Piedras, pedradas y ser más tonto que una piedra

Carlos Hidalgo

Los de Vox han hecho su particular campaña en el País Vasco. Y lo han hecho, como era de esperar, buscando bronca. Lo cual ya es condenable. Pero no es menos condenable que la encontraran. Aficionados locales a la bronca fueron a apedrear a los simpatizantes del partido de ultraderecha y a sus estrellas invitadas. Con el resultado de que la diputada Rocío De Meer se fue con una pedrada en la ceja. Y los locales que gustan de llamarse “antifascistas” se fueron a casa contentos y los de Vox también, convencidos unos y otros de que se habían salido con la suya. Y el ambiente político se quedó un poco más encabronado y envilecido de lo que ya estaba.

Como mi mente vaga por senderos curiosos -señal, tal vez, de que soy más tonto de lo que parezco-, todo esto me recordó al gag de los Monty Python acerca de un Hitler disfrazado que se presenta a las elecciones de North Minehead. Hitler y sus colaboradores apenas disfrazan sus nombres y se hacen llamar “Hilter”, “Bimmler” o “Ron Vibbentrop”. Los nazis intentan hacer propaganda electoral en bicicleta, gritando a calles vacías y ofrecen un mitin de “Hilter” desde un balcón que tiene como espectadores a tres perplejos niños y al tonto del pueblo. Y me da por pensar que ojalá las cosas hubieran sido así este fin de semana. Porque si tan poca gente simpatiza con ellos, es mil veces mejor la imagen de unas calles y unos mítines semivacíos, que lo que hemos visto este fin de semana.

Vox hinchó artificialmente su éxito inicial retrasando las horas de entrada a sus mítines, provocando largas colas para entrar en auditorios deliberadamente pequeños, para poder vender colas y llenazos que no eran tan grandes como parecían. Les funcionó.

Ahora también les funciona lo de ir buscando bronca. Porque la han encontrado y pueden así venderse como víctimas.

Y lo cierto es que algún imbécil abertzale lanzó esa piedra que acertó a esa diputada de ultraderecha. Y todos los demás, los que no comulgamos con el viejo matonismo de los simpatizantes del extinto terrorismo, ni con el más viejo matonismo de la ultraderecha, salimos perdiendo con aquello.

Esa pedrada y esa bronca no suponen ninguna ganancia para las personas demócratas, porque la democracia consiste en convencer y no en vencer. En dialogar y en llegar a acuerdos, no en imponerse. En el debate y en el diálogo, no en la bronca. Y participar de ello nos vuelve tan viles como viles son quienes quieren desgastar y debilitar la democracia.

Por no hablar de las tonterías que hemos tenido que leer y escuchar a Pablo Echenique, que mientras todos los partidos condenaban la agresión, el biólogo decía que la sangre de la diputada era “kétchup”, capaz de negar la realidad antes que reconocer que ha pasado que es intolerable en el sistema que nos hemos dado. Y es más idiota aún cuando Echenique es el portavoz de un partido de gobierno. Porque Podemos está gobernando con el PSOE, aunque no parezcan darse cuenta de ello.

Crucemos los dedos y esperemos que la radicalidad política vuelva a ser patrimonio de los gags de los Monty Python y no de personas reales, más tontas que una piedra, que se dedican a lanzar piedras.

4 comentarios en “Piedras, pedradas y ser más tonto que una piedra

  1. Desde luego, tirar piedras es execrable. Siempre. Si además tienes raigambre batasuna, peor, aunque el apedreado sea un «provocador» de Vox. Está claro. Y hablar de ketchup siendo representante democrático es lamentable incluso si acabara siendo cierto: habría tiempo para denunciarlo una vez probado. Todo lamentable.

  2. ¿Por qué se habla de piedras,cuando son cascotes?.
    Las piedras están ahí para que tropecemos una y otra vez,no se mueven si no las tocamos.
    Los cascotes son los desechos que nos tiramos unos a otros.para descalabrarnos.

    Dejad a las piedras en paz.

  3. Tengo que confesar que no comparto con Echenique que la sangre de la diputada era “kétchup”,
    Cuando vi la foto ,al ver el reguero de sangre tan perfecto y sin mancha en la mascarilla,pensé que se la habian pintado con mercromina como en las películas.

    Pero eso es un defecto visual propio del que mira siempre los detalles en las películas para ver gazapos en los efectos especiales de los maquilladores.

    Pero bueno,eso no impide qué la realidad supere a la ficción.

  4. Algunas preguntas para los de por la boca muere el pez.

    1 -¿ Por qué no se dirigen a los abertzales como ultraizquierda ? ( que no son ; son fascistas , es decir , por extensión de la denominación mussoliniana , los que combinan ideología y violencia para alcanzar sus fines ?

    2- Aquí desbarran , con el articulista , todos los comentarios. Fue un problema de orden público previsible procedente de ese mundo de ultratumba que se resiste a morir ; ese mundo que procuró y procura convivir con Sánchez y que merienda en un txoko con la insustancial de Mendía . Es así aunque le duela a algunos. La Ertzaintza, cada vez más una policía notarial , tomó nota de lo ocurrido, pero no lo evitó. No existe el derecho a contramanifestación.
    3 – Podemos no es un partido de gobierno porque carece de masa crítica y no se informa en donde debe ; es un partido en declive por razones que ya se han analizado aquí ; un partido que no tiene nada que aportar y actúa como un mamporrero en feliz hallazgo Guerrista. Es un partido en el gobierno, un invitado inerte , un bluff del que nada se aprende . Y podemos compadecer el estado físico personal de Echenique y condenar su estúpidez e idiocia moral.

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