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Ya tenemos nueva Presidenta del Congreso, progresista por supuesto, y nueva Mesa, con mayoría progresista, también por supuesto, como estaba previsto. Desde Waterloo intentaron crispar los nervios hablando de subastas y hechos constatables y tal y cual pero finalmente votaron como debían. Lo que no hizo Vox porque el PP no les ayudó a conseguir representación en la Mesa, lo cual me parece bastante más significativo de lo que parecería en principio.

Lo digo porque si Nuñez F. tuviera la más mínima expectativa de ser investido – un “Tamayazo” con unos cuantos socialistas “buenos” – habría cuidado mucho la cohesión con sus socios ultras. En cambio ahora, mientras escribo, anda reunido de urgencia con su plana mayor para valorar la situación. En otras palabras, barruntando si se presenta a la investidura o si no.

Si lo hace, mal, porque se arriesga a que no le vote ni Vox. Y si no lo hace, imitando al otro gallego de pro, mal también porque entonces el reloj no empieza a correr y Pedro Sánchez tendría todo el tiempo del mundo para que Junts caiga como fruta madura, Diada de por  medio. Como ya escribí aquí, asumo que Ayuso y el que le dicta por el pinganillo, estarán empujándole a muerte. Porque quieren meter prisa a Sánchez y cuanto peor le vaya a Nuñez F. más fácil les resultará darle la puntilla, o bien tras volver a perder en unas elecciones repetidas o cuando Sánchez sea investido. Que será el momento en el que Ayuso diga que ya advirtió ella que Sánchez lo tenía todo pactado con los golpistas indepes y filo terroristas.

Pero no, no está todo pactado y mucho menos hay ningún pacto sobre las exigencias insoslayables del ala más irredenta y suicidaria de Junts. No va a haber referéndum, amnistía y mucho menos autodeterminación. No va haber nada de esto porque Sánchez y el PSOE no quieren nada de esto, porque sería ilegal y porque sería el fin político del Presidente del Gobierno en funciones, que será todo lo que se quiera pero políticamente sagaz parece serlo un rato.

Puigdemont puede que sea consciente de que sus mínimos son inasumibles de pleno pero si no lo es, lo cual es perfectamente posible, otros sí lo son, incluidos el PNV y Bildu. Sí, Bildu, esa coalición de partidos nacionalistas vascos que incluye a la antigua Batasuna y también a muchos que se opusieron al terrorismo de ETA mucho antes de que acabara, incluido su portavoz en el Congreso.

El fracaso estrepitoso del Plan Ibarretxe como ariete del Acuerdo de Estella ha propiciado que la inmensa mayoría de los nacionalistas vascos, de derechas y de izquierdas, hayan interiorizado que tratar de forzar la ruptura a las bravas no lleva a ningún sitio. Y estuvieron a punto de convencer a Puigdemont de no cagarla pero al final se cagó y la cagó. Y ahora cuesta mucho enmendalla pero los vascos llaman, argumentan, explican y al final parece que consiguen llevar a sus “hermanos” catalanes a buen puerto.

Cantar línea ayer en el Congreso no garantiza en absoluto una investidura por 178 votos. Pero sacar adelante la votación sin concesiones – por más que el (in)Mundo titulara ayer su portada digital “SÁNCHEZ SE ATA A JUNTS Y ERC CON CESIONES EN LENGUA Y AMNISTÍA” – no es poca cosa, especialmente teniendo en cuenta que Watermont trató de tensar la cuerda al máximo.

Si Junts vota en contra de Sánchez y provoca la repetición de elecciones, perderá votos y escaños, todavía más de los que ya ha perdido. Y el PSE subirá todavía más en Cataluña, que es donde aspira a volver a rascar poder, de lo que ha vivido toda la vida.

Nuñez F. se presentará o no pero, de hacerlo, la única incógnita es si Vox le votará o se abstendrá haciendo todavía más patente su soledad política. Sánchez se presentará de seguro y más le vale a Junts facilitar su investidura. A cambio de diálogo sobre todo: financiación, lenguas co-oficiales, traspasos de competencias, otras reivindicaciones… Se puede hablar de todo y a lo mejor llegar a acuerdos sobre algunas cosas. La “desjudicialización del conflicto” de la que habla Susana Díaz puede decir muchas cosas, algunas posibles, incluso deseables, y otras imposibles y desde luego indeseables.

Por lo visto ayer, no parece que vayan a insistir en lo imposible como mínimo. Y si llegaran a hacerlo, que les vaya bonito…