¿Llega o no llega la contraofensiva ucraniana?

LBNL

Parece que sí, a decir de algunos expertos, pero también parece que no en vista de los magros resultados hasta el momento. Pero no tiene por qué ser contradictorio. Me explico. Los ucranianos han hecho de la contraofensiva un secreto de Estado, lo cual es inteligente. Lo contrario – indicarle al enemigo cuándo y dónde van a atacar – sería propio de Gila. Pero con tanto sigilo, los demás – al menos los que trabajamos en el tema – nos pasamos el día – los días, más bien – escudriñando cada declaración, teletipo o información proveniente de fuentes rusas, americanas, o incluso británicas – Reino Unido emite un boletín de seguimiento ¡diario! – para saber a qué atenernos. Y claro, si la esperadísima contraofensiva ha empezado y los ucranianos no recuperan territorio, mal asunto. Porque está muy bien eso de desear la paz y pedir un alto el fuego inmediato para que dejen de morir más inocentes pero los que saben un poco del tema son unánimes en que sin una recuperación sustancial de territorio por parte ucraniana, no hay ninguna posibilidad para la paz. Putin lo dice muy clarito: no se dan las condiciones para una negociación. ¿En qué sentido no se dan? Pues en que Ucrania no está dispuesta a ceder la soberanía de sus cuatro regiones que Rusia se ha anexionado unilateralmente, además de Crimea. Así, con un par. Para ser objetivos, Zelensky dice lo mismo: negociaciones sí siempre y cuando Rusia retire sus tropas de Ucrania. ¿Negociaciones para qué entonces? Pues para asegurarse de que no vuelve a invadirles en el futuro, por ejemplo, que no es cuestión menor en vista de los precedentes.

Pero en fin, que ambos bandos están en la lógica de que solo negociaré en una posición de fuerza. Y como eso de invadir otro país a las bravas es contrario al derecho internacional y encima muere mucha gente, pues casi mejor que sea Ucrania la que consiga la posición de fuerza, ¿no? Pues no para todos. Orban, el ínclito Primer Ministro “iliberal” (Orban dixit) de Hungría dice que como Ucrania no tiene ninguna posibilidad de recuperar su territorio, pues oyes, mejor rendirse y dejarlo como está.

Alguno dirá que igual es lo más realista. Puede ser, la Historia nos dirá a toro pasado, pero no deja de resultar curioso que los que abogan por la paz ya y quedarnos como estamos sean o bien filo-rusos – por afinidad autoritaria, dependencia económica (o ambas cosas como Orban) o animadversión contra EE.UU. – o estén muy alejados del conflicto y les parezca un engorro sufrir consecuencias negativas del mismo – por ejemplo, encarecimiento de los alimentos – sin comerlo ni beberlo. En suma, o pro rusos por diferentes motivos, o insolidarios.

Pero volvamos a la contraofensiva que lo demás ya está muy diseccionado y nadie va a convencer a un pro ruso de que Putin es un fascista criminal que tiene que ser derrotado como lo fue Hitler, porque si no el peligro de repetición o imitación es mucho mayor.

Las dos cuestiones es si la contraofensiva ha empezado ya y, en tal caso, si está siendo un fracaso. Les avanzo mi hipótesis, que como todas, es falible, por supuesto, pero está basada en buenas fuentes e indicios sólidos. Créanme. O no lo hagan pero se la voy a exponer igual.

La contraofensiva que tienen en mente los ucranianos no empieza así de un día para otro. No es un descorche de una botella de champán sino más bien un calentar de agua en cazuela a fuego lento, luego medio y finalmente rápido, que busca el momento de ebullición. Que puede no llegar, por supuesto, si la cosa no sale bien. Ahora estaríamos en la fase de fuego medio tras varias escaramuzas aquí y allá, incluida la masacre de decenas de miles de soldados rusos mal entrenados y mal equipados en Bajmut, donde los ucranianos desafiaron los consejos occidentales y decidieron resistir. Y Rusia cayó en la trampa concentrando todos sus esfuerzos en ese punto, ofreciendo un blanco fácil. Las incursiones y sabotajes en suelo ruso y los drones hasta Moscú eran también parte de los preparativos.

La semana pasada Ucrania pasó a hostigar activamente las posiciones más avanzadas rusas, en diferentes frentes y Rusia sintió inmediatamente la presión. Destruyó un par de tanques Leopard 2 pero vio que la cosa no iba bien y destruyó la presa para acortar sustancialmente el frente de ataque ucraniano. Porque los rusos tienen que defender muchísimos kilómetros y no saben por dónde van a venir los ucranianos. Y los ucranianos tampoco porque están picando por aquí y por allá para ver cuán fuertes son las defensas rusas. Y se supone que cuando descubran un hueco por el que meterse, entrarán con todo, hasta el mar, pero no necesariamente en línea recta hasta Mariupol. Y posiblemente no por un único corredor sino al menos por dos, para que los rusos no puedan saber a ciencia cierta por cuál vienen los ucranianos con más fuerza.

Compañero, los tanques rusos no son tan buenos pero tienen miles, me dice un colega. Y son legión los que recuerdan que la población rusa es infinitamente mayor que la ucraniana así que Putin podría tirar de reservas indefinidamente. Niego la mayor. Ha perdido ya muchísimo material y no le queda tanto, y mucho menos de buena calidad. Y sus hombres, no es ya que no tengan entrenamiento y equipamiento: es que la única motivación que tienen para luchar en Ucrania es la pasta. Y claro, la pasta es muy importante siempre que puedas disfrutarla pero deja de importar en cuanto te entra la certeza de que vas a perecer en el intento.

De tal forma que la contraofensiva ha empezado, hace varias semanas, pero en un prolongado crescendo. ¿Y para cuándo llegará el punto de ebullición? Pues francamente no tengo ni idea y seguro que el derribo de la presa retrasará los planes, como también la más o menos tenaz defensa que puedan mantener los rusos. Pero si miramos atrás, las grandes operaciones bélicas en esta zona del mundo han tenido lugar entre el 22 de junio – la operación Barbarrosa por la que Hitler invadió Rusia en 1941 – y el 12 de julio – la operación Kutuzov de contraofensiva soviética en 1943. Por cierto, que la segunda ola de la invasión nazi – operación Case Blue – se lanzó el 28 de junio de 1942.

¿Y a qué fecha estamos?

NB: Mira que si acierto me pongo a echar las cartas…

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