London again

LBNL

Mientras el Madrid vapuleaba a la Juve y se apropiaba merecidamente – mal que me pese – de una nueva Champions, el terrorismo yihadista volvió a sembrar Londres de sangre y pánico, apenas un par de semanas después de la bomba de Manchester y unas pocas más del ataque en Westminster. A la sin par Theresa May, que está llevando a su país a la ruina – y quizás también a su partido, que pierde terreno frente a los laboristas a marchas forzadas – le faltó tiempo para anunciar medidas para acabar con la excesiva tolerancia contra el extremismo islámico, dejando de lado como si nada sus varios años como Ministra del Interior. Bienvenida sea en todo caso una mayor intensidad en el control de las peores derivas salafistas en Reino Unido así como del uso de internet para la difusión de propaganda yihadista e incluso la preparación de atentados. Pero es necesario profundizar un poco más porque si bien el salafismo o fundamentalismo islámico es evidentemente nocivo, no está claro que sea la pulsión principal que lleva a miles de jóvenes europeos a querer inmolarse matando a cuantos más puedan.

Entiéndaseme bien. El fundamentalismo islámico es nocivo socialmente porque atenta contra nuestros valores de libertad y derechos humanos y es no solo legítimo sino necesario poner coto a sus peores derivas, consentidas e incluso protegidas durante décadas en Reino Unido al albúr de la libertad de expresión. Pero como explican algunos de los mayores expertos en el tema, como Olivier Roy (aquí artículo suyo en The Guardian, aquí entrevista en La Vanguardia, aquí entrevista en castellano en Deutsche Welle) no está claro que la pulsión principal que mueve a los yihadistas europeos sea la radicalización religiosa. Más bien es al contrario, atendiendo al perfil de la inmensa mayoría de los “lobos solitarios” que llevan meses atentando por la geografía europea. Como también el de muchísimos de los que viajaron a Siria para sumarse a las filas del Daesh: hasta un 70% declaraba al llegar tener conocimientos meramente básicos sobre el Islam. Por tanto, el problema de seguridad que nos aqueja, como escribe Roy, no es tanto la radicalización del Islam como la islamización del radicalismo.

Es decir, en otros momentos de la historia y en otros lares, la radicalización de jóvenes inadaptados les lleva a buscar una narrativa que les permita liberarse de sus graves problemas terrenales y hacerlo vengándose de la sociedad a la que no han sido capaces de adaptarse llevándose por delante a la mayor cantidad posible de personas. En este sentido, los lobos solitarios que cogen una furgoneta y atropellan no serían muy diferentes a los adolescentes norteamericanos que se lian a tiros en su High School o de los sicarios de los cárteles mexicanos o los jóvenes centroamericanos que se suman a las Maras. La diferencia estaría en su origen étnico – fundamentalmente árabes de segunda o tercera generación en Europa – y la disponibilidad de la narrativa mesiánica que ofrece el Daesh.

Daesh persigue crear un califato, que es un mito arraigado en la tradición islámica, pero la muerte -la de los otros y la propia- que persiguen los yihadistas europeos, no forma parte del imaginario tradicional islámico digan lo que digan los “islamólogos” de tertulia que repiten sin cesar nociones absurdas como lo de que el Islam es intrínsecamente violento, basadas en citas literales del Corán sacadas de contexto; lo que también es posible hacer sin problema con el Viejo Testamento e incluso con partes del nuevo. ¿O no dijo Jesucristo, según Mateo, que quien a hierro mata a hierro muere? Que lo hiciera para conminar a uno a que guardara la espada no es óbice para que muchos predicadores cristianos lo utilicen en sentido contrario olvidando también lo de poner la otra mejilla.

Entiéndaseme bien de nuevo: en absoluto estoy relativizando la gravedad del problema ni desviando la responsabilidad de los yihadistas hacia nuestras sociedades por no haber sabido integrar a grandes capas de la inmigración árabe. O por la política occidental en Oriente Medio. Es evidente que la invasión de Irak en 2004 sin cobertura del Consejo de Seguridad de la ONU fue un error monumental que acabó degenerando en la creación del Daesh por los antiguos servicios de seguridad de Sadam Husein. Y que la prolongación de la ocupación de Palestina durante casi 5 décadas no ayuda. Como tampoco que gran parte de los inmigrantes árabes y/o musulmanes de segunda y tercera generación en Europa encuentren enormes dificultades para ser tratados como ciudadanos de primera en Francia, Reino Unido o Alemania. Estos factores explican pero no excusan la deriva nihilista y asesina, como demuestra el hecho de que la inmensa mayoría de los árabes y/o musulamanes jóvenes que viven en los países citados no abracen la violencia y traten de conducir sus vidas de forma constructiva pese a las dificultades.

De lo que hablo es de fijar bien el objetivo contra el que hay que luchar. Los barbudos con chilaba y las mujeres con burka no deben tienen difícil encaje en una sociedad libre y democrática pero no son un problema de seguridad: no son los que se lanzan a matar a sus vecinos por mucho que puedan despreciarlos por beber alcohol o vestir minifalda y pudieran apoyar que se les aplicara estrictamente la Sharia para castigar sus pecados si tuvieran ocasión.

Pero nuestras fuerzas de seguridad y, sobre todo, los servicios de inteligencia deben centrarse en los jóvenes cuya trayectoria vital se parece a la de los que atentan, lo cual es una buena noticia porque son muchísimos menos. Cerrar mezquitas radicales o implantar imanes moderados – como ha hecho España de la mano de Marruecos – es positivo pero no va a acabar con los yihadistas.

Diga lo que diga Antonio Elorza, la pulsión yihadista de los lobos solitarios perderá mucha fuerza cuando Daesh pierda definitivamente Mosul en Irak y Raqa en Siria porque desaparecerá el imán que proporciona la narrativa que ofrece la madre de todas las soluciones a los inadaptados. Y también la maquinaria que puso en marcha los ataques de París y Bruselas, mucho más letales. Y aunque llevará tiempo, los lobos solitarios yihadistas irán desapareciendo como lo hicieron los terroristas anarquistas del Siglo XIX, por ejemplo, o los varios miles de jóvenes europeos que en los años setenta se integraron en movimientos terroristas de extrema izquierda como las Brigadas Rojas italianas o la Baader-Meinhof.

Entretanto no nos queda otra que mantener el tipo y la serenidad, reforzar sustancialmente las capacidades de inteligencia afinando bien el tiro y redoblar los esfuerzos para contener las peores pulsiones xenófobas que afloran en nuestras sociedades, entre otras cosas para no hacer imposible lo verdaderamente urgente que es intensificar la cooperación con el grueso de las comunidades árabes y/o islámicas que habitan en nuestros países para derrotar al enemigo común.

11 comentarios en “London again

  1. Para que abundar. Mientras este discurso siga prevaleciendo entre las élites políticas y mediáticas europeas, no hay nada que hacer.
    Decir que «lo verdaderamente urgente que es intensificar la cooperación con el grueso de las comunidades árabes y/o islámicas que habitan en nuestros países para derrotar al enemigo común», suena a broma. ¡Ójala existieran esas «comunidades árabes y/o islámicas» queriendo coorperar para derrotar a ese enemigo que -mal que le pese a LBNL- anidan en su seno!

  2. Eso que vende Oliver Roy (como algunos otros que viven de su «islamología») de que los terroristas islámicos de hoy no son muy distintos a los de izquierdas de los años setenta o de los anarquistas de finales del XIX y que se trata, simplemente, de una «revuelta generacional» para la que el salafismo es sólo una percha circunstancial d ela que colgar, no se lo cree ni él.
    Y hacen como se creen tal comparación quienes -como nuestro LBNL- necesitan esa ilusión porque temen, más que nada, enfrentarse a la cruda verdad.

  3. En cualquier caso, si es circunstancial la apariencia islamista de lo que no es nada más que radicalismo como el de los nihilistas del XIX, los anarquiestas, los fascistas de los años treinta o los neocomunistas de los sesenta (dejemos lo de los jovenes americanos amigos de tiroterar a sus semejnates que eso ya chirría mucho), lo que no se entiende es que se eluda combatir la ideología a la que se acogen como se hizo con aquellas ideologías a las que se acogieron sus precedentes históricos. Eso es lo llamativo en la inhibición europea, que invocando antecedentes para relativizar el problema (y desviar la atención sobre su origen), se actué en sentido bien disttino a como se hizo con aquellos. Es lo mismo que con las absurdas comparaciones anacróncias con el pasado criminal del cristianismo: serían muy interesantes si no fuera porque así como aquello se superó por un combate ilustrado, largo y perseverante contra la Iglesia y su poder, ahora nos venden que lo último que hay que hacer es nombrar a la bicha, al islam. Así nos va.

  4. Muchas gracias a LBNL por este artículo que analiza en profundidad las causas actuales del terrorismo yihadista. No creo, como replica Javier, que el articulista equipare a los anarquistas del XIX, por ejemplo, con una revuelta generacional (en palabras de Javier) porque ni lo hace ni lo fueron. A mi me parece una interesante comparación, teniendo en cuenta todas las diferencias de por medio. En cualquier caso, no puedo estar más de acuerdo con LBNL en que la solución del problema pasa por combatir el Daes en Mosoul y Siria, así como en estrechar los lazos con las comunidades islámicas en Europa para que sean estas las que también lo combatan. ¿Es que se cree Javier que las comunidades islámicas en nuestros países quieren dinamitarnos? Eso sí que es una falacia

  5. En las tertulias , hoy, se está criticando a Trimp Tramp Trump por la ventas de armas a Arabia Saudí diciendo que este pais srabe es la cuna del terrorismo islamista…pero nadie habla de que Egipto, Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Bahrein, Yemen, Libia y Maldivas rompen relaciones con Catar por «apoyar el terrorismo»
    El Ministerio de Exteriores catarí considera «injustificada» la decisión
    Lean ests noricia en este enlace
    http://www.elperiodico.com/es/noticias/internacional/crisis-qatar-egipto-arabia-saudi-emiratos-arabes-bahrein-6083992

    Que está pasando?…

  6. Bastante de acuerdo con lo comentado aquí , por el acierto del enfoque y la relevancia de la narrativa mesiánica como factor desencadenador de proyecto homicida entre personas particulares, aquí denominados inadaptados.

    La comparativa con el terrorismo germano de los años 1970 me parece acertado, con el de los años de plomo en Italia hasta cierto punto y con el anarquismo del XIX más discutible, pues actuaba en una sociedades mucho más violentas que las actuales.

  7. Escribe Melinda: “No creo, como replica Javier, que el articulista equipare a los anarquistas del XIX, por ejemplo, con una revuelta generacional (en palabras de Javier) porque ni lo hace ni lo fueron».

    Yo me he referido a “eso que vende Oliver Roy de que los terroristas islámicos de hoy no son muy distintos a los de izquierdas de los años setenta o de los anarquistas de finales del XIX y que se trata, simplemente, de una “revuelta generacional”, etc…”.

    Y eso es lo que dice Olivier Roy, del que LBNL aporta tres referencias recientes.

    – Una, de La Vanguardia:

    “(…)Para Roy, los terroristas islámicos de hoy no son muy distintos a los de izquierdas de los años setenta, los anarquistas de finales del XIX. Una revuelta generacional que encuentra en el salafismo un marco ideal. “Estamos ante una revuelta generacional y nihilista”, afirma en el Instituto Universitario Europeo de Florencia (…)”.

    – Otra de Deutsche Welle:

    “(…) El sociólogo francés fue aún más allá, llegando a incluir el yihadismo dentro de la cultura pop: «Soy yihadista, ergo soy un héroe (…) ¿Qué otra cosa puede movilizar a la juventud? Están el movimiento Occupy y el ecologista, pero los jóvenes de los suburbios no se pueden conectar con todo esto, es muy teórico», argumentó Roy (…9”.

    Y otra, de The Guardian:
    “(…) contemporary jihadism, at least in the west – as well as in the Maghreb and in Turkey – is a youth movement that is not only constructed independently of parental religion and culture, but is also rooted in wider youth culture. This aspect of modern-day jihadism is fundamental. Wherever such generational hatred occurs, it also takes the form of cultural iconoclasm.(…)”.
    En fin, yo creo que he interpretado bien lo que quería explicarnos LBNL, aludiendo a la teopría de Olivier Roy.
    Pero si no es así, pues nada, pelillos a la mar…

    Me pregunta Melina si yo creo que las comunidades islámicas nos quieren dinamitar. Estoy seguro de que, en su conjunto, no es esa su intención y que bastante tienen con sobrevivir. pero de lo que estoy más seguro aún es de que que no quieren sobre todo es «dinamitar» a los yihadistas ni segarles la hierba bajo suspires (las, deligitimarlos saneando/renovando su religión). Y ese es el problema. No lo harán mientras no sean presionados. Y no serán presionados mientras no asumamos que ahí, en ese caldo de cultivo de una ideología retrógrada, está una de las raíces del problema.

  8. Javier, este es un lugar de debate así que le respondo pese a tener pocas esperanzas de poder no ya convencerle sino simplemente hacerme entender porque o no ha leído lo que he escrito o ha entendido que confirma lo que usted temía.
    Primero: Existen esas comunidades árabo-musulmanas que denuncian a los más chalados de los «suyos». Usted dice que no y yo aporto pruebas: uno de los 3 de Londres fue denunciado, varias veces, por su gente http://www.dailymail.co.uk/news/article-4572568/Jihadi-Arsenal-shirt-married-father-Khuram-Butt.html.
    El de Manchester tres cuartos de lo mismo.
    La inmensa mayoría de la gente es gente de bien, también los de piel oscura y credos foráneos, y además no quieren que maten en su nombre, les creen problemas y desacrediten sus legítimas creencias. ¿En qué se basa para sostener una supuesta complicidad masiva de los millones de árabo-musulmanes en Europa con Daesh o Al Qaeda????

  9. Su segundo post es faltón: «Eso que vende Oliver Roy (como algunos otros que viven de su “islamología”) de que los terroristas islámicos de hoy no son muy distintos a los de izquierdas de los años setenta o de los anarquistas de finales del XIX y que se trata, simplemente, de una “revuelta generacional” para la que el salafismo es sólo una percha circunstancial d ela que colgar, no se lo cree ni él.
    Y hacen como se creen tal comparación quienes -como nuestro LBNL- necesitan esa ilusión porque temen, más que nada, enfrentarse a la cruda verdad.»
    Opinión, ideología, cero datos. Vende? Vive de su islamogía? Tiene Roy un interés particular en el asunto? Ah, vive de ello. Claro, como cualquiera que se dedica al estudio profesional de algo. Diga que no está de acuerdo pero a que viene eso de que no se lo cree ni él. En un bar vale pero aquí hace falta algo más de base.
    Y no entro en eso de que prefiero creer en milongas que enfrentarme a la cruda verdad pero por favor, dejemos los argumentos ad personam.

  10. En cuanto al tercero, no creo que Roy afirme que lo de los yihadistas es idéntico a los otros fenómenos violentos. Simplemente se limita a señalar que ha habido casos parecidos en la historia. Y le recuerdo que la CNT es un partido legal, y bien que así sea, como lo es el Partido Comunista, o partidos leninistas. Es decir, se combate la ideología subyacente a los movimientos terroristas de extrema izquierda en el campo de las ideas y por los hechos, y se combate a los terroristas con la ley, vengan de donde vengan.
    En mi artículo digo que me parece absolutamente imperativo combatir el salafismo, porque es nocivo y tiene difícil encaje, por decirlo suavemente, con la democracia y la libertad. Pero argumento que es otro combate, quizás más importante a largo plazo pero mucho menos urgente que el de anular la amenaza terrorista yihadista. No hay ni un ápice de buenismo ni de progresismo en tratar de identificar correctamente la amenaza para hacerle frente más eficazmente. De ahí que me temo que me haya leído con la coraza ideológica puesta y haya percibido que digo cosas que no digo.
    Y por cierto, Usted qué propone? Echar a todos los moros? Prohibir el islam? Si fuera así, le veo muy en la línea Trump, Putin, Orban, Jamenei y Netanyahu, que está muy en boga, ciertamente, pero consigue pésimos resultados.

  11. « Me pregunta Melina si yo creo que las comunidades islámicas nos quieren dinamitar. Estoy seguro de que, en su conjunto, no es esa su intención y que bastante tienen con sobrevivir. pero de lo que estoy más seguro aún es de que que no quieren sobre todo es “dinamitar” a los yihadistas ni segarles la hierba bajo suspires (las, deligitimarlos saneando/renovando su religión). Y ese es el problema. No lo harán mientras no sean presionados. Y no serán presionados mientras no asumamos que ahí, en ese caldo de cultivo de una ideología retrógrada, está una de las raíces del problema.»
    Bien , eso es lo que afirma Javier y eso es , en mi opinión , lo esencial , de modo que sí propone una dirección para encontrar soluciones que atemperen la acción fanatica de una religión cuyos textos redundan en expresiones de indudable sabor ” fanatico » , algunos de cuyos ejemplos traigo aquí , y que con toda probabilidad forman parte del bagaje de un
    Yihadista capaz de inmolarse bajo su influencia:

    Corán 2:191 – Matadles dondequiera que se encuentren.
    Corán 3:28 – Que los creyentes no tomen por amigos a los incrédulos.
    Corán 3:85 – Cualquier otra religión aparte del islam no es aceptable.
    Corán 5:33 – Mutilen y crucifiquen a los infieles si ellos critican el islam.
    Corán 8:12 – Terroricen y decapiten a aquellos que crean en Escrituras además del Corán.
    Corán 8:60 – Los musulmanes deben reunir todas las armas para aterrorizar a los infieles.
    Corán 8:65 – Los no creyentes son estúpidos, inciten a los musulmanes a pelear contra ellos.
    Corán 9:5 – Cuando surja la oportunidad, mata a los infieles dondequiera que los encuentres.
    Corán 9:123 – Combatid a los infieles que estén cerca de vosotros.
    Corán 47:4 – No ansíen la paz con los infieles; decapítenlos cuando los atrapen.

    Estoy convencido que los distintos departamentos gubernamentales concernidos en la lucha antiterrorista dedican cuantiosos medios para explicar y combatir simultaneamente con la mayor eficacia los espasmos terroristas de los últimos tiempos. Son varias las respuestas que se han señalado en este foro pero ninguna supera en calidad la descrita por Javier ( aunque aprecio la crítica de LBNL por su ataque ad personan , totalmente injustificado )
    En el plano estrictamente militar creo que el estado unitario con mando integrado es mucho más eficaz y operativo que los comunitarismos en boga , las autonomías de cuerpos especiales , y cualquier situación que promueva la retención de información a un mando unificado.
    Las expresiones que acentúan situaciones económicas desfavorables no tienen en cuenta, que aún siendo verdad la expulsión del sistema de producción y consumo de masas de jóvenes hacia guettos de nuevo tipo , muchos de los inspiradores de la jhidad son o han sido personas acomodadas.
    De modo que el resorte esencial de esa lucha miserable , ciega y medieval es metafísico.

Deja una respuesta