Píldoras de actualidad COVID-19

Lluís Camprubí

Producción y distribución de las vacunas. La producción mundial de vacunas ha ido acelerándose, principalmente debido a la mejora de la eficiencia de los procesos productivos, a la superación de algunos cuellos de botella en las cadenas de suministros de algunos componentes, a la ampliación de las plantas productivas y la validación de nuevas y a una extensión de los acuerdos voluntarios de licencia entre desarrolladores y fabricantes. La producción mensual sigue aumentando y ya es de unos 1.500 millones de dosis, con un acumulado de 7.500 millones y proyecciones fiables de llegar a los 12.200 millones de dosis a final de 2021. Lo que sitúa los primeros meses de 2022 para el objetivo de 2 dosis por ser humano y, alcanzable a mediados de 2022, el de 3 dosis por ser humano.

Seguir aumentando la producción no es algo que podamos dar por descontado y deberemos estar vigilantes a que los productores no decidan dejar de apretar el acelerador y a la vez intensificar la apuesta por la fabricación licenciada en hubs regionales/continentales. Pero el gran reto ahora es que la distribución sea más equitativa y llegue a todos los países del planeta. Para ello debe asegurarse que el mecanismo COVAX cumple su función -y no sea simplemente un recurso de beneficencia- y centrar los esfuerzos de presión pública en la exigencia de mecanismos de distribución justa. Ahora todos aquellos partidarios de levantar patentes – visto que con el actual marco se llegará a producir las cantidades necesarias para toda la humanidad antes que sus propuestas se concreten en algo tangible y en alguna dosis producida- deberían reorientar sus esfuerzos y energías a la exigencia de una iniciativa global multilateral para garantizar que todos los países puedan cubrir sus necesidades.

Ventilación. Ahora ya forma parte del sentido común que la difusión principal del virus es por aerosoles. Y de aquí la importancia de una buena ventilación (reforzada y cruzada si es posible) en los espacios cerrados. Recordemos que aún no se ha documentado un solo caso de transmisión por contacto de superficies (fómites). Y si bien es buena la mejora adquirida de las prácticas higiénicas (limpieza de manos…) y se ha podido documentar reducciones en la transmisión de otros agentes infectivos, el foco en las medidas no farmacológicas estructurales debería ponerse en asegurar y mejorar la ventilación de todos los espacios cerrados. Es algo fundamental y que sería bueno, también para reducir la incidencia de otras muchas patologías respiratorias, además de la COVID-19. Pero los cambios necesarios requieren un grado de ambición considerable. Hay muchas voces que ya lo apuntan como una necesidad y oportunidad, como la siguiente gran medida en salud pública después de los pasos del control del agua, de los alimentos y de la calidad del aire exterior. No será algo fácil debido a las inversiones necesarias en cambiar los sistemas HVAC de todos los edificios. Y, además, deberá superarse la tensión con la necesaria mejora de la eficiencia energética de los edificios (filtrar y/o renovar mecánicamente más el aire consume más energía). Sin embargo, no hacerlo –ahora que sabemos de los beneficios- parece una dejadez salubrista inasumible.

COVID/COVID persistente en niños y niñas. La preocupación emergente en países donde el grueso de la población adulta está vacunada es qué pasa con la población infantil (no protegidos por la vacuna). Si bien al principio de la pandemia parecía que no afectaba apenas a los menores, la variante delta cambia un poco lo que sabíamos de distribución en menores, y aunque en porcentajes siguen siendo números bajos, en números absolutos (ya que hablamos de poblaciones muy grandes) merece nuestra atención. Y quizás no tanto por la fase aguda de la enfermedad en niños y niñas, que parece ser muy mayoritariamente leve, sino por los efectos a medio y largo plazo de un virus nuevo. Se han documentado afectaciones en distintos órganos y sintomatología relacionada pasadas varias semanas de la infección. Y aunque no hay consenso en la literatura en la incidencia/prevalencia -se mencionan cifras muy diferentes,  de 5-10% de COVID persistente en menores- las llamadas a poner atención en el problema son compartidas.

Lecciones aprendidas en la gestión de la pandemia. La semana pasada se celebró el Congreso de la SEE y SESPAS (Sociedades Españolas de Epidemiología y Salud Pública, respectivamente). Fue un buen marco para analizar lo que ahora sabemos de la pandemia y profundizar en aquellas cosas que se han hecho bien y las que se han hecho mal en la gestión de algo tan complejo y sobrevenido. En esta crónica de Pablo Linde se sitúan los principales elementos dando voz a algunos profesionales clave. Manuel Franco complementa la crónica con un buen hilo de twitter.

Un comentario en «Píldoras de actualidad COVID-19»

  1. El FMI (ultimamente muy cambiado respecto a lo que era en la decada de los 90 y los 00) algo andaba diciendo por ahi sobre como incrementar la vacuancion en lso paises pobres, y en el marco del G20 tambien algo se decia creo que habia propuesta para con y sin patentes. Veremos luego el lio de «si claro, a mi las de astra zeneca no me las des» y cosas asi.

    Otra de las lecciones que a mi, por lo menos, me dejó el COVID cuales son las profesiónes esenciales para que la mayor parte de nosotros puedan comer, tener vestido, ser atendidos si enfermas, ser educado y formado, hacer que las estructuras funciones etc y que la mia no hacia nada de eso.

    Muy agradecido por el hilo que referencias en el último párrafo, un compendio muy bueno de información de calidad.

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