les digo que puntuaria todo lo contrario que Mr Mulligan….jeje….aunque estoy dispuesto a que me sorprenda….para bien de mi integridad mental.

    Ante mi doy fe ,esperanza y buenos presupuestos.
    AC/DC.
    firmado….JAJAJA…que nervios.
    PD:
    Ayer vimos como el gobierno conseguía que se aprobará otra iniciativa suya..y van…

  3. Por cierto para que conste en acta.
    Grande-Marlaska sigue siendo Ministro de Interior,no ha dimitido ,no ha sido cesado y aunque recibió collejas por diestra y siniestra ,no ha sido reprobado por El Congreso de Los Diputados.
    Ante mi doy fe.

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