Por el aro o a chirona

MCEC

Ayer cayeron tres etarras más, seis en los últimos días, incluido el jefe del “aparato logístico��?, que en la terminología tradicional de la banda es uno de los tres líderes, junto al político y el militar, a cuyo “aparato��? parece pertenecían los tres detenidos ayer. A la detención de los 3 primeros el PP reaccionó diciendo que “no era lo más importante��?, lo verdaderamente importante era que el Gobierno rompiera el proceso de paz.

¿Romper qué? Pues romper el proceso de rendición ante ETA, respondería el ínclito Alcaraz sin dudar. Lo grave es que Acebes y Rajoy se sumen a semejante dislate, por utilizar su propia terminología. Porque por las razones que sean – exigencia etarra de esperar a la constitución de la mesa de partidos y luego negativa del Gobierno tras el robo de pistolas en Francia y la nueva ola de vandalismo callejero – todavía no se ha iniciado el diálogo Gobierno – ETA que anunció el Presidente del Gobierno antes del verano. Por no hablar de la mesa, que no se ha constituido y que no tiene pinta de hacerlo a corto plazo.

Así que romper el proceso sólo puede querer decir retirar la oferta de final dialogado de la violencia contenida en la resolución del Congreso. Oferta que, recordemos, sólo repite el artículo 10 del Pacto de Ajuría Enea (por cierto, el corrector automático me corrige Ajuria por Jauría…) suscrito por AP. ¿Quid del contenido? Si ETA da signos inequívocos de renunciar a la violencia se abordarán con ella los aspectos “técnicos��? del fin de la violencia. Es decir, el Estado se mantiene invariable en la posición de siempre. Es ETA la que se ha movido.Sea por su debilidad operativa, por Al Qaeda, por la renuncia del IRA, o por evolución generacional, ETA ha mostrado más voluntad de adaptarse a las condiciones fijadas por el Estado que nunca hasta la fecha. Ha declarado un “alto el fuego permanente��? cuyos términos parecen haber sido dictados indirectamente por el Estado. Otra cosa es que los esté cumpliendo como se le exige. Pero las detenciones demuestran que el Estado no ha bajado los brazos.

Seguro que las fuerzas de seguridad tienen instrucciones de calibrar muy bien cualquier golpe a ETA en las circunstancias actuales. Pero no de dejar de vigilar sus movimientos y acumular información por si las expectativas de paz no se cumplieran. El robo de las pistolas demostró tangiblemente la reticencia de ETA, o de una parte de ETA, a seguir entrando por el aro. El Gobierno ha enviado una señal muy clara: el que la hace la paga, el que no pasa por el aro va a chirona.

No hay nada que romper porque no se ha cedido en nada. No sabemos a ciencia cierta si ETA ha perdido la esperanza de lograr sus objetivos. A lo más que puede aspirar es a que su desaparición propicie que las fuerzas políticas democráticas negocien y en su caso lleguen a acuerdos sobre algunas de sus demandas tradicionales. Su desaparición por las buenas o por las malas.

Lo único que hay que romper es la absurda ofensiva de oposición partidista del PP contra los esfuerzos del Gobierno de acabar con ETA de una vez, en los mismos términos refrendados por todos los partidos políticos en los años 80 y que hoy siguen suscribiendo todos los partidos políticos, con la deshonrosa excepción del PP. Términos de rendición dialogada de ETA que también apoya la inmensa mayoría de la población vasca y del resto de España, incluido un porcentaje considerable de los votantes del PP.

Pero eso no va a suceder porque a estas alturas ya está meridianamente claro que el PP va a seguir haciendo bandera de su oposición a la política anti-terrorista del Gobierno hasta las elecciones.

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