Las cuentas de la Universidad

 Ricardo Parellada

 Como viene señalando la prensa desde hace meses, la situación económica de la universidad más grande de España es crítica. No sé qué parte de culpa tendrá la crisis financiera mundial, pero no es la primera vez que se produce una situación así: tanto Hacienda como la Comunidad de Madrid han tenido en algún momento que condonarle deudas importantes para que pudiera seguir existiendo. Yo aquí sólo quiero señalar uno de los factores que han contribuido a la situación presente.

 De acuerdo con el sistema actual, el rector es elegido por sufragio universal ponderado por los diferentes sectores que componen la comunidad universitaria: personal docente e investigador, personal de administración y servicios y estudiantes. Como era de esperar, el personal de administración es el más cohesionado por la actividad sindical y el que puede plantear unas reivindicaciones más claras. Cuando la elección está reñida, este colectivo puede arrancar compromisos importantes a quien desea llegar a lo más alto. 

 Así ha ocurrido en las últimas legislaturas. El resultado ha sido un incremento espectacular en categoría y cantidad del personal de administración, hasta llegar a un punto en que la partida presupuestaria para las nóminas del personal de administración es parecida a la de las nóminas del personal docente, cosa que, en una institución dedicada a la docencia, resulta un poco llamativa.

 Desde luego, una máquina burocrática tan bien engrasada nos conducirá sin duda, con suavidad y celeridad, a la excelencia. Pero mientras llega ese feliz desenlace, yo quiero proponer una segunda reflexión, con el ruego y el ánimo sincero de que me ilustren mejores conocedores de la causa.

 La Universidad que se desliza hacia el abismo cuenta con doctos gestores académicos y laicos que, con culpa o sin ella, al menos habrán podido ir viendo las cuentas de vez en cuando. Pero, como se trata de una institución pública, cuando aparece el precipicio nadie tiene que responder de nada: unos seguirán gestionando, otros intentarán sacar tajada a alguna instancia superior y otros se irán tan tranquilos a su casa. Desde luego, en la empresa privada no es así. Los gestores que arruinan a las grandes empresas no se van simplemente de rositas, sino que se llevan a su casa una indemnización millonaria. 

 Y ahora los sindicatos quieren que el miércoles vayamos a la huelga.

4 comentarios en “Las cuentas de la Universidad

  1. La universidad más grande de España, la egregia Complutense, es un monstruo ingobernable. Cuando estudié allí hace ya años, me sorprendió mucho que en la Facultad de Derecho se impartieran cursos de sevillanas y que los estudiantes pasaran horas jugando a los naipes, uno de los vicios españoles más nefastos. Lo único que cabe hacer con esa universidad es cerrarla, como si fuera una central nuclear, pero enterrando en ella al equipo gestor, a los administrativos, a los profesores y a los alumnos, con una capa de cemento de siete metros de grosor. Me cuenta un amigo que en su Facultad les han pedido que en los éxmanes se escriban las preguntas en la pizarra para ahorrar en fotocopias. En el departamento en el que trabaja mi amigo, entraron los cacos antes del verano y se llevaron todo el material informático almacenado. Creo que han pedido un «fac» (llamán así a los candados) para protegerse de los robos, pero el decanato ha considerado que el gasto era inasumible. A mi esto me suena a las cosas que se contaban de la universidad argentina durante la crisis. Sobre responsabilidades: me gustaría ver cifras y averiguar qué parte de la crisis corresponde al aumento del personal administrativo y qué parte a los incumplimientos financieros de la CAM.

    Tras el paréntesis del fin de semana vuelvo al bloig y veo que Polonio se ha ido «con cajas destempladas» (?). Por favor, no me haga esa putada y vuelva de una vez.

  2. Buenos días, amigos y amigas. Felicidades al articulista, afrontando tema tan peliagudo, y con retraso a nuestro Millán por su estupendo y puntual artículo de los sábados, un clásico de nuestros findes.

    Sobre el tema, coincido con las apreciaciones de Don Cicuta. Encima, parece ser (léase «El País» a esa chica que afirma que es mejor quitar del curriculum sus dos carreras universitarias para encontrar empleo) que ni la formación que se ofrece es «excelente» ni garantiza acceso al mercado laboral. Un rayito de esperanza, en este sentido, son los nuevos ciclos formativos de grado medio y superior, la nueva FP, uno de los éxitos recientes de nuestro criticado sistema esducativo. Si yo tuviere edad pubescente, me lo pensaría.

    Un desacuerdo con Don Cicuta: el sacrosanto Mus es una noble actividad, no un vicio nefando. Claro que no es sustitutivo de las preceptivas clases de Derecho Civil o Mercantil, ni está cubierto por la matrícula, ni se refleja en el expediente. Tiene su tiempo y lugar.

    Posdatilla: hemos pasado del «pitas, pitas» de Peranza al «putas, putas» de la caverna a cuenta de las mujeres represaliadas en Andalucía por el fascismo. Léase en «El Plural» a mi Juan Luís Valenzuela al respecto. Nuestra derecha mediática y política sigue batiendo récords de ignonimia.

  3. Menos mal que yo no he pisado una universidad ,ni por curiosidad…..jeje.

    Abro mi seccion «La Madre que los pario»:

    Hoy estoy de un cabreo por tres pares de cojones.
    El primer par me vino porque El Mundo publicaba que «el PSOE del GAL se vuelca con Gómez».
    El segundo par fue escuchar lo que decian en Veo7.
    El tercer par me lo han puesto en la boca otra vez El Mundo con su titular de portada» El PSOE pagó 35 millones a Amedo para que cambiara su declaración».
    Pero no estoy dispuesto a que me pongan otro cuarto par de cojones estos canallas de El Mundo …¡¡La madre que los pario!!.
    ¡¡¡Que jentuza!!!….si jentuza con j de Pedro J.
    ¡¡¡Malditos roedores!!!

  4. Muchas gracias, Ricardo, por tu artículo y muchas gracias a todos por vuestros comentarios de mi artículo del sábado, muy especialmente a PMQNQ.

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