LBNL
Mañana Pedro Sánchez será investido Presidente del primer gobierno de coalición de nuestra democracia. Él mismo y el PSOE en su conjunto habrían preferido poder formar un gobierno monocolor con mayoría absoluta o, en su defecto, una investidura consentida por los partidos más afines, UP y C´s, a izquierda y derecha, con los que gobernar sobre la base de pactos concretos, en todo caso sin depender de partidos, como ERC, que propugnan la independencia de sus territorios, o de Bildu, de tétrico pasado, para que la investidura salga adelante. Pero la repetición de elecciones no le dio al PSOE los escaños adicionales que buscaba. E hizo imposible una potencial alianza alternativa con C´s, más teórica que real porque de no haberse hundido Rivera dificilmente habría cancelado su absurdo “cordón sanitario” a la “banda de Sánchez”. La otra opción, volver a repetir las elecciones, era todavía peor. Para todos, también para los que menos perdieran, por la creciente desafección ciudadana. Serán pocos por tanto los que afronten la nueva legislatura con euforia. Puede fracasar rápidamente y, de no hacerlo, será en todo caso trabajoso forjar alianzas semana a semana – también con C´s y el PP si lo consienten – para ejecutar el ambicioso programa de gobierno acordado. Pero no hay motivo para la preocupación y mucho menos para la escandalera pretendidamente constitucionalista. El Presidente del gobierno lo ha dejado meridianamente claro durante el fin de semana. No hacía falta. Para empezar, el gobierno no tiene poder para actuar violando la Constitución o ignorándola y el activismo “constitucionalista” del que han dado repetidas muestras nuestros jueces deberían ser suficiente garantía para los temerosos. Pero todavía más importante, el PSOE es el único partido que ha estado desde el principio a favor de la concordia constitucional, apoyando a los gobiernos de UCD y luego del PP cuando hizo falta, frente a los golpistas del 23-F, contra ETA y contra la declaración ilegal de independencia catalana. Siempre. Ojalá pudiera el PP lucir los mismos galones. Así que adelante con determinación y mucha concentración porque el verdadero peligro es que no sepamos hacerlo bien.
Empecemos por lo menos importante: la escandalera. La crítica es por supuesto legítima y respetable. La injuria falsaria no. El PP opta principalmente por lo segundo, vendiendo su defensa de la Constitución y la patria. Cero lecciones. AP votó en contra de la Constitución precisamente por su Título VIII, el Estado autonómico. En aquel entonces la descentralización no era problema pero si lo de las nacionalidades. Ahora eso ya no importa pero lo de la nación de naciones es absolutamente intolerable. Amos anda.
El PP se descolgó del Pacto de Ajuria Enea rompiendo el consenso constitucional contra ETA mucho antes de que Arzalluz e Ibarretxe hicieran lo mismo. El PSOE siempre estuvo ahí. Negociando la Constitución, empeñándose en que fuera suficientemente abierta y progresista. En primera línea contra ETA desde el primer día hasta el último, que consiguió culminar. Sin olvidar el pacto contra el terrorismo que Zapatero firmó con Aznar de Presidente. El PSOE no varió su discurso ni un ápice, gobernando o en la oposición: con violencia, nada; sin violencia, todo es debatible pero que se pueda llegar a acordar deberá tener encaje en la Constitución, pudiendo esta ser modificada si fuera deseable y posible. De acuerdo con los garantistas procedimientos que la misma prevé para su reforma.
Pero el PP acusó a Zapatero vilmente de traicionar a las víctimas y de estar dispuesto a conceder la auto-determinación a ETA. Falso como se ha demostrado. Sánchez no quiere la independencia de Cataluña ni podría concederla aun si quisiera. Lo que quiere el PSOE es mitigar y si es posible resolver el grave conflicto socio-político creado en Cataluña. No solo por la deslealtad y la unilateralidad indepe: también por la falta de respuesta, propuestas y responsabilidad del PP.
La Constitución no permite referendos autonómicos sobre cuestiones que exceden el marco de los respectivos estatutos. Y la experiencia demuestra que lejos de resolver, polarizan las divergencias. Cosa bien distinta es una consulta ciudadana para refrendar un posible pacto alcanzado por sus representantes democráticos. Si se llegara a alcanzar. ERC no lo exige. Solo exige que se constituya la “Mesa” de negociación. Salieron en procesión trifachita contra el ignoto “relator”. Que salgan de nuevo las veces que quieran contra la “Mesa”, de la mano de los obispos si es menester, como contra la ley del matrimonio gay o la ley de plazos para el aborto. La libre expresión es un derecho. Pero no implica tener razón. Aunque se grite el mismo eslogan catastrofista muchas veces.
Nuestro Estado autonómico es asimétrico. Es café para todos pero cada autonomía tiene diferentes leche y azúcar. Navarra gobernada por UPN quería la competencia de tráfico para la policía foral y el PP se avino a transferirla. Pero hacerlo ahora es delito de lesa traición porque no gobiernan ni en Pamplona ni en Madrid. Venga ya.
Ahora a lo importante. La discreción y complicidad mutuas que han primado durante las negociaciones para el pacto de gobierno PSOE-UP son buenos mimbres para un gobierno de coalición coherente. Pero no lo garantizan. Especialmente dada la necesidad de encontrar apoyos adicionales para sacar adelante las propuestas acordadas. Veremos si somos capaces de estar a la altura, con diferencias, incluso públicas dentro de un orden, pero con lealtad mutua.
Es perfectamente posible que la responsabilidad de gobierno haga madurar a UP. Gobernar implica adecuar los deseos a la realidad y los cielos que se pretenden asaltar quedan muy lejos incluso de la poltrona vice-presidencial. Si no es legal, no se puede, y si no hay cómo financiarlo, tampoco. En lo económico priman los límites acordados con Bruselas, en política exterior los acordados con la OTAN. UP tiene mucho margen en los ámbitos que le han correspondido en el reparto de poder. Esperemos que ejecuten lo acordado a su estilo y sean leales con lo que ejecuten los ministros del PSOE en los suyos. Y no torpedeen los esfuerzos por aunar mayorías con fuerzas parlamentarias menos izquierdistas.
La responsabilidad demostrada por ERC en las últimas semanas también es un buen augurio para el futuro. Y la alusión de Rufián a que haría falta un acuerdo apoyado por el 80% de la ciudadanía catalana, también. Son independentistas y republicanos pero también demócratas y no violentos. Y de izquierdas. El tripartito en la Generalitat no fue una catástrofe. Y ahora no están en el gobierno. Facilitan la investidura con su abstención. Y estarán en línea con Podemos para aprobar los Presupuestos.
Todo puede salir bien. Mejor dicho, muy bien. La derecha bien pensante que se dice de centro arguye que la subida del salario mínimo y la derogación de la reforma laboral del PP dispararán la destrucción de empleo. Y el déficit. Y no citan la hiper inflación porque la inflación no revive ni a tiros. A lo peor tienen razón y la política social y económica de izquierdas naufraga. Estrepitosamente. Pero a lo mejor no la tienen y la subida de la fiscalidad a los más ricos y a las empresas – bastante moderada, por cierto – permite repartir mejor las cargas y mejorar la pretendida igualdad de oportunidades. Esperemos. Ahí está Nadia Calviño, al tiempo hija del “esbirro” de Guerra vilipendiado por el PP hasta la saciedad y ahijada de la ortodoxia de Bruselas, para garantizar que la heterodoxia no se desmande.
Es posible – solo posible – que estemos en ciernes de un cambio tan drástico como el del 82. A los más mayores les da miedo, también a los de izquierdas, que sufrieron en sus carnes la dictadura y los miedos de una transición siempre en peligro de ser volteada por los “poderes fácticos”. Hay que cerrar la transferencia de competencias del Estado autonómico y no pasa nada por pasar a llamarlo federal. Al contrario: la esencia del federalismo es lealtad a la federación a cambio de mayor auto-gobierno, que no tiene porqué ser simétrica. ¿O pasa algo porque León se independice de Castilla si realmente lo quiere una mayoría suficiente de leoneses, zamoranos y salmantinos y están dispuestos a sufragar su coste?
¿Y pasa algo por adecuar el gasto social español a la media europea? De la misma manera, dentro del gobierno UP podría entender mejor que la adecuación de las pensiones a la inflación debe ir pareja a la adecuación de la edad de jubilación a la longevidad. Y cero problemas por un poco de feminismo en exceso – y excesa – y mucho ecologismo y, si es posible, modernización digital y lingüística del país, que lo de mandar los whatsapps más graciosos del mundo no es lo mismo que afrontar la automatización en condiciones y que al menos el inglés debería ser universal. Por toda España, Cataluña incluida. Seguro que ERC está de acuerdo. Y hasta Bildu. Y si no, lo pactamos con Arrimadas y Casado, que seguro que siempre se centran en lo más importante para asegurar un futuro brillante para nuestra patria.
Nuestra. De todos. No solo de ellos. Pedro, no nos falles. Pablo, tu tampoco. Y si es posible, ajúntate con el niño y arrumba a Monedero. Solo un poco.
Estamos embarcados. Espero que tengais claro que si nos llevais al naufragio, los de izquierda seremos los primeros en pasaros por la borda. Entretanto, “Con diez cañones por banda viento en popa a toda vela no corta el mar sino vuela un velero bergantín…”
Excelentes reflexiones de LBNL sobre la nueva era. Poco que añadir, excepto que yo también estoy esperanzada y, conmigo, algunos millones de españoles. Digamos que, si no hubiera ocurrido, la situación se volvía insostenible. Y no solo eso. La oportunidad de gobernar ahora para las clases expoliadas por la crisis y el estado neoliberal de Rajoy puede ser un buen revulsivo contra el populismo facha. Importantísimo, la posibilidad de profundizar en la laicidad del estado, consagrando y mejorando la enseñanza pública. La atención a las víctimas del franquismo. Ampliando la protección a la infancia…, tantas cosas que han dicho que van a hacer. La batalla sera encarnizada. Me alegra saber que contamos con personas inteligentes al mando.