Libros que no leer este verano

José D. Roselló

No digan luego que no fueron cumplidamente avisados. A veces vamos como locos por librerías -o páginas de descarga- permitiéndonos indulgencias que luego pasan factura. Por mucho que, como la proverbial enésima copa, parezca en ese momento una idea excelente, hay obras que es imperativo evitar. Una cosa es la libertad, y otra el libertinaje. Véase este póquer de horrores, para  ejemplo, edificación  y, por qué no, a modo de advertencia sanitaria.

 Atada a ti, de Silvia Day.

El verano pasado era imposible no encontrase con 50 sombras de Grey, ya fuera en el metro, en la playa, en la piscina o en lugares menos conspicuos. Literatura erótica, te dicen, inaugurando un subgénero donde una protagonista más bien pavisosa descubre unos supuesto placeres carnales inenarrables a manos de unos individuos francamente poco recomendables. Ellas intercalan citas cultas y son, presuntamente, damas ilustradas, aunque luego su comportamiento haga difícil imaginarlas realizando tareas iguales en complejidad a atarse los zapatos solas. Ellos,  macicérrimos, atormentados, de gruesa cartera, que lidian con su complejidad tratando a las mujeres como felpudos. Si en los 90, Pretty Woman nos vendía la moto de que ser prostituta callejera podía molar, porque venía Richard Gere y tras cubrirte de presentes, además se enamoraba de ti, las “greysecuelas” suben la apuesta. Mola ser una emocionalmente dependiente más simple que el asa de un cubo, porque aparece un psicótico que te ata, fustiga, sodomiza etc., y luego, encima, se enamora de ti. De éxito tan arrollador que  estamos en un tris de que en los Carrefour haya lineales con mordazas spider, esposas y ruedas de Wartemberg. Si tiene curiosidad por el mundo sado, mejor Historia de O. Más chicha y mucho más corto. 

 Inferno, de dan Brown.

A riesgo de sonar elitista, nunca se saborea realmente lo que es Dan Brown hasta que no se le lee en el inglés original. Parece que uno se las esté habiendo con un manual nivel iniciación tipo “Que viene Muzzy”. Créanme, la traducción al español lo dignifica y realza. Esta vez en Florencia, y en torno a Inferno de Dante, Brown nos toma la melena de la usual manera. Langdon y una atractiva treintañera -esta, al menos, espabilada- pululan descubriendo pistas que los malos malísimos, en lugar de mantener una discreción mínimamente razonable, han anidado en pinturas, poemas y diversos marcos incomparables. La trama es tan tramposa que a ratos resulta hasta indignante. Dan ganas de llamar al autor a las tres de la mañana para sugerirle, entre una ristra de epítetos nada corteses, un original plan de actividades en Parla. Brown vende como rosquillas, enhorabuena, pero se está jugando que construyan, para él, dantescamente, un infierno personal en el que haya de pasarse la eternidad jugando con trileros, sufriendo el timo de la estampita y viendo la serie “Lost” ininterrumpidamente hasta el fin de los días. Es una retribución pareja a lo que nos hace a los demás. Mejor ver el programa de Iker Jiménez, más breve, variado, y al menos, cree en lo que dice.

 El manuscrito encontrado en Accra, de Paulo Coelho.

¿Por qué las almas atribuladas se castigan de esta manera? El éxito de la obra de Coelho es el único factor que me ha hecho considerar alguna vez que Argentina no produce los suficientes psicoterapeutas y España no tiene bastantes bares de copas. Queridos conciudadanos a la búsqueda de lo trascendente, si no queda otro remedio, se sugiere budismo y filosofía tántrica. Al menos posibilitan mejorar la salud y el desempeño sexual -a lo mejor es de lo que se trata, oye.-

 ¿Qué hacer con España?, de César Molinas.

El currículo del autor es brillantísimo, envidiable hasta ponerse verde. Esto hacía presagiar un contenido interesante. Desafortunadamente no es así. En un tono muy intelectual y bastante condescendiente, menudean inexactitudes, ideas cogidas por los pelos y meramente opiniones del autor. Todo ello para concluir que la culpa de nuestros males la tienen los políticos, los sindicatos, las pensiones y el sistema educativo, lo cual se arreglaba en dos patadas: con sistemas mayoritarios a la inglesa y con más poder para los directores de los centros escolares. Da la impresión de que hubiese deseado añadir “…e instalación de picotas en las plazas públicas”, pero se cortó un duro. Una pena, con la de referencias históricas que tiene el libro como la relación del sistema energético español con la Hispania de Augusto -les juro que esto existe-, algo así, tan pinturero, hubiera completado perfectamente el listado de actuaciones pendientes. Para similares resultados, la próxima vez que usted coja un taxi, láncele la pregunta  «¿Qué hacer con España?» al señor conductor. Las conclusiones no van a variar demasiado, y además, a diferencia del libro, al final habrá llegado a algún lugar de utilidad práctica.

 De plantearse si ciertos libros, como los paquetes de tabaco, debieran llevar fotos de las consecuencias de su uso, esta es una sugerencia: una foto de Carlos “el Yoyas” en el caso del primer libro; otra de un ebook estampado contra la pared en el caso del segundo; la foto del propio autor es suficiente en el caso del tercero y, en el caso del cuarto, una foto con un mondadientes de plata junto a un carajillo, eso sí, de coñac Napoleón, parece especialmente idónea.

En el improbable caso de que algún autor de los mencionados lea esto, quiero recordar que mi madre o mi padre no tienen culpa de nada. Tómeselo con humor o mándenme a sus padrinos, queé le vamos a hacer.

 Felices lecturas de verano.

9 comentarios en “Libros que no leer este verano

  1. Coño, que artículo más divertido y lúcido de Roselló. Debo decir que a mi me ha convencido y no pienso leer a Molinas este verano. Si me preguntan, remitiré a Roselló.

    Me extraña que Roselló no haya dicho nada sobre el gran best-seller de no ficción, Nadie es más que nadie, del inefable Revilla.

    Para que no todo sea negativo, haré una recomendación positiva: el libro de José Carlos Díaz me está pareciendo extraordinario (estoy acabándolo), por más que no comparta sus efusiones europeístas.

  2. Lo que no me queda claro del instructivo artículo de hoy es por qué el autor se ha sometido al tormento de leer esas joyas literarias. ¿Que pecado ha cometido que le ha exigido semejante penitencia? ¿O acaso ha sido un sacrifico autoimpuesto en beneficio nuestro, para poder advertirnos a los asiduos de Debate Callejero? Si se trata de esto último, nunca se lo agradeceremos bastante.

    PD.- Si habrá sido instructivo, que hasta ha servido para resucitar a Cicuta:

  3. Yo creo que desde la generación de escritores del 58, o sea de 1.958, encabezada por Marcial Lafuente Estefanía y Fidel Prado, no hay nada que se pueda leer.

  4. Bueno uno es de los que leen pocos libros….asi que yo les dire los periódicos que no deben leer este verano….bueno ,para ganar tiempo les dire el único espacio en la web que deben leer,donde la verdad jamas es fruto de la mentira ni del color del cristal con que se mira …..y ese espacio «para el encuentro y el debate democrático» se llama ,como ustedes bien saben,Debate Callejero…el único el genuino.
    Asi que comprense un Ipad de esos que se meten en el agua y disfruten del mar ,del rio,de la piscina o del baño de su casa sin alterar su paz interior….ya les escribiré yo ,haciendo un esfuerzo sobrehumano,en trasladarle a ustedes lo que se dice en esos medios informativos que alteran la realidad con mentiras extrapolativas y elucrubaciones mantales fruto de una bilis en expansión.
    Bueno y para que no digan lo que digan aquí les dejo un enlace pdf de un libro que si que deberían leer los mas gafotas:
    «Universo de Locos»
    Fredric Brown
    http://artemisa.unicauca.edu.co/~fvallejo/Brown_Fredric_Universo_de_Locos.pdf

    y esto es todo amigos…..JAJAJA…..que nervios.

  5. Fernando….. yo estoy terminando la autobiografía de alguien que dice lo siguiente:

    «Let us consider a more concrete example of just and unjust laws. An unjust law is a code that a numerical or power majority group compels a minority group to obey but does not make binding on itself. This is ‘difference’ made legal.
    By the same token, a just law is a code that a majority compels a minority to follow that it is willing to follow itself. This is ‘sameness’ made legal.»

    Pero no te creas, que esta persona también tiene un punto Corin Tellado: «There can be no deep disappointment where there is not deep love»

    Su referente era Gandhi, y ambos defendían a los animales….. 🙂

    un, dos, tres, responda otra vez……….. jejeje

  6. Gracias por os comentarios, gente leída.
    Dos son las razones del este post: escribir algo gracioso y buscar un pretexto para dar algo de caña al libro de Cesar Molinas, lo confieso. La pena es que se perdieran ustedes la conferencia que se dio en la Rafeal del PIno, que eso si que fue hilarante.
    En cuanto a la literatura mala, hablando en serio, su espacio tiene. Eso si, hay que tratarla con dureza. En mis placeres culpables yo tengo a un autor americano que se llama Clive Cussler y escribe novelas tipo best-seller infames, pero de las que no logro desengancharme.
    Ha habido alguna vez que he tirado un libro a la basura despues de leerlo, o, aún mejor, he borrado un libro del ebook que me habia bajado «de estrangis», sin ni siquiera acabarlo. No he llegado a quemarlos como Pepe Carvalho, pero creo que es por no tener chimenea.

  7. Muy divertido el artículo de Roselló. Y original. Uno está acostumbrado por estas fechas a ver miles de listas de libros para leer en el verano. Es más útil esta idea de Roselló para no caer en la trampa de leer algo insoportable. Aunque debo decir que a mí personalmente no me ha sido demasiado útil, porque ni loco se me hubiera pasado por la cabeza leer ninguno de los libros de los que nos habla.

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