Porque sería peor el remedio que la enfermedad

LBNL

Quizás tuvieron ocasión de leer ayer en Infolibre el artículo de mi buen amigo Ignacio Sanchez-Cuenca ¿Por qué no nos vamos del euro?. Lectura obligada como con todo lo que escribe Pacho, aunque sólo sea por atreverse a plantear opciones que pocos plantean. No por ello menos erróneas.

Leánlo, no se queden con el resumen que sigue. España está fatal, especialmente en cuanto a desempleo y seguirá estando muy mal durante varios años. Bruselas impone políticas de austeridad que actúan como corsé. Citando a un tal Fritz Scharpf, socialdemócrata alemán entrado en años, plantea dos opciones para remediar un futuro a medio plazo entre negro y gris oscuro. Lo lógico sería un salto adelante para imponer la regla de la mayoría a escala europea. Pero Scharpf ve tal salto improbable porque  los ciudadanos europeos no estarían dispuestos a sacrificar sus democracias nacionales en beneficio de una democracia europea e indeseable porque, de funcionar, los conflictos de intereses serían tan profundos que se acabaría rompiendo la UE. En ausencia de tal salto, lo lógico sería que los países deudores se plantaran para forzar una unión monetaria perfeccionada, basada en reglas más justas aunque ello requiera transferir más poderes en política económica a la UE. Y en caso de que ese avance no se produzca, abrir un debate con vistas a salir del euro.

Ciertamente, la perspectiva de largos años, lustros quizás, de crecimiento moderado y, sobre todo, de desempleo por encima del 20%, es intolerable. Pero mi amigo y su gurú alemán no parecen conocer con suficiente detalle cómo funciona la UE, particularmente en materias económicas dónde, por supuesto, rige la regla de la mayoría, en la que la supuestamente pérfida Alemania de la bruja Merkel tiene menos de un 30% del poder de decisión. Es mucho más complicado, porque cada propuesta de la Comisión Europea tiene que ser negociada y validada tanto por el Consejo de Ministros como por el Parlamento Europeo a través de procedimientos de compromiso prácticamente ininteligibles para los no iniciados (Trílogo entre las tres instituciones).

Lo cierto es que durante los primeros años de la década pasada, la UE cedió ante los déficits públicos excesivos (en comparación con el 3% del PIB impuesto por Maastricht) de Alemania (y Francia) y el Banco Central Europeo, modelado a imagen y semejanza del Bundesbank, mantuvo unos convenientemente bajos tipos de interés, que favorecieron un endeudamiento excesivo de las economías periféricas, incluida la española. Como cierto es también que la política de austeridad a ultranza fue impuesta desde Frankfurt y Bruselas como pretendida solución a los déficits públicos de dos dígitos de varios países, España incluida.

Pero no es cierto que fuera el BCE quien forzara a España a cambiar sus políticas económicas. Fueron más bien los mercados, la maldita prima de riesgo, la que obligó a varios países europeos a aceptar las recetas de los tecnócratas de Frankfurt a cambio de su apoyo monetario. Es un matiz importante. Plantea ISC salirnos del euro si “el Norte” no acepta perdonarnos parte de la deuda acumulada o, alternativamente, mutualizarla, diluirla en una inflación por encima del 2% de Maastricht o devaluar el euro para promover las exportaciones.

El problema no es “el Norte”. Ojalá. El problema es que en “el Sur”, empezando por España, son demasiados los que piensan que “hemos vivido” por encima de nuestras posibilidades y, en consecuencia, debemos recortar salarios y prestaciones sociales para equilibrar las cuentas públicas. El enemigo no es Bruselas, sino la CEOE y sus acólitos, incluido el gobierno del PP que, ante la falta de ingresos y el incremento de los gastos públicos, recorta donde no debiera, haciendo daño a los menos favorecidos.

Y, en consecuencia, cuando llega la hora de tomar decisiones en Bruselas, no se plantea ninguna posibilidad de “plante”. Pero el “plante” no puede concebirse como posible abandono del euro, que llegó para quedarse y menos mal, porque las sucesivas devaluaciones cambiarias de los años noventa nos empobrecieron igual que la devaluación salarial en curso. No está en absoluto claro que “el Norte” fuera a ceder al chantaje que plantea ISC. Lo que sí es meridianamente claro es que, en caso de no cesión, el abandono del euro tendría un coste económico mucho mayor del que se pretende atajar. Basta citar el sobrecoste de deuda, tanto pública como privada. Suponiendo que fuera política y técnicamente factible, abandonar el euro implicaría tener que devolver lo que el Estado y las empresas españolas deben, con un coste de entre un 30 y un 50% más caro. El empobrecimiento generalizado resultante sería desastroso, como lo serían las consecuencias de declarar un “default”, un impago de la deuda o de parte de ella. Pregunten en Argentina si tienen alguna duda. Con independencia de la culpabilidad de quién te prestó irresponsablemente, si no devuelves lo que te prestaron no te vuelven a prestar, y sin acceso al crédito lo tienes crudo, tanto o más que las empresas locales que se ven abocadas a cerrar por no tener acceso a la financiación indispensable para desarrollar su actividad.

Plante sí, desde dentro, no a la Artur Mas, amenazando con la deserción. Plante para cambiar las políticas económicas europeas que llevan años demostrando su esterilidad al estar enfocadas principalmente hacia el recorte del gasto antes que a la promoción de los ingresos públicos. La Unión Europea es mucho más que un mercado. Es la garantía de paz entre las potencias europeas que desangraron nuestro continente en dos ocasiones el siglo pasado. Es la única opción de contar en un mundo crecientemente globalizado. Es el proyecto político de promoción voluntaria de la democracia más ilusionante de los últimos siglos. Y el euro es un elemento esencial en el proceso de promoción de interdependencia.

El problema no es Europa, sino a quiénes enviamos a Europa. El día 25 enviaremos a nuestros euro diputados, cada vez más importantes en la toma de decisiones de la UE, pero lo más importante seguirá siendo a quién encargamos que negocie en nuestro nombre en el seno del Consejo Europeo. Nuestro Presidente del Gobierno es quien debe disponer del amplio margen de autonomía fiscal en España para mitigar las consecuencias de la crisis y fajarse para que, en alianza con otros, en Europa deje de primar el austericidio y la sumisión a los mercados.

Salirse del euro no es ni viable ni aconsejable en caso de que lo fuera. No erremos el tiro querido Pacho. Nuestros representantes en Bruselas no dan la batalla que debieran, pero fuera del euro tampoco la darían. El corsé económico europeo es una mera excusa para aplicar la política económica que en todo caso desean aplicar, por convicción ideológica o por intereses particulares. Nuestros representantes tienen la opción de alterar la política económica europea. Pero para ello tienen que querer hacerlo y proponer fórmulas que permitan generar empleo eficazmente, mejorando al mismo tiempo el balance de las cuentas públicas. Fuera del, euro el reto sería el mismo pero el sobre coste sería inmensamente mayor.

 

7 comentarios en “Porque sería peor el remedio que la enfermedad

  1. «Plante sí, desde dentro, no a la Artur Mas, amenazando con la deserción»

    1 Deserción…. España es un ejército
    2 Artur Mas… NO el Parlament se compromete a celebrar un referendum de autodeterminación. Se vota. Se gana o se pierde. Catalan amenazando con un sobre y una urna
    3 Cameron qué és? un desertor como Artur Mas? Porque él si que propondrá un referéndum sobre la pertenencia de UK a la UE. Se vota. Se gana o se pierde. Es tambien una amenaza?
    4. Año 2015 Podemos gana las elecciones generales. Para cumplir su programa decide abandonar la UE (ya no sé si con referendum o no) Pablo Iglesias amenaza tambien?

  2. Dice LBNL que no fue el BCE, que fueron los mercados los que impusieron un cambio de política económica. A este respecto, reproduzco aquí el comentario de un lector del artículo -por lo demás, muy interesante-, de ISC:

    «Estando totalmente de acuerdo con el fondo del comentario de Sánchez-Cuenca, ya quedo a la espera de su segunda y esclarecedora parte, en la que seguramente, dedicará mucho espacio para explicarnos, de una forma clara y comprensible para todos, que hacemos con los llamados «Mercados»…..porque como son los que de verdad, de verdad, tiene «la sartén por el mango» y los políticos dependen de ellos, seguro que nos indicará el camino a seguir para lograr nuestros deseos de una España mejor. ¿Porque los «mercados», si existen, verdad Ignacio?»

    También dice LBNL que en la UE, y particularmente en materias económicas, rige la regla de la mayoría, y que «la supuestamente pérfida Alemania de la bruja Merkel tiene menos de un 30% del poder de decisión». Un 30%. ¿Le parece poco?

  3. ¿Alguien entiende cómo hace compatible LBNL este artículo con su decisión de no votar en las próximas elecciones europeas que anunciaba aquí mismo hace una semans? Yo no lo entiendo.

  4. Completamente de acuerdo con LBNL. Abandonar el euro es una huida hacia la mediocridad que ya existía en Europa cuando para que nuestros intercambios fuesen mas estables se inventó el mecanismo de cambios o serpiente. Hubo ya que hace varias devaluaciónes del sur respecto del norte y tuvieron un coste enorme para los paises devaluados en forma de inflación alta y tipos de interés elevados que supusieron un empobrecimiento de los ciudadanos de cada país devaluado. Cito a continuación la observación de LBNL: » abandonar el euro implicaría tener que devolver lo que el Estado y las empresas españolas deben, con un coste de entre un 30 y un 50% más caro.» En efecto, abandonar el euro para recuperar nuestra peseta supodría una devaluación inmediata respecto al euro, pero como las deudas se asumieron en euros aumentaría nuestra deuda externa.

  5. Pues yo lo entindo perfectamente Don PMQNQ. Lo dice en su artículo: » ….. El problema no es Europa, sino a quiénes enviamos a Europa …… » No debe ver claro a quienes votar. A mí me pasa lo mismo. Mi elección de UPyD lo es más en clave nacional, para favorecer el avance de otros partidos bisagras y que haya otra vida además del bipartidismo, que en clave europea.

  6. Dios mío, ahora coincido con Fernando! 🙂
    Ciertamente, en mi artículo del otro día preconizando el no voto, un argumento esencial era que ninguna opción me parecía válida. De parecérmelo alguna, claro que la votaría, como he hecho siempre.
    En todo caso, en el artículo de hoy ya explico que si bien el Parlamento Europeo cada vez tiene más poderes como institución, los eurodiputados suelen estar sujetos a las disciplinas de sus partidos, liderados generalmente por sus jefes de gobierno. Ergo, donde se podría cambiar la política europea es en el seno del Consejo Europeo, a donde mandamos a quien elegimos Presidente del Gobierno en las elecciones generales.
    Por último, Alemania tiene menos del 30% del poder de voto y es bastante. Pero es menos de lo que tienen Italia, Francia y España en conjunto, por ejemplo. Si se «plantan», Alemania no puede arrollarles en absoluto. El problema es que no se plantan porque no tienen arrestos, porque no tienen ideas alternativas y porque no quieren tenerlas al estar convencidos de que la austeridad es la opción menos mala.

  7. Ay LBNL has caído en la tela de araña votos de Fernando…..jeje.
    Si auh tienes dudas sobre quien mandar a Europa y viendo que tienes yuyu de votar a Valenciano,por que no eres coherente contigo mismo y votas para que vaya Ramon Jáuregui …o ¿es que también te da yuyu?.
    Ejem…..jiji.

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