Arthur Mulligan
Thomas Piketty acaba de ver traducido su segundo libro al español después de que «El Capital en el siglo XXI» se convirtiese en un best seller con unas ventas de más de 2,5 millones de ejemplares.
En las 663 páginas que ocupa su edición española se persigue ante todo suscitar un debate a partir de un prolijo estudio numérico que cubre cerca de tres siglos, para exponer su tesis sobre la desigualdad y la relación íntima que mantiene con las pautas de los rendimientos crecientes del capital entre generaciones. Quienes han leído el libro reconocen su calidad y un impresionante trabajo de investigación, aunque sus primeros críticos no dejaban de apreciar la significativa distancia entre las hipótesis fundamentadas y el ideólogo encendido de recetas desconcertantes.
Confieso que en una reciente entrevista, en la cual proponía la asignación de una cantidad de 120.000 € con carácter universal a cualquier joven por cumplir 25 años, so pretexto de que el capital debería rotar me llenó de perplejidad viniendo de un profesor y economista eminente. Seguramente de haberlo dicho otro, por ejemplo el cántabro Revilla, hubiera pensado que se trataba de una de sus chifladuras, aunque debe de ser maravilloso llegar a los 25, incluso a los 76 de Revilla, y poder seguir la rosa de los vientos bien protegido al calor del dinero.
El caso es que algunos ven esculpir metódicamente la estatua del Carlos Marx del siglo XXI -las malas lenguas hablan de que lo hace él mismo – con cada abrumador tomo que aparece y as , en esta ocasión y con una extensión de más de 1200 páginas, “ Capital e ideología “ modifica el dictum de Marx en El Manifiesto del Partido Comunista «la historia de toda sociedad hasta nuestros días no ha sido más que la historia de la lucha de clases» , por el de «la historia de la lucha ideológica para justificar las desigualdades crecientes», analizando las justificaciones políticas de las desigualdades en el tiempo para concluir con una serie de recomendaciones que orienten a un socialismo participativo en el siglo XXI.
La lucha contra la desigualdad, según Piketty, exige la superación del capitalismo por “la construcción de un nuevo horizonte igualitario a escala universal e internacionalista” y esta revolución no pasa por la dictadura del proletariado sino por el mencionado «socialismo participativo» mediante la eutanasia del capital y de la propiedad privada.
De un lado, receta un impuesto a las rentas progresivo con tasas que llegan hasta el 70% o 90%; de otro, más impuestos al capital y a sucesiones para finalmente recomendar la socialización de la propiedad y la circulación de capital con la fantástica dotación descrita.
Como es evidente, a fin de esquivar la soberanía y la concurrencia entre Estados, una «democracia transnacional» sería la encargada de realizar un plan mundial, la justicia fiscal y la gestión de los bienes públicos globales.
Bien, estas son algunas de las ideas de Piketty que me cuesta identificar como provenientes de un doctor en ciencias económicas y profesor de la Escuela Normal en París. Mis fuentes provienen de diarios y revistas de Francia y España y su lectura perseguía conocer algo más de sus propuestas, incluso aceptando que son inferencias necesarias de sus elaborados trabajos a los que jamás procuraré acercarme,
No creo que los 2,5 millones de personas que han comprado los libros de Piketty sean todos economistas, menos aún que lo hayan leído y mucho menos comprendido en todos sus términos matemáticos.
En uno de los artículos se decía que el autor es muy consciente de la resistencia espontánea que va a encontrar aquel que siga sus consejos para conseguir los objetivos que propone , porque a nadie le gusta que le quiten lo que es suyo , por muy bellas que sean las palabras con que se escriban los decretos de confiscación .Se atribuye a Colbert, aquel ministro de Luis XIV que tanto daño hizo a los principios de la libertad económica, la idea de que lo que debe hacer un ministro de Hacienda es arrancar al ganso el mayor número posible de plumas sin que éste arme demasiado ruido. Pero los gansos a veces chillan y, si pueden, salen corriendo cuando llega el ministro de Hacienda.
En otro se aseguraba que no han sido las primas millonarias de los directivos y la escasa diligencia inspectora de la SEC o el departamento del tesoro americano los responsables del laissez faire que provoca los desórdenes de las finanzas globales, sino los arbitristas desnortados que piensan que una decisión política bien intencionada puede tener como única consecuencia el beneficio público deseado. Con todo, aseguraba que el gran éxito del capitalismo de los últimos 40 años ha sido su capacidad para disminuir la pobreza en todo el mundo. Y concluía así: «Naciones que languidecían en la ineficiencia de la planificación socialista, como China, han dado el gran salto hacia el desarrollo al abandonar la rémora para el crecimiento que había supuesto la ausencia de un mercado con un sistema libre de precios. E inversamente, países que habían entrado en la vía del desarrollo y disponían de un próspero mercado capaz de elevar progresivamente el nivel de vida de la población, como Venezuela, han caído en una espiral de escasez, pobreza y caos interno-que, en algún caso, como el de Zimbawe, ha llegado hasta la hambruna- al retornar a las fracasadas fórmulas del más viejo socialismo.»
En un precipitado resumen -si resumen puede haber de tan magras lecturas – parece que los defectos que persiguen a todos cuantos intentan embotellar al genio del mundo económico en leyes que no tengan en cuenta el valor de lo que en cada momento se considera riqueza, han alcanzado de lleno a nuestro autor y a su sorprendente diseño de futuro.
Estoy convencido de que Piketty conoce lo que espontáneamente produce nuestra protesta cuando afirma que el crecimiento de las desigualdades y de la injusticia se confunde con la historia del capitalismo.
Sus datos desde que el capitalismo existe deben recoger que la esperanza de vida ha pasado desde los 32 a los 73 años y la tasa de alfabetización ha progresado desde el 10% hasta el 85% y en Europa las políticas socialdemócratas han procurado una fuerte reducción de la desigualdad.
No es tanto la defensa del capitalismo lo que me hace antipáticas sus recetas y mucho menos la defensa de las desigualdades sino la ausencia de la noción de libertad , el mérito individual y el rechazo implícito a la búsqueda de incentivos para mejorar.
La lucha contra las desigualdades no puede quedar en manos solo de los ideólogos porque constituye el centro de las contradicciones de la modernidad y debe ser pensada en su relación dialéctica con la libertad y nunca contra ella.
«No he leido la obra de PIketty a la que jamñas procure acercarme»
-.. y sin embargo aquí les endiño una columna con Mi OPINION, sobre otras columnas de opinión..
Que será tratada con la consideración que merece (añado)
No , hombre , no. Este economista se ha paseado por España diciendo lo que digo que ha dicho. Eso cualquiera lo entiende. También afirmo que reúne unos méritos académicos de prestigio en Francia . Eso también lo entiende cualquiera que no sea Laertes. Finalmente me intereso por la disonancia cognitiva que aprecio entre el reconocimiento social del autor en su área de conocimiento y las opiniones que vierte en los medios y que están basadas en sus investigaciones cuyos resultados no discuto. Lo que sí discuto y niego , es que sus opiniones contengan un gramo de ciencia y que forman parte de la tradicional fábrica de teleología de los iluminados que en el mundo han sido.
Sencillamente , una estupidez .
Después de leer a MrMulligan,me he preguntado que habría hecho yo con 120000€ con 25 años…..y viéndolo con retrospectiva ….jo!….en los 80’s me habría comprado una casa y aún me habría sobrafdo dinero para montar un negocio.
Hoy en día 120 mil € a un chavalote de 25 años le permitiría pagar parte de la hipoteca de la casa de sus padres donde vive…..ejem…pero independizarse sólo si al cumplir 30 recibiera del estado una patada en el chulo a ver si espabila…jeje.
En fin…hay ideas buenas….pero ¿no será mejor darle esos 120 mil€ a los parados de larga duración?
Más que nada para pagar la hipoteca y la manutención de los hijos que no quieren irse de casa..
Ejem.
Precisamente es que si alguien quiere tener una idea de lo que dice Piketty, lo mejor que puede hacer es alejarse lo máximo posible de lo que al respecto pueda decir Mr Mulligan o aquellos que sigan esa metodologia.
Ni leo ni me interesa el autor, pero hago mi opinion en base o aotras opiniones (espero que alguien en algun momento se haya leido algun libro, pero no tiene por que ser así. aparentemente) . El caldo de cultivo idoneo para el fomento de la cuñadez. Como si anduviésemos cortos.
¿Donde habrá quedado el prudente «de lo que no se, no hablo»? o «no tengo un conocimiento sino superfial del asunto, creo qeu es mas honesto escribir sobre otra cosa», o en fin cualquier otra opción antes que salir a la pista con un tema que esta de moda y hace ruidito, porque cómo voy a dejar de hacer mi ruidito yo.
Como en tantas otras ocasiones, y sin dramatismo, aunque nos gustaria mucho definirnos a nosotros, lo cierto es que nuestros actos y nuestras palabras lo hacen mucho mejor.
¿ Quién le ha dicho que no me interesa ? Precisamente porque me interesa es por lo que me he informado en los términos que recoge la prensa generalista a la que acude el brillante economista y ex asesor de socialistas franceses derrotados con la intención de influir.
No juzgo la obra -se lo repito una vez más -sino las opiniones de Piketty.
Usted trata una y otra vez de insultarme ocultándose en la prédica de una humildad estéril. Si no quiere opinar ahora sobre el post y prefiere leer casí 2000 páginas de una obra para especialistas que ni añade ni quita una coma a sus opiniones me parece muy bien y espero que lo encuentre interesante , pero yo seguiré al personaje para ver de qué manera influye en mentes torturadas como la de Monedero , Iglesias , o sus amigos dictadores .
Si alguien tiene curiosidad por conocer lo que dice Piketty, aquí tienen un enlace a la entrevista que hacen a alguien que sí se ha leido el libro, sí le interesa y sí tiene los conocimientos apropiados en la materia para aquilatar su contenido.
Se trata del economista español que lo ha traducido: Daniel Fuentes.
Es un contenido de bastante calidad.
https://www.capitalradio.es/noticias/economia/analisis-piketty-sociedad-justa-igualdad-absoluta_68830783.html