Las ocurrencias de Escrivá y los auténticos debates

David Rodríguez

“En España hace falta un cambio cultural para que se trabaje más entre los 55 y los 75 años”, José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social del gobierno de España. 26 de septiembre de 2021.

Esta sentencia pasará a los anales de la historia económica española como una de las más disparatadas jamás pronunciadas por un ministro, tal vez sólo superada por aquella formulación de Carlos Solchaga, cuando al ser nombrado ministro de Industria afirmó que “la mejor política industrial es la que no existe”. Por fortuna, el ejecutivo español desmintió al día siguiente que fuera a aumentar la edad de jubilación, pero tal vez debería dar un paso más planteándose cómo es posible tener en el gobierno a alguien capaz de decir estas barbaridades.

Analicemos un poco más la lógica que subyace tras esas palabras. La primera parte es del todo acertada: “En España hace falta un cambio cultural”, pero la continuación es un despropósito de dimensiones cósmicas. Hubiera sido mucho más acertado completar la reflexión diciendo algo así como “En España hace falta un cambio cultural para que no pueda llegar nunca al ejecutivo alguien que diga la primera tontería que le viene a la cabeza en una entrevista”.

Lamento ser tan duro con el señor Escrivá, pero alguien que queda al margen de los tiempos y que va en dirección contraria a los debates que necesita el país no merece formar parte de este gobierno. Trabajar hasta los 75 años es una ocurrencia que va más allá de los pensamientos ultraliberales que pueda expresar el mismísimo PP, y sólo alguien de la radicalidad de Milton Friedman podría disfrutar con una idea de estas características.

En un momento de emergencia climática, toca repensar el modelo de crecimiento sobre el que se sustenta toda nuestra actividad económica, incluso el concepto de crecimiento mismo. Si se pretende que el mundo sea mínimamente habitable para las próximas generaciones, el debate que debería estar ya sobre la mesa es el de la reestructuración radical de todo el modelo productivo, por no hablar de los límites del actual sistema económico para conseguir el nada desdeñable objetivo de salvar al género humano de una crisis sin precedentes en la historia.

En un momento de progreso científico, incremento de la productividad, dificultad de la juventud para acceder a las relaciones laborales y enormes malabares para conciliar la vida familiar y laboral, el debate pertinente es el de la reducción drástica de la jornada de trabajo en el sector productivo. Se trata de propiciar el reparto del empleo existente y de trabajar menos, con unos horarios razonables que permitan disfrutar del ocio, la cultura y las relaciones humanas.

En un momento en el que el reparto injusto de la riqueza es un drama a todos los niveles, el debate necesario es cómo conseguir una distribución más equitativa a nivel mundial, discusión que como puede verse es bastante profunda y nada sencilla. A nivel nacional, toca plantearse si tiene lógica permitir patrimonios de más de 1.000 millones de euros mientras hay gente que sufre pobreza energética. En este contexto, hablar de dificultades para pagar las pensiones futuras es irrisorio, ya que dinero hay, el problema muy fácil de entender es que está demasiado acumulado en pocas manos.

En un momento en el que continúa la discriminación de la mujer en muchas esferas de la vida pública y privada, es preciso que el debate sobre los trabajos trascienda al de la mera labor en la esfera productiva. Hay innumerables tareas imprescindibles para el desarrollo de una sociedad civilizada, muchas de ellas son realizadas mayoritariamente por mujeres, normalmente no están remuneradas y por cierto gozan de la ventaja de que difícilmente contaminan.

En definitiva, los debates prioritarios en la sociedad de nuestros días son urgentes, profundos y están interrelacionados. En este sentido, a veces distan mucho de los que parecen estar en la cabeza de algunos de nuestros gobernantes. La visión de futuro brilla por su ausencia en la inmensa mayoría de los gobiernos contemporáneos, hecho que se torna trágico cuando estamos ante el ejecutivo más progresista de la historia. Me parecería un ejercicio muy sano plantear abiertamente eso que pomposamente llamamos los grandes retos de nuestro tiempo, en lugar de dedicarse a propalar ocurrencias varias.

8 comentarios en “Las ocurrencias de Escrivá y los auténticos debates

  1. Pues me ha convencido. Ahora bien, que el futuro vaya por donde apunta el articulista – reducción de jornada con las generaciones más jóvenes, reparto del trabajo que cada vez va a ser más escaso – no quiere decir que mientras se arbitran medidas que repartan mejor la riqueza, no se apuntale el sistema de pensiones. Una cosa es que no se retrase la edad de jubilación, por ejemplo, y otra bien distinta que se permita alargarla. Puede ser inhumano forzar la prolongación a alguien de 65 años que lleva 45 cotizando y que no está demasiado bien de salud, especialmente para algunas profesiones. Pero no tiene sentido que se obligue a dejar de trabajar a todos en todas las circunstancias cuando cumplen tal edad. Y si no he cotizado los años suficientes? Y si el puesto no lo va a rellenar un joven sino que se va a amortizar?
    Pero si, dada la complejidad del asunto, mejor no soltar burradas sin reflexionar previamente sobre cómo van a ser percibidas e interpretadas dada la posición del que las pronuncia. Lo mismo vale para Garzón y el consumo de carne, por ejemplo, mensaje que me parece muy razonable en abstracto y a largo plazo, pero absurdo como salida de tono, incluso contra producente.

  2. Antes ha dicho que hay que desincentivar más la jubilación anticipada. ¿Qué impresión le da cuando ve a miles de trabajadores de la banca, por ejemplo, que se prejubilan a los 53 años?

    — Se les llama prejubilaciones pero no son prejubilaciones, técnicamente. No es la seguridad social la que las asume…
    … pero tienen un coste para el Estado.

    — Hay que hacer un cambio cultural en España. En Europa hay una tendencia clara a que entre 55 y 70, 75 años se trabaje cada vez más. Lo vemos en las tendencias internacionales: a estas edades, por razones demográficas y de calidad de vida, se puede trabajar más. Y España es una anomalía a nivel europeo: no solo no estamos siguiendo esta tendencia si no que incluso se está reduciendo la proporción de mayores de 55 años en activo. Yo creo que claramente hay elementos que tienen que ver con aspectos normativos, por ejemplo. Los convenios colectivos son un elemento. Pero creo que es un elemento fundamentalmente cultural.

    Dentro de las empresas se tienen que generar dinámicas para que las personas de cierta edad vayan cambiando su actividad, las horas de trabajo, la dedicación… ”
    ¿Por qué?

    — España es un país que ha tenido una tasa de paro elevada y hay una cierta creencia de que hay una sustitución entre empleo joven y empleo senior. Pero esto no es así, está ampliamente demostrado. No son sustitutivos. Hay que generar dentro de las empresas dinámicas en las que personas de cierta edad van cambiando su actividad, las horas de trabajo, su dedicación… Hay todo tipo de alternativas antes de sacar a estas personas del mercado de trabajo, y no se explotan lo suficiente.

  3. Prejubilacion, paro y competitividad son situaciones que se interrelacionan. ¿Cuanto desempleo puede estar relacionado con el consumo de bienes importados y como se veria incrementado si se Dan pasos que reducen la competitividad? Supongo que se tendrá en cuenta que vivimos en un mundo en el que no estamos aislados.

  4. El bono cultural no podrá ser utilizado para ir a los toros. O sea que el joven que venda su bono a un librero por 300 euros se va a tener que gastar el dinero en cubatas. ……. por ejemplo.

  5. De entre todos los problemas asociados al mercado laboral el que con mas diferencia se percibe entre el discurso a nivel academico y la vivencia es el del empleo cuando ya superas los 50 años, y creo que es de las cosas que mas palmariamente demuestran el sesgo que existe a la hora de interpretar un problema según uno se situe.

    No es posible separar la baja tasa de activdiad en los mayores de 55 años en España de las sucesivas oleadas de reestructuraciones ques e viene produciendo desde , pongamos el final del siglo XX. industria pesada por reconversion, empresas financieras, empresas publicas privatizadas , empresas internacionalizadas por deslocalización , telecos etc. Un porcentaje muy significativo de las jubilaciones temrpanas ha sido por decisiones ajenas al jubilado. Segunda parte, con mas de 50 años las probabilidades de continuar tu carrera profesional desde el desempleo son muy bajas, de nuevo, no es una decision voluntaria por parte de la persona que se retira.
    Ojo, también hay otro colectivo expulsado del mercado laboral en este momento, los jóvenes.
    Tercera parte, En general cuando mas físicamente demandante es un trabajo (aunque no solo) menos puedes prolongar tu carrera laboral mas alla de una edad. Una cosa es que ahora no te mueras con 65, otra cosa es que pueda subir dos bombonas de butano -o atender una clase de 25 niños- como si nada. Cuando uno tiene un trabajo no-fisico, en posiciones directivas, o sin presiones por el cumplimiento de objetivos etc, entonces claro, se le ocurre a uno que ahí esta estupendamente, que por que me tengo yo que ir a mi casa con lo bien que estoy aquí.
    Otra cosa es lo que piensen los compañeros, subordinados etc que tienen que lidiar contigo. Habría que preguntarles la opinión porque hay mucha gente que esta muy bien para su edad, o eso se creen, pero no están tan bien para ser compañeros de trabajo o jefes de los demás (que es otra cosa) .
    Y es que cada edad tiene su afán, oiga.
    Desde luego, es indeseable que haya gente capaz y expulsada del trabajo , pero el problema para una sociedad lo dan cuando esto pasa a las personas en la 50, -o jovenes- Ese es el que hay que atajar, menos que el que se origina en las percepciones subjetivas de determinados senior en niveles de renta altos. Para eso están, por ejemplo, los blogs, las redes sociales, las asociaciones culturales de diverso propósito y no las sufridas plantillas, o clientes o análogos.

    En mitad de la transición climatica y la transicion digital, que van a necesitar cuantos mas mecanismos de ajuste mejor, es muy posible que veamos soluciones que incluyen el acortamiento de la jornada laboral o del tiempo de trabajo. Si quiere usted mas personas de 50 trabajando o mas jovenes incorporados al mercado laboral tempranamente, la solución tampoco pasa por extender la eda minima de jubilación, por mucho que algunos sesudos analisis no den ahora mismo para otra cosa. No hay que preocuparse por esto ultimo, si algo hemos aprendido de 20 años de crisis es que los «sesudos análisis» ya no son lo que eran

  6. Sobre prejubilaciones paro y competitividad voy a hacer una aportacion a esclacer , no completamente, pero si en alguna manera, el problema:
    Quienes tienen la capacidad de decidir si el lastre para la competitividad de una empresa son ellos o los demás, siempre encuentran que los menos competitivos y a los que hay que mandar al paro son los demás.
    Como el infierno de Sartre.

  7. Lo mismo se podría decir sobre el emprendimiento; quienes tienen la capacidad de decidir si emprenden ellos o los demás, en su gran mayoría deciden que emprendan los demás, que a mi me interesa más la santa nómina que el ingrato riesgo. Por algo la constitución determina que tengo derecho al trabajo. ………. a ser posible bien remunerado y en mi barrio.

  8. Hay dinero , y el dinero está mal distribuido , sobre todo porque no existe el distribuidor como en una partida de cartas de acuerdo con nuestro ordenamiento jurídico. Por eso nuestro presidente agarra bajo el brazo la cornucopia y -si me votas con 18 años – te regalo 400 euros , al igual que el otrora genio con los 2500 € por hijo.
    En el horizonte de las propuestas del articulista figura el colectivismo como lo moderno y necesario , como factor de redistribución. Como si fuera posible lo que ya ha fracasado , como si el Estado -único distribuidor factible -pudiera emprender la colosal tarea de asignar recursos , capitales y precios , y eso de manera independiente a los mercados y a las alianzas internacionales. La Revolución y a ver qué pasa .
    En cuba ya ha ocurrido y no queda nada que distribuir porque no hay riqueza ni ganas de cambio por parte de quien puede proponerlo.
    Muy certero Fernando sobre la » aportación » de Laertes y su falta de seriedad, sobre todo con el mantra de la expulsión. Nadie ha expulsado por ejemplo a los colectivos de banca de su trabajo , sino que se les ha prejubilado con amplio consenso por parte de los destinatarios , asumiendo la empresa los costes .
    Se olvida con frecuencia que ya el mercado es global , que competimos con otros jóvenes y con los otros cincuentones , que los intereses de la deuda son un losa para nuestras inversiones , que nuestro sistema de pensiones necesita viabilidad y ajustes , que la ideología ya es común en su intención y en sí misma carece de soluciones , que es necesario un vuelco radical en la formación laboral , la enseñanza y las universidades , justo en sentido contrario al desastre de Celaá .
    En fin otra manera de pensar y de gobernar porque se acaba el tiempo y vamos fatal.

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