PNV-EA: crónica de una ruptura

Millán Gómez

 

Las elecciones autonómicas vascas se celebrarán previsiblemente el próximo mes de marzo. A ellas, el Partido Nacionalista Vasco (PNV-EAJ) y Eusko Alkartasuna (EA) acudirán por separado por primera vez desde 1998. Las dos principales fuerzas del nacionalismo vasco democrático se desligan después de concurrir de forma conjunta en los comicios autonómicos de 2001 y 2005, los últimos hasta la fecha.

 

La decisión fue anunciada por la Ejecutiva Nacional de EA en línea con lo acordado en el Congreso Extraordinario de enero de 2007. Por lo tanto, era una decisión tomada desde hace prácticamente dos años. A pesar de ello, quedaba la duda de si era un paso en falso o realmente se confirmaba. Los resultados de las elecciones municipales en mayo de 2007 y las generales de marzo de 2008 podían haber modificado esa postura inicial pero, finalmente, no ha sido así. Además de la coalición conjunta al Parlamento de Gasteiz, PNV y EA se presentaron juntos a las municipales de 2003, así como a las navarras de 1999, 2003 y 2007. En las últimas elecciones forales en Navarra ambos formaron parte de la entente vasquista de Nafarroa Bai.

 

La decisión de EA llega en una situación de clara debilidad del nacionalismo vasco. Así, el PSE-EE-PSOE se encuentra en el mejor momento de su historia reciente tras ganar claramente en Euskadi en las últimas elecciones generales. Esta victoria ha resultado ser un golpe muy duro a la línea de flotación del nacionalismo vasco y del PNV en particular. Otra muestra de su debilidad es que el actual Gobierno vasco está sustentado por tres partidos y ni por esas gozan de mayoría absoluta. La necesidad imperiosa de los nacionalistas vascos por tener el poder aunque la sociedad les dé la espalda es resultado de la creencia según la cual Euskadi sólo puede estar gestionada por los buenos vascos, es decir, los nacionalistas. Bueno, y Ezker Batua (EA), que para el caso es lo mismo. En cambio, el PSE y el PP son gente extraña que lucha por algo que no merecen, según la ideología dominante.

 

La división del nacionalismo vasco beneficia obviamente al PSE. Patxi López se encuentra, a día de hoy, en una posición que ni el más optimista de los socialistas vascos hubiese soñado hace unos años. La posibilidad de derribar el fuerte muro del nacionalismo está más cerca que nunca.

 

Desde la llegada de la democracia, Ajuria Enea siempre ha estado presidida por un nacionalista. Desde las primeras elecciones en 1980 no se ha producido variación alguna en este sentido. La mayor oportunidad la desperdició el PSE en 1986 cuando, tras la escisión del PNV que daría lugar a la fundación de EA, los socialistas ganaron las elecciones con 19 diputados frente a los 17 escaños de los jetzales. El PSE basó aquella victoria en su fortaleza en Gipuzkoa y Araba. A pesar de que la sociedad vasca les otorgó más escaños que a ningún otro, los socialistas cedieron la Lehendakaritza al PNV con el argumento de que habían sido los jetzales quienes más votos habían recibido (271.208 frente a los 252.233 de los socialistas) en un contexto complicado para el PNV tras su escisión. Muchos socialistas vascos han sufrido problemas de alopecia por culpa de esa elección que no hizo sino consolidar al PNV en el poder y prácticamente perpetuarlo en el sillón presidencial de Ajuria Enea.

 

Es complicado aventurarse y realizar un pronóstico pormenorizado de en qué medida le va afectar al PNV y a EA esta decisión. En principio, esta situación beneficia al PSE porque, no en vano, el PNV, en boca de su presidente Íñigo Urkullu, ha lamentado la decisión de sus otrora compañeros de viaje y, además, la delegación de EA en Gipuzkoa, municipio donde esta formación es más fuerte, ha criticado la resolución de su Ejecutiva Nacional. EA es un partido minoritario en Euskadi y que no tiene representación en Madrid tras la pérdida del escaño que sí tuvieron en la legislatura 2004-2008. En las elecciones vascas de 2001, EA representaba el 21,21 % de los votos de la coalición, mientras que en 2005 constituía el 24,1 % . En 2009, EA se presentará en solitario y se desconoce en qué medida le va a afectar haberse desmarcado de la sensación de apéndice del PNV que ha mostrado durante la última década.

 

Ante esta situación, el PSE se frota las manos ante la división existente en el nacionalismo. El aval de haber vencido en las generales de un modo contundente, el desgaste sufrido por los 28 años de gobierno nacionalistas y el ensimismamiento de Ibarretxe colocan a Patxi López en ventaja frente a sus rivales.

 

El PSE ha ido recortando terreno al PNV durante las últimas elecciones. Así, en 2001 los nacionalistas conservadores doblaban con 26 escaños los 13 de los socialistas. De todos modos, hay que recordar que aquellos comicios se vieron claramente influenciados por aquel apretón de manos entre Nicolás Redondo y Mayor Oreja. Aquel pacto sirvió para unir a dos formaciones constitucionalistas que han sido perseguidas por el terrorismo etarra pero también impidió a los socialistas marcar un discurso propio de cómo gestionar el país. Ya en 2005, el PNV bajó a 22 diputados y el PSE subió a 18 espoleados por la victoria de Zapatero en las generales del año anterior. Históricamente, el PSE ha sido más fuerte en Euskadi cuando ha gobernando en Madrid y ésta es otra de las claves de la fortaleza actual de los socialistas. Las últimas generales han servido al PSE para eliminar el complejo según el cual los nacionalistas eran poco menos que invencibles. Ahora bien, desde el PSE saben perfectamente que estas elecciones se llevaron a cabo en un clima marcadamente bipartidista que benefició el voto útil en Euskadi hacia el PSOE ante la crispación del PP durante la pasada legislatura. Además, los votantes acudieron a las urnas en clave estatal y no autonómica, como sí será en marzo de 2009.

 

Apenas quedan unos meses y eso en política es mucho. Lo que está claro es que el PSE cuenta con grandes posibilidades de alcanzar un reto histórico: gobernar Euskadi tras 28 años de monopolio nacionalista. Los socialistas se encuentran en la mejor de las situaciones. Pocas veces van a contar con tantos factores a su favor. El precedente electoral de la victoria del PSOE en las generales de este año, la división del nacionalismo democrático, el aislamiento y la pérdida de credibilidad de Ibarretxe y, por último, la fortaleza que aporta el que el PSOE gobierne en Madrid son sus mejores bazas. En 1986, el PSE desperdició una ocasión histórica. Más de dos décadas después cuenta con la posibilidad de vengarse democráticamente de aquel histórico error.

24 comentarios en “PNV-EA: crónica de una ruptura

  1. En mi modesta opinión, solo es necesario que el PNV pierda unas elecciones en Vitoria para que tenga una caida de la que tarde décadas en levantarse. El PNV controla hasta el más mínimo resquicio de poder, tienen una red clientelar como no se ha visto otra, si siguen en el poder en gran parte es por el control absoluto que tienen de todo. Hasta el presidente del Athletic de bilbao tiene que ser del PNV!!!

    Pero haciendo un ejercicio de política-ficción, ¿y si los votos del PSE-PP suman mayoría absoluta? ¿que hacemos? Van a ser interesantes estas elecciones, sí

  2. Muy interesante el artículo de Millán y la pregunta que deja Pablo Franco [1] sobre la mesa: ¿Con quién pactar si el PSE no tiene mayoría para gobernar? Yo lo tengo muy claro: 28 años después de gobierno nacionalista el único pacto posible es con el PP. Los populares también se han dejado algunos pelos en la gatera (Mayor Oreja y su guardiana pintan poco o nada) y no son el histérico grupo que buscaba más el enfrentamiento con el PSE que con el nacionalismo. Cuatro meses es un siglo en la vida política de Euskadi, pero aquí y ahora mi apuesta es, llegado el momento, por un pacto PSE-PP. Urge aire fresco en la política vasca y desmontar el «régimen» nacionalista que el PNV tiene implantado allí. Una repetición PSE-PNV ya no es creíble y sólo daría oxígeno a un nacionalismo que ha fracasdo totalmente en la construcción de la democracia en Euskadi.

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    Breve: parece que hay que salvar a Sacyr por cojones. De la que se ha librado el BBVA.

  3. Interesante y completo análisis que realiza Millán de la situación en el País Vasco. Allí se percibe cierto optimismo entre los socialistas, que de todas formas, intentan mostrarse cautos. De todas formas, aún en el caso de que ganaran (ojala) van a tener una labor titánica por delante. Para empezar, es lo que dicen Pablo y Polonio: qué sucederá si no saca mayoría absoluta? Y ese escenario será el más probable en una comunidad con un sistema de partidos políticos tan fragmentado. Y luego está que más de 25 años no pasan en balde, y hay una red de influencias, clientelismos, una administración construida a imagen y semejanza del PNV que no va ser nada fácil cambiar. En cualquier caso, es realmente necesario que haya un cambio de gobierno, aunque eso es algo que haría falta en la mayoría de comunidades autónomas en España, da igual el signo político del que hablemos. Y es que ya puestos a generalizar, uno de los problemas de muchas CCAA es que se han convertido en reinos de taifas dominio de un determinado partido político.

  4. Es verdad que el PSE tiene la Lehendakaritza más cerca que nunca, lo cual no quiere decir que la vaya a alcanzar necesariamente. Veremos como castiga el electorado por la crisis: a Madrid o a Vitoria?
    No tengo ninguna duda de que si PSE saca más escaños que el PNV intentará formar gobierno con éste con Patxi de Lehendakari, incluso si tuviera mayoría absoluta con el PP, algo que no contemplo como probable. Ibarretxe se iría y sería una forma ideal de asegurar el retorno del PNV del monte, el despiece del pesebre nacionalista semi corrupto cuando no enteramente y, además, la estabilidad del gobierno socialista en Madrid. Este último elemento tensará mucho la cosa si PNV saca más escaños que PSE y exige la Lehendakaritza. Aceptará Patxi entrar en tal gobierno? Ha dicho que no y yo no lo haría. Podría el PSE sostener tal gobierno desde fuera exigiendo al PNV que hiciera lo mismo en Madrid? Por qué no. En este supuesto y sólo en éste es donde al PSE podría planteársele la opción de gobierno PSE-PP, pero en tal caso supongo que optarían por gobernar en minoría con apoyos puntuales de PNV o PP dependiendo de las cuestiones. Zapatero ha demostrado que es un modelo viable por más que no sea el más estable o deseable.
    En todo caso, es imperativo por ETA, por salud democrática y por acabar políticamente con el alienígena, que el PNV vuelva a descender en votos y amorticen a Ibarretxe, si es posible con Otegui, de una vez.

  5. El salto coantitativo que, sin duda, va a dar el PSE-EE en las próximas elecciones vascas será espectacular. Los sondeos realizados hasta ahora san al PSE una subida que oscila entre 8 y 9 parlamentarios, con lo que, si las cosas siguen como hasta ahora y no se producen grandes errores de estrategia o, la nunca descartable intervención de ETA, con algún atentado brutal quwe pusdiera repercutir negativamente, las posibilidades de que Patxi se pretente como el candidato más votado y con mayor número de escaños es notable, si bien, el PNV arropado por una parte de la autodenominada «izquierda abertzale» que, sin dudá, voptará a este partido antes que a EA o a Aralar si desde Zumosol deciden que se abastengan, será un difícil rival.
    Hay algunas otras variables que parecen predecir el triunfo, por la mínima, de Patxi López, coo es el hecho de que Ibarretxe ha dejado de ser un activo para su partido para convertirse en un lastre. Veremos si hay debates como Ibarrtexe dejará de lado toda su política de los últimos 10 años, el raca raca soberanista, y tratará de centrar el discurso en la economía y la comparación de las afecciones que la crisis tiene en Euskadi con las que tiene en el resto de España—muy en su linea de somos los mejores y los más guapos…pero sin tocar el asunto de lasconsultas, planes etc.
    ¿Después de las elecciones?, dificil, muy díficil. No veo al PNV, aunque pierda las elecciones, y menos si consigue más votos pero menos escaños, de segundón del pSE-EE con Patxi de Lehedakar y ójala me equivoque porque seríoa, con bastante probabilidad, la salida menos complicada de cara al inmediato futuro. La otra opción (en Euskadi no se dan, al menos de momento, las opciones de izquierda e izquierda nacionalista -con suma suficiente- de Catalunya, además del asunto etarra que lo distorsiona casi todo) sería el apoyo del PP, apoyo para la Lehendakaritza y apoyo externo con pacto anual o de legislatura…a cambio de que?. Pues, por ejemplo, a cambio de que Diputación alavesa cambioe de equipo de gobierno…no sé. Está realmente complidado, aunque apasionante.

  6. «La mayor oportunidad la desperdició el PSE en 1986 cuando, tras la escisión del PNV que daría lugar a la fundación de EA, los socialistas ganaron las elecciones con 19 diputados frente a los 17 escaños de los jetzales.»

    Reitera Millán un asunto, el de lo ocurrido en las elecciones de 1986, que desde hace unos años se invoca como si de un «error» de los socialistas se tratara, sin más matizaciones y sin considerar el contexto y el desarrollo de los hechos tal y como realmente se produjeron. Curiosamente tras ese hecho no se habló apenas del supuesto «error» hasta varios años más tarde, especialmente durante la segunda legislatura del PP, en otro contexto, el dominado por el frentismo y en el que se trataba, por todos los medios, de que el PSE se plegara a la ofensiva del PP y su frente «constitucionalista». El propio Felipe González, en un mitin electoral de la época recordó aquello como un error. «Nos equivocamos, Txiki», dijo, miarndo a Txiki bengas sentado en primera fila en el acto púlbico. Era un momento en el que el PNV había apostado por Lizarra, por el soberanismo y la insenibilidad absoluta frente a las vístimas,cuando los políticos de PP y PSOE eran objeto de cacería por parte de ETA. Entonces, era tentador descalificar el período anterior e imaginar que de no haberse cedido la lehendakaritza al PNV diez años atrás, tal vez las cosas hubeiran discurrido por otros cauces.

    ¿Tiene sentido plantearse qué hubiera pasado si el lehendakari en 1986 hubiera sido socialista?. No comparto esa visión de lo ocurrido. Entre otras cosas proque me parece el típico -y nocivo-, análisis de la política como aquello que interesa a los políticos, como un juego en el que lo que se valora es si tal decisión fue o no rentable para los políticos que la tomaron. Pero, ¿y los ciudadanos? ¿No deberíamos juzgar los hechos en función de los resultados para esos ciudadanos? Si se hace así, yo creo que la valoración debe ser diferente.

    En 1986 Ardanza, a mitad de legislatura y con un gobierno en minoría tras la escisión de EA, convoca elecciones anticipadas. El PSE no estaba de acuerdo y hubeira prestado a Ardanza el apoyo necesario para que su gobienro hubiera sobrevivido. El PNV sigue adelante y el resultado electoral le da una mayoría en votos pero no en escaños al ser superado por el PSE. Con una Eusko Alkartasuna que en ese momento exhibe su perfil mas socialdemócrtaa, para diferenciarse del PNV y una Euskadiko Ezkerra (ya sin el liderazgo de Onaindía) ávida de presencia insituciona, se ensaya priemro un gobierno triparttito de izquierda PSE-EA-EE que no prospera, y no por culpa de los socialistas precisamente. Empiezan a negocira entonces PNV y PSE. El PNV exige la lehendakaritza pese a tener menos parlamentarios invocando su mayoría de votos populares. La alternativa, si el PSE no acepta y tras el fracaso del intento de govbierno alternativo de izquierda, es una nueva convocatoria electoral. Es entonces cuando el PSE acepta y se forma el gobierno de coalición con los nacionalistas.

    La pregunta a responder es: ¿Cual fue el resultado – para el país, para los ciudadanos-, de esa iniciativa? Pues, hay un acuerdo muy mayoritario en Euskadi (y fuera de Euskadi) en que ese período ha sido el más fructífero, el más positivo de la política vasca: tanto si se atiende a los logros concretos (desarrollo del autogobierno) como si nos fijamos en la conducta -cambio de actitud- hacia los violentos en buena parte del mundo nacionalista. Es el momento del «mejor» PNV. Es el momento en el que los socialistas asumen importantes responsabilidades de gestión (las consejerías de educación, sanidad, trannsporte, etc..). Es el período del desarrollo del sistema educativo, de la potenciación del euskera, el momento de gloria de la sanidad vasca, del turismo en Euskadi, de la cultura, del Guggenheim y todo lo que supuso, etc..

    Luego, al cabo de los años, cambian las cosas, cierto, en el PNV se impone el soberanismo y los socialistas -que no han conseguido rentabilizar demasiado su presencia subalterna en el gobierno-, sobran como socios. Lo entienden enseguida y se van (aunque a algunas, como la entonces consejera socialista Rosa Díez, le cuesta mucho asumir el hecho y se resiste a dimitir, pero esa es otra historia que tienen que ver más con las miserias humanas que con la política). ¿Eso implica descalificar retrospectivamente aquella decisión de ceder la lehendakaritza al PNV? Yo creo que eso no es muy razonable. La alternativas a aquella decisión eran o nuevas elecciones (resultado incierto y desgaste de las instituciones ante los ciudadanos) o nuevo intento de pacto con EE (con liderazgo nacionalista entocnes) y con EA (cuya evolución estaba aún por ver).

    ¿Y ahora qué? El PSE tiene posibilidades de imponerse desde luego pero no creo que el tiempo juegue a su favor. Como dice Mimo Titos habrá que ver en qué condiciones se llega a la cita electoral y como está responde la ciudadanía (crisis, desempleo) y sobre todo el esctopr proclive a abstenerse en las autonómicas. Yo creo que el PSE debe imponer su liderazgo en el gobierno o seguir en la oposición. Considero la mejor opción que ese gobierno sea compartido con los nacionalistas y que esté en la reserva la posibilidad de gobierno con el PP. Lo del gobierno en solitario con apoyos variables puntuales no me parece una salida muy factible.

  7. Comparto absolutamente la posición del PSE-EE sobre las dos únicas opciones que baraja: o liderar el Gobierno o seguir en la oposición. El problema es que, siendo la opción transversal con el PNV la más prudente, a mi juicio, intuyo que, tanto por esa red clientelar tejida tras casi 30 años ininterrumpidos de gobierno, como por esa sensación tan interiorizada que el nacionalismo de centroderecha vasco tiene respecto de considerar al paisito como suyo -(alguien tráia a colación hace poco tiempo una anécdora de Jose Juan Gonzalez de Chávarri en ese sentido cuando decía algo así como que el PSE podría gobernar con absoluta legiimidad si ganaba…pero era como si la criada mandase en la casa…)- y porque bajo determinadas las alfombras hay demasiada basura como para dejarlas así, sin siquiera sacudir un poco el polvo, que cedan la Lehedakaritza va a resultar harto complicado.
    Tampoco creo que los apoyos puntuales sean una buena solución -aunque, a veces se trata de lo posible- ;como no lo sería, excepto por aquello de abrir un poco las ventanas, un pacto más o menos estable con el PP. En definitiva, no creo que, al margen de una posible reedición del tripartito, esta vez a cuatro, si las cifran les dieran -que espero que no- todas las opciones de gobierno que pasen por el PSE-EE como eje central, son muy complicadas.
    Por último, no sabe uno hasta que punto (aunque el Presidente haya apostado abierta y públicamente por el cambio en Euskadi) las posibles necesidades de pactos en el conjunto de España pueden ser un arma de presión para que el PSE forme gobierno con un PNV a la baja, pero detentador de la Lehandakaritza. La posición tanto de Patxi López como de Zapatero parece firme ahora…pero…

  8. 7.Barañain

    Me ha parecido muy interesante toda tu explicación en torno a la postura del PSE en 1986, muy clarificadora. Ha sido casi un segundo artículo, que complementa muy bien al de Millán. Después, de eso, poco me queda añadir en relación a este tema.
    No me puedo resistir, Barañain, pero, ¿no has vuelto a hacer lecturas perniciosas, es decir, la página de opinión del ABC, ect? Después de unas semanas fuera de España y de diversos avatares, ando un poco desconectada del blog… En cualquier caso, es un lujo leerte, como a la mayoría de los blogueros.

  9. El partido de Rosa Díez pide a Swiss Air que sólo informe en castellano

    UPyD convierte al catalán en un “dialecto” que sólo hablan 700.000 personas
    (El Plural).

    Los habrá contado el microprecios, o habrán contratado una consultoría?.

  10. ¿Cuántas oportunidades más necesita el PNV después de 28 años de Gobierno? Yo espero que las dos únicas opciones que el PSE se plantee, llegado el caso, estén entre gobernar con apoyos del PP o estar en la oposición. Me parecería un error histórico volver a dar oxígeno a un partido como el PNV que, además de una ideología profundamente reaccionaria, ha demostrado reiteradamente que es maestro en el arte de las traiciones políticas (con el mismo PSE ha experimentado en sus carnes desde el gobierno de coalición, vía Lizarra). Lo de un PNV “bueno” y otro “malo” es para colegiales o incautos o para quienes necesitan una hipótesis necesaria con la que justificar lo injustificable si finalmente se termina pactando con el PNV. Pero esa historia ya no cuela: Imaz está donde está y el candidato a Lehendakari por el PNV es el que es. El resto es “jesuitismo” típico de estos nacionalistas que algunos se tragan cada vez que se lo dan a probar con una sonrisa. También me parecería inmoral que la política en Euskadi dependiera de los agobios de Zapatero en Madrid. Parece que con lo de Navarra no hemos aprendido. Procuremos la mayoría a Patxi y, si finalmente no la tiene, que los acuerdos con el PP de Euskadi le permitan gobernar y hacer el cambio necesario. Y el PNV a la oposición, que ya va siendo hora 28 años después.

  11. 11 Polonio

    Entiendo perfectamente ese punto de vista. Pero yo no creo que pactar con el PNV deba verse como una «oportunidad» que se concede al PNV. Yo lo que me planteo es cuál es la fórmula mas segura (estable, duradera, etc..) para un gobierno de coalición en un panorama tan fragmentado como el vasco. Creo que, si es que es posible, la fórmula de gobierno PNV-PSE, liderada por este último -y con un programa, digamos, postnacionalista-, es la más conveniente al menos a corto plazo. Para el futuro político de ese gobierno, para el conjutno del sistema político español y para la evolución deseable en el mundo nacionalista. ¿Entraría el PNV en esas condiciones, prescindiendo de Ibarretxe y arrinconando al sector soberanista? ¿Lo haría incluso en el caso (improbable) de que obtuviera una severa derrota electoral? Es dudoso, por mucho que presionen en favor de ello -lo harían sin duda-, todos esos sectores crecidos a las faldas de la administración vasca.

    9 Mafalda

    Yo también he andado fuera de España unas semanas y no he estado motivado para entrar en las páginas digitales de ABC. Ahora sí, lo he vuelto a hacer y he vuelto a encontrarme con los monstruos habituales -H. Tersch y compañía-, soltando las mismas paridas. Qué pereza dan.
    También es cierto que vista la evolución del PP vasco, el acuerdo de gobierno -o de legislatura-, con ellos tiene el aliciente de favorecer aún más esa evolución y la del PP en su conjunto.

  12. Muy divertido lo del «microprecios» de Lezo. Yo también me pregunté, al leerlo, cómo los habrían contado. Esa es una posibilidad.
    Pratxanda ¿no dices nada al respecto?

  13. De acuerdo en que lo del 86 no fue un error flagrante como ahora se percibe: los números y las alternativas igual no permitían otra opción. Como también ocurrirá ahora. El pacto con el PP será seguramente aritmaticamente imposible. El pacto con el PNV sólo me vale con Patxi a la cabeza y eso sólo pasará si los números lo avalan y su el PNV traga, que yo creo que lo haría.
    Mi opción preferida sería PSE y PP con patxi a la cabeza y ún programa autonomista valiente, pero eso es imposible así que me quedo con el PNV de comparsa que no quíero darle alas al soberanísmo montando un gobierno frentusta en Vitoria.

  14. Soy un ingenuo… digo… «ahora diran que Patxi liderará un gobierno de izquierdas con EA, EB, y Aralar» Ca! El debate es si deben pactar con el PP. Pabernos matao! Hay días que leer el DC me da miedo. Parece que lo importante es echar al PNV

    Primero; Cuando leo u oigo hablar de reinos de taifas me llevo la mano al kalashnikov dialéctico. Ya empezamos.

    Segundo: Hay que echar al PNV que lleva mucho tiempo. De acuerdo, pero, qué hacemos con Chaves, Sanchez Vara y Barreda que llevan la hostia y media. Eso no cuenta? No hay en Castilla La Mancha redes clientelares?. Es un tema por definir y del que hablar más largo y tendido.Que parecemos la Cope!

    Tercero: de piedra! el nacionalismo ha fracasado en construir la democracia en Euskadi y hay que pactar con el PP!! Qué coj(autocensurado) ha hecho el partido de los exfranquistas por la democracia en Maketolandiai? Vale que no está el exgobernador de Guipúzkoa de la época del Batallón Vasco Español, pero estan quienes le votaban. No sé, no veo al PP del País Vasco mejor para construir una democracia. Que fuerte, que fuerte, que fuerte. Y aquí me planto para que no me hechen a hostias! Montilla lo propone y le pegan por la calle!

    Cuarto: Hay que pensar si un acuerdo PP-PSE con mayoría de escaños, lo es con mayoría de votos tambien. Ustedes, mejor que yo sabran la sobrerepresentación de Araba. Quedaría muy feo (o no) que PP y PSE gobernaran con menos votos reales que los proplan Ibarreche, Y sin contar el 10% de «los otros» que no pueden votar. No quedarían muy bien que se recortaran los avances en la normalización del euskera (como Patxi propone…) , etc, etc. Y además habría que contar que el día que volvieran a tener mayoría… PNV, EA, EB, Aralar… y «los otros»… igual ya no se contentaban con planes, o estatutos. No se, un puro gobierno nacionalista (constiyucionalista) para parar al nacionalismo subestatal tiene sus peligros. A largo plazo.

    Quinto: El voto es del quien se lo queda en las últimas elecciones. Dicho esto, Patxi no debería tomar medidas de la piel del oso. Unos 100.000 votantes del PNV se «pasaron » al PSE para parar al PP, según Publiscopio. Volveran a casa tras las generales? O ya puestos se quedarán, porque tambien les da miedo lo de Ibarreche? Ah! Chi lo sà!

    Sexto: si la subida del PSE es a costa de la bajada del PP, por aquello del voto útil nacionalista el pacto será imposible matemáticamente.

    Séptimo Espacio Alternativo se separa de IU. Piensan presentarse en la CAV?

    Octavo: Es que nadie da un duro por UPyD? Pues vamos a jugarnosla! A meses vista Pratxanda afirma que UPyD sacará escaño por Álava. Que Alguien tome nota! Ya saco un 1% en las generales, así que entre los ex de Unidad Alavesa, los rebotados de San Gil, etc. podría sacar el 3% y entonces ya entra en quinielas si no me equivoco con la ley electoral vasca.

    Noveno: 700.000 catalanes son los que usan corretamente los pronómbres débiles. Falta calcular el número de castellanoparlantes que usan corretamente el subjuntivo. Para el resto swis air usará traducciones hechas con el cu(autocensurado). Correto?

  15. ¿Quien me hace una regla de tres?.
    A ver ,si Obama dice que va a crear 2 millones de puestos de trabajo para el 2011.
    ¿Cuantos lograra Zapatero?…..y por favor no pongan a Felipe Gonzalez como la X….gracias….jeje.

  16. Gracias, Millán, por el artículo. Y gracias a los blogueros por las estupendas contribuciones de unos y otros.

    Por mi parte, una obviedad. ETA es el gran Satán, el gran distorsionador. Es lo que nos permite evaluar alternativas que, sin ETA, serían demenciales.

    Esperemos, como dice el juicioso Pratxanda, a los resultados. El tablero vasco es de una estabilidad desesperante. Me temo que no habrá grandes conversiones. Las novedades sustanciales vendrán de la escisión PNV/EA y de que difícilmente habrá sucesión legal de Batasuna. He echado de menos algunas hipótesis de escenarios numéricos: ¿cómo cambian la asignación de escaños los nuevos «envoltorios» previsibles de las opciones? Porque mi intuición es, como digo, que los bloques no cambiarán.

    Compartiendo el deseo lógico de renovación (en Euzkadi, Pratxanda, hay una alternativa decente a los 28 años monocolores; en Andalucía, lamentablemente no), no creo que sea posible prescindir de una pata nacionalista en un hipotético gobierno dirigido por el PSE. El país es el que es. La transvensalidad famosa no es solo un palabro, sino la realidad del País Vasco. El PNV la ha negado, es cierto, y, aunque suene duro decirlo, yo sí creo que es responsable en buena parte de la continuidad de la violencia; pero no veo cómo prescindir de él. Otra cosa son los términos en que se plantee su colaboración.

    En cuanto a la sobrerrepresentación de Álava, pues son las reglas del juego; darle mayor peso político al número de votos que al número de escaños está, simplemente, fuera de lugar. A propósito, supongo que alguien habrá hecho las cuentas ya, pero ¿cómo quedaría una «Euskalherría» de cuatro provincias atribuyéndole a Nafarroa 25 escaños en Vitoria? ¿No se acabaría definitivamente con la preponderancia de los nacionalistas?

    Abrazos para todos.

  17. “Parece que lo importante es echar al PNV”.

    Para mí sin ningún género de dudas. ¿Tan complicado es entender que después de 28 años de PNV sea muy deseable un cambio de gobierno? Ni que fuera un crimen de lesa humanidad pretender derrotar en las urnas a quien gobierna una comunidad por el simple hecho de que ese gobierno sea nacionalista. ¿Tienen los nacionalistas- el PNV en este caso- algún contrato de impunidad política que impida que le hagamos la crítica en los mismos términos que a cualquier otro partido o gobierno? Comprendo que es mucho más fácil hacer la gracia contra el PP –en Euskadi criticar al PP sale gratis, pero cuesta muy caro hacerlo al PNV: a veces carísimo- pero quien gobierna en Euskadi es el nacionalismo, no la derecha española. Lo que puedo poner negro sobre blanco, después de 28 años en el gobierno de Euskadi, son las barbaridades del PNV, no las del PP. A quien hay que juzgar su gestión de gobierno es al PNV (y a quienes han formado parte de ese gobierno) no a la derecha española. Y si no se es capaz de ver el elemento diferenciador en Euskadi con el resto de comunidades españolas es que o se desconoce totalmente su realidad o se coincide con esa realidad de grave deficit de libertades (para quienes no son nacionalistas).

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