¿Qué pasa ahora?

Guridi

Pues ya casi se ha terminado el proceso de renovación congresual del PSOE, tras renovarse su secretaría general, su comité federal, sus federaciones y ahora sus agrupaciones provinciales y locales. Durante este proceso Pedro Sánchez y sus partidarios han tratado de tomar al asalto todos los ámbitos del partido, al grito de querer hacer pagar a los demás la primera caída de Sánchez y los meses en los que el partido estuvo en gestora. No ha habido muchos más argumentos ideológicos, aparte de recitiar como un mantra las conclusiones del Congreso Federal, cual si fueran textos sagrados. Y también algunas confusas apelaciones a la “voz de la militancia” que suenan a lemas reciclados de Podemos.  

En algunos casos, como en Asturias, Cantabria y Madrid, han tenido mucho éxito. Se han consumado las venganzas y los actuales secretarios generales están más dedicados a reprimir a quien quiera que cuestione las palabras de Sánchez que a ocuparse de los problemas de la ciudadanía. En Cantabria esto ha provocado crisis de gobierno y en Asturias se ha traducido en una vigilancia y cuestionamiento permanentes de Javier Fernández. Y es lamentable ver a un hombre tan digno sometido a la inquisición de los mediocres.  

Y no he usado inquisición al azar, porque los que se autodeminan “sanchistas· son gente dedicada a la obediencia ciega y a impartir castigos en a quien quiera que se aleje de la ortodoxia. Lo malo es que la ortodoxia se debe a los planteamientos cambiantes de Sánchez, por lo que es difícil seguir unas normas fijas. Unos días te pueden mandar a la hoguera por querer pactar con Ciudadanos y otros te pueden quemar igualmente por cuestionar las alianzas que se han establecido con Podemos y sus marcas blancas.  

Mientras, algunas de las promesas de más democracia interna se han visto pospuestas. No se ha votado, ni sometido a la aprobación de la militancia la actitud del partido ante el 155 (que a mí me parece bien), ni tampoco se han convocado esas elecciones a delegados del Comité Federal que serían elegidos por el voto directo de los militantes. A lo mejor es que no está preparado el terreno aún. Por poner un ejemplo: en Madrid José Manuel Franco aún tiene que implantar esa medida suya de poner un “asesor” en cada agrupación y ayuntamiento, para que alguien de fuera “asesore” a quienes llevan toda la vida sobre el terreno. Imagino que asesorarán de la misma manera en la que un mormón te trata de asesorar sobre la libertad religiosa. O peor: que te asesoren cómo Torquemada asesoraba a la comunidad judía.  

El caso es que este avance de la ortodoxia, esta propagación furiosa que recuerda a la expansión del Islam en la Edad Media, ha tenido sus particulares Navas de Tolosa en los mismos sitios que pretendía tomar al asalto. Federaciones enteras, agrupaciones provinciales y locales siguen sin tragarse la buena nueva de que hemos sustituido a las ideas por personas y han opuesto una lógica resistencia al avance de la yihad personalista.  

Mientras, España sigue agravando las desigualdades, se aproximan unas problemáticas elecciones catalanas y no es del todo imposible que Rajoy nos regale por navidades unas elecciones anticipadas. Y el PSOE no está listo ni para la yihad, ni para las elecciones. 

Un comentario en «¿Qué pasa ahora?»

  1. EL PSM genera más cantidad de historia de la que es capaz de digerir (desde hace tiempo ya), bueno, de digerir, y también que votos recibidos.
    En general el PSM desde hace tiempo genera mas historias y culebrones, y debates, y analisis, -contrapuestos, sesudísimos siempre y de varios origenes etc- que casi otra cosa.
    De hecho, es casi lo único que general

    ¿A que no se explican ustedes por que?

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