Radicales libres

Arthur Mulligan

Tras las elecciones del 4-M en Madrid llega ahora el momento de que los sociólogos, politólogos y periodistas se aproximen para tratar de llegar a un acuerdo que explique razonablemente el por qué las cosas han sucedido así y no de otra manera, refinando las repataletas de primera hora tras conocerse los resultados del tipo de Monedero, insultando las capacidades mentales de los camareros con sueldos de 900€ o las de la Vicepresidenta Calvo, altiva y distante, para debatir sobre cañas, ex y berberechos, toda vez que el ruido de los cañones no sirve para nada después de transcurrida la batalla.

Reconozco que como espectador aficionado siento predilección por los más alambicados y creativos, los que introducen matices inesperados, pesos inconmensurables de pequeños detalles que contienen una adhesión espontánea del vulgo municipal y pecador pero de los que nada sabíamos ni podíamos saber porque huían de una localización cerebral para asentar sus reales en las gónadas, esas glándulas que comprometen en nuestro caso la reproducción de sentido.

¿Acaso era la colonización esperada de los barrios obreros (necesitados de protección antifascista) por la ultra derecha? No, porque allí Vox no crece.

Ah, claro, lo ocurrido se debe a que el PP ha recogido el mensaje de Vox y de hecho es Vox, como queríamos demostrar -un dato en sí mismo indemostrable-, pero incluso así, admitiendo esta transferencia ¿qué es lo que hace que estos seres imperfectos voten así en lugar de votarnos a nosotros, que para eso hemos estudiado?

Tal vez el surgimiento de una clase aspiracional que rodea la almendra urbana en donde reside el éxito definido por esa mezcla difusa de herencia, esfuerzo, talento y formación, y que a pesar de las enormes dificultades de origen pretende poder progresar a mayor velocidad que los que resisten el frío entumecedor en las articulaciones de la España vacía.

Un mantra dice que los españoles somos sociológicamente de centro izquierda, un territorio lunar de luz tenue, lechosa y resistente al bombardeo de los aerolitos del universo a los que combate en su quietud de esfinge impenetrable, sabia e inconmovible.

El problema del centro en nuestro país es el de todos los centros: no disponen del don de la ubicuidad.

Se presentan en la vida política como los agujeros negros, lugares que concentran la mayor densidad de sentido común -algo deseable en sí mismo- con el grave defecto de que no reflejan la luz que absorben.

Es imposible en esas condiciones de ensimismamiento progresar con el mismo entusiasmo fundacional después de sentir el batir sectario de sus propios corazones para desilusión hipócrita y contumaz del centrismo realmente existente.

Los cadáveres magníficos de CDS, UCD, UPyD y Cs atestiguan su espectral cortejo en España.

A los españoles -y a la mayor parte del mundo, me atrevería a decir- les gusta la carne con su grasa encapsulada y discernible de preferencia, separadora de lo magro, moldeable con el propio gusto y no sujeta a gustos ajenos.

También suscriben el gusto por la moderación, siempre bien recibido, a condición de que se incline a su favor dentro de un amplio espectro.

¿Quién se acuerda de Pepu Hernández o de José Manuel Franco, concejal de Monforte de Lemos, diputado en la Asamblea de Madrid, Diputado en las Cortes Generales, Secretario General del PSOE-Madrid, Delegado del Gobierno de España en la Comunidad de Madrid y Presidente del Consejo Superior de Deportes y Secretario de Estado para el Deporte de España ?

¿Quiénes son los miembros de la Ejecutiva del PSOE de Madrid y qué dijeron sobre la campaña de su partido en Madrid?

No sabemos quienes son pero sí que su candidato era soso y no sé qué más a precio de oro sobre una fachada; hoy, ese soso concentra la mirada airada de su ejecutiva ejecutora y ha protagonizado un conato de resistencia a entregar su acta de diputado sin antes obtener garantías de otro mejor. Normal. Si me ponéis aquí para ser abofeteado y me decís que desaparezca con la cara hinchada, «¡ vete tú, celeste Lastra!» les ha debido contestar.

No existe el centro como ideal, sino la moderación de lo propio que conduce a centrarse.

La más aburrida de toda la campaña ha sido, en mi opinión desde provincias, la representante de Más Madrid, que es mujer, madre y médico. Su programa es desconocido para la mayor parte de españoles pero sí sabemos que situaban sus orígenes en el Podemos primigenio, un cuestionamiento de las posiciones sostenidas por Zapatero «…mientras la socialdemocracia no ponga encima de la mesa un modelo alternativo a los fundamentos básicos de la visión económica dominante en las últimas décadas, las políticas que expresan el significado de las ideas e ideales progresistas seguirán teniendo, como una de sus principales señas de identidad, la política de redistribución del gasto público y la preocupación por reforzar la red de derechos sociales. Si esta ambición dejase de ser la columna vertebral de un proyecto socialdemócrata le quedaría a este muy poco de su razón de ser. Es más, que el Estado de bienestar o el Estado social dejase de formar parte del corazón europeo sería una refutación histórica de la razón fundacional de la propia Unión», ni más, ni menos, pero dicho antes de la reforma del artículo 135 de la Constitución Española.

Desde su origen propugnan ser complemento, un colaborador pijiprogre que llegue más allá de Podemos y han conseguido marcar un perfil urbano, joven y verde capaz de calar en la sociedad.

Dentro de las políticas feministas, proponen que los productos de higiene menstrual estén disponibles y sean gratuitos en edificios públicos, con el objetivo de que “todas las mujeres en situación de pobreza tengan acceso a productos de higiene menstrual», así como mejorar la Ley Trans madrileña de 2016.

En palabras de Pablo Iglesias, «Ocupar la centralidad del tablero y establecer los términos del debate de país con un relato ineludible para el resto de actores, que se ven obligados a posicionarse al respecto, es la aspiración de cualquier opción política que pretenda ganar las elecciones. Sin embargo, esa centralidad no tiene por qué coincidir con lo que en el pasado se llamó «centro ideológico» y que sólo puede explicarse en un contexto en el que conservadores y socialdemócratas pueden diferenciar sus propuestas.»

Bien, todas las fuerzas que intentan la centralidad han sido aplastadas por alguna o las dos fuerzas del bipartidismo histórico; Margaret Thatcher, que siempre circuló sin complejos, lo anunció con carácter premonitorio: «Estar en el centro de la carretera es muy peligroso; te atropella el tráfico de ambos sentidos».

Aún más, George Lakoff, lingüista y sociólogo, lo afirma con rotundidad: «El centro ideológico o político no existe». Y lo apoya con un sólido argumento: es imposible colocar la mayoría de los asuntos de que trata la política -los impuestos o el gasto público, el divorcio o el aborto, la sanidad o la educación- en una escala lineal y situar al partido centrista siempre en el punto medio de esa escala. Equidistancia imposible, entre otras razones, porque muchos de esos asuntos son de «sí o no» y no hay escala que valga.

El caso es que el movimiento constante, nervioso, birojo y permanente termina cansando al observador, y más en tiempos de crisis, de alarma, como los presentes, y entonces el centro recibe un sopapo que lo aturde al grito de «¡dame más de lo mío!»

Esa moderación centrista que exhiben las encuestas repletas de virtud aristotélica es pura falsedad y siempre debe interpretarse como la forma moderada de las grandes masas en los bloques que compiten.

«Yo no quiero verte sufrir» dice la Mantis a su víctima, «y por eso te como; si fueras tú la que me comieras el sufrimiento sería para tí»

Así, ante la imposibilidad de oscilación de movimiento en los extremos, retoman el protagonismo las teorías sociales que decanta la gran tradición, sin la cual el centro es un punto estéril.

Los centristas actúan como los radicales libres, son átomos o grupos de átomos que, en su composición, cuentan con un electrón que no está aparejado, por lo que son altamente reactivos e inestables. Para lograr establecer el equilibrio, este átomo buscará “robarle” un electrón a otro átomo.

Cuando esto sucede, el átomo que pierde su electrón se convierte a su vez en un radical libre. Así, se va generando una reacción en cadena llamada estrés oxidativo, donde se dañan las células, se produce el envejecimiento y contribuye a muchas enfermedades.

Son radicales libres a título de ejemplo, en el PSOE, Pedro Sánchez, Lastra y Ábalos; en Ciudadanos, Albert Rivera y Aguado; en el PP, los fabricantes de tramas y sus aprendices, la anterior dirección, los ansiosos, etc, todos los depósitos estratégicos de Vox y UP, además de los de Teruel también pedimos.

Afortunadamente para nosotros, ciudadanos que vivimos en un sistema democrático, existen las elecciones periódicas que actúan como los antioxidantes que protegen y fortalecen el cuerpo humano, mientras retrasan el envejecimiento y previenen la oxidación celular al neutralizar los radicales libres. Digamos que les sobra un electrón y se lo donan al radical libre tranquilizándolo y neutralizándole.

Al pobre diablo de Iglesias le ha caído un electrón sobre la chepa que le ha dejado sin aliento, mientras desarrolla el envejecimiento acelerado un partido que siguiendo el destino de sus homónimos europeos no tiene visos de rectificar.

6 comentarios en “Radicales libres

  1. La pregunta que hay que hacerse es si los ciudadanos que han votado al PP de Ayuso quieren que el gobierno de Madrid les de lo que el gobierno de La Nación les ha dado.

  2. No , definitivamente no se entera de nada a pesar de la vulgaridad de su propuesta, que en todo caso no solo es aplicable a Madrid sino a todo España.
    Al peor Gobierno de nuestra democracia le esperan jornadas muy duras porque se cierra el ciclo de una estrategia.
    Apenas quedan instituciones que le respeten .
    Ni el Tribunal Supremo , ni el Consejo General del Poder Judicial , ni las FF y Cuerpos de Seguridad del Estado , ni el CIS , a cuyo jefe van a juzgar en breve por prevaricar , ni las CCAA más ricas , más extensas o más dinámicas ; aislado en el exterior y sin el pararrayos de Iglesias para desviar el odio que siembra; con la TVE sin audiencia ni prestigio , con sus ex compañeros que refundaron el PSOE echando pestes ; con sus nuevas compañías debilitando los fundamentos históricos de nuestra nación ; un gobierno que se manifiesta por las calles con los sindicatos ¿ ante quièn ? ; un gobierno que esconde las verdades inherentes a la capacidad recaudatoria de un estado que se quiere moderno porque son conflictivas con sus destinatarios ; en definitiva , se aproxima una crisis de caballo y pintan bastos para un Sanchez aislado y con Lastra y sus centuriones.

    No sea vulgar que usted puede.

  3. Caramba no sabía que el ingreso vital mínimo,los ertes,El dinero a fondo perdido a las autonomías,los presupuestos del Estado,El estado de alarma,las vacunas,y todas las leyes aprobadas en el Parlamento ,sean motivos para que la oposición esté tan crispada con el gobierno social comunista de Sánchez .
    Debe ser que la democracia ,cuando funciona ,crea sarpullido a los que quieren hacer lo que les salga de los …..jiji.
    ¡¡No hay cesta pa tantos huevos!!
    …JAJAJA..que nervios .

  4. Para cuando la próxima encuesta del CIS?
    Que sea pronto, que Pedro Sánchez la necesita ya.

  5. Si quitamos todo el ruido mediático,parlamentario y de las aspas de molino…quedan leyes sociales y presupuestos que valen más que las miles de palabras llenas de bilis que se han derramado como tinta de calamar.
    Cuando la realidad se imponga ¿quien pedirá perdón ?.
    «Hable con ira y pronunciará el mejor de los discursos que siempre lamentará». – AMBROSE BIERCE.

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