Juanjo Cáceres
Circulaba el otro día como la pólvora un video de Lluís Llach, en el que, con motivo del 50 aniversario de la ejecución de Salvador Puig Antich, ponía de manifiesto su involución hacia ese lugar desconocido hacia el que lleva ya algún tiempo viajando, cuando señalaba que las fuerzas políticas que entonces podían haber negociado con el Estado franquista, como el PSC o el PSUC, no hicieron nada.
Más allá del asombro y la indignación repentina que semejantes despropósitos verbales pueden causar, y sin que sea posible descartar posibles trastornos cognitivos causados por el envejecimiento, lo que está claro es que el autor de L´estaca está culminando su conversión a un catalanismo profundamente fundamentalista que menosprecia todo lo que suene o huela a español. Y no es la primera vez que lo observamos, ya sea en forma de palabras o de tuits. En esta ocasión no le frenó el hecho de que sus consideraciones chocasen con la realidad incuestionable de que los militantes del PSUC de entonces, o bien andaban por las cárceles, o bien eran zurrados en protestas y comisarías. Tampoco que el PSC ni tan siquiera existiera en aquel momento. Ninguno de esos detalles fueron relevantes para contener esa nueva muestra de desprecio “llachiano”. Sigue leyendo