Reduzcamos las jornadas laborales

David Rodríguez

Hace unos días, el amigo ‘Carlos Montbau’ escribía un interesante y necesario artículo bajo el título “sobre la pausa y la ‘rauxa’ laboral y vital”. En él se hablaba, entre otras cosas, sobre la fatiga que producen las actuales jornadas laborales, no sólo por su longitud, sino por la presión que se produce en numerosos puestos de trabajo. Además, se señalaba el sobreesfuerzo que representa sumar a estos aspectos las tareas que han de realizarse en las jornadas de cuidados en casa.Ahora que nos encontramos en plena precampaña electoral, veremos la importancia que ocupan estos temas en los discursos de los diferentes partidos. No cabe duda de que en la vida cotidiana de la gente se trata de asuntos centrales. Los trabajos (en plural) ocupan una parte mayoritaria del devenir diario de las personas, representan una fuente innegable de ansiedad y afectan de manera decisiva sobre la salud física y mental de la ciudadanía. Mucho me temo que, sin embargo, el debate público estará desgraciadamente centrado en otros menesteres muy diferentes.

En diversas ocasiones he escrito sobre algunas de estas cuestiones, pero no está de más volver a incidir sobre algunos elementos. La jornada laboral española está entre las más largas de la Unión Europea, manteniéndose más o menos estable desde hace décadas, en un contexto de aumento progresivo de la productividad y con una tasa de desempleo realmente preocupante. Esto supone un elemento de irracionalidad flagrante en nuestro marco de relaciones laborales. El reparto del empleo y la reducción de la jornada laboral deberían de ser ejes centrales en cualquier propuesta de transformación dirigida a mejorar las condiciones de vida de la población.

Además, el movimiento feminista ha vuelto a recordarnos que debemos hablar de trabajos (en plural), como indicaba más arriba. El reparto y la valorización social de todas las tareas es otro elemento indispensable si queremos superar la enorme insatisfacción vital que genera el modelo actual. No en vano hay voces que critican a este movimiento por ser de izquierdas, pero es que precisamente el reparto y la distribución de la riqueza social son preocupaciones claramente vinculados a los espacios progresistas. El feminismo liberal que predican algunos no pasa de ser un oxímoron.

Obviamente, las derechas no van a hablar de políticas susceptibles de cuestionar el orden establecido, sino que apelarán a todo tipo de miedos para tocar las emociones más profundas de sus potenciales votantes. “España se rompe”, “nos invaden los inmigrantes”, “las mujeres provocan la guerra de sexos” y un largo etcétera de calamidades diversas que han de llevarnos a mantener como sea un ‘status quo’ que no tiene nada de razonable. Frente a ello, las izquierdas pueden cometer un grave error si se limitan a enunciar retóricamente el ‘miedo a la derecha’, pues en esta materia juegan en campo contrario. Con esto no quiero decir que no deba informarse sobre las desgracias que nos puede deparar un ‘trifachito’, que sin duda serían muchas y muy diversas. Lo que quiero decir es que debe construirse una propuesta claramente alternativa, pues el miedo tiende a paralizar y a mantener el orden de las cosas.

Ante las políticas de las derechas, las fuerzas de izquierdas han de plantear propuestas que mejoren de manera clara las condiciones de vida de la población. Desde mi punto de vista, ello implica necesariamente modificar radicalmente el actual marco de relaciones laborales, dignificar y racionalizar todos los trabajos. Es evidente que estas transformaciones sociales han de ir acompañadas de otras muchas que exceden el objetivo del presente artículo. Pero en todo caso veo necesario que el debate público se enfoque sobre temas que afectan de manera tan importante a nuestra vida diaria.

3 comentarios en “Reduzcamos las jornadas laborales

  1. Estoy muy de acuerdo en una cosa con el post de hoy: desde hace varias décadas las izquierdas han descuidado completamente la esfera de lo laboral. Esto obedece a muchas razones, puesto que todo en esta vida obedece a varias causas a la vez, pero el caso es que el problema hoy es que
    1) El trabajo ha dejado de ser garantia de bienestar y ciudadania
    2) Sus condiciones se han ido deteriorando (jornadas eternas no remuneradas) (falsos autonomos) (subcontratacion y fenómenos paralelos)
    3) La contribucion de los salarios al conjunto del PIB se deteriora monotonamente desde hace años , es decir haya mas o menos paro, en conjunto, hay un trasvase de salarios a rentas del capital

    Creo que seria positivo que los partidos de izquierda recuperasen la vena «laborista» en el mejor sentido del término.

  2. Al hilo de lo comentado por Laertes, sobre los autonomos y demás. Será interesante revisar los programas de la izquierda para ver todas la propuestas que habrá para autónomos y lo poco para asalariados. Sobre todo ultimamente me da por pensar si no sería mejor para todos empresas más grandes, donde hay más gente que te pueda suplir y por tanto te facilite las tareas familiares que esto de proliferación de autónomas y pequeñas empresas donde es más complicado faltar. Pero son ideas así mías… aunque en su momento Rafael Poch hablaba de los beneficios durante la crisis para no despedir y buscar otras formulas en el gran tamaño de las empresas alemanas.

  3. Temazo ese que dice el Senyor G, que muy sucintomante y algo a lo bestia se podria resumir en Autónomos: ¿emprendedores o trabajadores en fraude?

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