Opiniones políticas impopulares

Carlos Hidalgo

Una de las acusaciones que los políticos se hacen unos a otros es la de “politizar”. Como si fuera algo malo. “No politicen este asunto”, suele decirse con tono dolido. Pero el caso es que estoy convencido de que politizar no es tan malo. Porque normalmente supone exponer un punto de vista diferente al de quien ostenta el poder en ese momento. Sí, más de una vez de manera tramposa e interesada, pero muchas otras veces no. No politizar implica varias cosas, como que solo hay una versión válida de los hechos. Y, por tanto, “despolitizar “implica que no se puedan tener en cuenta otras versiones de lo sucedido u otros abordajes de un problema.

Lo de “despolitizar” era un mantra de la vieja dictadura, donde los prebostes franquistas defendían que sólo había una verdad y el resto eran merecedoras de cárcel, multas o algo peor. Así que, puede que politizar tenga sus desventajas, pero la alternativa es claramente peor. Por poner un ejemplo: la Comunidad de Madrid, que sigue sin enmendar su desastrosa reforma de las urgencias de atención primaria, acusa a los médicos de estar “politizados”, cuando lo que están es desbordados y explotados laboralmente. A base de acusarles de ser activistas de la izquierda (qué más quisiera la izquierda), es posible que terminen convirtiéndoles precisamente en ello.

Otra cosa de la que se sueltan muchas pestes es del bipartidismo. Y el caso es que yo echo de menos la estabilidad que daban dos grandes bloques. Hay modelos tremendamente multipartidistas que no dan mucho prestigio a ese sistema, como Italia, Israel o la India.

Es más, creo que un bipartidismo fuerte hace que los dos grandes partidos sean más plurales y activos, que sus congresos sean más dinámicos, que sus liderazgos sean menos monolíticos y que sus programas sean más diversos y representen mejor a la ciudadanía.

Sí, también pienso eso porque al PP le está lastrando los intentos de canibalización de Vox, además de arrastrarle a posiciones inflexibles en las cuales no creo que se sientan cómodos del todos. Y porque creo que las opciones de victoria del PSOE pasan porque la izquierda deje de ser una cosa tan fragmentada, donde los defensores de la pureza se escinden, se dividen y se acusan estar al servicio de intereses que no sean platónicos ideales y medidas simbólicas que piensan más en la letra de sus textos que en la gente a la que van a afectar.

Aparte de que en España nunca ha habido un bipartidismo puro. El muy maltratado Sistema D’Hondt no es el culpable de las penurias de los partidos pequeños, sino el tamaño de las circunscripciones. Pero aun así hace que sea muy difícil conseguir mayorías absolutas, porque el malvado D’Hondt ideó su sistema de reparto para primar la representatividad por encima de las cifras absolutas.

Una última idea impopular en estos tiempos: no creo que el que el Gobierno pretenda desbloquear sea saltarse los contrapesos y equilibrios de los poderes del Estado, sino que la rebelión del CGPJ, empeñado en mantener una mayoría que hace cuatro años que no se corresponde con la realidad, está atentando contra la separación de poderes al resistirse al control por parte del Ejecutivo y del Legislativo, que vienen bien claros y expresados en la ley y en la Constitución.

Puede que todo suene tremendamente impopular, pero es más práctico a efectos democráticos que dejarse llevar por mensajes tremebundos de las redes, soluciones fáciles de cuñado jubilado y sentencias cínicas pronunciadas con cara de póker en las tertulias.

2 comentarios en “Opiniones políticas impopulares

  1. Hombre , bienvenido al club , aunque el párrafo “ y porque creo que las opciones de victoria del PSOE pasan porque la izquierda deje de ser una cosa tan fragmentada …” se queda un poco corto .

    Es evidente que ni España ni el resto de Europa ha solucionado su crisis de representación aunque conserva referencias históricas , una gran tradición que concentra las opciones que aspiran a la estabilidad política y comparten un sentido de estado común , la gran familia liberal conservadora que se nutre de las experiencias del final de la II Guerra Mundial , cuyo brillo ilumina la posición mayoritaria que reacciona ante la brutalidad nihilista de los actuales jerarcas de Rusia.
    Dentro de esta gran coalición latente , el pudridero nacionalista -en permanente estado de rebeldía – y sus derivados populistas , corroen en su vocación de oportunidad la gran tradición y las columnas de los desheredados insatisfechos por la ruptura de lo que no ha de volver se manifiestan en formación .
    Su visión distante pero anclada en el que observa desea lo mejor porque es una buena persona pero el alboroto lo descoloca .
    Porque nuestro país está descolocado.

  2. Pues yo no estoy seguro de que el bipartidismo sea tan buena cosa. Ciertamente tiene lados positivos pero también deja a mucha gente fuera, nacionalistas incluidos, que tontos, cicateros, traicioneros, anticuados o no, existen y casi mejor que, como decía él, meen de dentro para fuera en vez de al revés. Lo mismo me pasa con VOX. Obviamente es mejor para cualquier territorio que la ultraderecha no tenga representación y como los fachas existen, mejor si están subsumidos en la derecha liberal democrática en la que tienen poca representación. Pero como no creo que la izquierda pueda unirse jamás, casi mejor que la derecha esté también dividida.
    En fin, reflexiones académicas porque la realidad la imponen los votos en función de los hechos y las impresiones por mucho que uno desee una cosa o la otra.

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