¿Qué va a pasar en Bruselas?

Lobisón

Tras la victoria de los nacionalistas flamencos en las elecciones generales belgas, y la dimisión del primer ministro Elio di Rupo, en Bruselas pueden pasar todo tipo de cosas, aunque seguramente muy despacio. Pero mi pregunta se refiere a lo que puede pasar con la Comisión tras el resultado de estas elecciones europeas.

Podemos hablar de cataclismo, de terremoto, o pensar que estas elecciones no representan más que el resultado de una coyuntura específica, que no tiene por qué reproducirse en las siguientes elecciones generales de cada país. Pero lo cierto es que el impacto de las elecciones europeas en algunos países es espectacular y no puede ser ignorado. Francia se ha convertido en el agujero negro de Europa tras la mayoría obtenida por el partido de Marine Le Pen. Pero el triunfo del UKIP en el Reino Unido, o de Syriza en Grecia, también auguran graves complicaciones en la relación de estos países con la UE.

La hipótesis optimista, formulada por ejemplo por Arias Cañete, es que las aguas volverán a su cauce cuando los ciudadanos perciban la recuperación económica en sus propios bolsillos. Pero quizá es demasiado optimista, porque da por descontado que la recuperación va a continuar y que a va a superar su actual paso de  tortuga. Nada de esto es evidente, porque hay demasiadas incertidumbres en el aire. Lo que sí es probable es que en las elecciones nacionales la participación sea mayor y los partidos de protesta, antieuropeos o no, fascistas o no, pierdan peso frente a los tradicionales.

Otra hipótesis optimista es que la nueva Comisión sea capaz de cambiar la actual imagen de la UE que ha llevado al notable crecimiento del voto de protesta. También puede pensarse que este optimismo es exagerado, a la vista de las sucesivas decepciones que la Comisión y el Consejo han venido ocasionando a los ciudadanos que esperaban respuestas más claras y contundentes, y menos dolorosas para los países del sur, a la crisis del euro y la recesión causada por las políticas de consolidación fiscal.

En buena medida todo depende de que Berlín haya entendido el mensaje que han lanzado los electores, y no es evidente que vaya a ser así. Los asesores de Merkel pueden pensar que el moderado avance del SPD es consecuencia de las medidas sociales aprobadas por el gobierno de coalición, y que el principal problema de la CDU es cortar esa deriva social del gobierno y poner al SPD en su sitio.

Pero quizá no haya que ser demasiado pesimistas. Es improbable que Merkel no perciba el riesgo de tener al Frente Nacional en El Elíseo y la necesidad de buscar aliados sólidos frente a las tentaciones de autoexclusión de Londres, tentaciones a las que Cameron sería muy capaz de sucumbir para disputar el electorado al UKIP. Y la única forma de frenar una dinámica centrífuga sería una Comisión que apostara seriamente por la recuperación y por una mayor unidad económica. Juncker no sería un mal candidato para presidir una Comisión así, sobre todo si busca el apoyo de los socialistas y los liberales en el Parlamento. En fin, todo es muy complicado.

7 comentarios en “¿Qué va a pasar en Bruselas?

  1. La primera incógnita es si los Jefes de Estado y de Gobierno, de momento los mismos que anteayer, aceptarán nombrar a uno de los super candidatos como Presidente de la próxima Comisión o, si por el contrario, se limitarán a escoger a un centro derechista entre ellos, interpretando restrictivamente la letra del Tratado de Lisboa.
    Pese a que la Comisión saldría ganando en legitimidad democrática (o precisamente para evitarlo), hasta que se demuestre lo contrario yo sigo apostando por la segunda opción. Cameron, el ínclito Orban (húngaro) y algún otro, van a vetar a Juncker, por demasiado «federalista», amparándose de paso en que «bebe y fuma demasiado» y tampoco es que le pirre deslomarse trabajando. Aunque en principio podría haber un voto por mayoría super cualificada, la idea de Van Rompuy, al que alguien hoy describía como nacido con la misión de evitar cualquier conflicto, es evitarlo. A ver si los que apoyan la idea de una interpretación amplia del mandato del Tratado se plantan y exigen que sea nombrado uno de ellos. Liberales, Izquierdistas y Verdes ya han anunciado que no refrendarán en el Parlamento a un candidato que no haya sido super candidato.
    Obviamente, un Presidente de la Comisión con legitimidad popular tendría más fuerza para negociar tanto a quién recibe como Comisario de cada país como, sobre todo, asignarle la cartera para la que le considere más idóneo (o menos dañino, según de quién se trate).
    Sería el segundo paso para conformar un equipo fuerte y con mayor autonomía respecto de Merkel y los austeros. Pero volvamos al primero y recemos porque se de. Yo me temo que acabaremos con la Presidenta de Lituania, ex Comisaria de Presupuestos en la Comisión Barroso I. O con el danés Rassmussen, al que se le ha acabado el mandato en la OTAN. O con Mario Monti. Los tres pueden presumir de haber sido Primeros Ministros, regla no escrita, como también Juncker pero no Schulz. Veremos

  2. Me apunto a la apuesta que hace LBNL. La lituana al frente de la Comisión,….esa sería la guinda del pastel.

    Sobre lo ocurrido el 25M en nuestro país, veo con recelo la salida del congreso extraordinario capitaneado… por el actual equipo directivo de Ferraz. Y coincido con PMQNQ en lo lamentable de la intervención de Rubalcaba. El y los suyos siguen con la cantinela -como hoy la editorial de ElPaís, tan laudatoria hacia Rubalcaba-, de que se les asocia con la crisis iniciada en la pasada legislatura: como si no fueran ellos los que mas han contribuido a esa percepción negativa al renunciar a cualquier explicación y defensa de la política entonces seguida, facilitando la versión de la derecha.

    Al cúmulo de errores desde la derrota en las últimas generales han añadido el de esta absurda campaña de las europeas. Con un Rajoy presumiendo de su supuesto éxito, exponiendose a que los electores le pasaran factura -lo que los gobernantes tienden a evitar en este tipo de elecciones proclives al castigo al gobierno de turno-, los socialistas renunciaron a confrontarse directamente con él y aumiendo el traje “europeo” se dedicaron a defender un vago europeísmo más comprometido socialmente pero sin ofrecer nada sustancial (porque no se podía) a los sufridos electores y a descalificar a su candidato, como si a los ciudadanos les importara un pimiento el combate Cañete-Valenciano. Sobre esta última, coincido con lo apuntado en el último post de Guridi.

    El único dato positivo para los socialistas es el de los buenos (relativamente al menos) resultados en las comunidades donde el PSOE es opción de gobierno (incluyendo Extremadura donde debería estar gobernando y así es percibido alli también). Parece que allí donde lideran no es tan obvia para la ciudadanía esa equiparación (falsaria) entre PSOE y PP que le habría dejado sin opciones en el resto de comunidades

    Respecto al éxito de Podemos, me da la impresión de que a corto y medio plazo a quien más amenaza es a IU (no le veo largo plazo a Jodemos ni creo que esté seriamente amenazado el bipartidismo en España -de lo que me alegro- pues, en contra de lo que tendemos a creer de vez en cuando, Spain is not diferent).

    Al PP le ha salido una cosa bien. Ha demostrado que con su política de gobierno era capaz de consolidar su flanco electoral ultraderechista: aquí no han salido opciones ultras como en otros países, porque lo ultra sigue atado y bien atado en el PP. De todas formas, mal harán los socialdemócratas, liberales y conservadores europeos si descalifican sin más los resultados de los antieuropeos y olvidan que se han impuesto porque han sabido vender un discurso más social (evidente en Francia con Marine Le Pen) y porque su política sobre la inmigración (enarbolando banderas que los otros, estúpidamente, le han regalado) está mucho más cercana a los ciudadanos que la de los del establishment actual que siguen en la inopia.

  3. Hace años que no compro El Pais, y lo compraba todos los días.
    Si El PSOE debe (que debe) reflexionar y pregutarse por que sus electores le abandonan, El Pais quizas debiera hacer lo mismo y preguntarse por que le abandonan sus lectores.

    Para mi hay un paralelismo muy claro entre la crisis que atraviesan las dos instituciones, y que pasa por haber corrido en dirección contraria a los que los seguiamos esperabamos y deseabamos que corriesen.

  4. Muy oportuna la observación de Laertes.

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    La actitud seguida hasta ahora por la dirección del PSOE me hace desconfiar de sus planes inmediatos cuando deciden convocar, para ya mismo, un congreso extraordinario. Mi desconfianza aumenta cuando escucho a Patxi López insistir en que las primarias deben ser más tardías aún, para después de las municipales.

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