Obama, Netanyahu y el reto de los dos Estados

Magallanes

Hoy miércoles a mediodía comienza la esperada visita de Obama a Israel. Aunque le recibe Netanyahu como primer ministro, se va a encontrar con un cambio gubernamental importante. En efecto, el pasado lunes 18 de marzo juraron sus cargos los nuevos ministros. A pesar de que el nuevo gobierno ha excluido a los partidos ultra ortodoxos, no es de esperar que vaya a intentar cambiar la secular negativa de Israel  a reconocer un Estado Palestino y detener sus asentamientos en Cisjordania.  En las elecciones del 22 de enero en Israel, la novedad fue el nuevo partido laico Yesh Atid (Hay un Futuro) dirigido por Yair Lapid. Su programa era mejorar el nivel de vida de la clase media y repudiar los privilegios de la derecha ultraortodoxa, pero no se proponía hacer ningún cambio significativo en la política con los palestinos. Ganó 19 escaños, lo que para ser la primera vez que se presentaba fue sorprendente. Pues bien, Yair Lapid  ha sido nombrado Ministro de Hacienda.  Por  otra parte, el control que los partidos ultraortodoxos tenían de la religión y sus manifestaciones en la educación, conversión, casamiento y divorcio y en la exención de que los jóvenes ultraortodoxos no tuvieran que hacer el servicio militar, ha pasado al partido dela CasaJudía(Jewish Home), cuyo dirigente Natalí Bennett ha sido nombrado Ministro de Vivienda.  Este partido representa, sobre todo, a los colonos de los asentamientos e indudablemente va a seguir la política de negar un Estado Palestino y de no detener la expansión de los asentamientos. El  partido laborista también se queda en la oposición y su líder, Isaac Herzog, ha manifestado que este gobierno supondrá la parálisis completa del proceso de paz.

En una entrevista del periodista Roger Cohen al novelista israelí Amos Oz, después de las recientes elecciones, este opinó que la mayoría de israelíes no se interesan por intentar conseguir la paz con los palestinos; que les gustaría renunciar a controlar militarmente Cisjordania, pero que se acuerdan que renunciar a Gaza solo trajo nuevos problemas y menos paz y tienen miedo de que ello volviese a ocurrir. Para expresar su visión utilizó la siguiente metáfora: Hay 2 pacientes uno israelí y otro palestino que necesitan que les operen para curar su sufrimiento, pero los cirujanos son unos cobardes. La paz es imposible si los dirigentes no son valientes. Pero también añadió que no hay que perder la esperanza, que en el pasado han ocurrido transformaciones políticas radicales como cuando De Gaulle sacó a Francia de Argelia, Begin devolvió el Sinaí y Sadat visitó Jerusalén y cuando Gorbachov desmontando el régimen comunista y el teló de acero. Y su conclusión sobre la consecución de 2 estados es que no hay otra manera de alcanzar la paz y que los israelíes  deben comprender que nunca  un tratado deja contentas a ambas partes pero, en cambio, permite avanzar hacia un futuro sin una ocupación militar.

Pero Obama no viene a hacer declaraciones políticas sino a ganarse la simpatía de la opinión pública israelí. El discurso de Obama en El Cairo en 2009 urgiendo a Israel a aceptar un Estado Palestino y sus posteriores declaraciones exigiendo la congelación de los asentamientos, lo convirtió en antipático para la mayoría de los israelíes.  Esto es algo que Obama se ha propuesto cambiar. En una encuesta del diario Maariv  publicada el viernes pasado, un 32% de los encuestados afirmaron que no les gustaba Obama pero que lo respetaban, un 17% afirmaron que les resultaba odioso y solo un 10% afirmaron que tenían una actitud favorable al mismo. Un rabino de origen estadounidense y fundador de un asentamiento en Cisjordania manifestó en otro medio que era consciente de la excelentes relaciones en cuestiones militares, de seguridad y economía con EEUU pero que “la música de sus palabras deja mucho que desear y eso es lo que los israelíes quieren oír ahora”. 

Cuando Roger Cohen le preguntó a Amos Oz si el dirigente Yair Lapid podría ser favorable a la aceptación de un Estado Palestino, este contestó: Lapid es un fenómeno, una manifestación del deseo de la clase media de normalización, les gustaría ser como Holanda. Olvidan que detrás hay un conflicto con los árabes. La actitud de Lapid es un misterio no solo para mi; probablemente es también un misterio para él.”

Obama va a pronunciar su discurso más importante el jueves ante un auditorio universitario. No parece que vaya a hacer más que una tímida afirmación de  que  la política actual de  EEUU es favorable a que haya un Estado Palestino. Sobre todo, cuando ya en Septiembre pasado, en la votación sobre la aceptación de un Estado Palestino enla UNESCO, EEUU votó en contra. Otra cosa es que entre bastidores intente convencer al actual gobierno israelí de que avance algo en las negociaciones con los palestinos. Pero, aunque consiga en su estancia mejorar sus relaciones con la ciudadanía israelí, en el gobierno se va a encontrar con la oposición inflexible de Bennett y Netanyahu para cualquier cesión a la creación de un Estado Palestino. 

 En su próxima visita, ¿qué le va a poder ofrecer al Primer Ministro Salam Faiyad dela AutoridadPalestinamás que té y simpatía?  Ojalá me equivoque, pero creo que será más fácil que Siria se libere del déspota Assad, que Palestina sea un estado.

6 comentarios en “Obama, Netanyahu y el reto de los dos Estados

  1. Y como no hay dos sin tres…:
    El mas feliz de todos los blogueros callejeros debe ser mi apreciado Fernando viendo como La jueza de los ERE ha hecho una redadada da da da que no ha dejado titere con cabeza..
    Espero que el juez Bermudez tome nota y se ponga a su altura y haga lo mismo en la sede de Genova 13….jeje.

  2. Comprendo que no haya ningún comentario, AC. Estamos todos preocupados con el saqueo de Chipre,al que el eurogrupo no le deja mas salida. Chipre debe decir que se va del euro y ya veremos como el eurogrupo se muere de miedo y obliga al BCE a hacerle un préstamo extraordinario. De todos modos, me ha sorprendido que Barañaín no haya escrito algo.

  3. Yo también lo he leído. El problema es que el panorama pinta tan sombrío como lo describe Magallanes. Aunque, me cuesta pensar que todo un presidente de los EEUU, que no fue a Israel durante su primer mandato, vaya ahora sin nada en el bolsillo. Es lo que dicen pero estoy seguro de que, al menos en parte, para bajar las expectativas. Veremos. Si la cosa se resolviera con Irán a principio de abril, como podría ser el caso, luego todo sería algo más fácil, o menos difícil, más bien.

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