Los partidos políticos en España

LBNL

Asumo que la mayoría de Vds. habrá al menos oído hablar del artículo de César Molinas el domingo pasado en El País, que figuraba ayer en primer lugar de los más leídos en elpais.com y que versaba sobre las limitaciones de nuestro sistema político y la necesidad imperativa de cambiar la ley electoral para empezar a ponerles coto. Más allá de su pomposo título (“Una teoría de la política española”) y de la repetición de muchos de los argumentos, Molinas acierta: nuestra democracia no podrá progresar demasiado mientras nuestros partidos políticos sigan mostrando las deficiencias estructurales que padecen actualmente.

Conozco de primera mano el funcionamiento orgánico del PSOE y, de segunda, el del PP, ambos igualmente deleznables y completamente ineficaces en términos de fomentar el progreso de los militantes más cualificados, bien sea en función de sus conocimientos y títulos, bien por su brillantez a la hora de responder a las demandas de la sociedad. Al contrario, al nivel más bajo, los dirigentes locales se esfuerzan en acumular méritos no de cara a los electores sino a los dirigentes superiores, que son quiénes pueden proponer su inclusión en una lista electoral cerrada con independencia total de sus méritos y cualificaciones profesionales, personales y políticas, en el sentido más amplio del término, es decir, su capacidad de conectar con el electorado.

El electorado se ve así obligado a optar entre listas de diferentes partidos en las que no conoce a ninguno de sus integrantes, con excepción de quien encabeza la lista y quizás, alguno más de los incluidos en ella. Y así tenemos los diputados, diputados autonómicos y concejales que tenemos.

El problema se agrava cuando, como es el caso, el sectarismo partidista se extiende a miles de organismos públicos y semi-públicos cuya creación y utilidad es decidida en exclusiva por quienes gobiernan, sin necesidad de argumentarla en sede parlamentaria, convirtiéndose los partidos políticos dominantes – PP y PSOE a escala nacional, CiU y PNV a escala autonómica – en maquinarias generadoras de empleo para sus acólitos, generalmente mejor remunerado que en la administración puramente pública, o en el sector privado a igualdad de méritos profesionales. De tal manera que la amplia derrota del PSOE en las últimas elecciones autonómicas y locales dejó sin salario a unos 3.000 «liberados» del partido, que hasta ese momento vivían a cuenta del erario público. Nada que objetar si su salario hubiera resultado de una elección popular individualizada, o a través de listas abiertas, pero no era el caso.

Para acabar de agravar la situación, la dominación partidista se extiende a más escalones de la administración de lo que lo hace en otros países de nuestro entorno, como acertadamente denunciaba Carles Casajuana en otro artículo reciente de El País. Sería contrario a la democracia exigir un mínimo de cualificaciones profesionales a nuestros gobernantes pero, desde luego, sí cabe exigir que las ostenten quienes tienen que desempeñar funciones puramente técnicas. No es el caso. Gana las elecciones el PP y cambia de arriba a abajo la cúpula policial, así como más de cien embajadores que hasta ese momento venían representando a España – al Estado, no al Gobierno – frente a los países amigos. Y cambian también el responsable de la protección civil y el que se ocupa de las reservas petrolíferas, por poner sólo dos ejemplos en los que la alternancia política en el Gobierno no debería tener ninguna incidencia.

No estoy necesariamente de acuerdo con la recomendación de Molinas a favor de un sistema electoral como el británico, en el que cada circunscripción (más reducidas que las provinciales actuales) elige a uno solo de entre los candidatos, de manera que haya un conocimiento y una conexión directa entre los electores y su representante. Tiene muchas ventajas pero también inconvenientes, como también presentan pros y contras otros sistemas electorales que conozco como el norteamericano o el israelí (primarias antes de cualquier elección). Pero es a mi juicio evidente que nuestro sistema electoral hace aguas.

La solución más práctica sería instaurar las listas abiertas pero, como sabe cualquiera que haya ejercido de apoderado electoral, son legión quienes no entienden bien cómo votar al Senado, sin incluir a los no manifiestan su falta de entendimiento del sistema a base de votar a todos los candidatos de su partido de preferencia.

No tengo clara la solución y no me duelen prendas en reconocerlo porque, como en tantos otros ámbitos de nuestra vida pública, lo apropiado sería que estudiaran la solución un grupo de expertos electorales, elegidos en función de su competencia profesional y no de su mayor o menor afinidad ideológica con los encargados de nombrarlos.

Por el momento, todo ello es ciencia ficción en España y, lamentablemente, no veo ninguna perspectiva de que pueda cambiar.

Pero permítanme soñar. Se imaginan un país en el que para ser Ministro o Secretario de Estado (central o autonómico) fuera imprescindible haber sido elegido por el pueblo, en el que los funcionarios no vieran afectado su desempeño profesional por los vaivenes democráticos, en el que los jueces ascendieran en función de su competencia profesional, en el que los Embajadores tuvieran que pasar un examen parlamentario antes de ser nombrados, en el que quien dirigiera el CSIC fuera elegido por los científicos e investigadores a quien va a dirigir… Se lo imaginan? Afortunadamente hay muchos en los que al menos algunos de estos deseos son realidades cotidianas. Y, curiosamente, generan menos aeropuertos sin aviones y autoridades que sonrojan a propios y extraños cuando les toca expresarse con un micrófono delante.

Pero en fin, así nos va y parece que nos seguirá yendo. Y mientras tanto, cada vez más gente aborrece la democracia y se apunta al «todos son iguales» que, por más que no sea cierto, cada vez es más válido.

PD: No dejen de apreciar la ironía de Jose Ignacio Torreblanca en su última dosis del café Steiner, también de El País, donde compara la obsesión de los representantes de la Troika con la flexibilización de las condiciones laborales cualquier país que visitan y las suyas propias.

10 comentarios en “Los partidos políticos en España

  1. El enorme desempleo que este pais padece es la resultante de muchos años permitiendo y fomentando que se puede ganar uno la vida en muchos sectores de actividad, no solo sin ser mínimamente productivo, sino incluso sin dar un palo al agua. A nivel funcionarial, así como tambien político y partidario y en los que la creación y mantenimiento de puestos de trabajo responde aún menos a criterios de resultados, estamos en las mismas, o aún peor. Hay mucho parásito icompetente en puestos de gestión y lo aceptamos. O se genera un sistema que permita aupar a la gestión política a gente capaz, o será el hambre la que termine agudizando la inteligencia del pueblo como paso inicial en un proceso de cambio de la gestión política, más traumático en ese caso, como vía de solución en favor de una mayor eficacia. Esperemos que no se tarde mucho en comprenderlo por quienes hoy tienen esa obligación de hacerlo.

  2. Hola LBNL, muchas gracias, me ha gustado mucho tu artículo. Está todo hecho de mala manera, abundando los mediocres y los jetas q encima son los que manejan nuestros deberes y nuestros derechos. Aún está por ver qué pasa con los derechos y deberes de dichos manipuladores y quien es responsable de que lo cumplan… Nadie???

    No hay que soñar, hay que exigir!!

    Dice Fernando que a ver si se dan cuenta…. ¿quizas es que los mediocres, los jetas y los corruptos todavía no saben que lo son? O no saben que no pueden ni deben estar ahi? Teniendo en cuenta que Camps da clases de ética en la política… En fin.

    Saludos!

  3. Toro de la Vega hoy… esa gente sí que es cutre y mediocre y tremendamente cortitos. Y son la vergüenza de España.

  4. Lo que más me gustó del artículo de Cesar Molinas ffue el título.

    Al menos tiene el detalle de llamar al articulo «Una teoria de.. » y no «La verdad sobre..», lo cual resulta muy de agredecer en estos tiempos propensos al iluminismo.

    Como perlas en un sarta, escoge los argumentos que le convienen, , dandole la forma que le encaja para justificar la oh novedosa idea, de que la culpa de todo lo tienen «los politicos», asi, en abstracto. No me parece nada revolucionario, provocador si, pero que aporte una optica distinta, no.

    Es lo que dicen tambien los taxistas, de forma menos pinturera, o lo que se oye en cualquier cafeteria a grito pelado.Es lo que corra por las redes en forma de aquel bulo de que en España habia 450.000 politicos, o a la manera de artículos apocrifos de Sanpedro. Es lo que pasa desde la Atenas democrática, donde cualquier lider político en un tiempo complicado era, poco tiempo despues condenado a abandonar la ciudad mediante la oportuna votación de ostracismo.

    La sugerencia de soluciones simples a problemáticas complejas no es nada innovador, ni brillante, es simplemente sencillo, seductor y también completamente falaz, porque el artículo de Molinas no habla de las imperfecciones del sistema electoral presente, sino que encuadra la cusa ultima de la crisis presente, ni mas ni menos, que sobre dicho sistema y sus presuntos efectos perniciosos que provocan todos los males que ahora sufrimos. Un poco fuerte.

    La supuesta benevolencia del sistema mayoritario es de una candidez sorprendente. Todos los sistemas de elección tienen ventajas y desventajas. Desde luego el mayoritario tiene dos enorme, la representatividad es mucho menor y esa supuesta «responsaibilidad ante los electores» no tarda en transformarse en puro populismo localista y en puro «bringing home the bacon» que llaman los anglosajones, es decir, conseguir que el gobierno gaste en tu circunscripcion más que en la del vecino. O sea, el malevolo sistema autonómico de baronías multiplicado por x circunscripciones electorales. Si el problema es la generación de castas politicas, ahi tenemos los ejemplos de USA y Reino Unido, dos partidos unicos que se quedan con todo y donde es imposible meter una cuña nueva.

    Gestionar las democracias, donde las opiniones y las impresiones son variopintas, desde luego no es una tarea sencilla. Asignar recursos escasos a necesidades multiples e infinitas tampoco. Navegar entre las necesidades individuales del dia a dia y los principiosde largo plazo, a veces contradictorios, de mucha gente ,ofrece tantas realidades alternativas que en gran parte de ocasiones no queda otra salida que el compromiso. Compromiso con otras visiones y compromiso tambien con los recursos disponibles. A mi modo de ver, de igual manera que el mecanismo de mercado libre se ha demostrado una y otra vez que, en su aplicación a la realidad, no tiene por que generar soluciones de equilibrio beneficiosas, fiarnos de que con una mayor exposición al electorado, meramente por ello se van a obtener lideres mejores, mas capacidtados mas éticos y mejores en todo, es más expresión de un deseo que otra cosa. Sea mediante listas abiertas, cerradas o mayoritarias, seguira habiendo Giles, Camps, Hormaecheas y Tea parties, porque el que tus conciudadanos te elijan no es más que un mecanismo justo, pero no una garantia de valia.

    Por ultimo, y aunque sea jugar un poco sucio, Cesar Molinas, ha hecho gran parte de su carrera no en el entramado de la administración o el gobierno local, regional o nacional, sino en la banca de inversión. Si, en la banca de inversión, y se echa de menos una mención en esta enmienda a la totalidad a la responsabilidad que en la situación de hoy tienen los grandes poderes empresarialesy financieros (en lo de la captura de rentas o el fomento de soluciones que sirven a los propios intereses) o las élites intelectuales del pensamiento económico (en aquello de lo de crear castas cerradas donde nunca entra en aire fresco).

    Ni el sistema electoral mayoritario soluciona nada per se, ni el presente es tan malo, ni la mayoria de los politicos o relacionados con la politica son incompetentes o corruptos o venales. Nada sensato puede partir de una punto de salida insensato, como poner por sistema y bajo sospecha a todo lo relacionado con lo publico, la administración pública o la representación política, Es viciar de salida todo el análisis. Ninguna organización, ningún colectivo ni ninguna estructura puede sobrevivir bajo unas premisas iniciales que pongan en cuestión por defecto la capacidad o etica de las personas que las ocupan. Imaginemonos que pasaria con la educación, la sanidad, la policia , la justicia, el ejercito o cualquier empresa privada si se partiera de la base de «tu estas aqui porque no vales para otra cosa, con el unico proposito de forrarte y porque has hecho la pelota a la gente apropiada en lugar de mostrar las x capacidades que yo, en este momento considero relevantes». No sobreviven ni los maestros ni los jefes de proyecto.

    Como dice LBNL yo tampoco conozco el mejor sistema, pero si me parece intuir que ciertas patrones analíticos bastante viciados deberian descartarse.

  5. Yo estoy aqui en mi casa viendo por la tele catalana ,la impresionante manifestacion por la Independencia de Catalunya que esta colapsando el centro de Barcelona.
    ¡Impresionante!.

    Viendo esta manifestacion de su deseo nacional ,uno se pregunta si la entrevista que dio ayer el presidente del Gobierno une a los españoles en un proyecto comun….mas bien ,todo lo contrario.
    La displicencia con la que hablo Rajoyibus Lecter «El Displicente» sobre las reivindicaciones historicas del pueblo catalan ,demostraron a todas luces que el presidente de todos los tontos de los cojones ,tiene su cabeza llena de serrin o un inmenso vacio.

    http://www.youtube.com/watch?v=HRDFXOS6r7U

    ¡¡¡Visça Catalunya LLiure!!…..JAJAJA….que nervios.

    ¡¡¡Pratxi andestás!!!…..jeje.

  6. La Gaceta:
    Críticas al dinero que recauda Cataluña
    El lema ‘Cataluña es España’ es trending topic en Twitter46 comentariosI.C. DE VALLDAURA
    «Si Cataluña no es España, el Barça fuera de la liga española» o «si no quieren ver toros por TVE que se vayan a Noruega» son algunos de los mensajes que recorren la red social.
    ….
    JAJAJA….que nervios.

  7. El más obvio defecto del artículo de Cesar Molinas, es llamar a su escrito «Teoría». Señala varios defectos del sistema político español y opina que tienen una solución común. Obviamente se refieren a distintos ámbitos de los problemas de un país por lo que no hay tal teoría. Y por eso cae en la estupida idea de que un sistema mayoritario solucionaría todo ello. Como escribe en su comentario Roselló, «La sugerencia de soluciones simples a problemáticas complejas no es nada innovador, ni brillante, es simplemente sencillo, seductor y también completamente falaz,» Llamar a su escrito una teoría solo se entiende en una persona muy engolada. Su nombre de César se le ha subido a la cabeza. El autor no ha estudiado Ciencias Políticas, es un economista pero invade el campo político como si fuera un experto. Se percibe un exceso de autosuficiencia.
    Vuelvo a un lugar común: Cada país tiene el gobierno que se merece. Es evidente que cuanto mayor sea el nivel educativo de sus ciudadanos, mas facilmente se llegaría a un gobierno genuinamente democrático, es decir sin todos los defectos que tanto LBNL como el Molinas señalan. Pero también es obvio que el nivel de renta per cápita influye muchísimo en la virtud de los que se dedican a la política. En la España del siglo XIX, los 2 partidos políticos mayoritarios se repartían el poder de forma absoluta. Es decir, cada vez que uno ganaba las elecciones la sustitución de funcionarios alcanzaba a todas las escalas. De modo que se admitía en el lenguaje la profesión de «cesante» para aquellas personas que se consideraban como profesionales del Estado pero que era del partido que había perdido las últimas elecciones. Poco a poco fue calando la idea de que el sistema era absurdo, ya que para puestos de carácte técnico no tenía sentido que se cambiasen cada dos por tres. Se inventó entonces el sistema de oposiciones como la mejor manera de evitar que un técnico esté sometido al vaivén de las elecciones. El sistema de oposiciones permitió al régimen de Franco presumir de que no eran necesarios los partidos políticos. La realidad es que los puestos importantes se repartían según el ideario político. Falangistas, católicos integristas de la ACNP, miembros del Opus Dei, católicos democrata cristianos. Siempre, además, un representante de Cataluña. Del País Vasco no hacía falta porque siempre formaban parte de los anteriores grupos mencionados. Es decir, que ni siquiera en una dictadura se puede hacer un gobierno de los técnicos mas capaces. No olvidemos que esta era la aspiración de Platón. Pero cuando quiso llevarla a la práctica en una isla dominada por un dictador la cosa acabó muy mal. Los partidos políticos tienen que recompensar a sus miembros con puestos y cuantos más puestos sean para fieles al partido, más entusiastas tendrán gritando los eslóganes y blandiendo banderas en los periódos electorales.

  8. A ver. El mejor ejemplo de meritocracia es Singapur, dictablanda de partido único en el que sólo progresan y gobiernan los más eficaces. A cambio, no hay libertades. Ya decía yo que antes va la democracia que la capacitación profesional. Y sí, no tengo problema con los Giles y demás populistas cuando el sistema legal funciona y les para los pies. El problema de Gil no fuera que los marbellíes le votaran sino que la Junta y los jueces no fueran capaces de impedir que construyera 50.000 viviendas ilegales antes de que pudieran ser declaradas como tales.
    Pero sí, traté de expresar que el sistema electoral no es la panacea pero que, en nuestro caso, es parte del problema. Una parte sustancial del mismo. Y por supuesto, de acuerdo con Magallanes en que, al final, las normas no pueden solucionar los vicios de la sociedad a la que se aplican. Si la sociedad es una mierda, ni las mejoras normas la harán funcionar bien. Pero las cosas no son blancas o negras. Nuestra sociedad es francamente mejorable pero su clase política está por debajo del nivel de la sociedad y debería estar por encima. Las listas abiertas o las primarias por ley, supondrían un gran avance.

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