La venganza del clima

Lobisón 

Las tormentas de nieve (o ciclogénesis explosivas, que se dice ahora) están congelando la costa este de Estados Unidos, mientras en California la sequía está teniendo efectos dramáticos. El presidente Obama ha dicho, creo que con sensatez, que estos fenómenos extremos son probablemente consecuencia del calentamiento global, y que cabe temer que se repitan porque se tardarán muchos años en invertir las tendencias que han conducido al calentamiento. Por tanto habrá que planear con anticipación actuaciones para prevenir los daños, y no simplemente esperar a que se produzcan. Santo varón.

Mientras, en la inundada Inglaterra el primer ministro Cameron ha dicho que el gobierno está haciendo todo lo que puede. Los afectados (Euronews), no parecen estar conformes. Llaman la atención dos quejas: se ha construido en zonas de humedal (que se han inundado en cuanto las lluvias han superado la media anual), y no se han dragado los ríos. Esta última queja versa sobre las prioridades. Al parecer el gobierno gasta dinero en alimentar a las aves y animales salvajes, pero no tiene recursos para dragar los ríos.

Cabe sospechar que dragar un río sea bastante más costoso que alimentar a las aves del bosque, pero esto pone de relieve lo que puede ser un problema de fondo. Alimentar a las aves es un guiño ecologista, que puede llegar o no al electorado (ésa es otra cuestión), pero dragar ríos es emprender obras públicas, lo que va en contra de la idea de restringir los gastos y la intervención del Estado, es decir, de la ideología del gobierno conservador.

Por casualidad, las noticias sobre las inundaciones en Inglaterra se han producido a la vez que terminaba de leer la novela de John Mortimer ‘El regreso de Titmuss’ (Titmuss Regained, 1990) sobre los raros equilibrios de un ministro thatcheriano para mantener su defensa del libre mercado (inmobiliario) y a la vez crearse una imagen conservacionista por razones privadas: conservar el amor de su nueva esposa y mantener la mansión señorial (que ha comprado para ella en medio de la naturaleza) protegida de la amenaza de un proyecto de gran urbanización movido por descarados intereses especulativos.

El paralelismo con los equilibrios del actual gobierno conservador (nada de obras públicas, pero preservemos la fauna del campo inglés) me parece que no sólo es revelador de una forma oportunista de hacer política, sino también de las debilidades del público, cuando sus preferencias se fragmentan, para frenar los desmanes de los gobiernos e imponerles una agenda que responda al interés general. No es fácil saber si las inundaciones bastarán para crear un cierto consenso sobre la importancia de los ríos y la planeación del territorio, pero así debería ser.

En todo caso yo recomendaría leer ‘Paraíso distante’ (1985) y el ‘Regreso de Titmuss’, las dos obras de Mortimer sobre el paso de la Inglaterra de los años sesenta a la de la señora Thatcher, llenas de humor y perspicacia psicológica. Los orígenes del ministro Titmuss responden bastante bien a la descripción de los leales a Thatcher como arribistas de clase media, plebeyos que no sólo querían enterrar de una vez por todas al laborismo sino acabar con la anterior clase privilegiada. Rencor de clase, aunque no lo llamaran así, para acabar en manos del muy posh David Cameron.

12 comentarios en “La venganza del clima

  1. Buenos días Lobisón, me gustaría hacer una distinción. Alimentar a unos animales, en este caso unas aves, no es un guiño a nadie, es simplemente alimentar a unos seres vivos que imagino que no tienen comida, por eso se les alimenta.

    No sé de donde sacan determinadas personas que hay que eligir entre arreglar cosas para humanos que el propio humano ha hecho mal, y cuidar y alimentar a seres vivos.

    «nada de obras públicas, pero preservemos la fauna del campo inglés», ¿dónde está la gracia en el comentario?

  2. Sarah, no hay nada malo en alimentar a las aves, al contrario, pero se puede temer que sea una coartada del gobierno de Cameron para mantener una imagen conservacionista sin asumir grandes costes.

    Senyor Gafas, ¿no cree que ahora pasan demasiadas cosas a la vez? Quienes estudian estas cosas hablan de la mayor probablidad de fenómenos extremos al elevarse la temperatura de la atmósfera, pero quizá debiéramos preguntarle al primo de Rajoy.

  3. Bueno Lobisón, entonces parece que se está juzgando su ‘jugada-guiño’ desde el punto de vista español: considerar que cuidar y alimentar a otros seres vivos que no sean el ser humano es parte de una trama, o egoísmo, o locura, o simplemente ser un bambi cualquiera, sin entrar a considerar el respeto que en UK tienen a los animales. Si no lo hiciera seguro que tendría más problemas!

  4. Sarah, el comentario era de un inglés: hay dinero para alimentar a las aves pero no para dragar los ríos. Puede el hombre sea una excepción o que opine simplemente que deberían haberse dragado los ríos además de dar de comer a las avez.

  5. Sarah, te darás cuenta de que estoy comentiendo erratas absurdas de lo nervioso que me has puesto.

  6. Senyor Gafas: La gran película norteamericana sobre el desastre del Dust Bowl fue «Las Uvas de la Ira». La novela The Grapes of Wrath la escribió John Steinbeck. No menciona los mejicanos, sino a los «okies», los campesinos de Oklahoma que vieron sus campos arruinados por los vientos polvorientos y tuvieron todos que emigrar a California. Pero los jornales de California bajaron muchísimo aprovechando la llegada masiva de okies. Solo encontraban un refugio en los campamentos dirigidos por el Gobierno Federal. Todo esto y la Gran Depresión empujaron a muchos norteamericanos a afiliarse al partido comunista y los mas jóvenes y valientes se fueron a Las Brigadas Internacionales. Pete Seeger, inmortalizó con su canción la batalla del Jarama en que murieron la mayoría de los voluntarios de la Lincoln Brigade.

  7. La venganza del clima es tremenda. Los intentos de parar la polución atmosférica que provoca el calentamiento son exiguos y solo frenan ligeramente lo que está pasando. Los mas listos dicen que no tiene nada que ver, que la tierra ha tenido muchas glaciaciones y épocas torridas. El caso es que hay muchísima mas agua en la atmosfera y en mar. Por eso las olas son tremendas y las lluvias excesivas anegandolo todo, al mismo tiempo que otras zonas se quedan completamente secas. Una de las razones de la revuelta en Siria es que llevaban varios años de sequía y el gobierno no hizo nada. La enorme polución que hay en China hace que haya enfermos crónicos de sus vias respiratorias. Es tan grande que esa polución llega hasta California. Miles de islas del oceano indico y de oceanía estan camino de desaparecer por la subida del nivel del mar. ¿Quien le va a poner el cascabel al gato? Tan dificil como que Israel abandone sus asentamientos o los paralice en cisjordania.

  8. Tiene razón Senyor Gafas cuando escribe que «el tema del cambio climático da para mucho». No sólo para enriquecer -aún más-, a Al Gore. ¡Da hasta para que Magallanes se le ocurra una analogía con los asentamientos judíos! ¡Portentoso!

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