Más y mejores

MCEC

Creo recordar que eso fue lo que dijo el hijo de Tomás y Valiente al término de otra masiva manifestación contra ETA en Madrid: somos más y mejores. Pues bien, centenares de miles de ciudadanos hemos salido a la calle hoy en Madrid, Bilbao, Pamplona y otras capitales para subrayar nuestra oposición frontal a ETA y su sinrazón. Y de paso hemos demostrado que somos muchos más y mucho mejores que los radicales que utilizan el terrorismo con fines políticos, tanto si son de Batasuna como del PP, hoy unidos por su exclusión voluntaria de la ciudadanía demócrata.

Se suponía que ETA quería dejar las armas y ceder el protagonismo político a Batasuna. Falso. Ni ETA ha madurado lo suficiente ni Batasuna ha desarrollado el coraje necesario para dialogar en libertad, sin la ayuda del primo armado de zumosol. Caiga sobre ellos, pues, todo el peso de la ley, para que paguen el daño hecho y para que tengan el tiempo a la sombra necesario para volver a la realidad del Siglo XXI, de la globalización, de la democracia y de la libertad, en fin.

Pero se suponía también que la lucha democrática contra ETA era una prioridad fundamental del Partido Popular. Falso también. Su ausencia voluntaria de las manifestaciones de hoy demuestra que para el PP el terrorismo de ETA es, antes que nada, un instrumento para desgastar al PSOE y llegar al Gobierno. Los ocho años de gobierno Aznar y su lucha frontal contra ETA nos habían conducido a olvidar la política de acoso y derribo del Gobierno felipista, incluida la utilización torticera, demagógica y sobre todo irresponsable del affaire GAL, que preconizó el PP durante el periodo 93-96. Pero no. El PP hoy ha demostrado que le tiene más inquina al gobierno socialista que a ETA, que su objetivo es antes desgastar al Gobierno que protestar contra los asesinatos de ETA. Y lo habrían hecho igual si los dos asesinados hubieran sido españoles de pleno derecho.

Lo tienen muy claro. Tanto ETAsuna como el PP: el enemigo es el Gobierno constitucional y democrático de España. Los primeros militan y los segundos utilizan la violencia terrorista con el mismo fin: conseguir réditos políticos. Los asesinos de ETA y sus cobardes cómplices de Batasuna matan para que el Estado haga concesiones. El PP no mata, faltaría menos, pero se sirve la violencia de aquellos para desgastar al Partido Socialista. La diferencia entre matar y aprovecharse del asesinato ajeno es grande. Y al mismo tiempo pequeña cuando al otro lado de la raya se sitúan los que no ni matan ni jamás han dudado en apoyar a los que se defienden de los asesinos. El PP ha apoyado activamente hasta cinco manifestaciones contra el terrorismo desde que Zapatero es Presidente del Gobierno. Cinco manifestaciones que se han caracterizado porque ETA no mataba y porque los lemas y los cánticos coreados se dirigían sobre todo contra el Gobierno. Desgraciadamente ETA ha vuelto a matar. Cabe criticar a Zapatero por su política antiterrorista. Cabe exigir que se aprenda de la experiencia. Caben muchas cosas. Pero lo que no cabe en un partido político con vocación de volver a gobernar un Estado constitucional y democrático como España, es que se posicione junto a ETAsuna contra el Gobierno.Porque eso es lo que han hecho hoy, sólo dos semanas después de que ETA asesinara a dos personas. En la calle esta tarde estábamos todos los hombres (y vascas, que diría el Lehendakari) de bien, excepto ETAsuna y el PP. Pero hasta el ínclito Ibarretxe fue capaz de rectificar, dejando atrás su pasado “Lizarreño��?, situándose claramente en el lado de los buenos, de los legales, de los pacíficos, de los demócratas. El PP no, lamentablemente.

Mariano Rajoy ha demostrado hoy que no merece ser Presidente del Gobierno jamás por carecer del sentido de Estado que si tienen personajes de la derecha tan oscuros como Fraga. Lo peor de lo peor es que, una vez claro, afortunadamente, que los patéticos Acebes y Zaplana no están llamados sustituirle, ninguna de las dos grandes esperanzas blancas del PP, ni Ruiz Gallardón ni Esperanza Aguirre, han sido capaces tampoco de encabezar la manifestación de Madrid, la ciudad que más atentados de ETA ha sufrido y que ha vuelto a sufrir un ataque brutal y sangriento, demostrando con su lacerante ausencia que no son Alcalde y Presidenta Autonómica de todos sus conciudadanos. Ni siquiera de todos sus votantes, muchos de los cuales seguro que habrían preferido que encabezaran la rebelión ciudadana contra ETA. Lo cual es una buena noticia para las expectativas electorales de Miguel Sebastián y Rafael Simancas. Pero es una pésima noticia para el resto de los españoles. Porque salvo en el muy improbable caso de que Zapatero pierda las próximas elecciones generales ante Rajoy, cada vez más discutido en el seno de su partido, uno de los dos será el llamado a ser el líder de la oposición cara a las elecciones generales de 2012. Así que, aviados estamos porque no sólo vamos de culo con esta oposición (como se coreaba hoy en Madrid) sino también con la previsible.

No soy sectario. Tengo muchos amigos (y vascas) del PP. Hace años que dejé de pensar que los de izquierdas éramos éticos y buenos y los de derechas malos y facinerosos. Hace mucho tiempo que aprendí que en la izquierda cabía igualmente la corrupción, el enchufismo, la incompetencia y el sectarismo. Pero señores (y vascas), el Zapatero este, el que intenta vías que ya habían fracasado con ETA, el que reacciona mal y tarde ante el atentado, el que se rodea de incompetentes, el de los lapsus linguae, etc, etc, demostró cuando estaba en la oposición una claridad de principios que ha mantenido incólume desde que ha llegado al poder gracias al voto ciudadano.

Es impensable que los militantes eufóricos del PP le gritaran a su candidato ganador en Génova “No nos falles��? como le exigieron a Zapatero en Ferraz el 14-M. Pues bien, Zapatero no ha fallado en lo esencial. Ni cedió nada a ETA ni hizo nada que no hubieran hecho antes los anteriores Presidentes de Gobierno ante la tesitura de tratar de explotar la debilidad de ETA para acelerar su fin. Quiénes si han fallado esta tarde son otros. Y se llaman Mariano Rajoy, Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón. Que la ciudadanía lo recuerde cuando nos llamen a votar.

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