Carlos Hidalgo
La semana pasada estuve muy resfriado. No fue covid y creo que tampoco fue gripe, porque no tuve fiebre, ni perdí el olfato, pero estuve en un estado lamentable. Estoy vacunado del coronavirus, como (afortunadamente) más del 80% de la población española, pero no me inmunicé ante un aparatoso resfriado. Creo que no fui el único; a mi alrededor todo el mundo se ha quejado de resfriados y gripes en diversos grados y es que, parece que alcanzada (más o menos) la inmunidad de grupo, el resto de las enfermedades siguen ahí y nos atizan cuando peor nos viene. Algo así pasa con la economía.
Los PIB vuelven a crecer porque todos podemos volver al salir de nuestras casas (más o menos) y las diferentes economías nacionales vuelven a ponerse en marcha. Pero hay cosas que, pese a todo, producen el equivalente económico de un grave resfriado. La inflación, la cadena de suministros mundial aún rota y los precios de la energía descontrolados, nos tienen moqueando y con malestar. Y están todos relacionados.
En el caso español (que no es el único) tenemos el curioso fenómeno de que tenemos inflación pese a que nuestros datos de demanda interna siguen siendo muy modestos. La inflación, contrariamente a lo que dicen las recetas monetaristas que nos han gobernado durante estas últimas décadas, no se debe a que haya mayor capital circulante y la ciudadanía tenga los bolsillos llenos, dispuesta a gastar y llena de optimismo. No, la inflación se debe a la escasez. Una escasez provocada por una cadena mundial de suministros aún rota y agravada por cosas que ya pasaban antes, como la escasez de semiconductores y las desventajas de un occidente que se había desindustrializado, pensando en las infinitas ventajas que tenía diseñar en California y fabricar en China.
El caso es que esa escasez también afecta al gas natural, por ejemplo, agravada por la crisis en el Magreb y por una Rusia que piensa cobrarse a fondo su influencia vendiendo gas al centro y al norte de Europa.
Nada de esto tiene solución a corto plazo. El transporte de mercancías mundial aún tardará en ponerse al día y reindustrializar un país lleva su tiempo. Lo mismo ocurre con la idea de llenarlo todo de generadores de renovables y fábricas de microchips. No se puede hacer de repente.
Lo peor son las soluciones que se sacan de la manga por puros automatismos. En el caso de Brasil, por ejemplo, se ha decidido aumentar los tipos de interés para contener la inflación. Algo que podría tener sentido si, como comenté al principio, la inflación se debiera a un exceso de capital circulante. Pero si en periodos de escasez limitas aún más el flujo de dinero que llega a las personas, aumentas la escasez y agravas aún más la crisis. Algo que vimos en cierta manera con la ineficaz y dolorosa gestión europea de la crisis económica de 2008, en la que era más importante ser fiel a la doctrina que los resultados que ésta provocaba.
En parte, esos resultados, ese aumento de la desigualdad, esa demanda anémica, ese mirar hacia otro lado cuando de desindustrializaba, se arrancaban vías de ferrocarril, se suprimían las medidas contra cíclicas y la red de seguridad pública, nos han hecho más vulnerables todavía al resfriado que nos aqueja hoy.
Esperemos que esta vez la ciencia económica y la voluntad política quieran tratar este tema, por fin, con la voluntad de que el enfermo se recupere y no de ser fieles a los libros de la antigüedad.
Que tamazo el del crecimiento de este año !
Que temazo el de la inflación!
Lo del crecimiento tiene bastante perplejos a los analistas de coyuntura económica, basicamente porque no cuadra con la evolución del empleo (donde se han enlazado registros historicos den EPA, Afiliación, reduccion de paro) o los indicadores de recaudación fiscal. Se pueden decir muchas cosas (la menos aconsejable es sacar «teorias economicas» ad hoc ). Es bastante probable que a raiz de haber tenido un par de años muy raros , los modelos con los que el INE hace estas cosas estén acusando la anormalidad estadistica de los datos y tenga que haber un cierto reajuste .El PIB no es una variable natural que observe y se mida, el PIB se calcula y lo que nosotros vemos trimestralmente son estimaciones, que se pueden revisar varias veces incluso cuando llevan varios años publicadas. Si la memoria no me falla, por ejemplo la cifra de crecimiento año 2009 o de 2010 fue negativa un par de años y luego cambio a positiva, a partir del año 2013 o 2014, o sea estuvimos dos o tres años pensadno que 2009 (o 2010) habia sido de recesión -venga jaleo en el debate, que si esto sirve que si esto no- y luego resulta que habia sido de expansión. Las cosas de la economia.
En cuanto a la inflación, fenomeno que , en teoria habia cambaido mucho en la ultima decada, es bueno decir un par de cosas.
LLamamos (o llamábamos) «inflación» a un aumento sostenido del nivel de precios general de una economia, es una manera de decir «mi moneda puede comprar cada vez menos cosas/pierde valor » No llamamos «inflación» a la subida concreta de un item concreto. No existe «inflación del petróleo» o «inflacion del aceite» si el resto de cosas sigue mas o menos igual.
Este episodio que vivimos tiene que ver con lo segundo…de momento… claro.