LBNL
Supongo que verían la entrevista anoche en La Sexta. En cuyo caso supongo que coincidirán conmigo en que Iván Redondo hizo un papelón tremendo, desmintiendo rotundamente el aurea de gurú todopoderoso e infalible que seguramente él mismo construyó durante los últimos años. Obsesionado con demostrar que fue él quien se fue y no el Presidente quién prescindió de él, negó repetidamente evidencias, se borró de cualquier decisión errónea y, al final, le hizo un gran servicio a Pedro Sánchez dejando traslucir que el listo y el audaz no es otro que él y no su ex Rasputín
Lo peor sin duda fue esa obsesión con que se fue él, repitiendo machaconamente ese lema de saber perder, saber ganar y saber parar, que es decir mucho y no decir nada excepto “me fui yo”. Llegó a confirmar que el Presidente le habría ofrecido un ministerio pocos días antes pero, aunque fuera cierto, ¿a qué tanto empeño en dejarlo claro? Recordaba al despechado que cada vez que le dan ánimos por el divorcio insiste en que lo dejó él. Lo que no habría sido el caso si hubiera dicho: “Yo se lo que pasó y que me fui porque lo decidí yo y si alguien quiere pensar otra cosa, me parece bien porque da igual”.
Que el Presidente no le mencionara en su agradecimiento a los salientes no le molestó, bueno, le sorprendió pero claro, el Presidente ya había hablado con él por la mañana – se sobre entiende que con los otros no. O sea, que a mi me quiere más aunque no me mencionara. Con lo fácil – y mucho más creíble – que hubiera sido decir: “Si, me sorprendió y me habría gustado que lo hiciera pero no es importante porque yo me siento recompensado, bla, bla”.
Con lo del “primer encuentro” entre Biden y Pedro Sánchez fue incapaz de reconocer que si bien el encuentro fue plenamente normal, el error fue haber inflado las expectativas los días anteriores. Negar algo tan evidente mina la credibilidad de su testimonio sobre cualquier otra cosa. Como sobre la moción de censura en Murcia, de la que dijo no estar al corriente. Su excusa, formalmente correcta, es que era una cuestión de partido, no de gobierno. Pero no casa nada bien con su control de casi todo lo que pasaba. Si realmente no supo nada de su cocción, hay que concluir que para entonces ya había caído en desgracia. Y si lo supo y hace como si no por haber resultado una chapuza, peor.
En su despedida de Moncloa hubo no lágrimas o lloros sino llantos. Chúpate esa. Pero no suyos, o al menos no lo explicitó, sino de los demás, que también aplaudieron. El Presidente y él se dejaron entrar mutuamente en sus vidas personales y tienen una relación de amistad muy personal que perdurará siempre. Pero cuando le despidió no hubo abrazo, solo un apretón de manos. Curioso.
Francamente, después de ver la entrevista entera no entiendo cómo que Pedro Sánchez pudo tenerle a su vera durante estos años porque realmente no pareció tener mucho que aportar. Y por tanto confirmo la sensación de que no le va a echar nada en falta. Ni nadie.
A mi lo que me hizo reir mas fue el recalcitrante interés de Jordi Evole en sacarle a Redondo una exclusiva tipo «Salvame» ,es decir ¿Y que te dijo el presi?
Y ¿quienes fueron esos amigos mutuos que cenaron contigo para «presionarte» para que te quedaras?.
Sólo faltaba el texto habitual en Salvame
dando el tlf para que los aludidos. se pongan en contacto con el programa.
Y cuando Evole le puso lo de los inmigrantes recibidos en El barco que vino a España para a renglón seguido ponerle el vídeo de la campaña de Albiol para Badalona ….pues ya me llevé las manos a la cabeza…estaba viendo la entrevista a uno de los participantes de «Supervivientes» en «Salvame Deluxe»
En fin una entrevista de lo más patética por parte de los dos.
Una pena.
Supongo que a los dos se les quedó la cara de tontos al terminar la grabación.
Ante mi doy fe.
AC/DC
firmado :…JAJAJA..que nervios.
Espero que la proxima entrevista sobre «las manos que mecen la cuna» sea la de Miguel Ángel Rodríguez por parte de Jordi Evole….a ver si le pregunta que opina Ayuso de Pablo Casado.
…..JAJAJA…que nervios.
Hoy leia a un periodista en twitter decir que «la war room no se debe enseñar por dentro», refiriendose, con cierta sorna, a la entrevista con Redondo.Estoy por darle la razón.
La brillantez es escasa. Muy escasa y yo diría que además no solo evidente sino explícita, conspicua… es decir, no se puede disimular, creo que tampoco fingir, pero eso es otro tema. Todos hemos conocido a gente brillante alguna vez en la vida y creo que pueden estar de acuerdo conmigo en ese postulado.
Redondo no dio muestras de brillantez en ningún momento, pero ha tenido una posicion de poder, luego la brillantez no es condición sin e quae non para llegar al poder. Ni para ejercerlo.
(Imaginense para escribir en un blog ya…)
Sin embargo nos gusta pensar que la gente es posiciones de poder esta hecha fundamentalmente de esa pasta mítica. De la que nos enseñan las historias, la historia o sus recreaciones idealizadas. Hoy, por ejemplo en otro hilo de twitter, un analista político decia «En una reunión dicen que gana el que respira mas despacio, y nadie respira mas despacio q Sanchez». Hombre, respirar… Igual que en tiempos se hablaba del «excelente control de los tiempos de Mariano Rajoy» o de la «baraka» de Zapatero o la «austeridad castellana» de Aznar etc.
Quizas sea mejor. Quizás es mejor para muchas cosas , para una cierta sensacion de tranquilidad, pensar en unos poderosos que, de alguna forma «descienden de los dioses» o lo hacen más que nosotros.
Las diferentes religiones a lo largo de la historia no han escatimado tramoya y ritual para eso, desde el sanctasanctórum del Templo de Jerusalén, esas instancias secretas donde se tiene acceso a un conocimiento verdadero.
Bueno, pues resulta que luego uno ve una entrevista así y se cae buena parte del tinglado. Las clases dirigentes no son divinas, sino gente básicamente de andar por casa. Por un lado es tranquilizador porque una de los puntales de la democracia es ser gobernado por tus iguales. Por otro lado tiene un punto desazonador ver que en las salas de guerra lo que mas hay son seres humanos, con sus virtudes y sus defectos..
Por mi, como colofón aporto , sin intencion de sentar cátedra, una impresión de persona de mediana edad: hay muy pocos puesto en el mundo que no pueda desempeñar un primate bien entrenado, porque un 99% de las cosas relevantes pueden aprenderse, y dos hay dos limites que se alcanzan inexorablemente en el analisis y comprensión del mundo: los que marcan la propia pereza y la propia incompetencia.