Nueve años desde la revolución Siria

Marc Alloza

El 15 de marzo de 2011 dio comienzo la Revolución Siria en el marco de la primavera árabe empezada meses antes en Túnez (Revolución de los Jazmines). Previamente se había extendido con distinta suerte, a otros países como Libia, Egipto o Yemen.

9 años después 586.100 muertos, 5,6 millones de refugiados registrados, 6,2 millones de desplazados internos. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos tiene perfectamente documentadas un total de 384.000 de las cuales 116.086 serían civiles.

Infografía del observatorio de los derechos humanos de Siria

[SDF – Fuerzas democráticas Sirias: Coalición encabezada por la milicias Kurdas YPG-YPJ (Unidades de protección popular y Unidades de Protección del Mujer) 

FSA/ELS (Ejercito de Liberación de Siria]

 

Las primeras protestas pacíficas en Siria fueron reprimidas de forma violenta. En Daraa,15 niños de entre 10 y 15 años fueron secuestrados y torturados (golpeados, electrocutados, quemados y se les quitaron las uñas) por la policía secreta a cargo del primo de al-Ásad,  tras pintar en el muro de su escuela “Es tu turno, Doctor” en referencia a la antigua profesión de oftalmólogo de Bashar al-Ásad.  A pesar del carácter pacífico de las protestas a las que la gente iba incluso con flores, las fuerzas de seguridad sirias respondieron matando manifestantes,  masacrando heridos refugiados en una mezquita e incluso asesinando asistentes a funerales de víctimas de las protestas… A finales de marzo las protestas se habían extendido por todo el país pidiendo reformas políticas y económicas, fin de 50 años de estado de emergencia, liberación de presos políticos y  dimisión del rais.

Lo que en principio se especuló que duraría uno meses como en Túnez (14 de enero 2011 caída del régimen de Ben Alí) o Egipto (11 de febrero de 2011 caída del régimen de Hosni Mubarak) acabó derivando en guerra civil que se ha convertido en conflicto armado más crudo de la década.

A medida que al-Ásad aumentaba las operaciones militares contra civiles para permanecer en el poder, la disidencia iba creciendo en el seno del ejército. El 29 de julio de 2011 un grupo de oficiales desertores del ejército funda el Ejército Sirio Libre (ELS o FSA en inglés) con el objetivo de terminar con el régimen de al-Ásad  y empiezan ataques a bases del ejército y de la inteligencia. Pronto recibe el apoyo de Turquía que los ampara y entrena en su territorio.

En Julio de 2012 el conflicto está tan extendido que el Comité Internacional de la Cruz Roja empieza declararlo como guerra Civil.  El régimen es apuntalado por Irán y Hizbulá mientras que los rebeldes son financiados principalmente por Arabia Saudí y Qatar.

En 2013 la violencia sigue en aumento, más de 73.000 muertes contabilizó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, uno de los años más sangriento.

En 2014 irrumpió contra todas las facciones el Estado Islámico (EI – Isis – Daesh acrónimo en árabe) desde Irak que proclama un califato en Siria e Irak con capital en Raqqa (Siria). Ese mismo año en septiembre se crea una coalición internacional con EEUU a la cabeza y con el apoyo de Jordania, Arabia Saudí, Qatar, Turquía, Francia, Reino Unido etc… Que empieza a bombardear las posiciones de Estado Islámico.

En 2015 entra en juego Rusia, aliado en la sombra de al-Ásad hasta entonces, que a partir de octubre empezó a bombardear también las posiciones del EI así como la de los rebeldes. Esto supone un punto de inflexión que probablemente hizo cambiar definitivamente el curso de la Guerra, que hasta entonces no iba muy bien para los intereses del rais. Rusia apuntala al régimen que empieza a ganar territorio.

En 2016 se produce un notorio retroceso tanto de EI como de los rebeldes. El régimen de al-Ásad captura Alepo una de las ciudades más importantes del país.

En 2017 el gobierno sirio es acusado por EEUU y otros países de perpetrar un bombardeo con armas químicas sobre población civil. Dos días después EEUU destruye el 20% de la aviación siria según el Pentágono. En diciembre de 2017 se da por derrotado a EI en Siria, aunque no sería hasta marzo del 2019 que sería tomado su último bastión. Su líder Abu Bakr al-Baghdadi, moriría en octubre del 2019.

Turquía entra en Siria en 2018 para combatir a los rebeldes kurdos del YPG mientras que el gobierno controla alrededor del 60%.

En 2019 las tropas de EEUU abandonan Siria al tiempo que Turquía emprende una nueva operación militar en territorio sirio.

En 2020 tensión entre Turquía, que siempre ha apoyado al ELS (Ejército de Liberación de Siria), y Rusia  por la provincia de Idlib. Por desgracia Siria tampoco es ajena a la pandemia del COVID19 por lo que las autoridades del régimen de al-Ásad, también se ven forzadas a tomar las mismas medidas excepcionales que han tomado otros gobiernos. Por ejemplo los colegios de las zonas controladas por el régimen están suspendidos 15 días desde el 14 de marzo y las oraciones en grupo también están limitadas. Este sería un destello de normalidad dentro de la anormalidad si no fuera porque la supuesta llegada del coronavirus a Siria se produjo a través de milicianos iraníes que, lo que nos devuelve de nuevo a la guerra.

El destino es incierto, a pesar de que en 2019 fue el año con menos víctimas mortales (11.215 de las que 3.473 eran civiles), la guerra continúa. Hay pocos visos de que los desplazados puedan volver a sus hogares o a sus lugares de origen. Tampoco se atisba ningún plan internacional para poner remedio al conflicto de forma definitiva y con garantías.  Tras nueve años de guerra el futuro inmediato de Siria parece estar en auspiciado por Turquía, Rusia e Irán. ¿Podría hacer la UE algo más?

Un comentario en «Nueve años desde la revolución Siria»

  1. Es evidente que no puede hacer algo más , como estamos comprobando en el sálvese quien pueda con esta crisis sanitaria , que se tornará en social y luego en política. La UE es un juguete sofisticado propio de familias acomodadas que resiente a la mínima los cambios en terreno de juego. Es un Dr.Zhivago que se mueve poéticamente en medio del desastre entre estados fuertes sin mayores escrúpulos que los definidos por sus sistemas mediáticos apenas independientes.
    Los juicios morales son débiles e incompletos. El drama es fundamental : nadie confía en sus fundamentos.

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